Mark Billingham - En la oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Mark Billingham - En la oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En la oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En la oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante una noche de lluvia, Theo Shirley, un chico de diecisiete años, dispara al coche de una mujer cumpliendo así con la ceremonia de iniciación para formar parte de una banda. Ella no muere, pero su coche se estrella contra una parada de autobuses, matando a un policía.
La novia de éste, también policía, no acepta que su muerte haya sido un accidente. En su deseo por descubrir la verdad, llevará a cabo su propia investigación e irá descubriendo oscuros secretos que nos conducirán a un sorprendente giro final de la historia.

En la oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En la oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Algún capullo con una hemorragia nasal -dijo Jackson-. ¿Le vale?

– Pueden ser peligrosas…

Jackson abrió la puerta, bajó del taxi y esperó a que Helen hiciese lo propio.

– Tengo el coche aparcado al final de la calle -dijo ella.

Jackson abrió más la puerta.

– No creo que tarde mucho en llegar andando.

Ollie y Gospel llevaban desde la hora del almuerzo trabajando una esquina cerca de la parte de Lee Bridge que daba al centro comercial. Ahora empezaba a oscurecer y Ollie calculó que habrían hecho unas doscientas libras en las últimas ocho horas. Doscientas treinta, en cuanto Gospel volviese con las tres rocas que estaba esperando su último cliente.

Wave se pondría bien contento con esa clase de cifras.

Ollie miró al otro lado de la calle, al tipo blanco bajito que estaba en la puerta de enfrente. Era un poco mayor que sus clientes habituales, y estaba un poco menos nervioso. Miraba fijamente a Ollie, como si le estuviese haciendo la pregunta. Ollie levantó una mano y separó los dedos.

Ponle unos cinco minutos…

Habían pasado diez, tal vez más, desde que Gospel se había ido al piso franco con el dinero del cliente. Además, era una de las más rápidas: no perdía el tiempo poniéndose mientras entregaba la pasta. Ollie estaba empezando a preguntarse si habría habido algún problema cuando le sonó el móvil.

Reconoció el número de Gospel en la pantalla.

– ¿Dónde cojones estás?

La voz del hombre sonó muy grave y muy tranquila.

– Tu amiga está un poco ocupada, ¿me oyes? Ahora cierra la boca y escucha.

Ollie escuchó mientras le daban instrucciones: le dijeron adónde tenía que ir, que fuese tan rápido como pudiese y que no hablase con nadie por el camino. Ya se estaba moviendo, pero en ninguna dirección en concreto, recorriendo de arriba abajo los mismos pocos centímetros de acera, con la cabeza a toda velocidad y el sudor empezando a escocerle por todo el cuerpo.

– Esto es un gran error, tío -estuvo a punto de dejar caer el teléfono cuando oyó gritar a Gospel.

– No me obligues a hacerlo otra vez -dijo el hombre.

Ollie miró al otro lado de la calle y vio que su cliente se había ido. Cuando volvió a alejarse del bordillo, el hombre estaba junto a su hombro. Se le acercó mucho para que Ollie pudiese sentir lo que tenía en el bolsillo.

– Creo que deberías hacer lo que te dicen.

Desde Acton, Helen bajó hasta Uxbridge Road, se metió por una calle secundaria y cogió un autobús hasta el centro. No quería pasarse una hora intentando aparcar y le agradaba ver pasar el mundo desde el piso superior, pero empezó a arrepentirse de hacer el viaje desde el momento en que llegó. Hacía calor y las calles estaban abarrotadas. Tardó quince minutos en ir andando desde Marble Arch hasta los grandes almacenes John Jewis y, cuando llegó, el olor de la sección de perfumería la hizo sentir que iba a vomitar de un momento a otro.

En cuanto empezó a sentirse un poco mejor, recorrió muy lentamente las secciones de maternidad de Lewis y de otras tiendas grandes. Recordó que la cuna que habían comprado hacía seis meses todavía estaba en el dormitorio pequeño, embalada, esperando a que alguien la montase. Que todavía había que pintar. Compró varios packs de peleles, aunque creía que ya tenía más que suficientes y un juego de plato, taza y cubiertos de plástico que no iba a necesitar hasta dentro de por lo menos seis meses.

Se arrastró de tienda en tienda, sudando hasta que empezó a olerse a sí misma.

Helen no disfrutaba demasiado de las compras en sus mejores momentos, siempre había sido de las de «entrar, comprar y salir». Jenny solía reírse de ello, decía que era antinatural que a una mujer no le gustase ir de tiendas. Que, de algún modo, no se habían repartido bien los genes de las compras.

Hoy, pasó horas mirando cosas, tocando las prendas y eligiendo pares de zapatos diminutos. Sencillamente, necesitaba pensar en el bebé un rato. En ella y en el bebé.

Sobre las cinco, cuando regresó a Tulse Hill, se sentía como si hubiese corrido una maratón. Tenía el montón de mensajes habitual en el contestador: su padre y Jenny, Roger Deering otra vez, la madre de Paul diciendo que sabía que todavía no se había tomado una decisión con respecto a la fecha, pero que quería hablar de la música del funeral. Otras dos personas no se habían molestado en dejar mensajes.

Helen se echó en el sofá, preguntándose a quién llamar primero. Cuando se despertó tres horas después, la habitación estaba a oscuras. Abrió los ojos y su primer pensamiento fue sobre Paul, yendo a algún lugar que no debía en la parte de atrás del taxi de Ray Jackson. Pensó en sangre sobre una alfombra y sangre sobre una acera.

Y se avergonzó de sí misma.

Había pasado una semana, menos de una semana, y Paul ya estaba empezando a desaparecer; al menos el Paul que creía conocer. Y no se trataba de una mala pasada de su memoria o de que su percepción estuviese alterada por el duelo. Era culpa suya. Se había vuelto más curiosa de lo que le convenía.

De lo que le convenía a nadie.

¿No sería mejor parar ahora, olvidar todo lo que había descubierto, todo lo que había empezado a sospechar? Al fin y al cabo, fuesen cuales fuesen los planes que creía que Paul tenía, no lo sabía, no estaba segura. ¿Importaba algo de todo aquello ahora que él estaba muerto?

No era una pregunta difícil. Esa era otra cosa en la que Helen era distinta de su hermana. Ella nunca podía enterrar la cabeza en la arena. Encendió la luz y corrió las cortinas; se preparó una taza de té y se sentó a escribir una lista:

Montar la cuna. Pedírselo a Papá. ¿Pintar?

• Música. ¿Himnos? Algo moderno. REM, quizá.

• ¿Hablar con Frank Linnell y Kevin Shepherd?

Dio un salto al oír el timbre. Le llevó medio minuto llegar hasta el interfono y, para cuando llegó, quien estuviese abajo, en la puerta principal, ya se había ido.

Ollie había avanzado rápido por Loampit Vale, con el hombre que se había hecho pasar por cliente siguiéndole a seis metros todo el camino. Había girado donde le habían dicho para encontrarse con el Mercedes que le esperaba junto a la entrada del Tesco.

Gospel estaba sentada en el asiento del copiloto, con las rodillas en el pecho. Un enorme hombre negro se sentaba a su lado, apretujado tras el volante. Ollie fue conducido a la parte de atrás por el hombre mayor y arrancaron, con Gospel gritando insultos mientras el coche daba la vuelta a la manzana y luego se incorporaba al tráfico de la calle principal.

Fueron hacia el norte durante unos diez minutos.

Cuando el Mercedes se metió por unas calles secundarias a escasos metros del río, Ollie ya había llegado a conocer bastante bien a sus acompañantes. Aparcaron detrás de una pequeña urbanización de apartamentos para ejecutivos que había en Deptford Creek y hablaron un poco más. La luz que coronaba Canary Wharf les hizo un guiño desde el otro lado del río y, a su izquierda, la cima de la torre Gherkin asomaba a lo lejos, entre la neblina. Por la ventanilla del coche, Ollie podía ver el muelle de madera en ruinas que se caía a trozos al agua y un rosario de torpederos abandonados a la deriva hacía mucho que habían servido de hogar para los okupas durante muchos años. El agua de color verde sucio era profunda allí, más profunda que en ninguna otra parte del río. El único tramo en el que los portaaviones podían girar (lo había visto alguna vez en la televisión) y probablemente el más seguro si querías que algo se hundiese y permaneciese oculto.

Ahora el hombre que iba atrás con Ollie tenía un arma colocada sobre la rodilla, pero sin duda era el tipo grande que estaba delante con Gospel el que dirigía el cotarro.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En la oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En la oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Mark Billingham - Lazybones
Mark Billingham
Mark Billingham - Scaredy cat
Mark Billingham
Mark Billingham - From the Dead
Mark Billingham
Mark Billingham - Lifeless
Mark Billingham
Mark Billingham - The Burning Girl
Mark Billingham
Mark Billingham - Sleepyhead
Mark Billingham
Mark Billingham - Good as Dead
Mark Billingham
libcat.ru: книга без обложки
Mark Billingham
Mark Billingham - Buried
Mark Billingham
Mark Billingham - Death Message
Mark Billingham
Mark Billingham - Bloodline
Mark Billingham
Mark Billingham - Ein Herz und keine Seele
Mark Billingham
Отзывы о книге «En la oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En la oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x