Philip Kerr - Si Los Muertos No Resucitan

Здесь есть возможность читать онлайн «Philip Kerr - Si Los Muertos No Resucitan» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Si Los Muertos No Resucitan: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Si Los Muertos No Resucitan»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un año después de abandonar la Kripo, la Policía Criminal alemana, Bernie Gunther trabaja en el Hotel Adlon, en donde se aloja la periodista norteamericana Noreen Charalambides, que ha llegado a Berlín para investigar el creciente fervor antijudío y la sospechosa designación de la ciudad como sede de los Juegos Olímpicos de 1936. Noreen y Gunther se aliarán dentro y fuera de la cama seguirle la pista a una trama que une las altas esferas del nazismo con el crimen organizado estadounidense. Un chantaje, doble y calculado, les hará renunciar a destapar la miseria y los asesinatos, pero no al amor. Sin embargo, Noreen es obligada a volver a Estados Unidos, y Gunther ve cómo, otra vez, una mujer se pierde en las sombras. Hasta que veinte años después, ambos se reencuentran en la insurgente Habana de Batista. Pero los fantasmas nunca viajan solos.

Si Los Muertos No Resucitan — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Si Los Muertos No Resucitan», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Habría sido lo justo, ¿no te parece? Antes éramos más directos. Lo habría matado sin pensarlo dos veces. -Se encogió de hombros-. Pero estamos en Cuba y aquí procuramos hacer las cosas de otra manera. Creía que, a lo mejor, si ese gilipollas lo pensaba un poco, se daría cuenta y demostraría un poco más de agradecimiento. Pues nada más lejos de la realidad: actúa a mis espaldas, llena la cabeza de veneno a Noreen hablándole de mí, precisamente ahora que intento tender puentes entre nosotros, por mi relación con Dinah.

– Es decir, que pagas a Batista y a los rebeldes -dije.

– Indirectamente -dijo-. Lo que les doy es la suerte de una bola de nieve en el infierno, la verdad, pero con esos cabrones nunca se sabe.

– Pero algo les das.

– Antes del incidente de las máquinas vi una cosa interesante. Un día, estaba yo mirando por una ventana del hotel, sin pensar en nada en particular, como hacemos a veces, y vi a un cubano joven que iba andando por la calle… No era más que un crío. Cuando pasó al lado de mi Cadillac, le dio una patada al guardabarros.

– ¿El descapotable tan encantador de anoche? ¿Dónde estaba el ogro?

– ¿Waxey? Es muy lento de piernas, no habría tenido la menor posibilidad de atrapar al puñetero crío. El caso es que me inquietó. No la señal que dejó en el coche, eso no fue nada, en realidad. No; fue otra cosa. Le di muchas vueltas, ¿sabes? Primero pensé que el chico lo había hecho por su novia, para que se riese; luego, que a lo mejor tenía manía a los Cadillac por algún motivo y, por último, caí en la cuenta, Bernie. Comprendí que lo que aborrecía el chico no eran los puñeteros Cadillac, sino a los estadounidenses, y eso me llevó a pensar en su revolución. Es decir, como casi todo el mundo, pensaba que todo había terminado en julio, después del ataque al cuartel, ¿sabes? Sin embargo, lo del puto crío dando una patada a mi coche me hace sospechar que a lo mejor no y que puede que aborrezcan a los estadounidenses tanto como a Batista, en cuyo caso, si alguna vez se deshacen de él, puede que también nos manden a nosotros a la mierda.

Tenía yo en mi haber muchos incidentes recientes en que pensar, conque no dije nada. Por otra parte, tampoco tenía a los estadounidenses en gran estima. No eran tan malos como los rusos y los franceses, aunque éstos no esperaban que se les tomase cariño ni les importaba. Sin embargo, los estadounidenses eran diferentes: querían que les quisieran a pesar de haber tirado dos bombas atómicas a los japoneses. Me asombraba tanta ingenuidad. Por eso me callé y, casi como dos viejos amigos, disfrutamos juntos un rato de la vista que se dominaba desde la azotea. Era magnífica. Abajo se veían las copas de los árboles del Campo de Marte y, a la derecha, el edificio del Capitolio, como una enorme tarta de boda. Por detrás asomaban la fábrica de Partagas y el Barrio Chino. Hacia el sur, la vista alcanzaba hasta el acorazado estadounidense de la bahía y, hacia el oeste, hasta los tejados de Miramar, pero sólo si me ponía las gafas. Con las gafas parecía más viejo, naturalmente; más que Max Reles. Aunque, claro, seguro que él también tenía unas en alguna parte, pero no quería ponérselas delante de mí.

Max intentaba encender un puro muy grande en medio de la fuerte brisa que soplaba en la azotea, pero no lo conseguía. Las sombrillas estaban cerradas, pero una se cayó al suelo y eso le fastidió.

– Siempre digo que la mejor forma de ver La Habana es desde la azotea de un buen hotel. -Renunció al puro-. El Nacional también tiene vistas, pero sólo del puto mar y de los tejados de Vedado y, en mi humilde opinión, no se pueden comparar ni de lejos con estas otras.

– Estoy de acuerdo.

De momento, no iba a pincharlo más. Empezaba a tener motivos para ello.

– Claro que, a veces, hace mucho viento aquí arriba y cuando pille al hijoputa que me convenció de que comprase todas esas sombrillas de mierda, que se prepare para la lección que le voy a dar sobre lo que pasa cuando el viento arrastra un trasto de ésos hasta el otro lado.

Sonrió como si fuese a cumplirlo palabra por palabra.

– Es una vista espléndida -dije.

– ¿Verdad que sí? ¿Sabes una cosa? Apuesto a que Hedda Adlon habría dado un ojo de la cara por una vista como ésta.

Asentí sin ganas de decirle que la azotea del Adlon había proporcionado a los dueños del hotel una de las mejores vistas de Berlín. Desde aquélla en particular había visto arder el Reichstag. Pocas mejores se pueden tener.

– ¿Qué fue de ella, por cierto?

– Solía decir que el buen hotelero siempre desea lo mejor pero espera lo peor. Pues bien, sucedió lo peor. Louis y ella mantuvieron abierto el hotel durante toda la guerra. No lo alcanzó ningún bombardeo por casualidad. Puede que algún piloto de la RAF se hubiera alojado allí alguna vez. Sin embargo, durante la batalla de Berlín, los «ivanes» sometieron la ciudad a un intenso fuego de artillería que destruyó casi todo lo que no había destrozado la RAF. El hotel se incendió y quedó en ruinas. Hedda y Louis se retiraron a su casa de campo, cerca de Potsdam y se quedaron a la espera. Cuando aparecieron los «ivanes», saquearon la casa, confundieron a Louis con un general alemán que había huido, lo pusieron delante de un pelotón de fusilamiento y lo mataron. A Hedda la violaron muchas veces, como a casi todas las mujeres de Berlín. No sé qué sería de ella después.

– ¡Dios Santo! -dijo Reles-. ¡Qué drama! Es una lástima. Me gustaba mucho esa pareja. ¡Dios! No lo sabía.

Suspiró e intentó de nuevo encender el puro; lo consiguió.

– Es muy curioso que hayas aparecido así, de repente, Gunther, ¿sabes?

– Ya te lo he dicho, Max. Ahora soy Hausner. Carlos Hausner.

– Eh, no te preocupes por eso, hombre. Esa mierda no tiene por qué preocuparnos a ti y a mí. En esta isla hay más alias que un archivo entero del FBI. Si alguna vez tienes problemas con los militares por culpa del pasaporte, el visado o cualquier cosa de ésas, no tienes más que decirlo, que yo te lo arreglo.

– De acuerdo. Gracias.

– Como iba diciendo, es curioso que hayas aparecido de repente. Verás, si me he metido en el negocio de los hoteles aquí, en La Habana, ha sido por el Adlon. Me encantaba aquel hotel. Quería abrir uno tan selecto como el Adlon en Habana Vieja, no en Vedado, como Lansky y todos esos que tan buenas agarraderas tienen. Siempre me ha dado la sensación de que Hedda habría elegido este lugar, ¿no te parece?

– Puede, ¿por qué no? Yo no era más que el guripa de la casa, ¿qué voy a saber? Pero Hedda siempre decía que un buen hotel es como un coche. El aspecto exterior no tiene ni la mitad de importancia que el funcionamiento: lo verdaderamente importante es que pueda ir a mucha velocidad, que los frenos respondan bien y que sea cómodo. Todo lo demás son gilipolleces.

– Y tenía razón, desde luego -dijo Reles-. ¡Dios, qué bien me vendría ahora un poco de su experiencia europea! Quiero hacerme con la mejor clientela, ¿sabes? Senadores y diplomáticos. Intento dirigir un hotel de calidad y un casino limpio. La verdad es que no hay ninguna necesidad de hacer trampas. Las apuestas siempre están a favor de la casa y entra dinero a espuertas. Es así de sencillo. Casi. También es verdad que, en una ciudad como ésta, hay que tener cuidado con los tiburones y los estafadores, por no hablar de los maricas y los que se visten de mujer, a menos que vayan del brazo de una persona importante. Esa clase de vicio se la dejo a los cubanos. Son una pandilla de degenerados. Esos tíos son capaces de chulear hasta a su madre por cinco billetes. Y, créeme, porque tengo motivos para saberlo. En esta ciudad, la carne con sabor a moka me sale ya por las orejas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Si Los Muertos No Resucitan»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Si Los Muertos No Resucitan» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Si Los Muertos No Resucitan»

Обсуждение, отзывы о книге «Si Los Muertos No Resucitan» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x