• Пожаловаться

Luis Sepúlveda: Patagonia Express

Здесь есть возможность читать онлайн «Luis Sepúlveda: Patagonia Express» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Luis Sepúlveda Patagonia Express

Patagonia Express: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Patagonia Express»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Desde sus primeros pasos en la militancia política hasta el reencuentro feliz, años después, con la Patagonia y la Tierra del Fuego, con sus poblados y sus gentes, perdidos en la desolada inmensidad del paisaje, como el tren que da título al libro. Así, conocemos a marineros vagabundos, profesores más aficionados al casino y los prostíbulos que a las aulas, ricas familias con problemas de descendencia, bardos de la región, locutores altruistas o aviadores enloquecidos.

Luis Sepúlveda: другие книги автора


Кто написал Patagonia Express? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Patagonia Express — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Patagonia Express», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
Luis Sepúlveda Patagonia Express Apuntes sobre estos apuntes En la casa - фото 1

Luis Sepúlveda

Patagonia Express

Apuntes sobre estos apuntes

En la casa mexicana de Mari Carmen y Paco Ignacio Taibo I hay una mesa enorme y en torno a ella se reúnen veinticuatro comensales. Allí escuché una vez cierta frase que sirve de título a un libro de Taibo I: "Para parar las aguas del olvido". Cuando más tarde leí la obra, por una parte creció mi cariño y admiración por el escritor asturiano y, por otra, aprendí que es imposible evitar la despedida de ciertos textos, por más que uno los quiera y vea en ellos una parte fundamental de su intimidad. Ahora me despido de estos apuntes, compañeros de un largo camino, que siempre estuvieron conmigo para recordarme mi casi ningún derecho a sentirme solo, deprimido, o con la bandera a media asta. Fueron escritos en diferentes lugares y situaciones. Nunca supe cómo llamarles y todavía no lo sé. Alguna vez, alguien me dijo que con seguridad debía de tener muchos textos del cajón, y como la aseveración me sorprendió le pedí que se explicara.

– Textos del cajón: esas anotaciones que se hacen sin saber por qué ni para qué -detalló.

No. No son textos del cajón porque ello supondría la existencia de un cajón que, normalmente, forma parte de un escritorio, y yo no tengo escritorio. Ni tengo ni quiero tener, pues escribo sobre un grueso tablón heredado de un viejo panadero hamburgueño.

Cierta tarde de skatt, un juego de naipes muy del norte de Alemania, el viejo panadero anunció a sus compañeros de partida que la artritis lo obligaba a tirar la toalla y a cerrar la panadería.

– ¿Y qué vas a hacer ahora, viejo roñoso? -le preguntó uno de los amables jugadores.

– Considerando que ninguno de mis hijos quiere seguir en la profesión y que mis máquinas han sido declaradas obsoletas, pues mandarlo todo al infierno y obsequiar lo que todavía emane cariño -respondió el viejo Jan Keller, y a continuación nos invitó a una gran juerga en la panadería.

Ahí recibí el grueso tablón sobre el que amasó pan durante cincuenta años, y sobre él amaso mis historias. Amo este tablón que huele a levadura, a sésamo, a jengibre, al más noble de los oficios. Así que un escritorio, ¿para qué diablos iba yo a querer un escritorio?

Estos apuntes que no sé cómo llamar permanecieron en los rincones de alguna estantería, se cubrieron de polvo y, a veces, buscando antiguas fotos o documentos, volví a toparme con ellos, y confieso que los leí con una mezcla de ternura y orgullo, porque esas páginas garrapateadas o pésimamente mecanografiadas encerraban un intento de comprensión de dos temas capitales muy bien definidos por Julio Cortázar: la comprensión del sentido de la condición de hombre, y la comprensión del sentido de la condición de artista.

Es cierto que en ellos hay mucho de experiencia personal, pero nadie debe ver en eso una suerte de conjura contra el mal de Alzheimer, pues no está en mis planes escribir un libro de memorias.

Me despido entonces de estos apuntes, que en algunos casos abandonaron sus escondites para ser publicados en antologías, revistas y, últimamente, en una edición parcial en Italia.

Finalmente se ordenan en el volumen que usted, lectora, lector, tiene en las manos, gracias a los acertados y fraternos consejos de Beatriz de Moura. Lo he titulado Patagonia Express, como un homenaje a un ferrocarril que, aunque ya no existe, pues la poesía se declara poco rentable en nuestros días, continúa viajando en la memoria de los hombres y mujeres de la Patagonia.

Les invito a acompañarme en un viaje sin itinerario fijo, junto a todas esas personas estupendas que aparecen con sus nombres, y de las que tanto aprendí y sigo aprendiendo.

Lanzarote, Islas Canarias Agosto de 1995

Primera parte Apuntes de un viaje a ninguna parte

1

El pasaje a ninguna parte fue un regalo de mi abuelo. Mi abuelo. Un ser insólito y terrible. Creo que recién había cumplido los once años cuando me entregó el pasaje. Caminábamos por Santiago una mañana de verano. El viejo ya me había invitado a unas seis gaseosas y otros tantos helados, ya muy licuados en mi barriga, y yo sabía que esperaba el aviso de mis ganas de orinar. Tal vez se preocupó verdaderamente por mis riñones al consultarme:

– ¿Qué? ¿No quieres mear? Joder, mi niño. Con todo lo que has bebido…

Mi respuesta natural y acostumbrada debía de sonar dramáticamente afirmativa, con juntura de piernas acompañando a las palabras. Entonces él, quitándose el resto del caliqueño que siempre le colgaba de los labios, suspiraría antes de exclamar con el más didáctico de sus tonos:

– Espere, mi niño. Espere y aguante hasta que encontremos la iglesia adecuada.

Pero aquella mañana yo iba decidido a mojarme en los pantalones antes de soportar una vezmás las puteadas de algún cura. La broma de inflarme de helados y gaseosas para luego hacerme orinar en las puertas de las iglesias la veníamos repitiendo desde el día en que empecé a caminar y el viejo me transformó en su camarada de correrías, pequeño cómplice de sus bellaquerías de ácrata jubilado.

Cuántas puertas de iglesias habré meado. Cuántos curas, cuántas beatas me habrán insultado.

– ¡Chiquillo cochino! ¿No tienes baño en tu casa?! -era lo más suave que me soltaban.

– ¡Cómo te atreves a insultar a mi nieto, que es un hombre libre! ¡Parásito! ¡Escoria! ¡Asesino de la conciencia social! -les espetaba mi abuelo mientras yo dejaba caer hasta la última gota, jurándome que el próximo domingo no le aceptaría ni una Papaya, ni una Bilz, ni una Orange Crush, los refrescos a los que me invitaba con más que generosidad.

Aquella mañana me puse firme con el viejo.

– Sí. Estoy que me meo, Tata. Pero quiero ir a un servicio.

El viejo mordió el resto del caliqueño antes de escupirlo. Enseguida murmuró un "mecagonlaleche", se alejó un par de pasos, pero regresó de inmediato a acariciarme la cabeza.

– ¿Es por lo del domingo pasado? -consultó sacando otro cigarro de un bolsillo.

– Claro, Tata. Ese cura quería matarlo.

– Es que esos hijos de puta son peligrosos, mi niño. Pero en fin, si la naturaleza así lo quiere, pues pasaremos a expresiones de mayor consecuencia.

El domingo anterior había vaciado aguas contra la centenaria puerta de la iglesia de San Marcos. No era la primera vez que aquellos vetustos tablones me servían de mingitorio, mas al parecer el cura estaba sobre aviso porque me sorprendió en lo mejor de la meada, cuando era imposible detener el chorro y, jalándome de un brazo, me obligó a volver el cuerpo hacia el abuelo. Entonces, mientras indicaba mi chorreante pito con un dedo profético, el cura bramó:

– ¡Se ve que es tu nieto! ¡Se le nota la pequeñez de raza!

Vaya un domingo. Culminé la meada sobre los peldaños de la iglesia, aterrado de ver a mi abuelo arrojar el saco, subirse las mangas de la camisa, y desafiar al cura a un duelo a trompadas que afortunadamente evitaron los monaguillos y beatos del coro, porque el cura respondió al desafío arremangando la sotana. Vaya un domingo. Una vez aliviado en el respetable urinario de un bar, el viejo decidió que la mejor manera de terminar la mañana era acudir al centro asturiano, donde los domingos se engalanaban especialmente con las fabes de la tierra y el cabrales del exilio republicano.

Para mí, el cabrales era una masa repugnante y apestosa que tan sólo degustaban esos vejetes con boina, que a diario se acercaban a la casa de mis abuelos siempre precedidos por la misma pregunta:

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Patagonia Express»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Patagonia Express» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Patagonia Express»

Обсуждение, отзывы о книге «Patagonia Express» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.