Joe Hill - Cuernos

Здесь есть возможность читать онлайн «Joe Hill - Cuernos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuernos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuernos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿QUÉ PASARÍA SI UNA MAÑANA DESPUÉS DE UNA BORRACHERA HORRIBLE, TE DESPERTARAS CON UNOS INCIPIENTES CUERNOS EN LA CABEZA?
La vida de Ig Perrish es un verdadero infierno desde que su novia Merrin fuera asesinada un año atrás, en un episodio que si bien le fue ajeno tendió sobre él un manto de sospechas que nunca pudo sacudirse.
Una mañana, después de una fuerte borrachera, se encuentra con unos cuernos creciendo en su frente. Con el pasar de las horas descubrirá que tienen un extraño efecto en la gente: les hace contarle sus más oscuros deseos y secretos. Así, Ig se entera de que todo el pueblo, incluso sus padres, creen que él fue quien mató a Merrin. Tras el desconcierto de los primeros momentos, Ig aprenderá a sacar ventaja de ser el mismísimo diablo…
Joe Hill, príncipe del terror y autor prodigio de la exitosa novela El traje del muerto, vuelve a ponernos los pelos de punta con esta extravagante, original e imaginativa historia, en la que todo es, aparentemente, extraño e inexplicable.

Cuernos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuernos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿Qué tal lo llevas?

Ig

Tardó horas en entender la última parte del correo; la pregunta ¿Qué tal lo llevas? le tuvo desconcertado toda la mañana, hasta que recordó que su madre había muerto; de hecho llevaba muerta dos semanas. Le interesó más la línea que aludía a hacer el trabajo sucio para Merrin, un mensaje en sí mismo. Aquella noche tuvo sueños sexuales calenturientos; soñó que Merrin estaba desnuda en su cama y él se sentaba sobre sus brazos y la sujetaba mientras le metía a la fuerza un embudo en la boca, un embudo rojo de plástico, y después vertía gasolina dentro de él y ella empezaba a retorcerse como si tuviera un orgasmo. Entonces él encendía una cerilla sujetando la caja de fósforos con los dientes para tener a punto la tira de lija, y la dejaba caer en el embudo. Entonces había un fluosss y un ciclón de llamas rojas salía de la boca del embudo y los ojos sorprendidos de Merrin ardían. Cuando se despertó, comprobó que las sábanas estaban empapadas; nunca antes había tenido un sueño erótico tan intenso, ni siquiera de adolescente.

Dos días más tarde era viernes y acudió a casa de Merrin a recoger la mesa de tocador. Tuvo que transportar una pesada y mohosa caja de herramientas del maletero al asiento trasero para hacerle sitio y aun así necesitó tomar prestadas cuerdas del padre de Merrin para sujetar la puerta y que la mesa no se moviera. A mitad de camino hacia Boston detuvo el coche en un área de descanso y le envió a Merrin el siguiente mensaje:

Llego a Boston esta noche y llevo un mamotreto en el maletero, así que más te vale estar en casa cuando te lo lleve. ¿Andará por ahí mi reina de los hielos? Así la conoceré por fin.

Esperó un buen rato hasta que le llegó la respuesta:

Joder Lee que d puta mdre q vngs a vrm pero dberias hbrme avsdo la reina del hielo trbj sta nche asi tndras q confrmrte cnmgo.

Capítulo 33

Merrin le abrió la puerta vestida con un pantalón de chándal y una sudadera grande con capucha. Su compañera de piso estaba en casa, una marimacho asiática con una risita de lo más molesta.

– ¿Qué es lo que llevas aquí dentro? -preguntó Lee. Estaba apoyado en el tocador respirando con fuerza y enjugándose el sudor de la frente. Lo había subido usando un carrito que el padre de Merrin había insistido en que se llevara, empujándolo por diecisiete escalones hasta llegar al descansillo y casi dejándolo caer en dos ocasiones-. ¿Ropa interior con cadenas?

La compañera de piso miró por encima del hombro de Merrin y dijo:

– A lo mejor un cinturón de castidad de hierro.

Y se alejó graznando como un ganso.

– Pensaba que se había mudado -dijo Lee cuando se aseguró de que no podía oírles.

– Se va al mismo tiempo que Ig -le dijo Merrin-. A San Diego. Después me quedaré aquí sola por un tiempo.

Se lo dijo mirándole a los ojos con una media sonrisa. Otro mensaje.

Forcejearon con el tocador hasta conseguir pasarlo por la puerta y después Merrin dijo que lo dejaran y fueron a la cocina a recalentar algo de comida india. Colocó platos de papel en una mesa redonda con manchas bajo una ventana con vistas a la calle. Había chicos montando en monopatín en la noche de verano, deslizándose entre las sombras y los charcos de luz anaranjada que proyectaban las farolas de vapor de sodio.

Uno de los lados de la mesa estaba cubierto con los cuadernos y papeles de Merrin y ésta empezó a apilarlos para hacer sitio. Lee se inclinó por encima de su hombro simulando mirar sus apuntes mientras aspiraba profundamente la fragancia de su pelo. Vio hojas sueltas de cuaderno reglado con puntos y guiones dispuestos en retícula.

– ¿Qué son esas cosas de Une los puntos?

– Ah -dijo Merrin mientras recogía los papeles, los metía en un libro de texto y los dejaba en el alféizar-. Mi compañera de piso. Jugamos a ese juego, ¿lo conoces? Dibujas los puntos y después tienes que unirlos mediante guiones y la que consigue hacer más cuadrados gana. A la que pierde le toca hacer la colada. La tía lleva meses sin tener que lavarse la ropa.

Lee dijo:

– Deberías dejarme echar un vistazo. Soy muy bueno en ese juego y podría aconsejarte sobre tu siguiente movimiento.

Sólo había podido echarle un vistazo, pero le había dado la impresión de que ni siquiera estaba bien dibujado. Tal vez era una versión diferente del juego que él conocía.

– Creo que eso sería hacer trampas. ¿Me estás diciendo que quieres convertirme en una tramposa?

Se miraron a los ojos durante un instante. Lee dijo:

– Yo quiero lo que tú quieras.

– Bueno, pues creo que debo intentar ganar honestamente.

Se sentaron el uno enfrente del otro. Lee miró a su alrededor examinando el lugar. Como apartamento era poca cosa: un cuarto de estar, una cocina americana y dos dormitorios en el piso superior en una laberíntica casa en Cambridge que había sido dividida en cinco apartamentos. En el piso de abajo alguien tenía música dance puesta a todo volumen.

– ¿Vas a poder pagar el alquiler tú sola?

– No, en algún momento tendré que buscar a alguien.

– Estoy seguro de que Ig estaría encantado de contribuir.

Merrin dijo:

– Si le dejara, pagaría él todo el alquiler y yo sería su mantenida. Ya he tenido una oferta de ese tipo, ¿sabes?

– ¿Qué oferta?

– Uno de mis profesores me invitó a comer hace unos meses. Pensaba que íbamos a hablar sobre mi residencia, pero en lugar de ello pidió una botella de vino de doscientos dólares y me dijo que quería alquilarme un apartamento en Back Bay. Un tío de sesenta años con una hija dos años mayor que yo.

– ¿Casado?

– Por supuesto.

Lee se recostó en la silla y silbó.

– Seguro que Ig se puso muy contento.

– No se lo conté. Y no se te ocurra contárselo tú tampoco. No debería haberlo mencionado.

– ¿Por qué no se lo contaste a Ig?

– Porque este tío me da clase y no quiero que Ig le denuncie por acoso sexual o algo por el estilo.

– Ig no le denunciaría.

– No, supongo que no. Pero me habría obligado a borrarme de su clase y yo no quería. Al margen de su comportamiento fuera del aula, ese tío es uno de los mejores oncólogos del país y en ese momento me interesaba lo que me podía enseñar. Me parecía importante.

– ¿Y ya no?

– Joder, no necesito licenciarme con matrícula de honor. Hay mañanas en que pienso que me conformaría sólo con licenciarme.

– Venga ya, lo estás haciendo genial. -Lee hizo una pausa y luego dijo-: ¿Qué tal se lo tomó el hijo de puta cuando le mandaste a tomar por culo?

– Con buen humor. Y el vino estaba rico. De una añada de principios de los noventa, de unos viñedos familiares en Italia. Tengo la impresión de que siempre lo pide cuando invita a cenar a alguna alumna. No le mandé a tomar por culo, le dije que estaba enamorada de otra persona y también que no me parecía algo apropiado siendo su alumna, pero que en otras circunstancias habría estado encantada de considerar su oferta.

– Qué amable.

– Es que es verdad. Si no hubiera sido su alumna y si nunca hubiera conocido a Ig… Me puedo imaginar yendo con él al cine a ver una película extranjera o algo así.

– ¡Venga ya! ¿No has dicho que era mayor?

– Lo suficiente como para apuntarse al Inserso.

Lee se hundió en la silla mientras experimentaba un sentimiento que le resultaba desconocido: asco. Y también sorpresa.

– Estás de broma.

– ¿Y por qué no? Podría aprender sobre vinos, libros y cosas de las que no tengo ni idea. La vida desde el otro extremo del telescopio. Lo que se siente al estar en una relación inmoral.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuernos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuernos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cuernos»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuernos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x