• Пожаловаться

Julio Llamazares: Luna de lobos

Здесь есть возможность читать онлайн «Julio Llamazares: Luna de lobos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Julio Llamazares Luna de lobos

Luna de lobos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Luna de lobos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el otoño de 1937 cientos de soldados republicanos, huyendo de la amenaza nacionalista que había derrumbado su frente de Asturias, se refugian en las escarpadas montañas de la Cordillera Cantábrica. Pretendían escapar de la represión del ejército vencedor y esperar el momento para reagruparse e iniciar una nueva lucha o para establecerse en alguna de las zonas del país que aún permanecían bajo control republicano. Algunos de ellos, cuyo origen era leonés, cruzaron estas enormes montañas para poder refugiarse en sus pueblos natales y para ver, quizá por última vez, a sus seres queridos. Esta breve novela relata la historia de cuatro de estos soldados que decidieron cruzar la Cordillera Cantábrica para refugiarse en la provincia leonesa: su hogar y su lugar natal. Estos soldados procedían de pueblos escondidos entre las escarpadas montañas leonesas y situados entre el valle del Porma y del río Curueño. La historia es narrada por uno de ellos, Ángel. Este es maestro y parece el más culto de los cuatro; su hermana y su padre viven en unos de los pueblos de esta zona llamado La Llánava. Los cuatro huidos se refugian en las montañas que rodean el valle. Primero en una mina abandonada y después en una cueva excavada por ellos mismos. Sobreviven gracias a la caza, la ayuda de sus familiares y algún que otro robo. La vida allí no es fácil para ellos debido a las continuas persecuciones y amenazas nacionalistas. Los soldados de Franco registran periódicamente las casas de los pueblos del valle buscando y matando a todos los huidos republicanos. La gente de allí está asustada, pero muchos de ellos, valientes y justos, se arman de valor para ayudar y socorrer a los que en tiempos pasados habían sido sus vecinos y amigos. Otros, por el contrario, prefieren salvar sus vidas siendo fieles al ejército franquista. Entre todos estos problemas, los protagonistas de esta novela van superando momentos difíciles, conscientes de que algún día, no muy lejano, alguno de ellos podría acabar en una cuneta con un tiro en la cabeza asesinado por los soldados nacionalistas. En la novela, podemos distinguir cuatro periodos en la vida de estos intrépidos aventureros.

Julio Llamazares: другие книги автора


Кто написал Luna de lobos? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Luna de lobos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Luna de lobos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Esperad, no corráis -llama Gildo-. Esperad al chaval.

Juan sube, entre las retamas, tirando de la oveja.

– Hay que matarla ahora -dice Ramiro-. Antes de que se haga totalmente de día.

– ¿Dónde?

– En el barracón.

– ¿Y los despojos?

– Los tiramos al reguero. Que los arrastre hacia el desagüe de las escombreras.

Al otro lado de la loma, bajo la falda del monte Yormas, se divisa ya la explanada de la bocamina: las chapas desvencijadas del barracón, los depósitos vacíos de los lavaderos y las vagonetas corroídas por el óxido y la escarcha. El viento azota suavemente las escombreras grises que nutren al espino, la acedera y el cardo.

Es un paisaje gris, inútil, desolado. Un paisaje abandonado sin remedio a la voracidad del tiempo y el olvido. Juan ha llegado ya a nuestra altura tirando de la oveja. El animal camina, dócil y resignado, con el dibujo de la muerte grabado en su mirada.

– ¡Sujétala! ¡Fuerte! ¡Átale las patas, vamos!

Gildo forcejea con la oveja tratando de tumbarla contra el suelo. Al fin, lo consigue. La inmoviliza clavándole una rodilla en el vientre y yo aprovecho ese instante para atarle las patas con la soga.

Ramiro y Juan miran la escena mientras vigilan desde las ventanas.

Unos segundos y ya Gildo hunde hasta el fondo su navaja en la garganta de la oveja. El animal se revuelve en el suelo chillando ácidamente. Se convulsiona con violencia mientras la sangre surge, impetuosa, de la garganta abierta como vino de una botella rota. La sangre se extiende por la lana de la oveja y por las tablas del suelo, entre los cascotes y los cristales. Salpica la camisa y nuestros ojos.

Poco a poco, las convulsiones van haciéndose más espaciadas, perdiendo fuerza. Se convierten ya en espasmos de agonía, en crispaciones que anuncian la llegada de la muerte.

– Suéltala, Ángel. Ésta ya no se escapa.

Gildo limpia en su pantalón la hoja de la navaja contemplando con gesto victorioso la oveja tendida en el suelo, en medio de un gran charco de sangre.

– Ahora hay que desollarla -dice levantándola por las patas traseras-. Ayúdame a colgarla de esa viga.

La luz que se cuela por las ventanas del barracón es cada vez más clara, más limpia y transparente. Ya ha amanecido y un débil sol de invierno intenta despuntar al otro lado de la loma. Todavía es una mancha amarilla diluida entre las nubes.

– Sujétala por la cabeza. Que no se balancee.

La oveja cuelga de la "viga como un extraño fruto ensangrentado y la navaja avanza, decidida, vientre abajo, haciendo saltar un aluvión de vísceras sobre el caldero roto y oxidado que Ramiro encontró en los lavaderos. Gildo se remanga la camisa y hunde su brazo en el interior del animal. Con movimientos rápidos y sabios, va arrancando del vientre racimos malolientes, despojos que revientan en el fondo del caldero con un sonido azulado y blando.

Por el brazo de Gildo, la sangre avanza en hilos como la hiedra por el tronco de un árbol.

– Juan, tira eso al reguero y trae agua limpia. Date prisa.

Juan sale del barracón con el caldero y Gildo, limpiando nuevamente la navaja, comienza a separar la piel del animal.

– Es buena -dice-. Puede valer para hacer una pelliza.

Pero no le ha dado tiempo a terminar. Juan ha irrumpido en el barracón y se abalanza corriendo hacia una de las ventanas.

– ¡Hay alguien allá arriba! ¡Me ha visto! Ramiro, Gildo y yo corremos a su lado.

– ¿Estás seguro?

– Seguro. Miradle: en lo alto de la loma. Ramiro busca con los prismáticos la silueta que se recorta en el horizonte.

– Es un chaval -dice.

– ¿Qué estará haciendo ahí arriba?

– ¡Y yo qué sé!

Ramiro rastrea todo el monte, delante de nosotros, buscando otras personas. Luego, retorna nuevamente al punto de partida.

– Está bajando hacia aquí -dice-. Viene solo.

En dos minutos, se ha plantado junto a la explanada.

Ahora podemos verle bien. Es un muchacho de catorce o quince años, poco menor que Juan. Lleva una soga en la mano y parece estar buscando algo. Se ha detenido entre las retamas, cerca de los lavaderos, y mira con curiosidad y desconfianza hacia el barracón, sin atreverse quizá a acercarse más.

– Nos ha visto. No hay duda.

– Ángel, sal tú y aléjale de aquí -me dice Ramiro, agachado a mi lado, bajo la ventana-. Pero sin que sospeche nada.

Dejo la metralleta en el suelo, me limpio con un pañuelo la sangre de las manos y me encamino despacio hacia la puerta.

En la explanada, la luz ya crecida del amanecer se abalanza, helada, sobre mí.

El muchacho me observa, inmóvil entre las retamas. Tarda un rato en decidirse a preguntarme:

– ¡Eh, oiga! ¿Ha visto usted una cabra por aquí?

Yo aparento descubrirle en ese instante.

– No. No he visto nada. ¿Se te perdió?

– Sí. Anoche ya no volvió con el rebaño.

– ¿De dónde eres?

– De Vegavieja.

Parezco infundirle cierta confianza, porque el muchacho ha abandonado su lugar entre las retamas y comienza a acercarse a la explanada. Si no hago nada por evitarlo, llegará hasta el barracón.

– Ya se ha quedado más veces en el monte -viene diciendo-. Pero, ahora, está preñada y mi padre tiene miedo de que se esconda por ahí, a parir sola, y la cojan los lobos o una nevada…

De pronto, sus ojos se han clavado en el caldero lleno de vísceras ensangrentadas que Juan abandonó junto al reguero. El muchacho retrocede. Comienza a correr monte arriba entre las retamas sin darme tiempo a reaccionar. Se vuelve cada poco para asegurarse de que no le sigo.

Ya cerca de la loma, me grita, amenazante y asustado al mismo tiempo:

– ¡Ha sido usted! ¡Ha sido usted quien la ha robado!

Y se pierde corriendo entre las nubes.

– Vámonos de aquí -dice Ramiro saliendo a la explanada-. Antes de una hora, esto estará infestado de soldados.

Hacia el mediodía reventaron las nubes. No soportaban ya tanto silencio.

Primero se ablandaron como frutas maduras, después se aplastaron unas contra otras y, por fin, abrieron sus barrigas inflamadas derramando sobre la tierra una sustancia negra y amarga.

Monte abajo, las retamas inclinaron, sumisas, sus cabezas al paso de la lluvia.

– Ahí les tenéis.

Estamos tumbados boca abajo sobre la arista del cabezo que corona, como una cresta rota, la cumbre vertical del monte Yormas. Desde aquí, con la ayuda de los prismáticos, podemos dominar un paisaje mucho más grandioso y bello de lo que los ojos por sí solos podrían soportar: la mole ingrávida de Peña Negra, sobre la verde sima del valle de los Osos y las colladas de La Friera y Vegavieja: las agujas cortadas del Usiello, detrás de Peña Barga, hacia el oeste: los puertos de Tejeda y La Morana: el cueto de Morana: los neveros de la Sierra de la Sangre donde hilvanan su memoria el lago Negro y el río Susarón: el perfil plateado y familiar del monte Illarga, borrado por la lluvia y la distancia. Y, abajo, a nuestros pies, como erupciones minúsculas de una tierra maldita y olvidada, las grises escombreras de la mina y la raya de la loma que bordea la explanada por el sur y que recorta ahora las siluetas de unos hombres que avanzan desplegados, las armas empuñadas, como en una gigantesca cacería.

– Menos mal que salimos a tiempo de esa ratonera.

Es la voz de Ramiro, aplastado a mi lado contra la arista de la roca, casi sobre el vacío.

El viento aúlla como un lobo esparciendo la lluvia en todas las direcciones. Las nubes están tan bajas que casi se apoyan sobre nosotros.

Los guardias y los soldados, desplegados al borde de la explanada, entre las retamas, han rodeado las escombreras y han tomado posiciones en torno a los depósitos de los lavaderos y el barracón.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Luna de lobos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Luna de lobos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


David Baldacci: Buena Suerte
Buena Suerte
David Baldacci
Jerónimo Tristante: El Valle De Las Sombras
El Valle De Las Sombras
Jerónimo Tristante
Donna Leon: Muerte y juicio
Muerte y juicio
Donna Leon
José Saramago: La balsa de piedra
La balsa de piedra
José Saramago
Отзывы о книге «Luna de lobos»

Обсуждение, отзывы о книге «Luna de lobos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.