P. Cast - Diosa Por Derecho

Здесь есть возможность читать онлайн «P. Cast - Diosa Por Derecho» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Diosa Por Derecho: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Diosa Por Derecho»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Aunque Morrigan fue concebida en medio de una mentira, y estuvo atrapada en un árbol durante toda su gestación, su nacimiento fue verdaderamente mágico. Después de aquel comienzo, pasó
los siguientes dieciocho años de su vida como cualquier chica normal de Oklahoma. Cuando descubrió la verdad de su origen, la rabia y la pena se apoderaron de ella y la llevaron de vuelta al mundo de Partholon. Pero allí, en vez de ser respetada como hija de la encarnación de una diosa, Morrigan se sintió como una intrusa rechazada. En su desesperación por formar parte de Partholon, se enfrentará a fuerzas que no podía comprender ni controlar por entero. Y pronto empezaría a sufrir el acecho de una extraña oscuridad…

Diosa Por Derecho — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Diosa Por Derecho», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

«¡Sí!».

Aquella palabra le invadió la mente y acabó con todo su nerviosismo. Vio, más que oír, los jadeos de asombro de la gente, y apenas miró a Shayla, que tenía cara de profunda desaprobación, mientras se echaba el pelo hacia atrás y levantaba orgullosamente los brazos por encima de la cabeza. Con voz potente, invocó la presencia de la diosa.

– Adsagsona, ¡te llamo a las alturas! -dijo, y después, bajó la cabeza y las manos, y volvió las palmas hacia abajo, con los dedos abiertos, para formar una uve-. Y abajo. Diosa, te pido que estés conmigo en esta noche tan especial para ti, la noche de la luna nueva. Soy tu nueva Suma Sacerdotisa, y te prometo que haré que te sientas orgullosa de mí.

Morrigan cerró los ojos para concentrarse y rogó: «Por favor, no me decepciones. Por favor, no me dejes aquí sola». Después, prosiguió:

– ¡Ven a nosotros, Adsagsona, y deja que tu pueblo te agradezca las bendiciones que le has otorgado durante las últimas fases de la luna!

Entonces, Morrigan volvió a elevar las manos, y esperó que todo saliera bien.

«¡Bienvenida, Portadora de la Luz, de quien estoy tan satisfecha!».

Morrigan abrió los ojos de golpe al oír aquella voz. Lo único que vio fue luz, y sintió una inmensa oleada de poder y calor. Entonces se miró a sí misma, y apenas pudo creer lo que veía. ¡Su cuerpo estaba ardiendo! No… no ardía. Era como si la diosa hubiera accionado un interruptor dentro de ella, y su alma se hubiera encendido con una luz ardiente. ¡Era impresionante! Morrigan echó hacia atrás la cabeza y rió de pura alegría, un sonido que también se extendió entre el resto de las Sacerdotisas. Muchos de los presentes cayeron de rodillas, llorando de alegría y dándole las gracias a Adsagsona.

Ajena a aquella multitud atemorizada, Morrigan alzó las manos y le habló a la diosa con el corazón.

– Adsagsona, sé que debo darte las gracias por las riquezas que les has concedido a los Sidethas, pero soy la nueva Suma Sacerdotisa, y voy a hacer una bendición diferente -dijo. Hizo una pausa, y buscó con la mirada a individuos entre aquel numeroso grupo. Entonces, comenzó a hablarle a la diosa de algunas personas-: Quiero agradecerte la habilidad que tiene Donnetha para crear joyas bellísimas.

La mujer, de mediana edad, abrió unos ojos como platos al oír su nombre, y se ruborizó con alegría. Después, inclinó la cabeza. Morrigan encontró a otra mujer a la que reconoció.

– Quiero darte las gracias por la habilidad de Gladys para esculpir el mármol y darle vida -dijo con una sonrisa para la Maestra Escultora.

Así, continuó agradeciendo a Adsagsona las habilidades de aquéllos a quienes había visto crear belleza y arte. Finalmente, vio la cara más querida para ella en todo Sidetha. Sonrió con calidez y dijo:

– Y, sobre todo, quiero pedirte una bendición especial para tu Suma Sacerdotisa Birkita, que te ama, y me ama a mí con verdadera generosidad -dijo. Después, terminó las bendiciones-: Diosa, quiero darte las gracias por los dones que les has concedido a los Sidethas, su talento, en vez de las riquezas que han obtenido con esos dones. ¡Ave, Adsagsona!

Sólo hubo una ligera pausa, y después, guiados por las alegres voces de las Sacerdotisas, todos respondieron al grito de «¡Ave, Adsagsona!».

Morrigan permaneció allí, con la piel brillante, con el pecho orgullosamente desnudo, las palmas de las manos y los dedos hacia abajo, intentando recuperar el aliento, mientras toda la multitud quedaba en silencio y comenzaba a salir de Usgaran. Se miró, y se dio cuenta de que brillaba con una mezcla de aceite de ungir y de sudor. Y tuvo que admitir que sus senos tenían un aspecto magnífico, brillantes, desnudos y llenos de vida. Que Shayla intentara decirle que debía cubrirse. Esa bruja podía irse al infierno, porque no era el destino de Morrigan pasar de puntillas como una aspirante a reina hambrienta de poder. Su destino era ser Suma Sacerdotisa y Portadora de la Luz, ¡y ella cumpliría su destino!

Cuando por fin miró hacia arriba, Morrigan se sorprendió, porque Usgaran estaba completamente vacía, salvo por la presencia de Brina.

– Bien. Ha llegado el momento de calmarse y hacer lo siguiente -murmuró.

Birkita le había dicho que debía verter una copa de vino alrededor del Cristal Sagrado, como libación para la diosa, y después, llevar a cabo la última parte del ritual a oscuras, a solas.

Morrigan miró a su alrededor, y en uno de los salientes de roca que había en la pared, detrás de la piedra, vio una gran copa de vino. La tomó y admiró su delicado diseño. Había sido tallada en una sola pieza de cuarzo rosa, y estaba llena de vino tinto. Morrigan comenzó a verter el líquido alrededor de la piedra de cristal, dibujando un círculo. El vino perfumó el aire con la esencia de las uvas y de las especias, y la embriagó un poco, como si ella misma hubiera bebido una copa entera.

Después, con gracilidad, Morrigan apagó las llamas que iluminaban Usgaran, y se situó ante el Cristal Sagrado. Con los dedos, acarició la enorme piedra.

– Eres tan bello… sobre todo ahora, que la única luz que hay en la cueva es la tuya -murmuró Morrigan. Después se miró y, al ver aquella y asombrosa luz que brillaba en su interior, se echó a reír suavemente-. Bueno, salvo por mí.

«Te oímos, Portadora de la Luz, Elegida de Adsagsona».

Aquellas palabras pasaron a través de sus dedos, dándole calor, produciéndole entusiasmo.

– Gracias. Muchísimas gracias. Pero ahora, necesito que te apagues durante un rato, para poder terminar el ritual.

«¡Como desees, Portadora de la Luz!».

Inmediatamente, el Cristal Sagrado se apagó, y Morrigan quedó sumida en una oscuridad completa. Ni siquiera su piel brillaba. Pestañeó varias veces, para acostumbrar la vista a la falta de luz, y alzó los brazos una vez más. Repitió la invocación, y después, comenzó a sincerarse.

– Adsagsona, ahora estamos solas y no tengo que fingir que sé lo que estoy haciendo. Espero que… Espero que no te importe que te hable como una persona normal, aunque no quiero faltarte el respeto, porque sé que tú no eres cualquier mujer normal.

Morrigan se quedó callada y se mordió el labio. No sabía si lo que estaba diciendo sonaba estúpido.

«Puedes continuar, Portadora de la Luz».

Morrigan contuvo un gritito de sorpresa. La voz de la diosa no era poderosa como antes, y le llegó desde la oscuridad, como si fuera algo casi tangible.

– Quiero pedirte tu bendición para los Sidethas en las siguientes fases lunares.

«¿Para todos los Sidethas?».

– En realidad, es algo que quería precisar. No me gusta cómo se trata a Birkita. Algunas cosas… o mejor dicho, hay algunas personas por aquí que me dan mala impresión. Así que supongo que me gustaría pedirte tu bendición para aquéllos que no me dan mala impresión.

Morrigan se mordió el labio de nuevo, sin saber qué más decir.

«¿Y no debería la Elegida rezar por toda su gente?».

Morrigan frunció el ceño.

– Seguramente sí, pero no llevo mucho tiempo siendo Suma Sacerdotisa, y como sabes, no soy de este mundo. Así que tal vez lo esté haciendo mal.

La risa de Adsagsona provocó chispitas de luz en la oscuridad.

«Confía en tu instinto, niña. No te defraudará».

– Gracias, Diosa. Intentaré hacerlo.

«Debes saber que tienes mi bendición, Morrigan MacCallan, Portadora de la Luz. A través de ti, la gente será bendecida, y tu luz iluminará la oscuridad…».

Morrigan sintió una ráfaga de viento en la oscuridad. Envolvió su cuerpo, levantó su cabello y le acarició suavemente la piel, como el abrazo de una madre. Ella se echó a temblar al sentir toda aquella belleza, y susurró entre lágrimas:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Diosa Por Derecho»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Diosa Por Derecho» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Diosa Por Derecho»

Обсуждение, отзывы о книге «Diosa Por Derecho» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x