Sara Paretsky - Sin previo Aviso

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Sin previo Aviso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sin previo Aviso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sin previo Aviso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Para la detective privada V. I. Warshawski, «Vic», esta nueva aventura comienza durante una conferencia en Chicago, donde manifestantes furiosos están reclamando la devolución de los bienes que les arrebataron en tiempos de la Alemania nazi. De repente, un hombre perturbado se levanta para narrar la historia de su infancia, desgarrada por el Holocausto… Un relato que tendrá consecuencias devastadoras para Lotty Herschel, la íntima amiga y mentora de V. I. Lotty tenía tan sólo nueve años cuando emigró de Austria a Inglaterra, junto con un grupo de niños rescatados del terror nazi, justo antes de que la guerra comenzara.
Ahora, inesperadamente, alguien del ayer ha regresado. Con la ayuda de las terapias de regresión psicológica a las que se está sometiendo, Paul Radbuka ha desenterrado su verdadera identidad. Pero ¿es realmente quien dice ser? ¿O es un impostor que ha usurpado una historia ajena? Y si es así, ¿por qué Lotty está tan aterrorizada? Desesperada por ayudar a su amiga, Vic indaga en el pasado de Radbuka. Y a medida que la oscuridad se cierne sobre Lotty, V. I. lucha para decidir en quién confiar cuando los recuerdos de una guerra distorsionan la memoria, mientras se acerca poco a poco a un sobrecogedor descubrimiento de la verdad.

Sin previo Aviso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sin previo Aviso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Que curioso que esto pase justo cuando tiene que decirnos que su factura va a aumentar -me soltó Margaret.

– Por favor, Maggie, por favor. Acaba de decir que otra persona se hará cargo de la cuenta. Señora Warshawshi, ésa es una noticia estupenda. Perdone a Margaret, es que está muy preocupada. Igual que yo, por supuesto. Pero el señor Cárter parece un buen abogado. Un abogado realmente bueno. Y está convencido de que entre usted y él lograrán arreglar este asunto.

Está muy bien saber que tu cliente está contento. El problema es cuando parece ser el único que lo está. Su mujer se sentía fatal. Al igual que Amy Blount. Y que Paul Radbuka. Y que yo y que Max, y, sobre todo, Lotty.

Después de su enfrentamiento con Posner, Lotty se había ido del hospital a su clínica pero, cuando la llamé, la señora Coltrain me dijo que la doctora Herschel no podía interrumpir su consulta para hablar conmigo. Me acordé de su vehemente protesta la noche anterior, diciendo que ella jamás había desatendido a un paciente y que era un alivio estar en el hospital, ser la doctora y no la amiga ni la esposa ni la hija.

¡Ay, Lotty! ¿Quiénes eran los Radbuka? Grité en la soledad de la habitación. ¿A quién crees que has traicionado? A un paciente, no. Eso era lo que había dicho la noche anterior. A alguien a quien le había vuelto la espalda y cuya muerte le remordía en la conciencia. Tenía que haber sido alguien en Inglaterra: si no, ¿cómo había hecho el Escorpión Indagador para conseguir el nombre? Sólo se me ocurría que fuese un pariente. Tal vez un pariente que había aparecido en Inglaterra después de la guerra y a quien Lotty no podía soportar. Alguien que ella había querido mucho en Viena, pero a quien los horrores de la guerra habían afectado tanto que Lotty se había alejado de ella. Podía entenderlo, podía imaginarme a mí misma reaccionando así. Entonces, ¿por qué no me lo contaba? ¿De verdad pensaba que yo la iba a juzgar y a condenar por ello?

Miré a ver si el Escorpión Indagador había dejado algún mensaje, pero todavía no había respondido. ¿Qué otra cosa podía hacer, aparte de ir a casa a pasear los perros, preparar la cena y acostarme? A veces la rutina te tranquiliza pero otras supone una carga. Busqué Edelweiss en la Red para ver si podía encontrar alguna información sobre la familia de Fillida Rossy. Introduje los datos, tanto en el Lexis como en el ProQuest, y regresé al teléfono para llamar a Don Strzepek.

Me saludó sin bajar la guardia, pues todavía se acordaba de que no nos habíamos despedido muy cordialmente el día anterior.

– ¿Sabes algo del intrépido periodista? -me preguntó.

– Ha logrado llegar hasta Roma sin un rasguño. Creo que mañana sale hacia Islamabad.

– No te preocupes por él, Vic. Ha estado en lugares peores que Kabul, aunque ahora mismo no se me ocurre ninguno. Quiero decir, que hoy en día ésa no es una zona en guerra, que nadie va a dispararlo. Puede que le hagan mil preguntas, pero lo más probable es que sólo despierte curiosidad, sobre todo entre los niños.

Me sentí un poco mejor.

– Pasando a otro tema, Don, ¿qué conclusión has sacado después de ver los apuntes de Max anoche? ¿Coincides conmigo en que no conocía a los Radbuka antes de hacer aquel viaje a Viena, después de la guerra?

– Sí. Queda claro que estaban conectados con la doctora Herschel y no con Max. Sobre todo después de desmayarse en la cena del domingo tras oír el nombre de Sofíe Radbuka. Parece que sabía muy bien cómo llegar al apartamento de Leopoldsgasse -añadió, con tono dubitativo-. Me pregunto si los Radbuka no serían parientes suyos.

– ¿Así que ahora Radbuka puede empezar a acosarla a ella en lugar de a Max? ¿Sabes que hoy ha estado en el Beth Israel con Posner y sus macabeos, gritándole al mundo, a voz en cuello, que Lotty y Max estaban tratando de separar a los supervivientes del Holocausto de sus familias?

– Ya sé que debe de ser muy doloroso para ellos, pero es que Paul es un ser atormentado, Vic. Si pudiese encontrar un sitio donde sentirse seguro, eso lo calmaría.

– ¿Y tú has logrado hablar con ese ser que ha recuperado la memoria? -le pregunté-. ¿Hay alguna posibilidad de que consigas que te muestre esos papeles que dejó su padre? Los que prueban que era miembro de los Einsatzgruppen y que él es un superviviente de un campo de concentración y que se llama Radbuka.

Don hizo una pausa y se oyó un ruido sibilante, probablemente estuviese dando una calada a un cigarrillo.

– Lo he visto un momentito esta mañana, supongo que después habrá ido con Posner al hospital. Estos días está bastante nervioso. Rhea no me dejó hacerle demasiadas preguntas por miedo a que se alterase aún más. No quiere dejarme ver esos papeles. Es como si me considerase un rival que le va a quitar el afecto de Rhea, así que es muy poco comunicativo conmigo.

No pude evitar soltar una carcajada.

– Hay que quitarse el sombrero ante Rhea por aguantar a ese tipo. Si yo tuviera que seguirle sus giros por la pista de baile acabaría en el manicomio de Elgin en menos de un mes. Aunque, claro que tiene razón al considerarte como a un rival. Eso lo entiendo. ¿Y Rhea qué dice?

– Dice que no puede traicionar la confianza de un paciente, cosa que, por supuesto, respeto. Aunque me cuesta contener mis viejos instintos de reportero -soltó una risa que logró que sonara compungida y llena de admiración al mismo tiempo-. Rhea ha fomentado la relación de Radbuka con Posner porque éste le da la sensación de que tiene una auténtica familia. Pero claro que, cuando estuvimos con él, no sabíamos que iba a ir al hospital a manifestarse en contra de Max. Esta noche voy a cenar con ella, así que se lo comentaré.

Mientras escogía las palabras que iba a usar, construí una pequeña estructura con los clips.

– Don, hoy por la tarde le he preguntado a Radbuka quién era Ulrich y casi le da un ataque en medio de la calle. Dijo que ése era el nombre de su padre adoptivo y que yo estaba acusando a Rhea de mentirosa. Pero es que ayer ella dejó bien claro que Ulrich no era el apellido del tipo. Incluso pareció que se reía de mí por pensarlo.

Oí cómo daba otra calada a su cigarrillo.

– Me había olvidado de eso. Intentaré preguntárselo esta noche. Pero, Vic, yo no voy a hacer de correveidile entre tú y Rhea.

– No, Don, ni tampoco lo pretendo -lo único que quería es que estuviese de mi parte, que le sacara información a Rhea y que me la pasara a mí. Eso no era realmente pedirle que hiciera de correveidile-. Pero si pudieras convencerla de que Max no está emparentado con la familia Radbuka tal vez ella, a cambio, pudiera convencer a Paul de que deje de armar jaleo en el Beth Israel. Pero lo único que te pido, Don, por amor de Dios, es que no hagas que Rhea vea en Lotty a una sustituía de Max, por favor. Yo no sé si los Radbuka eran primos o pacientes de Lotty, o sólo unos extraños odiosos que ella conoció en Londres. Lo que sé es que Lotty no sobreviviría al acoso al que Paul ha estado sometiendo a Max.

Esperé a ver qué contestaba, pero no parecía estar dispuesto a prometerme nada. Acabé colgando el teléfono, enfadada.

Antes de abandonar la investigación por aquel día, llamé también a Amy Blount. El informe de Mary Louise ponía que el robo en casa de Amy era cosa de un profesional y no de ladronzuelos ocasionales. El candado de la reja estaba intacto, había escrito Mary Louise.

Han aplicado un soplete alrededor de la reja y después la han arrancado. Era evidente que la puerta de la cocina estaba quemada. Dado que lo que te interesaba era su conexión con Ajax, le pregunté directamente si tenía en casa algún documento de Ajax. No tenía ningún original; había escaneado varios documentos del siglo XIX y los tenía en uno de los disquetes robados. De hecho, le habían robado todas las notas de su tesis. También le habían roto el ordenador. No se habían llevado nada más, ni siquiera el equipo de música. Convencí a Terry de que mandara a un equipo de la policía científica, aunque no creo que podamos dar con los responsables.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sin previo Aviso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sin previo Aviso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Burn Marks
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Sin previo Aviso»

Обсуждение, отзывы о книге «Sin previo Aviso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x