John Boyne - La casa del propósito especial

Здесь есть возможность читать онлайн «John Boyne - La casa del propósito especial» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La casa del propósito especial: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La casa del propósito especial»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Mientras acompaña a su esposa Zoya, que agoniza en un hospital de Londres, Georgi Danilovich Yáchmenev rememora la vida que han compartido durante sesenta y cinco años, una vida marcada por un gran secreto que nunca ha salido a la luz. Los recuerdos se agolpan en una sucesión de imágenes imborrables, a partir de aquel lejano día en que Georgi abandonó su mísero pueblo natal para formar parte de la guardia personal de Alexis Romanov, el único hijo varón del zar Nicolás II. Así, la fastuosa vida en el Palacio de Invierno, las intimidades de la familia imperial, los hechos que precedieron a la revolución bolchevique y, finalmente, la reclusión y posterior ejecución de los Romanov se entremezclan con el durísimo exilio en París y Londres en una hermosa historia de un amor improbable, al mismo tiempo un apasionante relato histórico y una conmovedora tragedia íntima. Con un dominio absoluto del ritmo y el suspense, John Boyne mantiene vivo el interés hasta las últimas páginas, en las que un inesperado desenlace dejará, una vez más, una profunda huella en los lectores.

La casa del propósito especial — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La casa del propósito especial», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué te has creído que soy, chico, un reloj? -exclamó el tabernero-. Vete a molestar a otro con tus preguntas.

– Por favor -insistí-. ¿No puede…?

– Son casi las tres en punto -espetó-. Ahora lárgate de aquí y no vuelvas.

Sin embargo, poco después pareció que Dios me sonreía, porque al doblar una esquina capté un destello metálico en el suelo. Agucé la mirada para ver de qué se trataba, pero no conseguí localizarlo, así que volví sobre mis pasos hasta que vislumbré el brillo una vez más. Acercándome con cautela, recogí un sujetapapeles que había quedado medio enterrado en el polvo y que sujetaba un fajo de billetes, no muchos, pero más de los que había visto en mucho tiempo. Algún desafortunado debía de haberlos perdido; podía haber sucedido sólo unos minutos antes o días atrás, no había modo de saberlo. Miré alrededor para comprobar si alguien me había visto, pero nadie me prestaba atención, de modo que me metí el dinero en el bolsillo, entusiasmado con mi buena suerte. Podría habérselo entregado a un soldado, por supuesto, o haber ido al ayuntamiento para que se lo devolvieran a su legítimo propietario, pero no hice ninguna de esas cosas. Hice lo que habría hecho cualquiera en mi empobrecida y hambrienta situación: me lo quedé.

– ¡Son las tres y cuarto! -bramó el dueño de la taberna cuando volví a entrar, pero yo le mostré un billete para que supiera que no estaba allí sólo para molestarlo-. Ah -añadió sonriendo-, eso lo cambia todo.

Me senté, pedí comida y algo de beber, y me esforcé en no preguntar qué hora era cada pocos minutos. Ahora que mi viaje de año y medio había concluido, ahora que Anastasia y yo íbamos a reencontrarnos por fin, una sola cuestión me rondaba la cabeza: ¿qué haría cuando volviésemos a estar juntos?

Los bolcheviques no iban a dejarla salir de la casa Ipátiev para irse conmigo. Y aunque así fuera, ¿adónde iríamos? No; lo más probable era que nos viésemos durante unos minutos, una hora con suerte, y luego ella tendría que regresar con su familia. ¿Y qué haría yo después: volver cada noche a verla? ¿Planear un encuentro clandestino tras otro? No; tenía que haber una solución más sensata.

Me dije que a lo mejor podría salvarlos. Quizá encontrara una forma de sacar a la familia entera, atravesar clandestinamente Rusia y dirigirnos a Finlandia, desde donde podrían huir a Inglaterra. Sin duda habría simpatizantes por el camino que protegerían a los miembros de la familia imperial, que mentirían por ellos, que morirían por ellos de ser necesario. Y si tenía éxito, el zar no podría negarme la mano de su hija, pese a nuestra diferencia de rango.

Era una idea valiente y loable, pero no se me ocurría cómo llevarla a cabo. Todos los soldados iban armados con fusiles, mientras que yo sólo contaba con unos cuantos billetes encontrados en la calle. Era poco probable que los bolcheviques y el Gobierno del Pueblo fueran a permitir que sus bienes más preciados huyeran del país sin más para crear una corte rusa en el exilio. No; se aferrarían a ellos para siempre, los mantendrían recluidos, ocultos del mundo. Los zares ya no volverían a tener una corte, pasarían el resto de su vida bajo vigilancia en Ekaterimburgo. Sus hijos envejecerían allí. Los tendrían escondidos el resto de sus días, sin permitirles casarse ni tener hijos, y la dinastía Romanov llegaría a su fin natural. Cincuenta, quizá sesenta años más, y habrían desaparecido.

Era inconcebible, pero también la explicación más probable. El mero hecho de pensarlo me deprimió terriblemente. Las horas pasaron, el sol se puso, salí de la taberna y vagué por las calles otra vez, alejándome una hora en una dirección para que me costara una hora más regresar. No sentí cansancio, pues esa noche estaba completamente alerta. Llegaron las nueve y pasaron; luego las diez, las once. Se acercaba la medianoche. Ya no pude esperar más.

Me encaminé hacia allí.

Si la casa no parecía especialmente opresiva durante el día, por la noche adquiría un aspecto distinto, con las inquietantes sombras moteadas que proyectaba la luna sobre paredes y verjas. Los guardias, que se habían turnado para recorrer el sendero con aparente despreocupación, brillaban ahora por su ausencia. El portón estaba cerrado y había un camión en el centro del sendero, con la carga, si llevaba alguna, oculta por una lona. Titubeé en la extensión de hierba de enfrente, mirando con nerviosismo mientras me preguntaba qué estaría pasando dentro de la casa. Al cabo de unos minutos, temiendo que los soldados volvieran y me encontraran allí plantado, me dirigí al grupo de árboles donde le había dicho a María que esperaría, y confié en que Anastasia no tardara en salir en mi busca.

No había pasado mucho rato cuando se encendieron las luces del salón de la planta baja, y lo que pareció la dotación entera de soldados entró en la estancia. No llevaban uniforme de bolcheviques, sino la vestimenta sencilla de los campesinos locales, con el fusil al hombro, como siempre. En lugar de dividirse como yo esperaba -unos a dormir, otros a trabajar y otros a vigilar-, se sentaron en torno a la mesa y centraron la atención en un soldado algo mayor que parecía al mando y que les habló; todos escucharon en silencio.

Instantes después, oí crujir la gravilla del sendero. Me agazapé aún más en la espesura e intenté ver quién había salido. Pero estaba muy oscuro y el camión me tapaba la visión, así que no logré distinguir a nadie, sólo a los soldados del salón. Contuve el aliento, y sí, ahí estaba otra vez: unos pies caminaban con cautela sobre las piedrecillas, haciéndolas crujir.

Alguien había salido de la casa.

Agucé la mirada pensando que era Anastasia, pero me resistí a llamarla incluso en susurros, pues si estaba equivocado delataría mi presencia. Sólo me quedaba esperar. El corazón me palpitaba y, pese al frío de la noche, el sudor me perlaba la frente. Algo andaba mal. Me pregunté si debía arriesgarme y cruzar el camino, pero antes de que pudiera decidirme, todos los guardias se levantaron a la vez y extendieron el brazo derecho hacia el centro de la habitación, poniendo una mano sobre otra antes de separarse y formar una fila en silencio. Dos hombres, el que había hablado y otro, abandonaron el salón; a través de la puerta principal entreabierta los vi subir por la escalera que se alzaba en el centro de la casa.

Eché otro vistazo al sendero tratando de distinguir a la persona que había salido, pero ahora todo estaba en silencio. Quizá sólo había sido el terrier de la zarina, me dije, u otro animal. A lo mejor sólo lo había imaginado. No importaba; si antes había alguien allí, ahora ya no estaba.

En una ventana del piso superior se encendió una luz. Oí voces allí arriba, un murmullo, y entonces se reflejó una sombra en la cortina, la de un grupo de personas apiñadas como una sola, que se fueron separando para dirigirse, una por una, hacia la puerta.

Me moví rápidamente hacia la izquierda para ver la escalera a través de los árboles. Un instante después apareció la gran duquesa Olga, seguida por un grupito que no conseguí distinguir, pero sin duda eran sus hermanos: María, Tatiana, Anastasia y Alexis. Los vi sólo brevemente mientras bajaban, antes de desaparecer por un lado de la planta baja. Supuse que los separaban de sus padres para llevarlos a otro sitio. Al fin y al cabo, eran jóvenes y no habían cometido crimen alguno. A lo mejor les estaban permitiendo marcharse.

Pero no; el vestíbulo permaneció desierto sólo un minuto, hasta que aparecieron el zar y la zarina y empezaron a bajar la escalera, despacio, apoyándose uno en el otro, aparentemente sin fuerzas, escoltados por dos soldados que los guiaron en la misma dirección que habían tomado sus hijos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La casa del propósito especial»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La casa del propósito especial» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La casa del propósito especial»

Обсуждение, отзывы о книге «La casa del propósito especial» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x