• Пожаловаться

Robert Crais: Los Ángeles requiem

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Crais: Los Ángeles requiem» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Robert Crais Los Ángeles requiem

Los Ángeles requiem: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Ángeles requiem»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A Joe Pike le parece imposible empezar de cero en la ciudad de Los Ángeles, donde los fantasmas del pasado se ocultan tras las luces de neón. Sus días como policía siguen ensombreciendo su presente e influyendo en su actividad como investigador privado. Su única relación estable es la que mantiene con su socio, Elvis Cole, un perspicaz detective con su propio pasado oscuro. Cuando una antigua amante de Pike aparece asesinada en las colinas de Hollywood, Joe y Elvis inician, a instancias del padre de la victima, una investigación paralela a la policía, lo que levantará las suspicacias de los antiguos compañeros de Pike y acabará por enturbiar el asunto hasta límites insospechados.

Robert Crais: другие книги автора


Кто написал Los Ángeles requiem? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Los Ángeles requiem — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Ángeles requiem», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Hay un sendero que va hacia el sur por las montañas hasta una zona de parcelas, por encima de Sunset Strip -dijo mientras bajábamos a toda prisa las escaleras.

– Lo conozco.

– Si bajas por allí te recojo más adelante.

Hacíamos planes en vano, porque al llegar al pie de las escaleras nos esperaban Harvey Krantz y dos agentes de los SWAT con M16.

* * *

Los SWAT apuntaban a Joe Pike como si fuera una cobra a punto de atacar. Se habían colocado a los lados para disparar fuego cruzado, y sus rifles negros apuntaban perfectamente al pecho de Pike incluso a tres metros de distancia. Detrás de ellos, un policía gritaba nuestra situación a los que estaban en la carretera.

Krantz no llevaba arma, pero tenía los ojos clavados en Pike como si estuviera mirándole por el objetivo. Creía que iba a empezar a leernos nuestros derechos o a decirnos que estábamos arrestados, o incluso a regodearse con su éxito, pero no.

– Adelante, Pike. Ábrete paso a tiros y puede que consigas escapar.

Los SWAT se pusieron tensos.

Pike dejó todo el peso sobre la parte anterior de las plantas de los pies, con las manos separadas del cuerpo, relajado como si estuviera en un jardín de piedras zen. Debía de llevar un arma en algún sitio, y estaría pensando si iba a poder sacarla y disparar antes que los SWAT. O quizá no estaba pensando absolutamente en nada e iba a actuar de improviso.

Krantz dio un paso al frente y extendió los brazos.

– Yo no llevo arma, Pike.

Miré a uno y a otro y en aquel momento me di cuenta de que aquello era algo más que una detención. Los SWAT se miraron sin saber muy bien qué hacer, pero no bajaron los fusiles.

– ¿Qué te pasa, Krantz? -pregunté, alzando los brazos-. Levanta las manos, Joe. ¡Levántalas, coño!

Pike no se movió.

Krantz sonrió con una sonrisa forzada y desagradable. Dio otro paso.

– Se te acaba el tiempo, Joe. Vienen más agentes.

– ¡Levanta las manos, joder, o vas a darle la victoria a Krantz!

Pike respiró hondo una vez, miró a los agentes armados sin detenerse en Krantz y dijo dirigiéndose a ellos:

– Voy a levantar los brazos. La pistola está en el cinturón, debajo de la camisa.

Krantz no se movió.

– ¡Joder, Krantz, quítale el arma! -gritó uno de los SWAT.

Krantz sacó su pistola.

Entonces Stan Watts vino corriendo por el sendero, con la respiración entrecortada, y se detuvo al vernos.

– Eh, Watts, quítale el arma a ese cabrón -pidieron los SWAT.

Watts le quitó la pistola, después me quitó la mía y entonces se quedó mirando a Krantz, que seguía allí, con su arma en la mano.

– ¿Qué coño pasa aquí, Krantz? ¿No se lo has dicho?

Krantz tensó la mandíbula como si estuviera masticando un caramelo, pero sin dejar de mirar a Pike.

– Quería que Pike se acojonara, a ver si nos daba una buena excusa.

– Quítale la pistola, Stan. Por favor -supliqué.

Watts observó a Krantz y el arma que empuñaba. Los dedos de Krantz la aferraban como si tuvieran vida propia. La masajeaban y quizá querían levantarla. Stan Watts se acercó, se la arrebató y le dio un empujón.

– Vete al coche a esperar.

– ¡El oficial al mando soy yo!

Watts les dijo a los agentes de los SWAT que podían irse y a nosotros que bajáramos las manos. Se humedeció los labios como si tuviera la boca seca.

– No estás detenido. Branford va a retirar la acusación. ¿Lo has oído, Pike? Ahora mismo está con tu abogado. Los de la SID han encontrado pruebas de que el vehículo de Sobek estuvo en casa de Dersh. Con eso basta para que te dejen en paz.

Agarré a Pike del brazo. John Chen había hecho un buen trabajo.

Krantz apartó a Watts y tocó a Pike con el dedo. Era exactamente el mismo gesto que había hecho en Lake Hollywood la primera vez que le vi.

– Me importa una puta mierda lo que diga la SID, Pike: eres un asesino.

– Déjalo ya, Harvey -pidió Watts.

Krantz volvió a tocar a Pike con el dedo.

– Mataste a Wozniak, y sigo creyendo que te has cargado a Dersh.

Volvió a darle con el dedo y esa vez Pike se lo agarró tan velozmente que lo pilló desprevenido. Soltó un chillido y se tiró al suelo, gritando.

– ¡Estás detenido, cabrón! ¡Eso es una agresión a la autoridad! Estás detenido.

Pike, Watts y yo nos quedamos mirándolo, allí tirado en el suelo, con la cara roja y gritando. Entonces Watts le ayudó a levantarse y le dijo:

– No vamos a detener a nadie, Harvey. Vuelve al coche y espérame.

Krantz se soltó con brusquedad y se alejó sin decir más.

– Apártale de la calle, Watts -rogué-. Ha venido a asesinar a Pike. Lo decía en serio.

Watts frunció el ceño, mirando a Krantz hasta que se hubo alejado, y después observó a Pike.

– Creo que puedes presentar una denuncia. Tienes motivos.

Pike negó con la cabeza.

– ¿Y ya está? -dije yo-. ¿Crees que vamos a olvidarnos de lo que ha pasado aquí?

Watts me miró con cara de inocente.

– ¿Y qué ha pasado, Cole? Hemos venido a informaros y lo hemos hecho.

– ¿Y cómo sabíais que estábamos aquí?

– Hemos tenido pinchados las veinticuatro horas los teléfonos que utilizan los empleados de Pike. Los del equipo de vigilancia han oído cómo uno de ellos te hablaba de este sitio y se han imaginado lo demás.

Watts miró furtivamente la carretera, donde Harvey Krantz esperaba en el coche, solo.

Nos devolvió las armas, pero sin soltar la de Pike cuando éste hizo ademán de agarrarla.

– Lo que ha dicho Krantz de que esperaba que le dieras una excusa es una estupidez. Lo que pasa es que está cabreado. Yo no hago esas cosas, y él tampoco se atrevería. Bauman nos ha dicho que no te habías puesto en contacto con él y hemos pensado que si había oportunidad de encontrarte aquí arriba, valía la pena.

– Sí, claro, Watts -dije.

– Vete a la mierda, Cole. Es la verdad.

– Claro.

Se fue tras los pasos de Krantz y al poco rato todos los policías montaron en sus coches y se alejaron dejando tras de sí grandes nubes de polvo marrón. Supuse que Krantz odiaba tanto a Pike que seguía creyendo que era culpable, a pesar de todo. Era un odio tal que podía empujarle a hacer cosas que de otro modo no haría.

– Que Watts diga lo que le dé la gana, pero Krantz iba detrás de lo que iba. Nadie se lleva a agentes de los SWAT para decirle a un tío que ya no le buscan. Ni siquiera monta un dispositivo. Si no quería esperar, Krantz podía habérmelo dicho a mí, o a Charlie, o a los de la tienda. Te habrías enterado.

Pike asintió sin comentar nada y pensé que quizá le traía sin cuidado. Quizás era lo mejor.

– ¿Qué vas a hacer? -pregunté.

– Llamar a Paulette.

– ¿No te importa lo que Krantz ha dicho sobre Wozniak? ¿No te importa seguir cargando con la culpa?

Se encogió de hombros, y esa vez sí me di cuenta de que no le importaba lo más mínimo.

– Que Krantz y los demás se crean lo quieran. Lo que importa es lo que yo piense y lo que haga -aseguró. Entonces inspiró hondo y dirigió las gafas de sol hacia mí-. Te he echado de menos, Elvis.

Eso me hizo sonreír.

– Ya, Joseph. Y yo a ti. Me alegro de que hayas vuelto.

Entonces nos dimos la mano y me quedé mirándolo mientras bajaba hasta la furgoneta de reparto de García y se alejaba. Permanecí un rato allí, envuelto en aquel viento caliente, diciéndome que todo había acabado, que Pike estaba en casa y a salvo, aunque en el fondo sabía que no todo había terminado ni todo estaba resuelto.

Eramos distintos. El mundo había cambiado.

Me puse a pensar si nuestras vidas podrían volver a ser iguales, o igual de buenas, y en lo que habíamos perdido.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Ángeles requiem»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Ángeles requiem» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Jose Abasolo
Robert Crais: Chasing Darkness
Chasing Darkness
Robert Crais
Robert Crais: El último detective
El último detective
Robert Crais
Robert Crais: The Watchman
The Watchman
Robert Crais
Robert Crais: The First Rule
The First Rule
Robert Crais
Отзывы о книге «Los Ángeles requiem»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Ángeles requiem» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.