Sara Paretsky - Lista negra

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Lista negra» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lista negra: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lista negra»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una historia de secretos y mentiras que atraviesa cuatro generaciones.
Tras los atentados del 11 de septiembre, la detective V.I. Warshawski acepta un extraño encargo de uno de sus clientes más importantes: debe vigilar la antigua mansión de su madre, pues la anciana está segura de ver luces en ella.
En medio de la noche, la investigadora encuentra en los jardines de la casa el cadáver de un periodista negro. Al ver que la policía está más que dispuesta a dar carpetazo al asunto, la familia del difunto contrata los servicios de Warshawski para que les ayude a limpiar su buen nombre.
De este modo, la detective se irá enredando en una tela de araña hecha de lujuria, dinero mal adquirido, secretos ocultos y poder que se remonta a la época de la “caza de brujas” del senador McCarthy y las tristemente famosas listas negras.
Warshawski se dará cuenta de que hay fuerzas muy poderosas empeñadas en que la sórdida verdad no salga a la luz, y de que tendrá que poner toda su habilidad en juego sino quiere correr el riesgo de ser un eslabón más en la cadena de extorsiones y asesinatos.

Lista negra — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lista negra», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dejé la autopista en Warrenville Road. A estas alturas del caso podía encontrar el camino hasta Larchmont Hall con el piloto automático. Cuando llegué, aparqué el Mustang detrás del garaje, donde quedaba oculto tanto de la carretera como de los bosques que lindaban con la propiedad de los Bayard. Si a alguien -digamos la joven Catherine o incluso Ruth Lantner- se le ocurría ir a Larchmont Hall en aquel momento, no podría ver el coche.

Antes de salir de Oak Brook me había detenido en un centro comercial para quitarme la ropa de trabajo y ponerme el bañador, la sudadera y los vaqueros. Volví a quitarme la ropa y a continuación me puse el traje de neopreno, no sin dificultad. Cuando terminé, sudaba por el esfuerzo, pero al mismo tiempo me sentía húmeda y helada al contacto con el frío material.

Me coloqué la linterna submarina que había comprado por la mañana. Sujeté el cordel y el pequeño cuchillo bajo el brazo, junto con las aletas y las gafas de buceo, rodeé el garaje con cautela y luego crucé el jardín que conducía al estanque.

Nunca había trabajado bajo el agua, pero aprendí a nadar en el lago Michigan. De hecho, mi primo Boom-Boom y yo volvíamos locas de preocupación a nuestras madres cuando nos metíamos en las sucias aguas del lago Calumet, que se encontraba cerca de casa. Es curioso comprobar que lo que encuentras divertido cuando eres niño y tienes una madre gruñona pendiente de ti, te parece horrible cuando eres un adulto. Si Boom-Boom estuviera aquí esto sería una aventura. Si Boom-Boom viviera, no me sentiría tan sola. Derramé unas lágrimas de autocompasión. Me las enjugué con enfado. Te salva la acción, V.I., me dije, burlándome de mí misma: ponte las malditas aletas y muévete.

El agua estaba tan asquerosa como imaginaba. Hice una mueca, luego me puse las gafas, me encajé el tubo respirador entre los dientes y me sumergí, tratando de ignorar el impacto del agua fría en la cabeza. Casi de inmediato me enredé entre un montón de raíces. De tanto tirar y patear para librarme de ellas, la sangre me empezó a correr a tal velocidad que dejé de sentir el frío, aunque también conseguí remover el barro del fondo, lo que me dificultaba la visión; la luz de la linterna sólo atravesaba unos cuantos centímetros de aquella oscuridad. Como me había figurado, no importaba que estuviera haciendo el trabajo tan tarde; tampoco la luz del día habría traspasado la enmarañada vegetación de la superficie.

Calculé que tendría que cubrir unos cuarenta metros cuadrados. Descorazonada, decidí trazar una serie de carriles y establecer un método de trabajo: la cabeza primero, ir tanteando entre las raíces, palpar el fondo, salir a la superficie a tomar aire y volver a bajar. El tubo resultaba inútil, así que lo dejé en el borde del estanque. Cada vez que alcanzara una de las paredes, ataría un trozo de cuerda. Comencé en el extremo oeste, donde había tropezado con el cuerpo de Marc el domingo anterior.

Al cabo de una hora había cubierto unos diez metros cuadrados. Encontré tres latas oxidadas, un reloj corroído, trozos de porcelana con los bordes desgastados y una copa de champán milagrosamente entera. También encontré varios pedazos de madera, tan empapados que se habían hundido.

Eran las siete y en el mundo exterior había oscurecido por completo. Me dolían los hombros de empujar entre las algas, tenía la nariz congestionada y lamentaba mi suerte como nunca. Coloqué la copa en el borde del estanque, junto con la porcelana, até el cordel y volví a sumergirme.

A las siete y media añadí a mi tesoro más latas, algunos tenedores y cucharas, más trozos de porcelana y un anillo de mujer. El anillo llevaba allí mucho tiempo, a juzgar por la cantidad de tierra que lo cubría, pero se veía como si hubiera tenido importantes piedras engarzadas. Me lo guardé en un bolsillo del traje.

A las ocho, cuando ya estaba tan helada y tan desalentada que quería abandonar la tarea, encontré una agenda de bolsillo. La saqué a la superficie y la miré con detenimiento. Me sentía entumecida y desanimada, pero supe que tenía que pertenecer a Marc o a su asesino; bajo la capa de barro y restos de plantas, aún se distinguía el cuero marrón. Tenía las manos agarrotadas por el frío y me era imposible abrirla allí mismo. La guardé junto con el anillo.

Para entonces había cubierto casi todo el estanque. Me sentí tentada de abandonar en ese punto, pero sólo me faltaba una sección. Si no la examinaba, no podría dormir, pensando en la prueba esencial que quizá me habría dejado. Aspiré profundamente, manteniendo el aire frío en mis húmedos pulmones durante unos instantes, y volví bajo el agua.

Allí no había nada excepto más madera. Uno de los trozos parecía una especie de artefacto, no una rama muerta simplemente. Decidí sacarlo a la superficie también. Contenta, salí por fin de aquella oscuridad y rodeé el estanque recogiendo los metros de cordel alrededor del hombro. Las piernas me temblaban tras dos horas de bucear y patear.

Antes de que pudiera empezar a recoger mis hallazgos de porcelana y cristal, oí pisadas en la hierba. Volví a colocarme el tubo y me sumergí en el estanque. Me acordé de apagar la linterna en el último momento.

El agua amplifica el sonido. Aquellos pies -¿de Catherine Bayard?, ¿de Ruth Lantner?- sonaban como si llevaran zapatos de golf. Esperé un largo minuto, dando tiempo para que quienquiera que fuese se alejara del estanque y se encaminara hacia la casa. Cuando me disponía a salir a la superficie, oí otras pisadas que se acercaban por el sendero de grava. Me sumergí de nuevo en el agua. Los pasos se detuvieron. Una luz brilló en la superficie del estanque.

Se me paró el corazón. Mantuve la respiración mientras la luz danzaba entre la maraña de juncos, los nenúfares y los peces muertos. Seguramente mi tubo de respiración no sobresaldría entre toda aquella vegetación. Al poco, la luz se desvaneció y los pasos siguieron adelante.

Era una noche sin viento. Si en aquel momento intentaba salir del estanque, el sonido llegaría a cualquier oído atento. Si me quedaba donde estaba, alguien podría atacar a Catherine Bayard. Saqué la cabeza fuera del agua, esforzándome por escrutar en la oscuridad. Frente a mí, a la altura de la casa, titiló un foco de luz. Oí voces -¿una exclamación de sorpresa?-, seguidas de murmullos. No parecía que fuera un ataque.

Había permanecido inmóvil en el agua durante mucho tiempo: me castañeteaban los dientes de tal manera que me resultaba difícil creer que no me oyeran desde la casa. El sonido no podía ser más alto que el que había hecho al salir del estanque. Por tercera vez salté fuera del agua, moviéndome todo lo silenciosamente que podía. Me quité las aletas y corrí hacia el extremo más alejado del estanque, donde había dejado los zapatos. Antes de que pudiera ponérmelos, las voces se hicieron más audibles. Ni loca pensaba volver a esa agua podrida y gélida una vez más. Cogí los zapatos y me escondí debajo de uno de los bancos de piedra.

– Catherine, me estás mintiendo y eso no me gusta. Ruth me ha dicho que la detective que estuvo en la calle Banks el miércoles fue a verla ayer con el cuento de que estuviste aquí por la noche con una llave que pertenece a tu abuelo. Entonces…

– Ya te lo he dicho: fue un invento de ella. No sé por qué. No de Ruth, de la detective…

– No. -Renee Bayard se detuvo a escasos centímetros de mi nariz-. Ayer llamé a Darraugh. La idea de que te enviara una detective que se ocupa de asesinatos no me hacía ninguna gracia. Ya tendrás tiempo para ahondar en las miserias humanas, pero, en cualquier caso, él me dijo que no había sabido nada de ti últimamente, ni ninguno de sus empleados. Así que o tú buscaste a esa mujer o ella te buscó a ti, ¿por qué?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lista negra»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lista negra» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Lista negra»

Обсуждение, отзывы о книге «Lista negra» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x