Adquiera sentido del humor
La segunda manera de convertirse en una persona paciente es desarrollar un sentido del humor. Aprenda a reírse de sus circunstancias. Aprenda a reírse de usted. De alguna forma busque lo divertido de una frustración. Proverbios 14:30 dice: «El corazón tranquilo da vida al cuerpo.»
Hace poco leí acerca de un estudio que indica que la gente que se ríe vive más tiempo. El humor elimina la tensión. Es un antídoto para la ansiedad. Es un tranquilizante sin ningún efecto secundario. La risa es el amortiguador de la vida.
Una vez alguien le preguntó al presidente Lincoln cómo controló todas las tensiones durante la Guerra Civil. Él respondió: «No lo hubiera logrado si no hubiera sido por la risa.» Muchos comediantes famosos se criaron en vecindarios pobres con grandes problemas. Ellos se enfrentaron a los problemas aprendiendo a reírse y haciendo reír a otros.
Así que aprenda a reírse. Si puede reírse de algo, puede vivir con ese algo. Y además, si aprende a reírse de sus problemas, ¡nunca le faltarán motivos para reírse!
Uno de mis versículos favoritos en la Biblia está en Salmo 2:4: «El rey de los cielos se ríe.» ¿No es ese un gran versículo? Dios tiene sentido del humor. ¿Alguna vez vio la cara de un orangután? ¡Dios se la inventó! ¿Quiere parecerse más a Dios? Aprenda a reírse. El sentido del humor puede preservar su sanidad mental.
El tiempo de Dios es tan maravilloso como su sentido del humor. Mientras estaba mecanografiando las notas para este capítulo, mi máquina de escribir IBM Selectric se comió por completo mi bosquejo. Así que me dije: «Warren, tienes dos alternativas. O practicas lo que predicas y te ríes de la situación, o te enojas y te irritas.» Estoy seguro de que mi esposa y mis hijos estarían preguntándose de qué me estaba riendo. Aprenda a reírse. Es relajante.
La vida está llena de situaciones cómicas. Will Rogers dijo una vez: «No conozco ningún chiste. Solo observo el gobierno e informo los hechos.» Proverbios 17:22 dice: «Gran remedio es el corazón alegre.» Todos necesitamos desarrollar el sentido del humor.
Profundice su amor
El tercer paso para convertirse en una persona paciente es profundizar su amor. Es probable que 1 Corintios 13:4 sea uno de los versículos más francos en la Biblia: «El amor es paciente.» ¿Sabe lo que eso significa? Quiere decir que cuando estoy impaciente, no estoy amando pues el amor es paciente. Cuando usted ama a alguien, se preocupa por sus necesidades, sus deseos, sus dolores, sus puntos de vista, y no solo por los suyos. Cuando está lleno de amor, casi nada le puede provocar ira o causarle impaciencia. Cuando está lleno de ira, casi cualquier cosa lo puede provocar. Cuando está bajo demasiada presión, cualquier cosa que tenga adentro va a salir. Así que profundice su amor.
Efesios 4:2 dice: «Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor.» ¿Por qué debe ser paciente con los demás? «Por su amor.»
Había un tipo en la universidad que me molestaba mucho. Para hacer la cosa peor, se salió de su ruta para estar alrededor mío. Era una de esas personas que escupe cuando habla. Se puso tan grave la cosa que cuando venía caminando por un pasillo, yo daba media vuelta y salía del edificio solo para evitarlo. En verdad me disgustaba ese tipo, me irritaba.
Pero una noche leí Efesios 4:2 y fue como una daga en mi corazón. «Dios, no amo a ese tipo.» ¿Recuerda que en un par de capítulos atrás le dije que la gente no tiene que agradarle, pero tiene que amarla? El amor no es un sentimiento, es una decisión y es una acción. Así que dije: «Dios, ayúdame a mañana amar a esta persona. No para siempre. Solo ayúdame a amarlo mañana.» Y luego oré una oración de la que más tarde me arrepentí. Dije: «Dios, si este tipo que me irrita va a hacerme más parecido a Cristo, entonces hazme más parecido a Cristo. Enséñame paciencia. Si este tipo que me molesta me va a hacer más parecido a ti, te pido que mañana me moleste más que nunca antes en mi vida.» Eso fue un error.
Me levanté a la mañana siguiente y fui a clases, pero no lo vi en todo el día. Pensé: «¡Qué bueno! Me encanta esta forma de aprender paciencia. Está bien, Señor.» Llegó la hora de comer. Caminé hasta la cafetería, este tipo me espía, se pasea a mi alrededor y dice: «¡Oye Rick, no te había visto en todo el día!» Tiró con tanta fuerza la bandeja en la mesa que sus espaguetis cubrieron mi cabeza y mi camisa, y su Coca-Cola me mojó todos los pantalones. En la cafetería todos se volvieron para verme, los fideos me rodaban por las orejas. Pero en este punto, ya estaba lleno de amor, paz y gozo pues estaba preparado. Realmente lo estaba. Había estado orando todo el día, así que le dije: «Alabado sea el Señor.» Estoy seguro que todos pensaron: «Se volvió loco.» ¿Qué pasa cuando alaba a Dios por causa de la gente que lo irrita? Puede ser que llegue a parecerse tanto más a Jesús que nunca más lo molestarán. O si es el maligno quien está usando esa persona para que lo moleste, él dejará de hacerlo porque la situación le motivó a alabar a Dios. Si aprende a alabar a Dios en cada situación, usted desarrollará una pared de alabanza alrededor de su vida que ni siquiera el diablo podrá penetrar.
Dependa del Señor
El último paso para desarrollar paciencia es depender de Dios. La paciencia no es solo un asunto de voluntad humana; es un fruto del Espíritu. Usted no puede motivarse mentalmente diciendo: «Voy a ser paciente aunque me mate.» Lo matará. La paciencia no es fuerza de voluntad. La paciencia no es decir: «En realidad él no me molesta» cuando en lo más profundo de su ser está pensando, odio a ese tipo . La paciencia no es usar una máscara y fingir.
Si es la paciencia de Dios lo que siente, si es el sincero fruto del Espíritu, usted tendrá una paz interior genuina. Ciertas situaciones no lo molestarán como antes. ¿Por qué? Porque está dependiendo del Señor.
La paciencia es una forma de fe. Es decir: «Confío en Dios. Creo que Dios es mayor que mi problema. Y creo que Dios tiene sus manos en esta molestia y que él puede usar esto en mi vida para el bien.» La fe nos ayuda a ver la vida desde el punto de vista de Dios. La fe nos ayuda a decir: «Dios, ¿qué quieres que aprenda de esta situación?» y no «¿por qué me pasó esto?» Como resultado de la fe ya no necesitamos preguntarle a Dios: «¿Por qué se me ponchó la goma mientras iba a una cita importante?» En cambio, podemos preguntar: «¿Qué quieres que aprenda de esta situación?»
Noé tuvo que esperar ciento veinte años para que lloviera. Eso es bastante tiempo para ser paciente. Abraham esperó cien años para tener un hijo. Eso es bastante tiempo para ser paciente. Moisés esperó cuarenta años en el desierto y luego esperó otros cuarenta años guiando a los hijos de Israel a través del desierto hasta la tierra prometida. Ese es bastante tiempo para ser paciente. En los tiempos del Antiguo Testamento todos estaban esperando que llegara el Mesías. En los días del Nuevo Testamento, los discípulos esperaron en el Aposento Alto por el Espíritu Santo. La Biblia es el libro sobre la espera. ¿Por qué? Porque la espera muestra la fe, y la fe agrada a Dios.
El tipo de espera más difícil es el esperar a Dios cuando usted está de prisa y él no. Es difícil ser paciente cuando está esperando por la respuesta a esa oración… cuando está esperando que ocurra ese milagro… cuando está esperando para que Dios cambie su condición financiera, o su problema de salud, o a sus hijos, esposa, esposo, o a ese familiar que es un excéntrico. Es difícil cuando usted está de prisa y Dios no, pero esperar con paciencia es una evidencia de fe. También es una prueba de fe. ¿Cuánto tiempo puede esperar?
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