Nicci French - Los Muertos No Hablan

Здесь есть возможность читать онлайн «Nicci French - Los Muertos No Hablan» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Muertos No Hablan: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Muertos No Hablan»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una llamada imprevista y la vida cambia por completo. Una visita inoportuna y todo el futuro que habían soñado juntos se derrumba dolorosamente. La policía da a Eleanor Falkner la peor de las noticias posibles: su mando, Greg Manning, ha fallecido en un suburbio solitario de las afueras de la capital, después de que el coche que conducía se despeñara por un terraplén por causas desconocidas. Sin apenas tiempo para asumir esta tragedia, Eleanor encaja un nuevo mazazo: al lado de Greg yace también muerta una mujer, Milena Livingstone, de la que nunca había oído hablar.
Presa aún de la consternación y la pena, Eleanor no puede acallar la sombra de una duda que la atenaza: quién era aquella misteriosa desconocida a la que todo el mundo a sus espaldas se refiere con la etiqueta de «amante secreta». Ignorando los bienintencionados consejos de familiares y amigos, que la invitan a rehacer su vida y olvidar una supuesta infidelidad matrimonial, Eleanor se empeña en investigar minuciosamente los últimos días de Greg y de la última mujer que lo vio con vida, una decisión que, sea cual sea la verdad final, acaso la ayude a superar la traumática pérdida… Aunque tal vez se exponga también con ello a poner en peligro su vida.

Los Muertos No Hablan — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Muertos No Hablan», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En ella se combinaron los elementos de varios tipos de fiestas desastrosas. Para empezar, mucha gente no apareció. Algunos amigos ni siquiera se habían presentado al funeral. Otros no vinieron a casa. Es posible que las circunstancias, la humillación, les hicieran sentirse incómodos. Eso confirió a la reunión una atmósfera de desamparo.

Cuando la gente empezó a llegar me acordé de esas infaustas fiestas de adolescentes en las que los chicos se quedan apiñados en una esquina, soltando risitas entre ellos y mirando a las chicas sin atreverse a hablar con ellas. En la fiesta tuvo lugar una especie de suceso tribal. A lo mejor mi perspectiva estaba distorsionada, pero tuve la sensación de que Greg me había dejado para irse con Milena, y que algunos estaban tomando partido por él.

Gwen y Mary sí vinieron y, evidentemente, se hallaban en mi bando. Me trajeron bebida y comida, no se separaron de mí y no dejaron de darme ánimos en voz baja. Casi parecía que íbamos a dejar los bolsos en el suelo y empezar a bailar en torno a ellos.

Mis padres también aparecieron, viejos y arrugados, y también mi hermana Maria, con un gesto de rabia, como si Greg le hubiera infligido una afrenta personal al morir del modo en que lo había hecho. También vino Fergus, cuyos ojos estaban hinchados por las lágrimas; eso me provocó envidia. Su intención era leer algo en el funeral, pero había desistido en el último momento. Me había dicho que no se sentía capaz. Por lo que me dio a entender Jemma, su embarazadísima mujer, no había parado de sollozar desde el accidente.

Ciertas personas, como Joe y Tania, iban alternando entre un bando y otro, llevando a cabo heroicos y desafortunados intentos de unirlos a ambos. Había grupos formados por los amigos de Greg y otros por los míos, pero todo parecía forzado e incómodo.

Curiosamente, las personas que más consuelo me brindaron no fueron los amigos, ni la familia, por supuesto, sino aquellas a las que no conocía de nada. Vi a un amigo de la escuela primaria cuyo nombre reconocí: era el James con el que Greg había formado pareja en las carreras; también vino un hombre corpulento con cara de sabueso que había sido su profesor de piano en la adolescencia. Se presentaron asimismo varios clientes, que me contaron lo mucho que confiaban en Greg, cuánto dependían de él, lo bien que les caía y cuánto lo iban a echar de menos ahora que había muerto. Fue un gran alivio estar con gente que desconocía las circunstancias de la muerte y que sólo había acudido a dar su último adiós.

– Era un joven encantador -aseveró la señora Sutton, con voz penetrante.

Llevaba un vestido de seda negra y medias con costura, tenía el rostro surcado de arrugas y el cabello plateado recogido en un moño perfecto. Daba la impresión de ser muy anciana y muy rica; su nariz aguileña y su porte erguido parecían de otra época.

– Sí, lo era -convine.

– Me gustaba mucho que viniera a verme. Lo voy a echar de menos.

– Lo siento -dije, de forma un poco estúpida.

– La verdad es que iba a venir a verme el día después de su muerte. Por eso me enteré: cuando no apareció, llamé a la oficina para preguntar dónde estaba. Me llevé una gran impresión. -Me traspasó con la mirada-. Me faltan dos meses para cumplir ochenta y dos años. Parece un error, ¿verdad? Que la gente muera antes de tiempo.

Me quedé sin habla; ella alzó una mano como una garra y la posó levemente sobre la mía.

– La acompaño en el sentimiento, querida -dijo.

Sin embargo, en líneas generales fue una celebración en la que nadie fue capaz de hacer lo que se supone que uno hace en esas celebraciones. Nadie pudo presentar sus condolencias sin parecer avergonzado o morboso; nadie pudo sacar a colación recuerdos sencillos y emotivos del fallecido. Y tampoco se hicieron otras cosas. Algunos picotearon, otros apuraron las copas de vino (la mujer que me había hablado en la puerta del crematorio bebió mucho más de lo que debía, bien por remordimientos, bien como venganza perversa). Y poco a poco se fueron marchando.

Al final, Gwen, Mary y yo nos quedamos con unos cuantos parientes de Greg a los que no conocía: habían pedido un taxi que no llegaba. Se sentaron en el sofá con los vasos vacíos y no quisieron que se los volviera a llenar, ni más comida, porque si no se quedarían sin hambre para la cena. Llamaron varias veces a la empresa de taxis mientras nosotras recogíamos y limpiábamos y después pasábamos la aspiradora en torno a ellos. Al fin se marcharon, mascullando que ya encontrarían uno en la calle, o que cogerían el metro.

Gwen y Mary se quedaron un rato en casa; abrí más vino y les hablé de la mujer de la puerta del crematorio, de lo que me había dicho, y Mary observó:

– Bueno, no tienes por qué negarlo.

Yo le pregunté qué quería decir y ella repuso que yo no tenía que avergonzarme de nada. Los hombres eran unos cabrones. Mis amigas me querían, y me iban a apoyar. Superaría aquello. Por lo que recuerdo, me quedé bastante callada. Me serví una copa de vino tras otra y me las bebí como si me aquejara una sed insaciable. Me preguntaron si quería que se quedasen, y respondí que prefería que se fueran, cosa que hicieron; creo que tomé otra copa de vino, una grande, llena casi hasta el borde, por lo que tuve que sostenerla con las dos manos.

Mi abuelo había muerto cuando yo tenía diez años. Yo no quería ir al funeral, pero mi madre me dijo que a los funerales se iba para despedirse de los fallecidos. Uno pensaba en ellos, lloraba por ellos, se despedía de ellos y después retomaba su vida cotidiana.

Me tumbé en la cama completamente vestida y no supe muy bien si la habitación daba vueltas a mi alrededor o si la cama daba vueltas dentro de la habitación, y tampoco supe si desde un punto de vista profundo y filosófico había alguna diferencia. No obstante, allí tumbada, más borracha de lo que había estado desde mi primer año de universidad, supe que durante todo aquel día no había llorado por Greg y que, sobre todo, no me había despedido de él.

картинка 8

Capítulo 9

En mitad de la noche me incorporé repentinamente en la cama y me esforcé por ver en la oscuridad. No sabía qué hora era. Había apagado el reloj despertador digital porque, durante las semanas anteriores, había empezado a tener miedo de despertarme de madrugada y ponerme a contemplar cómo avanzaba el tiempo. Sólo sabía que estaba oscuro y que algo me había sobresaltado. Una idea que debía de haberse colado en mis sueños. Un recuerdo.

Como la mayoría de parejas, estoy convencida, Greg y yo comentábamos cuáles de nuestros amigos podían ser infieles. Al fin y al cabo, si aproximadamente un tercio de las parejas se engañan, suponíamos que debíamos estar rodeados de personas que mantenían aventuras. Entonces recordé una conversación con tanta nitidez que me pareció que volvía a vivirla: estábamos en la cama, sumergidos en la calidez de debajo del edredón, uno frente al otro en una penumbra veteada de luz; él tenía la mano en mi cadera y yo le apoyaba el pie en la pantorrilla.

– ¿Mis padres? -sugirió él.

– ¡Imposible! -respondí yo entre risas.

– ¿Y los tuyos?

– ¡Qué dices!

– Entonces, ¿quién?

– ¿Fergus y Jemma? -propuso.

– No. Sólo llevan juntos un par de años y él no es de ésos.

– ¿Y cómo son «ésos»? En cualquier caso, no tendría por qué ser él, podría ser ella.

– Demasiados principios morales. Y demasiado embarazada. ¿Qué me dices de Mary y Eric?

– Ella me lo habría contado -respondí con firmeza.

– ¿Seguro? ¿Y si hubiera sido él?

– Eso también me lo habría dicho, desde luego. Y aunque no me lo hubiera contado, yo lo habría sabido.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Muertos No Hablan»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Muertos No Hablan» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Muertos No Hablan»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Muertos No Hablan» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x