Robert Crais - Los Ángeles requiem

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Crais - Los Ángeles requiem» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Ángeles requiem: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Ángeles requiem»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A Joe Pike le parece imposible empezar de cero en la ciudad de Los Ángeles, donde los fantasmas del pasado se ocultan tras las luces de neón. Sus días como policía siguen ensombreciendo su presente e influyendo en su actividad como investigador privado. Su única relación estable es la que mantiene con su socio, Elvis Cole, un perspicaz detective con su propio pasado oscuro. Cuando una antigua amante de Pike aparece asesinada en las colinas de Hollywood, Joe y Elvis inician, a instancias del padre de la victima, una investigación paralela a la policía, lo que levantará las suspicacias de los antiguos compañeros de Pike y acabará por enturbiar el asunto hasta límites insospechados.

Los Ángeles requiem — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Ángeles requiem», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Me has asustado -dijo.

Asentí.

– No lo digo por Dolan, sino por lo de antes. Estoy enfadada contigo, Elvis. Estoy dolida.

Joe.

– Has cambiado tu vida para venir aquí, Luce. Estás preocupada por Richard y por lo que pueda pasarle a Ben. No tienes que preocuparte por mí. No tienes que poner en duda lo que compartimos, ni mis sentimientos. Lo eres todo para mí.

– Ya no estoy tan segura.

Me sentí como si el mundo se hubiera movido y yo me hubiera quedado flotando en el aire sin control de mí mismo, como si el menor soplo de brisa pudiera hacerme girar sobre mí mismo y yo no tuviera más remedio que permitir que me manejara a su antojo.

– Es por Joe.

– Es porque estabas dispuesto a poner en peligro todo lo que es importante para mí.

– ¿Qué querías, que llamara a la policía y le entregara? -dije, con más tensión en la voz de lo que pretendía.

Cerró los ojos y levantó la palma de la mano.

– Supongo que tú también estás enfadado conmigo.

– No me gusta tener que decidir cosas así, Luce. No me gusta que me hagas elegir entre Joe y tú. No me gusta que Dolan se presente en mi casa porque no tiene otro sitio al que acudir. No me gusta lo que está pasando entre tú y yo en este momento.

Respiró hondo.

– Entonces supongo que los dos estamos desilusionados -declaró.

Asentí.

– No me he mudado a tres mil kilómetros de casa para esto.

Agité la cabeza.

– ¿Me quieres? -pregunté.

– Te quiero, pero no sé cómo me siento contigo en este momento. No sé cómo me siento respecto a nada.

Eran palabras tan definitivas, tajantes, que me pareció que me había perdido algo. La observé para ver si había algo en sus ojos que no detectaba en su voz, pero si lo había no supe descubrirlo. Yo quería una catarsis emocional, y su análisis comedido me dejó con un nudo en la garganta.

– ¿A qué te refieres, Luce?

– Que tengo que pensar en lo nuestro.

– Ahora mismo tenemos un problema. ¿Te parece tan grande como para replantearte todo lo que sentimos el uno por el otro?

– Claro que no.

– Eso es lo que quiere decir «pensar en lo nuestro». No porque pase algo dejamos de tener «lo nuestro».

Miré las cajas que había alrededor. Las pertenencias de una vida. No estaba saliendo como había planeado.

No me decía lo que yo quería oír. Y yo no estaba sabiendo expresar lo que necesitaba decir.

Lucy me tomó una mano entre las suyas.

– Dices que he cambiado toda mi vida para venir aquí, pero eso también cambia la tuya. Los cambios no se terminaron cuando entré en el término municipal de Los Ángeles. Los cambios siguen ahora.

La abracé. Nos quedamos así, pero la incertidumbre era como una membrana que nos separaba.

Al cabo de un rato se soltó. Ya no lloraba. Parecía decidida.

– Te quiero, pero prefiero que esta noche no te quedes.

– ¿Lo tienes claro?

– No, no tengo nada claro. Ése es el problema.

Volvió a tomar mi mano, me besó los dedos con dulzura y me pidió que me marchara.

* * *

El sacrificio

El asesino aprieta la aguja, que entra hasta el fondo del cuadríceps, y se inyecta el doble de la dosis habitual de Dianabol. El dolor le enfurece, la rabia le tiñe la piel de un color rojo intenso mientras se le dispara la presión arterial. Se echa boca arriba sobre un banco y agarra las pesas.

Ciento cuarenta kilos.

Baja las pesas hasta el pecho, las levanta, las baja, las levanta. Ocho repeticiones que requieren un esfuerzo hercúleo, sobrehumano, y que no consiguen aplacar su ira en lo más mínimo.

Ciento cuarenta kilos, joder.

Gira sobre un costado y se levanta. Se contempla en el espejo que tiene en su apartamentucho de mierda. Los músculos hinchados, el pecho rojo, la cara encendida con un brillo asesino. «Tranquilízate. Contrólate. Olvida la rabia y disimula tus sentimientos.»

Su rostro se vacía de expresión.

Convertirse en Pike para acabar con él.

El asesino respira hondo para calmarse, vuelve al banco y se sienta.

La huida de Pike ha transformado la situación, lo mismo que la intervención de Cole y de la puta de Dolan. Pike sabe que le han tendido una trampa e intentará descubrir quién ha sido; ahora irá a por él. Cole y Dolan ya han buscado el expediente de DeVille, y eso es malo, aunque también sabe que no lo han conseguido. Sin esa carpeta no pueden llegar hasta él, pero están acercándose, y el asesino asume que les falta muy poco para identificarle.

Tiene que actuar enseguida. Decide pasar directamente a los últimos objetivos y nada puede detenerle. Pike es el comodín, pero a Cole sí que puede quitarle de en medio. Hay que distraerlo. Tiene que conseguir que deje de pensar en salvar a Pike y se concentre en otra cosa.

El asesino cree que Dolan siempre ha estado demasiado valorada como investigadora, así que no la tiene en cuenta. Cole es otro asunto. El asesino lo conoce bien. Cole es peligroso. Ha estado en las tropas de asalto y es un detective con experiencia. A primera vista no parece peligroso, pero muchos agentes le respetan. El asesino ha oído decir a un detective veterano que no hay que dejarse engañar por los chistecitos y las camisas chillonas, que Cole puede aguantarlo todo y que además sabe contraatacar. El asesino valora muy seriamente esa opinión.

Cuando se urde un plan contra el enemigo, siempre hay que buscar su punto débil.

Cole tiene novia.

Y la novia tiene un hijo.

Capítulo 32

Bajé el infinito tramo de escaleras del piso de Lucy y fui a sentarme en el coche. Pensé en arrancar, pero en ese momento era algo superior a mis fuerzas. Traté de enfadarme con ella, en vano. Intenté guardarle rencor, y en cambio me sentí como un trapo. Me quedé sentado allí en el coche, en aquella calle tranquila, hasta que se apagaron las luces de su casa, e incluso entonces permanecí inmóvil. Sólo deseaba estar cerca de Lucy, aunque ella estuviera arriba en su piso y yo en el coche, y me pasé casi toda la noche intentando comprender cómo podía haberse estropeado todo tan rápidamente. Quizás un investigador más competente habría encontrado la solución.

El cielo se había teñido de un violeta pálido cuando por fin decidí alejarme. Poco a poco fui adentrándome en el tráfico de la madrugada; la monotonía mecánica de la conducción me resultaba familiar y reconfortante. Al llegar a casa, Samantha ya no estaba. Había dejado una nota en la encimera de la cocina: «Si quieres hablo con ella».

Lavé los vasos de la noche anterior, guardé el tequila y cuando subía por las escaleras para darme una ducha sonó el teléfono.

Se me disparó el corazón y me quedé mirando el aparato. Dejé que volviera a sonar. Respiré hondo.

Al tercer timbrazo contesté, haciendo un esfuerzo para que no pareciera que acababa de correr diez kilómetros.

– ¿Lucy?

– ¿Por qué no me ha llamado? -preguntó Evelyn Wozniak.

– ¿Cómo?

– Le dejé un mensaje ayer. Le decía que me llamara, por muy tarde que llegara.

Había mirado el contestador cuando Pike estaba todavía en casa y no había mensajes. Volví a mirarlo, y tampoco había nada.

– Vale. Ya estamos hablando.

Evelyn me indicó cómo llegar al guardamuebles de su madre en North Palm Springs. Había hecho una copia de la llave y se la había dejado en un sobre al cuidado de la encargada del recinto. Le pregunté si quería estar presente cuando examinase las pertenencias de su padre, pero me contestó que le daba miedo lo que pudiera encontrar. Lo comprendí. A mí también me daba miedo.

– Evelyn -le dije cuando hubo terminado-, ¿en el mensaje decía algo de todo esto?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Ángeles requiem»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Ángeles requiem» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Crais - L.A. Requiem
Robert Crais
Robert Crais - Free Fall
Robert Crais
Robert Crais - The sentry
Robert Crais
Robert Crais - The Watchman
Robert Crais
Robert Crais - El último detective
Robert Crais
Robert Crais - Sunset Express
Robert Crais
Robert Crais - Voodoo River
Robert Crais
Отзывы о книге «Los Ángeles requiem»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Ángeles requiem» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x