EN TORNO A LA PIEDRA DESNUDA
ARQUEOLOGÍA Y CIUDAD
ENTRE IDENTIDAD Y PROYECTO
EN TORNO A LA PIEDRA DESNUDA
ARQUEOLOGÍA Y CIUDAD
ENTRE IDENTIDAD Y PROYECTO
Andreina Ricci
Edición e introducción
de Ricardo González Villaescusa
Traducción de Mónica Granell
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
Esta publicación no puede ser reproducida , ni total ni parcialmente ,
ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información ,
en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico ,
electrónico, por fotocopia o por cualquier otro ,
sin el permiso previo de la editorial.
Título original:
Attorno alla nuda pietra. Archeologia e città tra identità e progetto
Donzelli editore, 2006
© Andreina Ricci, 2006
© De esta edición: Universitat de València, 2013
© De la edición e introducción: Ricardo González Villaescusa, 2013
© De la traducción: Mónica Granell, 2013
Publicacions de la Universitat de València
http://puv.uv.es
publicacions@uv.es
Diseño del interior y maquetación: Inmaculada Mesa
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
Fotografía de la cubierta: Foro de Roma
ISBN: 978-84-370-9333-8
Edició digital
Para Nicola y Tommaso,en recuerdo de Francesco.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA,
de Ricardo González Villaescusa
PREFACIO
1. UN AIRE NUEVO
1. Ruinas en zonas verdes y ruinas imaginadas
2. Arqueología y «uso público de la historia»
3. Aislamiento de los monumentos y religión de la política
4. El «futuro» se separa del «pasado»
2. HERENCIAS DIFÍCILES
1. Centro histórico y ciudad nueva
2. Los recintos de la memoria
3. Un paréntesis sobre la «no intervención»
4. Memoria y lugares
5. Nuevos aislamientos
6. Religión de la política/culto de lo antiguo
7. Restos indescifrables
8. Autoctonías romanas
9. Autoctonía y «familiaridad»
10. Identidad: ¿condición o proceso?
11. Alteridad negada y «nuda piedra»
12. Bienes culturales y «estado de excepción»
3. PARTIR DEL PRESENTE
1. Nuevas alianzas
2. Interpretación y «universo consensual»
3. Proyecto arqueológico y traducción
4. Proyecto arqueológico y relato
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA
En torno a la piedra desnuda es un libro sobre el uso público de la historia, o mejor, sobre el uso público de la ruina. Tenemos la costumbre de separar el trabajo de enseñantes e investigadores de la antigüedad y sus restos del de la patrimonialización de los vestigios. Los restos exhumados tienen un interés indudable para comprender y explicar mejor el pasado pero solo un acto positivo, intencionado y normativo los convierte en objeto de protección legal.
Esa protección legal es ontogenética. En las sociedades del primer mundo, en las sociedades con Historia, las que elaboran relatos históricos nacionales, los restos de sociedades pretéritas antes de ser exhumados, antes de conocerlos, son protegidos en un grado que requiere de su documentación y registro antes de ser destruidos o inhumados por nuevas construcciones o infraestructuras. Estudiamos los restos porque nuestra sociedad ha desarrollado una sensibilidad a lo antiguo, a eso que llaman, demasiado a la ligera, nuestra identidad. En ocasiones, tras su exhumación esos restos son objeto de una conservación y exhibición públicas. Se trata de un acto de memoria. P. Ricœur nos recuerda que esa es la plusvalía que aportan los testimonios materiales en relación con las fuentes escritas para el estudio de la Historia, su tangibilidad: «es la relación entre significación fenomenológica de la imagen-recuerdo y la materialidad de la huella (…) [la huella] tiene valor de signo: para pensar la huella hay que pensarla a la vez como efecto presente y como signo de su causa ausente».
Pero en realidad ambas prácticas profesionales están íntimamente ligadas, o deberían estarlo. La del profesor-investigador tiene su razón de ser en el reconocimiento y comprensión del pasado a través de los vestigios. La puesta en valor de estos a la vista de la sociedad solo puede llevarse a cabo por un ejercicio de traducción de significados de los mismos porque su interpretación no es simple. Pero la conservación y puesta en valor, está íntimamente ligada a la práctica que de la investigación se hace: la traducción es comprensión y explicación , y éstas solo pueden originarse en la investigación. Al mismo tiempo, algunas de las pocas aplicaciones prácticas que tiene la investigación fundamental de la Historia y de la Arqueología son los oficios relacionados con el patrimonio que, en tiempos de crisis, son los pocos que proveen de alumnos a nuestras disciplinas.
A. Micoud distingue diferentes políticas de patrimonialización a lo largo del último siglo que no son necesariamente evolutivas en el tiempo, sucediéndose a grandes rasgos, pero permaneciendo presentes más allá de sus momentos dominantes. Las políticas patrimoniales conservacionistas surgen en el siglo XIX, con el nacimiento de los Estados-Nación: los pueblos atraviesan temporalmente su contingencia espacial. Una primera concepción de las políticas de «patrimonialización» de carácter nacional privilegió los símbolos que definían el ser de una nación (el Volksgeist hegeliano) a través, por ejemplo, de los museos arqueológicos nacionales como reservorios de los «emblemas» que definían ese ser y, por tanto, había que conservarlos. En Europa surge una política patrimonialista en torno a la posguerra mundial (a finales de los años 70 en nuestro país) que prestaba atención a los símbolos de entidades locales, de formas de vida, que el progreso industrial amenazaba y que había que salvar o documentar con urgencia. Por último, con el tardo-capitalismo, nos hemos volcado en gestionar un patrimonio que se ha convertido en un recurso. Es el tiempo en que hay que decidir «lo que se guarda» y «lo que se tira» o «lo que se reinterpreta», lo que nos une entre los que formamos parte de la misma sociedad y entre sociedades que se suceden en el tiempo, entre las generaciones del pasado y las del futuro.
Así, el presente libro surge de un presupuesto pragmático, la autora parte de la constatación de la situación actual de Roma donde imperan unos principios conservacionistas que remontan sus orígenes a una «religiosidad patrimonial» de la Italia fascista y que siguen aplicándose sin mayor discusión. Una situación en la que campa un uso público de la historia inconsciente, donde a pesar de un conservacionismo a ultranza, hay pérdidas de patrimonio a diario. La autora, propone pues, ante la situación, una nueva reflexión para integrar el patrimonio arqueológico en la ciudad.
El proyecto conservacionista de restos arqueológicos es un ideal de la modernidad. En 1870, cuando la ciudad de Roma alcanza la capitalidad de la Italia reunificada, la capital es entre 10 y 20 veces más pequeña que sus homólogas París o Londres. Los disturbios urbanos de 1848 tuvieron lugar entre huertos o solares yermos. Las intervenciones urbanas e inmobiliarias del Risorgimento atribuyeron a la ciudad una «cuota de modernidad» que pudiera compensar el peso de la Edad Media; la esencia de una nación embrionaria donde la antigüedad no es otra cosa que «el prólogo de la modernidad» en afortunada expresión de I. Wallerstein. Y todo ello, como buen proyecto moderno y urbano, lo fue a costa del sacrificio del campo circundante, la periferia de la ciudad, allí donde la expansión urbana «moderna» se hizo con una violencia y rapidez inusitadas. Un espacio que, especialmente en Roma, está pleno de preexistencias urbanas que, cuando fueron conservadas, se convirtieron en vacuolas de historia encapsuladas y rodeadas de modernidad, a modo de fragmenta de un discurso inconcluso.
Читать дальше