Steve Martini - El abogado

Здесь есть возможность читать онлайн «Steve Martini - El abogado» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El abogado: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El abogado»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Uno de los primeros clientes del abogado Paul Madriani es Jonah Hale, un anciano que se encuentra en un grave aprieto cuando Jessica, su hija, sale de la cárcel: Jonah y su esposa se han encargado de la educación de Amanda, su nieta de ocho años, debido a la drogadicción de la madre de la niña, pero, a raíz del importante premio que ha ganado el matrimonio en la lotería, Jessica decide secuestrar a la pequeña y pedir a su padre una gran suma de dinero si desea recuperarla. Jonah, que tiene la custodia legal, se niega, por lo que Jessica recurre a los servicios de Zolanda, una activista radical de los derechos de la mujer, que acusa a Jonah de haber abusado sexualmente de Amanda. El caso se complicará con un asesinato del cual Jonah será el principal sospechoso.

El abogado — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El abogado», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Creo que a ellos se refiere el comunicado de prensa. -Lo miro. Él sabe lo que yo diré en el caso de que no me dé la respuesta adecuada.

– No, no he escuchado nada. Ningún rumor.

– O sea que en su opinión, y dado lo que usted sabe y su experiencia en el trabajo para el condado, ¿diría usted que este comunicado de prensa es inexacto y está lleno de informaciones falsas?

– Probablemente -dice él.

– ¿Probablemente?

– Sí -dice Brower.

– En realidad, investigador Brower, ¿le sería posible señalar una sola parte de la información que contiene el comunicado, relacionada con el condado o con mi cliente, que sea exacta?

Él mira el documento, lo sostiene con ambas manos. Vuelve la página, lo estudia durante unos momentos más. Finalmente, niega con la cabeza.

– Quizá el número de teléfono de la víctima que figura en la parte alta de la página -dice-. Pero no podría jurarlo.

Para nuestro cliente, éste es un gran momento, una victoria trascendental. Brower ha admitido que Jonah no es un corruptor de menores.

– Ryan sigue pudiendo aducirlo en su alegato final -le digo-, y será exactamente igual de perjudicial, quizá peor.

Nos hallamos en la sala de conferencias, una minúscula habitación situada junto a las celdas de detención de la sala de audiencias de Peltro. Dos guardias están listos para llevarse a Jonah a su celda.

– No lo entiendo -dice Jonah-. ¿Cómo puede ser peor? Ha dicho que no era cierto.

Harry está de pie, con la espalda apoyada en la puerta cerrada, y su expresión es hosca.

– Porque, aunque sea falso -dice Harry-, Ryan puede aducir que la acusación es tanto más indignante. ¿No lo comprendes? En último extremo, de lo único que se trata, por lo que a la policía respecta, es de lo que te hizo perder a ti los estribos. Lo que te impulsó a matar a Suade. Y eso lo tienen. Argumentará que te enfureciste por las mentiras, y que por esa razón la mataste. Y eso no constituye homicidio justificado.

Poco a poco, Jonah comienza a darse cuenta. Nos hemos pasado todo el día hablando de delitos que no fueron cometidos. Tratando de extraer el veneno que, incluso después de muerta, Suade ha podido introducir en las cabezas de los jurados.

VEINTIDÓS

– ¿Se puede saber en qué pensabas? -Susan está junto a la mesa de la cocina, de pie, mirándome por encima del periódico de la mañana.

Yo estoy en albornoz, con una taza de café ante mí. Falta una hora para que me vaya al juzgado.

– Pensaba en defender a mi cliente -le digo.

– Estoy agobiada por los auditores, mi departamento se halla atestado de investigadores, y tú le das a Brower una pistola para que juegue a la ruleta rusa con mi cabeza -dice ella.

– ¿A qué te refieres?

– A que en una sesión a puertas abiertas del tribunal le preguntases si sabe algo de escándalos en el condado. ¿En qué estabas pensando?

– Lo expuse con gran cautela. Brower sabía de qué estaba hablando yo. Dejé bien claro que me refería al comunicado de prensa de Suade.

– Sí, tú te referías a eso, pero… ¿y si a él se le hubiese ocurrido hablar de otra cosa?

– ¿De qué otra cosa?

– De la investigación que está teniendo lugar en nuestro departamento.

– ¿Por qué iba a haber hablado de eso?

– Para ponerme en evidencia -dice ella-. Por si no te habías dado cuenta, el señor Brower y yo no estamos exactamente a partir un piñón. Hay quien dice que él desea mi puesto. ¿Qué le hubiera costado empezar a hacer acusaciones absurdas? Decir que yo había destruido documentos de mi oficina. La prensa estaba allí. La taquígrafa del tribunal estaba tomando nota de todo.

– Brower no hizo nada de eso.

– Pero no fue gracias a ti.

– Estás exagerando -le digo, aunque lo cierto es que cuando le hice las preguntas a Brower estaba corriendo un riesgo calculado.

– ¿Sabías que yo figuro en la lista de testigos de Ryan? -me pregunta Susan.

– Vi tu nombre. Pero en esa lista estás tú y la mitad de los habitantes del estado. Eso no significa que vaya a llamarte a testificar. Casi espero que también me cite a mí.

Ella me mira, sorprendida. Le digo que estaba bromeando. Peltro jamás lo permitiría. El proceso sería declarado nulo en un abrir y cerrar de ojos.

– Pero yo sí estoy en la lista -dice ella-. ¿Por qué no me lo dijiste?

Estoy preguntándome cómo lo habrá averiguado Susan.

– Porque no quería que te preocupases. Bastantes problemas tienes ya.

– Y ahora, además, tengo éste. -Dobla el periódico y lo deja bruscamente sobre la mesa-. ¿Y si me cita a testificar? ¿Qué hago en ese caso?

– Te sientas en el banquillo y testificas. ¿Qué puedes decirle?

– Lo que oí en tu bufete aquella mañana con Jonah.

– Brower ya lo ha dicho. El daño está hecho.

– ¿Y si Ryan me pregunta cómo averigüé lo de la pistola de Suade? Brower sabe que yo te di la información.

– Yo no me preocuparía por eso. Le dices que te hiciste con la información por casualidad. Nosotros dos nos conocemos. Tú, simplemente, me lo comentaste.

– Así de simple. ¿No crees que él se preguntará cómo conseguí esa información?

– Le dices que a uno de tus investigadores le dio por husmear. La noticia del caso había aparecido en los informativos. Él se tropezó con la información y te lo comentó.

Eso no acaba con sus temores.

– No te citará -le digo-. ¿Qué ganaría con ello? Si trata de meterse en nuestra relación, yo lo pararé en seco. Peltro no le permitirá entrar en ese tema. Es irrelevante, perjudicial.

– Desde luego, para mí es perjudicial. -Se refiere a lo de nuestra relación-. Ojalá no te hubiese dado la información acerca de la pistola.

– ¿Por qué? ¿Para que condenaran a Jonah?

Ella me mira, no dice nada, pero sus ojos denotan las emociones que la embargan.

No he tenido tiempo de leer el periódico, pero parto de la base de que no hay en él ningún comentario acerca de la pregunta de Ryan, la sugerencia de que alguien presionó a Brower para que no entregase el cigarro a la policía. Si hubiera leído algo a ese respecto, ahora Susan estaría hecha un basilisco.

– ¿Cómo nos metimos en esto? -dice.

Me levanto de la silla y voy a colocarme detrás de Susan. Ella sigue frente a la mesa, con las palmas de las manos sobre el tablero.

– Escucha, estás sometida a muchas presiones. -Le froto los hombros con las manos, masajeándole los músculos como si éstos fueran masa de pan-. Cuando todo esto termine, haremos un viaje. Quizá al sur, a Baja California. Nos tumbaremos al sol y nos relajaremos. Las niñas podrán nadar. Necesitamos un descanso. Todos nosotros. No podemos seguir así.

Ella suspira profundamente.

– Sí.

Noto que parte de la tensión abandona su cuerpo.

– Mientras tanto -dice-, tendré que seguir defendiéndome de los tiburones del consejo de supervisores.

Un tipo llamado Jerome Hurly, un excéntrico que pronuncia su nombre de pila con una O mayúscula en el centro, es el propietario de una tabaquería del centro de la ciudad, y resulta ser el que abastece a Jonah de buenos cigarros. El tipo dirige una sonrisa a Jonah cuando se sienta en el estrado.

Jonah lo saluda con la mano antes de que yo pueda impedírselo.

Ryan despacha rápidamente los preliminares, la identidad del testigo, el nombre de su tienda, el hecho de que tiene el local desde hace treinta años.

– ¿Conoce usted al acusado, Jonah Hale?

– Sí, claro. Es un buen cliente.

– ¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

El testigo reflexiona un momento.

– Hará unos tres meses.

– ¿Y dónde lo vio?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El abogado»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El abogado» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Steve Martini - Double Tap
Steve Martini
Steve Martini - The Jury
Steve Martini
Steve Martini - The Judge
Steve Martini
Steve Martini - Undue Influence
Steve Martini
Steve Martini - Prime Witness
Steve Martini
Steve Martini - The Enemy Inside
Steve Martini
Steve Martini - Compelling Evidence
Steve Martini
Steve Martini - The Arraignment
Steve Martini
Steve Martini - Trader of secrets
Steve Martini
Steve Martini - The Rule of Nine
Steve Martini
Steve Martini - Shadow of Power
Steve Martini
Steve Martini - Guardian of Lies
Steve Martini
Отзывы о книге «El abogado»

Обсуждение, отзывы о книге «El abogado» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x