Elizabeth George - El Refugio

Здесь есть возможность читать онлайн «Elizabeth George - El Refugio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Refugio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Refugio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El científico forense Simon Saint James y su esposa, Deborah, viajan hasta la isla de Guernsey para resolver un caso. Una vieja amiga de Deborah, China River, esta acusada del asesinato de Guy Brouard, uno de los habitantes más ricos de la isla, así como su principal benefactor. Tras haber sido víctima de los nazis en su infancia, Brouard aparece muerto justo cuando planeaba la construcción de un museo en honor de la resistencia a la ocupación alemana de la isla. Pocas son las pruebas que parecen apuntar a China, cuya inocencia tratarán de demostrar Simon y su mujer. Pero si China no es la culpable, ¿quién cometió el crimen?

El Refugio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Refugio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Sabe mamá que has vuelto a dejarlo? -le preguntó a su hermano.

– He roto los lazos.

– Por supuesto. -China no había almorzado y comenzaba a notarlo. Sacó de la nevera los ingredientes para una ensalada y del armario cogió un solo plato, una indirecta sutil que esperaba que su hermano captara.

– Bueno, pregúntame. -Cherokee separó una silla de la mesa de la cocina y se dejó caer en ella. Alargó la mano para coger una de las manzanas que había en una cesta de mimbre teñido en el centro de la mesa y se la acercó a la boca antes de darse cuenta de que era de mentira.

China desenvolvió la lechuga romana y comenzó a arrancar las hojas y colocarlas en el plato.

– ¿Preguntarte qué?

– Ya lo sabes. Estás evitando el tema. Vale. Lo preguntaré por ti. “¿Cuál es el gran plan, Cherokee? ¿Qué tienes entre manos? ¿Por qué no vas a necesitar coche?” Respuesta: porque voy a comprarme un barco. Y el barco me lo va a proporcionar todo. Transporte, ingresos y casa.

– Tú sigue pensando, Butch -murmuró China, más para sí que para él. En muchos sentidos, Cherokee había vivido su vida como un forajido del oeste: siempre había un plan para hacerse rico deprisa, conseguir algo a cambio de nada y pegarse la gran vida.

– No -dijo-. Escucha. Esto no puede fallar. Ya he encontrado el barco. Está en Newport. Es un pesquero. Ahora lleva a la gente fuera del puerto. Un dineral por salida. Pescan atunes.

La mayoría son viajes de día, pero para sacar más pasta, y te estoy hablando de pasta gansa, van hasta Baja. Hay que hacer algunas reformas, pero viviría en el barco mientras lo arreglo. Compraría lo que necesitara a proveedores náuticos, para eso no necesito coche, y llevaré a gente todo el año.

– ¿Qué sabes tú de pesca? ¿Qué sabes tú de barcos? ¿Y de dónde vas a sacar el dinero para empezar? -China partió un trozo de pepino y empezó a cortarlo en rodajas sobre la lechuga. Consideró su pregunta unida a la llegada propicia de su hermano a su puerta y dijo-: Cherokee, ni se te ocurra.

– Eh. ¿Por quién me has tomado? He dicho que tengo algo entre manos, y lo tengo. Vaya, creía que te alegrarías por mí. Ni siquiera le he pedido el dinero a mamá.

– Como si fuera a tenerlo.

– Ella tiene la casa. Podría haberle pedido que la pusiera a mi nombre y venderla y conseguir el dinero de esa forma. Habría dicho que sí. Lo sabes.

Aquello era cierto, pensó China. ¿ Cuándo no había apoyado alguno de los planes de Cherokee? “Es asmático” había sido la excusa cuando era pequeño. A lo largo de los años, simplemente había mutado a “Es un hombre”.

Aquello dejaba a China como única alternativa para conseguir el dinero.

– Tampoco pienses en mí -le dijo-. Lo que tengo es para mí, para Matt y para el futuro.

– Ya. -Cherokee se apartó de la mesa. Fue a la puerta de la cocina y la abrió, apoyó las manos en el marco y miró al patio trasero seco por el sol.

– ¿Ya, qué?

– Olvídalo.

China lavó dos tomates y empezó a cortarlos. Echó una mirada a su hermano y vio que fruncía el ceño y se mordía por dentro el labio inferior. Conocía a Cherokee River como si lo hubiera parido: su cabeza estaba maquinando.

– Tengo dinero ahorrado -dijo él-. No es suficiente, claro, pero tengo la oportunidad de ganar un pastón que me ayudará.

– ¿Y dices que has venido haciendo autoestop hasta aquí para pedirme que contribuya? ¿Te has pasado veinticuatro horas en el arcén de la carretera para hacer una llamada social? ¿Para contarme tus planes? ¿Para preguntarme si voy a ir a casa de mamá en Acción de Gracias? No es un método muy sofisticado, precisamente, ¿sabes? Está el teléfono. El correo electrónico. Los telegramas. Las señales de humo.

Cherokee se dio la vuelta y la observó lavar cuatro champiñones llenos de tierra.

– En realidad -dijo al fin-, tengo dos billetes gratis para ir a Europa y pensé que quizá mi hermana pequeña querría apuntarse. Por eso estoy aquí, para pedirte que me acompañes. No has estado nunca, ¿verdad? Digamos que es un regalo de Navidad anticipado.

China bajó el cuchillo.

– ¿De dónde has sacado dos billetes gratis a Europa?

– Un servicio de mensajería.

Continuó explicándose. Los mensajeros, dijo, transportaban material desde Estados Unidos a puntos de todo el planeta cuando el remitente no confiaba en Correos, Federal Express, UPS o cualquier otra empresa de envíos para hacerlos llegar a su destino a tiempo, con seguridad o sin desperfectos. Los negocios o particulares proporcionaban a un viajero el billete que necesitaba para llegar a su destino, a veces también unos honorarios, y una vez que el paquete estaba en manos del destinatario, el mensajero era libre de disfrutar del destino o seguir viajando desde allí.

En el caso de Cherokee, había visto una oferta en un tablón de anuncios de la Universidad de California, Irvine, de alguien (“Resultó ser un abogado de Tustin”) que buscaba un mensajero para llevar un paquete al Reino Unido a cambio de un pago y dos billetes de avión gratis. Cherokee llamó y lo seleccionaron, con la condición de que vistiera más formal e hiciera algo con su pelo.

– Cinco mil pavos por realizar la entrega -terminó Cherokee alegremente-. ¿No es un buen trato?

– ¿Qué dices? ¿Cinco mil dólares? -Por experiencia, China sabía que las cosas que parecían demasiado buenas para ser ciertas generalmente lo eran-. Espera un momento, Cherokee. ¿Qué hay en el paquete?

– Planos arquitectónicos. Es una de las razones por las que pensé en ti enseguida para el segundo billete. Arquitectura. Es tu campo. -Cherokee regresó a la mesa, esta vez dio la vuelta a la silla y se sentó a horcajadas.

– ¿Y por qué no lleva el arquitecto los planos él mismo? ¿Por qué no los manda por Internet? Existe un programa para hacerlo, y si el destinatario no lo tiene, ¿por qué no manda los planos en un disco?

– ¿Quién sabe? ¿Qué más da? ¿Por cinco mil dólares y un billete gratis? Pueden mandar los planos en un barco de remos si quieren.

China sacudió la cabeza con incredulidad y siguió preparando la ensalada.

– Suena todo muy sospechoso. Ve tú solo.

– Eh. Estamos hablando de Europa. El Big Ben. La torre Eiffel. El puto Coliseo.

– Lo pasarás estupendamente. Si no te detienen en la aduana con heroína.

– Te digo que es completamente legal.

– ¿Cinco mil dólares por llevar un paquete? Me parece que no, Cherokee.

– Vamos, China. Tienes que venir.

Había algo en su voz, un tono que intentaba disfrazarse de inquietud, pero que se acercaba demasiado a la desesperación.

– ¿Qué pasa? -le preguntó China con cautela-. Será mejor que me lo digas.

Cherokee toqueteó la tira de vinilo alrededor de la parte superior del respaldo de la silla.

– El tema es que… tengo que llevar a mi esposa -dijo.

– ¿Qué?

– El mensajero, quiero decir. Los billetes. Son para una pareja. Al principio no lo sabía, pero cuando el abogado me preguntó si estaba casado, vi que quería que contestara que sí, así que lo hice.

– ¿Por qué?

– ¿Qué más da? ¿Cómo iban a enterarse? Tenemos el mismo apellido. No nos parecemos físicamente. Podemos fingir…

– Me refiero a por qué una pareja tiene que llevar el paquete. ¿Una pareja que vista formalmente? ¿Una pareja que haya hecho algo con su pelo? ¿Algo que los haga parecer inofensivos, legales y libres de toda sospecha? ¡Por favor, Cherokee! Piensa un poco. Esto es algún chanchullo de contrabando, y acabarás en la cárcel.

– No seas paranoica. Lo he comprobado. Estamos hablando de un abogado.

– Vaya, eso sí me da confianza. -Decoró la circunferencia de su plato con zanahorias enanas y echó un puñado de pepitas por encima. Roció la ensalada con jugo de limón y llevó el plato a la mesa-. Yo no me apunto. Tendrás que encontrar a otra que haga de señora River.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Refugio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Refugio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Elizabeth George - Una Dulce Venganza
Elizabeth George
Elizabeth George
Christopher Priest - Fuga para una isla
Christopher Priest
Christopher Priest
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Elizabeth George
Отзывы о книге «El Refugio»

Обсуждение, отзывы о книге «El Refugio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x