Steve Berry - Los caballeros de Salomón

Здесь есть возможность читать онлайн «Steve Berry - Los caballeros de Salomón» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los caballeros de Salomón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los caballeros de Salomón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La poderosa orden medieval de los templarios poseía un conocimiento secreto que amenazaba los cimientos de la Iglesia y cuya revelación podría haber cambiado el rumbo de la Historia. Condenador por herejía, fueron aniquilados en el siglo XIV, y los rastros de su colosal saber se perdieron en el abismo de la Historia. Hasta hoy. Cotton Malone, un ex agente secreto del gobierno americano, se ve envuelto en una persecución a contrarreloj por descifrar ese enigma que los templarios codificaron. Su búsqueda pone al descubierto una peligrosa conspiración religiosa capaz de cambiar el destino de la humanidad y poner en entredicho la veracidad de los Santos Evangelios.

Los caballeros de Salomón — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los caballeros de Salomón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Su hora había llegado.

La regla era clara.

«Existe la obligación de que, cuando algo sea ordenado por el maestre, no haya vacilación en su cumplimiento, pero la cosa debe hacerse sin demora, como si hubiera sido ordenado desde el Cielo.»

El teléfono de su escritorio emitió un suave timbre, y él levantó el auricular.

– Nuestros dos hermanos de Rennes-le-Château -le dijo su ayudante de mariscal- han informado de que Stephanie Nelle y Malone están ahora allí. Tal como usted predijo, fueron directamente al cementerio y encontraron la tumba de Ernest Scoville.

Es bueno conocer a tus enemigos.

– Haga que nuestros hermanos se limiten a observar, pero que estén preparados para actuar.

– Sobre el otro asunto que nos pidió investigar puedo decirle que aún no tenemos ni idea de quién atacó a los hermanos en Copenhague.

Aborrecía los fallos.

– ¿Está todo preparado para esta tarde?

– Estaremos listos.

– ¿Cuántos hermanos acompañaron al senescal en la Sala de los Padres?

– Treinta y cuatro.

– ¿Todos identificados?

– Todos y cada uno de ellos.

– Se le dará a cada hombre una oportunidad de unirse a nosotros. En caso contrario, habrá que tratar con ellos. Procuremos, sin embargo, que la mayoría se nos una. Lo que no debería plantear ningún problema. A pocos les gusta formar parte de una causa perdida.

– El consistorio empieza a las seis de la tarde.

Al menos el senescal estaba desempeñando su deber, llamando a sesión antes de la caída del sol. El consistorio era la variable de la ecuación -un procedimiento especialmente concebido para impedir la manipulación-, pero era algo que había sido estudiado durante mucho tiempo, y previsto.

– Estad preparados -dijo-. El senescal usará la rapidez para crear confusión. Así es como su maestre consiguió la elección.

– No aceptará la derrota alegremente.

– Tampoco esperaría que lo hiciera. Por eso tengo una sorpresa esperándole.

XVIII

Rennes-le-Château

1:30 pm

Malone y Stephanie se abrieron paso a través de la atestada aldea. Otro autobús lo hacía por la ru e central, circulando con calma en dirección al aparcamiento. Hacia la mitad de la calle, Stephanie entró en un restaurante y habló con su propietario. Malone les echó el ojo a algunos platos de pescado de delicioso aspecto que los comensales estaban disfrutando, pero comprendió que la comida tendría que esperar.

Estaba furioso porque Stephanie le hubiera mentido. O no apreciaba, o no comprendía la gravedad de la situación. Hombres decididos, deseosos de morir y matar, andaban tras alguna cosa. Había visto a gente como ellos muchas veces, y cuanta más información poseyera, más probabilidades de éxito. Ya era bastante duro tratar con el enemigo; tener que preocuparse por un aliado agravaba la situación.

Al salir del restaurante, Stephanie dijo:

– A Ernest Scoville le atropello un coche la semana pasada mientras daba su paseo diario fuera de las murallas. Tenía muchas simpatías. Llevaba viviendo aquí mucho tiempo.

– ¿Alguna pista sobre el coche?

– No hay testigos. Nada en qué basarse.

– ¿Conocía usted realmente a Scoville?

Ella asintió.

– Pero no significaba nada para mí. Él y yo raras veces hablábamos. Se puso al lado de Lars.

– ¿Entonces por qué lo llamó usted?

– Era el único al que creí que podía preguntarle por el diario de Lars. Se mostró educado, considerando que hacía años que no nos dirigíamos la palabra. Quería ver el diario. Así que planeé compensarle mientras estaba aquí.

Malone se hizo preguntas sobre ella. Malas relaciones con su marido, su hijo y los amigos de su marido. El origen de su remordimiento era claro, pero lo que tenía pensado hacer al respecto seguía nebuloso.

Stephanie hizo un gesto indicando que echaran a andar.

– Querría comprobar la casa de Ernest. Poseía una magnífica biblioteca. Me gustaría ver si sus libros siguen allí.

– ¿Tenía esposa?

Ella negó con la cabeza.

– Era un solitario. Habría sido un excelente ermitaño.

Tomaron por uno de los callejones laterales entre más filas de edificios que parecían todos construidos para unos dueños muertos hacía tiempo.

– ¿Cree usted realmente que hay un tesoro escondido en las inmediaciones? -preguntó Malone.

– Es difícil decirlo, Cotton. Lars solía decir que el noventa por ciento de la historia de Saunière es ficción. Yo le reprendí por perder el tiempo en algo tan estúpido. Pero él siempre contraatacaba con el diez por ciento de verdad. Eso es lo que le cautivaba, y, en buena parte, también a Mark. Al parecer ocurrieron cosas extrañas aquí hace cien años.

– ¿Se refiere usted otra vez a Saunière?

Ella asintió.

– Ayúdeme a comprender.

– La verdad, yo también necesito ayuda en esto. Pero puedo contarle más de lo que sé sobre Bérenger Saunière.

No puedo abandonar una parroquia donde me retiene mi inter és - le dijo Saunière al obispo mientras se encontraba ante el hombre de edad avanzada en el palacio episcopal de Carcasona, a treinta kil ómetros al norte de Rennes-le-Ch âteau.

Hab ía evitado aquella reuni ón durante meses con informes de su m édico de que no pod ía viajar por enfermedad. Pero el obispo era persistente, y la última petici ón de audiencia hab ía sido entregada por un polic ía que ten ía instrucciones de acompa ñarle personalmente de vuelta.

Lleva usted una vida mucho m ás magn ífica que la m ía - dijo el obispo -. Quisiera una declaraci ón relativa al origen de sus recursos econ ómicos, que parecen tan repentinos e importantes.

Ay, Monseigneur, me pide usted lo único que no puedo revelar. Grandes pecadores a los que, con la ayuda de Dios, he mostrado el camino de la penitencia, me han entregado estas considerables sumas. No deseo traicionar el secreto de confesi ón dando sus nombres.

El obispo pareci ó considerar su argumento. Era bueno, y pod ía funcionar.

Entonces hablemos de su estilo de vida. Eso no est á protegido por el secreto de confesi ón.

Él fingi ó inocencia.

Mi estilo de vida es bastante modesto.

– Eso no es lo que me han dicho.

Su informaci ón debe de ser err ónea.

Veamos. - El obispo abri ó la tapa de un grueso libro que ten ía ante él -. Hice realizar un inventario, que es bastante interesante.

A Saunière no le gustaba aquel tono. Su relaci ón con el anterior obispo hab ía sido relajada y cordial, y él hab ía disfrutado de una gran libertad. Este nuevo obispo era algo completamente distinto.

En 1891 emprendi ó usted una renovaci ón de la iglesia parroquial. En aquella época reemplaz ó usted las ventanas, construy ó un p órtico, instal ó un nuevo altar y otro púlpito, y repar ó el tejado. Su coste, aproximadamente dos mil doscientos francos. Al a ño siguiente fueron remozadas las paredes exteriores y reemplazado el suelo del interior. Vino luego un nuevo confesionario, setecientos francos, estatuas y estaciones del Via Crucis, todo tallado en Toulouse por Giscard, tres mil doscientos francos. En 1898 fue a ñadida una arqueta para las colectas, cuatrocientos francos. Despu és, en 1900, un bajorrelieve de Santa Mar ía Magdalena, muy primoroso me han dicho, fue colocado en el frontal del altar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los caballeros de Salomón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los caballeros de Salomón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los caballeros de Salomón»

Обсуждение, отзывы о книге «Los caballeros de Salomón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x