Arkadi Strugatsky - DESTINOS TRUNCADOS

Здесь есть возможность читать онлайн «Arkadi Strugatsky - DESTINOS TRUNCADOS» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Старинная литература, на английском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

DESTINOS TRUNCADOS: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «DESTINOS TRUNCADOS»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

DESTINOS TRUNCADOS — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «DESTINOS TRUNCADOS», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

estrado, tuve que hacer el papel de Ozrik. No me lo sabía y tuve que inventarlo sobre la

marcha. Eso fue lo primero que inventé en mi vida sin la amenaza de una mala

calificación. Dicen que en estos tiempos es más difícil estudiar que en mi época. Dicen

que vosotros estudiáis asignaturas nuevas, y que lo que nosotros estudiábamos en tres

años, vosotros lo estudiáis en uno. Pero, seguramente, vosotros no os dais cuenta de que

ahora es más difícil. Los científicos suponen que el cerebro humano es capaz de asimilar

muchos más datos de lo que parece a primera vista, Únicamente hay que tener la

capacidad de compactar esos datos...

«Aja —pensó—, ahora les hablaré de la hipnopedia.» Pero, en ese momento, Bol-

Kunats le entregó una notita:

No es necesario hablar de los logros de la ciencia.

Converse con nosotros como con sus iguales.

Valeriance, 6° grado.

—Bien. Aquí, un tal Valeriance, de sexto grado, me propone que converse con vosotros

como con mis iguales, y me sugiere que no hable de los logros de la ciencia... Debo

decirte, Valeriance, que tenía la intención de hablar ahora sobre los logros de la

hipnopedia. Pero me olvidaré gustoso de mis intenciones, aunque considero mi deber

informarte del hecho de que la mayoría de los adultos que son mis iguales no tienen la

menor idea sobre la hipnopedia. —Le resultaba incómodo hablar sentado, se levantó y

comenzó a andar por el estrado—. Chicos, debo reconocer que no me gustan los

encuentros con los lectores. Como regla, es totalmente imposible conocer de qué tipo de

lectores se trata, qué quieren de ti y qué es lo que verdaderamente les interesa. Por eso

intento convertir cada aparición mía en un encuentro de preguntas y respuestas. A veces

resulta muy entretenido. Hagámoslo así: comenzaré a preguntar yo. Entonces... ¿Todos

habéis leído mis obras?

—Sí —respondieron voces infantiles—. Las hemos leído... Todas...

—Magnífico —replicó Víktor, confuso—. Me siento halagado, y también asombrado.

Está bien, seguimos... ¿Deseáis que os cuente la historia de cómo escribí alguna de mis

novelas?

Se hizo un corto silencio, y a continuación un chico flaco, con la cara l ena de granos,

se levantó en el centro del salón.

—No —dijo, y al momento se sentó.

65

A

r k a d i y B o r i s S t r u g a t s k y D

e s t i n o s t r u n c a d o s

—Excelente. Eso es todavía mejor porque, a pesar de opiniones muy difundidas, no

hay nada interesante en los asuntos relacionados con la escritura. Prosigamos... ¿Desea

el respetado público conocer mis planes creativos?

—Verá, señor Bánev —dijo cortésmente Bol-Kunats, que se había puesto de pie—, los

temas directamente relacionados con su técnica de creación sería mejor dejarlos para el

final del encuentro, cuando quede claro el cuadro general.

Se sentó. Víktor se metió las manos en los bolsillos y volvió a pasearse por el estrado.

Aquello se ponía interesante; al menos era inusitado.

—¿O será que os interesan las anécdotas literarias? —dijo, insinuante—. Cómo

anduve de caza con Hemingway. Cómo Ehrenburg me regaló un samovar ruso. O lo que

me dijo Zurzmansor cuando nos tropezamos en un tranvía...

—¿De veras se tropezó con Zurzmansor? —preguntaron desde el salón.

—No, estoy bromeando. Entonces, ¿qué, queréis anécdotas literarias?

—¿Puedo preguntar algo? —dijo el chico con la cara llena de granos, incorporándose.

—Claro.

—¿Cómo quisiera usted vernos en el futuro?

«Sin granos en la cara», fue lo primero que se le ocurrió a Víktor, pero espantó aquella

idea, porque comprendió que aquel o comenzaba a caldearse. La pregunta había sido

dura. «Quisiera que alguien me dijera cómo quiero verme en el presente», pensó. Pero

debía responder.

—Inteligentes —comenzó, a voleo—. Honestos. Bondadosos... Quisiera que amarais

vuestro trabajo... y que trabajarais sólo por el bien de las personas. —Qué tonterías digo.

¿Y cómo no decirlas?—. Más o menos así...

El salón se llenó de ruidos de voces quedas.

—¿Es verdad que usted considera que un soldado es más importante que un físico? —

preguntó alguien, sin ponerse de pie.

—¿Yo? —Víktor se indignó.

—Eso fue lo que entendí del relato La tragedia llega de noche.

Era un bichejo rubio, de unos diez años. Víktor soltó un «hummm». La tragedia podía

ser un mal libro o un buen libro, pero bajo ningún concepto era un libro infantil. Hasta tal

punto no lo era que ninguno de los críticos logró entenderlo: todos lo consideraron algo

pornográfico, que conspiraba contra la moral y la conciencia nacional. Y lo más terrible,

aquel bichejo rubio tenía fundamentos para suponer que su autor consideraba a un

soldado más importante que un físico, al menos en ciertas circunstancias.

—El problema es —comenzó Víktor, con emoción—, que... cómo decirte... Ocurren

muchas cosas diferentes.

—No me estoy refiriendo a la fisiología —repuso el bichejo rubio—. Hablo de la

concepción general del libro. Quizá la expresión «más importante» no es la más

adecuada...

—Yo tampoco me refiero a la fisiología —dijo Víktor—. Quiero decir que hay

situaciones en las que el nivel de conocimiento no tiene importancia.

Bol-Kunats recibió dos notitas del público y se las entregó: «¿Es posible considerar

honrada y buena a una persona que trabaja para la guerra?» y «¿Qué es una persona

inteligente?». Víktor comenzó con la segunda pregunta, era más sencil a.

—Una persona inteligente es la que reconoce la imperfección y parcialidad de sus

conocimientos, intenta completarlos y tiene éxito en el o... ¿Estáis de acuerdo conmigo?

—No —dijo una chica guapa, mientras se ponía de pie.

66

A

r k a d i y B o r i s S t r u g a t s k y D

e s t i n o s t r u n c a d o s

—¿Por qué?

—Su definición no es funcional. Con esa definición, cualquier idiota puede considerarse

inteligente. Sobre todo, si quienes lo rodean apoyan esa opinión.

«Sí», pensó Víktor. Cierto pánico comenzaba a apoderarse de él. Vaya, aquello no era

un debate con sus colegas escritores.

—Tiene usted razón en cierta medida —dijo, pasando inesperadamente a tratarla de

usted—. Pero se trata, en general, de que los conceptos de «idiota» e «inteligente» son

conceptos históricos y más bien subjetivos.

—Entonces, ¿usted no se atrevería a distinguir a un idiota de un inteligente? —

preguntó, desde las filas traseras, un estudiante moreno, de ojos bíblicos y cabeza

totalmente afeitada.

—Sí me atrevo —dijo Víktor—. Claro. Pero no estoy seguro de que ustedes siempre

estarán de acuerdo conmigo. Hay un antiguo aforismo: el idiota es sólo uno que piensa

diferente... —Por lo general, aquella frase causaba la risa en el público, pero ahora todo el

salón esperaba en silencio a que él continuara—. O uno que siente diferente —añadió.

Percibió claramente la insatisfacción del público, pero no sabía qué más decir. No

lograba establecer contacto. Por regla general, el público adopta con facilidad los puntos

de vista del orador, acepta sus juicios y a todos les queda claro quiénes son los idiotas,

teniendo en cuenta también que se daba por hecho que nadie era idiota en aquel salón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «DESTINOS TRUNCADOS»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «DESTINOS TRUNCADOS» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Arkadi Strugatsky - The Ugly Swans
Arkadi Strugatsky
Arkady Strugatsky - The Doomed City
Arkady Strugatsky
Arkady Strugatsky - The Dead Mountaineer's Inn
Arkady Strugatsky
Arkadi Strugatsky - Ciudad condenada
Arkadi Strugatsky
Arkady Strugatsky - Roadside Picnic
Arkady Strugatsky
Arkady Strugatsky - Definitely Maybe
Arkady Strugatsky
Boris Strugatsky - Noon - 22nd Century
Boris Strugatsky
Danielle Steel - Destinos Errantes
Danielle Steel
Arkady Strugatsky - Tale of the Troika
Arkady Strugatsky
Arkadij Strugatsky - Picnic la marginea drumului
Arkadij Strugatsky
Boris Strugatsky - Stalker
Boris Strugatsky
Отзывы о книге «DESTINOS TRUNCADOS»

Обсуждение, отзывы о книге «DESTINOS TRUNCADOS» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x