Lindell: Pero ¿yo qué puedo saber?
Lindmark: La conocías. Os veíais. Nadie más lo hacía. Vivía sola, estaba en paro y su familia vive en el oeste de Nyland. ¡Tú eras el único que tenía contacto con ella! Debes de saber algo del asunto.
Lindell: ¿Cómo? No puedo saber si algún… loco la ha asesinado.
Lindmark: ¿Por qué crees que es un loco? ¿Cómo puedes saberlo?
Lindell: No lo sé, claro está. Pero tiene que ser un loco. ¿Quién si no iba a matar a Gabriella? ¡Gabriella!
Lindmark: ¿Y si digo que puedes haber tenido cierto interés en ello?
Lindell: Pero ¿qué interés? Yo [inaudible] a ella. Era… éramos amigos.
Alder: Un loco. ¿Qué crees que haría un loco a alguien como Gabriella?
Lindell: Podría matarla, si es que está loco. Un presidiario fugado o alguien así. De una institución.
Alder: ¿Podría hacer alguna otra cosa?
[Pausa.]
Lindell: Ahora lo entiendo. La han… violado. Por eso preguntabais sobre la violación de Bosnia.
Lindmark: ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que han podido violarla?
Lindell: No lo sé. Sois vosotros los que… lo insinuáis. Un loco. Como en Bosnia.
Alder: ¿Dónde estabas, pues, esa tarde, cuando la asesinaron?
Lindell: Probablemente en casa, como he dicho. Y si la tarde que habéis dicho fue cuando la asesinaron, entonces seguro que no estaba con ella.
Lindmark: ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?
Lindell: Porque entonces, naturalmente, habría…
Lindmark:… ¿intentado evitarlo?
[Pausa.]
Lindmark: Tienes que contestar de manera que en la cinta se te oiga.
Lindell: Sí.
Lindmark: Pero ocurrió lo mismo en Bosnia. Intentaste evitarlo pero no pudiste.
[Pausa.]
Lindmark: Quizá no querías.
Lindell: Por supuesto que quería.
Lindmark: ¿Qué querías? ¿Acostarte con ella?
Lindell: No. Intenté evitar que los otros, los holandeses…
Lindmark: Pero no pudiste. Y ahora tampoco pudiste evitar esto. Lo de Gabriella. Te superó y no pudiste evitarlo. No pudiste controlarte, aunque lo intentaste.
Lindell: No, ya he dicho que no estaba allí.
Lindmark: Pero en Bosnia… Entonces sí estabas allí.
Lindell: Sí.
Lindmark: Y de todas formas no pudiste evitar…
Lindell: ¡No lo aguanto más! Quiero irme a casa. He dicho todo cuanto sé.
[Pausa.]
Lindmark: A casa no puedes irte. Aún tenemos mucho de que hablar. Quedas detenido.
Lindell: [gritando]: Pero ¿cómo han podido asesinarla? ¿Entraron a robar? ¿Por eso me interrogáis como a un ladrón aunque llamé a la puerta de la vecina?
[Ruido de sillas que caen.]
Lindell: ¡No puede estar muerta!
Lindmark: [con severidad]: Aquí acaba el primer interrogatorio.
[Zumbido. Se abre la puerta.]
Lindell: [desde el pasillo]: Pero tengo que…
[Se cierra la puerta.]
[Pausa.]
Alder: ¿Te ha mordido en el dedo?
Lindmark: No, pero me he roto la uña. He tenido que emplearme. ¿Qué opinas?
Alder: Es difícil decirlo. Pero no ha contado toda la verdad de lo que pasó en Bosnia. Solo ha hablado de una violación, pero a esa chica además la asesinaron.
Lindmark: Bien, eso podemos utilizarlo mañana. Además, podemos ir racionando todos los detalles en torno al asesinato en los momentos adecuados. No mostraremos las fotos, esperaremos a ver si se va de la lengua y desvela algún detalle del escenario del crimen que solo el Cazador pueda saber. Es sensible, se altera con facilidad y puede que se le escape algo. Creo que estuvo muy cerca de hacerlo cuando hablamos de violación en Bosnia y en Stensta.
Alder: También cuando se habló de locos. Esconde mucho en su interior.
Lindmark: El interrogatorio de Erik Lindell continúa el sábado 29 de octubre de 2005 en la comisaría de Forshälla. Están presentes, además de Lindell, el comisario Harald Lindmark y la comisaria auxiliar Sonja Alder.
Lindell: ¿No puedo irme a casa? He contestado a todas las preguntas, he contado todo lo que sé…
Alder: Necesitamos más datos.
Lindell: Estoy cansado, no he podido dormir en el calabozo. Quizá no pueda contestar como es debido.
Alder: Seguro que va bien. Empezaremos con algo sencillo… como qué haces ahora que estás de baja. ¿Vas a algún tipo de terapia?
Lindell: Recibo masaje en la espalda una vez a la semana y voy a gimnasia de rehabilitación los lunes, miércoles y jueves.
Alder: ¿Ayuda?
Lindell: Poco, ayuda más descansar.
Alder: Pero no hay nada que necesite operarse.
[Pausa.]
Alder: Tienes que contestar alto, que se oiga.
Lindell: No. Los médicos no han encontrado nada que operar.
Alder: ¿Te duele mucho?
Lindell: Va y viene. Si no tengo que hacer esfuerzos, es llevadero.
Alder: ¿Te han recetado calmantes? ¿Algo fuerte que realmente ayude?
Lindell: Sí, los tengo, pero no los tomo todo el tiempo. Me producen vértigos y mareos.
Alder: ¿Qué haces entonces, cuando te mareas? ¿Puedes llegar a tener un blackout?
Lindell: ¿Qué es un blackout?
Alder: Sí, cuando después no recuerdas lo que has hecho, como cuando uno está como una cuba.
Lindell: Yo no bebo.
Alder: ¿Recibes algún otro tratamiento?
Lindell: Sí, como he dicho, necesito distintos tipos de masaje y gimnasia, a veces también tratamiento con calor.
Alder: Sí, pero me refiero a tratamiento por otros problemas que los meramente físicos.
Lindell: No sé si se le puede llamar tratamiento, pero he hablado con un sanador.
Alder: ¿Con un qué?
Lindell: Un sacerdote. Se llama Jarl Arvidsson. Le conozco de la flotilla aérea, pero hemos mantenido el contacto por carta y teléfono. Es simpático, de comunicación fácil.
Alder: Pero ¿también has recibido psicoterapia propiamente dicha?
Lindell: Fui a un psiquiatra, pero de eso hace tiempo. Ya no lo necesito.
Alder: ¿Para… qué tipo de síntoma?
Lindell: Lo llaman estrés postraumático.
Alder: ¿Cómo se manifiesta?
Lindell: No sé «cómo se manifiesta», pero dicen que uno enferma si no habla de ello.
Alder: ¿Habla de qué? ¿De que puedes tener un blackout?
Lindell: No, ya dije antes que yo no… Sobre lo que sucedió allí abajo. En Bosnia.
Alder: La violación. ¿Piensas mucho en ello?
Lindell: Sí. No. Intento no pensar en ello.
Alder: ¿Fue solo una violación?
Lindell: ¡«Solo» una violación! ¿Cómo puedes tú, que eres mujer, decir eso? ¡Es deleznable! Un abuso.
Alder: Pero no fue solo eso. La chica bosnia además fue asesinada.
Lindell: ¿Cómo sabes…? Sí, la asesinaron, pero no fui yo, si es eso a lo que te refieres. ¡Por supuesto que no!
Alder: Ahora no lo entiendo del todo. Estabas allí cuando la violaron, pero no cuando la asesinaron. ¿Es eso lo que quieres decir? Y en tal caso, ¿por qué te ausentaste ese tiempo?
Lindell: Me apartaron con violencia. Y luego me desmayé.
Alder: Vaya. Te desmayaste y, mientras estabas desmayado y no recordabas nada, sucedió que la chica fue asesinada.
Lindell: No sé exactamente qué ocurrió. Solo la vi después.
Alder: Fue allí donde te encontraron. Junto al cadáver de la chica. ¿Recuerdas cómo sucedió?
Lindell: Recuerdo que fui a donde estaba y me senté a su lado, pero no de cómo fue asesinada. No lo sé porque no estaba allí entonces.
Alder: Quizá recuerdas ciertas cosas y olvidas otras aunque las hayas vivido. Cuando te desmayas, ¿te da un blackout?
Lindell: No, no lo creo.
Alder: Pero si no lo recuerdas con exactitud, no puedes estar seguro.
Lindell: No lo sé. ¿No podemos acabar ya? Todo esto ya lo examinaron las autoridades militares.
Lindmark: En el armario de tu cocina encontramos un rollo de hilo de nailon. ¿Para qué lo utilizas?
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