Juan Bolea - Un asesino irresistible

Здесь есть возможность читать онлайн «Juan Bolea - Un asesino irresistible» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un asesino irresistible: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un asesino irresistible»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Martina de Santo, nuestra detective más internacional, ha sido ascendida al cargo de inspectora. Como tal, tendrá que resolver el extraño asesinato de la baronesa de Láncaster, cuyo cadáver, abandonado en un prado, muestra señas de haber sido atacado por un criminal y por un animal salvaje simultáneamente. Al hilo de la investigación, Martina se introducirá en el cerrado y excéntrico mundo de la aristocracia española, contemplará sus grandezas y sus miserias y las luchas cainitas por mantener sus privilegios. Una trama perfecta de Martina, quien tendrá que aplicarse a fondo para solucionar este nuevo y fascinante enigma.

Un asesino irresistible — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un asesino irresistible», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En un arranque de sinceridad, confesé mis dudas a Doris. No pudo mostrarse más comprensiva. También ella había pasado por ese trance, pero pronto se habituó a convivir con toda clase de celebridades, de la misma manera que se fue acostumbrando a los extraños horarios y a las frecuentes ausencias de su marido. «¿Hugo sigue viajando tanto?», me preguntó Doris. Antes de que yo pudiera contestarle, ella añadió rápidamente, como si ardiese en deseos de proporcionarme esa información: «Porque supongo que sabrás cómo conoció a su primera mujer, ¿no?» Repuse, sin faltar a la verdad, que no lo sabía y ella se echó a reír. «Pues la conoció volando en primera clase. Hugo era un experto en azafatas. Tenía una novia en cada línea aérea.» Debí quedarme traspuesta. Doris estalló en una carcajada y agregó: «Un pajarito me ha informado de que posees una tienda de decoración y de que trabajas para ganarte la vida.» Empecé a negarlo, avergonzada, pero ella se dio cuenta de que estaba mintiendo y me acarició el pelo. «Todo eso cambiará gracias a Hugo. Tus complejos desaparecerán antes de tu primer año de casada… ¿Te han dicho que tienes unos pechos preciosos? ¡Sí, claro! ¡Hugo los estará alabando a cada momento! Debes protegerlos del sol, tus pezones podrían agrietarse.» Y, con la misma naturalidad con que se había desnudado delante de los marineros, Doris cogió la crema y empezó a extendérmela por el busto. Después me obligó a tumbarme boca abajo mientras me susurraba al oído: «Imagina que son los dedos de Hugo los que te acarician, los que te exploran.» ¡Ay, Martina, qué cerca estuve de dejarme arrastrar y cometer una locura! Cerré los ojos y me abandoné a un placer que, ahora sí, combinaba un perturbador deseo con esa misma sensación de poder a que antes me refería.

Afortunadamente (pues ignoro durante cuánto tiempo más habría sido capaz de fingirme indiferente a sus caricias) las manos de Doris dejaron de masajear me en cuanto la silueta de Olga reapareció, ya de vuelta de su paseo con el joven y vigoroso tripulante de El Halcón Maltés. Olga se encontraba mucho mejor. Había recuperado el color y la luz de su mirada y sonrió agradecida a su acompañante cuando éste le ayudó con gentileza a subir a la barca formando un estribo con sus manos entrelazadas.

A las cinco de la tarde nos encontrábamos de nuevo a bordo de El Halcón Maltés. Los señores no habían concluido su reunión, por lo que tomé una ducha, me puse un traje de cóctel y me reuní con Doris en cubierta. Abu salió un momento de la sala de juntas para depositar un tenue beso en su frente e interesarse por mi iniciación al buceo, pero en seguida tuvo que regresar a la reunión. Que debía de ser, a juzgar por los gritos que se oían de vez en cuando, bastante tensa. Doris pidió ginebra con tónica para las dos y yo me animé a preguntarle si había conocido a Azucena, la primera mujer de Hugo, y cómo era. «Desde luego que la traté, querida -asintió-. De hecho, aunque no tenía tus maravillosos ojos verdes, y estaba demasiado delgada, se parecía mucho a ti.»

Curioso, ¿verdad, Martina? Esas palabras me dieron un poco de frío, como si de alguna manera la historia se estuviese repitiendo y yo no fuese más que el personaje de un guión previamente elaborado. Hasta se me ocurrió pensar si Doris, lejos de halagarme, no desearía más bien atormentarme o ponerme a prueba.

Pero pronto alejé esas malas vibraciones. Nuestra luna de miel continúa. En apenas uno o dos días abandonaremos esta isla. Lo último que haré antes de zarpar de Sura-Hanui será depositar esta carta en la recepción del único hotel del atolón, con precisas instrucciones para que la confíen al primer barco-estafeta, y esperar que te llegue a España. Algo que, realmente, me parece imposible, pero también me lo ha parecido siempre el hecho de encender la televisión y que aparezca el rostro de un extraño informándonos de cuanto sucede en el mundo. O soñar con el príncipe azul, temiendo que nunca llegase a conocer al mío, hasta que un buen día subí a un autobús comarcal y me lo encontré sentado a mi lado.

Tuya, siempre

Dalia

Nota: Mi cuñado Lorenzo ha informado a Hugo, vía conferencia telefónica, de la muerte de Jacinto Rivas, el jardinero con quien yo… ya sabes. Por lo que nos ha contado Lorenzo, las circunstancias de su muerte son muy confusas y no se descarta que haya sido víctima de la agresión de un vagabundo. ¡Prométeme que si ha sido así, Martina, te encargarás de resolverlo personalmente! Con él ha muerto algo que no sé cómo expresar…

55. Bolscan, 8 de abril de 1992

Lloviera o tronase, cada día, a las cuatro en punto de la tarde, el juez Nicolás Peregrino tomaba asiento en la mesa del fondo del bar La Cepa para jugar su partida de mus.

Desde hacía años, esa cotidiana costumbre se repetía en su jornada como un sagrado ritual. Otros jueces habían recomendado a Peregrino que, por razones de seguridad, para protegerse de un posible atentado terrorista, o de un intento de venganza de cualquier preso común al que hubiera enviado a prisión, variase de itinerario, de establecimiento, de hábitos, pero Peregrino no sólo no tenía miedo al miedo sino que despreciaba esa clase de temor, tan extendido entre la magistratura, la clase política y el estamento militar. «No aspiro a ser un héroe -decía-, pero sí a continuar siendo algo que para mí resulta mucho más gratificante: un aceptable jugador de mus.»Ninguno de los otros tres jugadores de La Cepa tenía nada que ver con el mundo jurídico. Como si existiera un pacto tácito, en aquel bar del casco antiguo sólo se hablaba de fútbol. El juez Peregrino era seguidor del Español. Sus compañeros de cartas estaban divididos. Había un aficionado del Atlétic de Bilbao y dos del Barcelona. De ese modo, cualquier alusión a la actualidad política, siempre velada, encontraba salida en las rivalidades sobre el césped.

Aquella calurosa tarde de primavera, un cliente nuevo entró a La Cepa y se sentó a la barra. Era un hombre muy fuerte, con musculosos brazos y una espalda en la que perfectamente habría podido cargar la cafetera italiana que el camarero había puesto en marcha para destilarle un café solo. El desconocido consumió también un orujo blanco, leyó el periódico de cabo a rabo y para pagar sacó del bolsillo un rollo de billetes con el que podría haberse comprado un coche de segunda mano. Soltó tal propina que Bernardo, el camarero de La Cepa, le llamó la atención, señalando el platillo:

– ¿Seguro que no se deja nada, amigo?

– Hoy me siento generoso.

– ¿Le ha tocado la lotería?

El hombre le miró. Bernardo se sintió inquieto. En aquellos ojos latía un odio encofrado, de una clase que el paso del tiempo no puede borrar.

– Nunca he tenido suerte en la vida.

El desconocido cliente salió de La Cepa. Dos horas más tarde, a eso de las seis y media, lo hizo el juez. Nicolás Peregrino se sentía satisfecho porque había ganado la partida. La pareja perdedora había encajado con deportividad la derrota, que incluía el pago de las consumiciones. La tertulia se remató con un estimulante análisis sobre las posibilidades ligueras del Club Deportivo Español. Nada más relajante que ese tipo de tertulias para alguien que, como el magistrado, padecía un estresamiento crónico a causa de sus responsabilidades en la Audiencia Provincial.

Peregrino se dirigió caminando hacia su casa. Quería comprar tabaco de pipa en La Cachimba de Plata, uno de los pocos estancos y tiendas de fumador donde expendían su marca, y se metió por las callejuelas del casco viejo. A pesar de los solares abandonados y de los desagradables olores, ése era su barrio preferido. Le gustaban las librerías de lance, las dulcerías, los cafés y las viejas barberías, en una de las cuales, con cortinillas rojas y azules y butacones de cuero, seguía cortándose el pelo y, si se había dejado barba de cuatro días, dándose el lujo de un afeitado con brocha y navaja.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un asesino irresistible»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un asesino irresistible» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un asesino irresistible»

Обсуждение, отзывы о книге «Un asesino irresistible» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x