Diane Liang - El Lago Sin Nombre

Здесь есть возможность читать онлайн «Diane Liang - El Lago Sin Nombre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Lago Sin Nombre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Lago Sin Nombre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando los tanques entran en la plaza de Tiananmen, la vida de Diane Wei Liang cambia para siempre. Estudiante de la Universidad de Pekín, ella y su amigo Dong Yi participan en una demostración pacífica que provoca la respuesta sangrienta y dura del gobierno chino. La condena política en todo el mundo no cambia el hecho de que esta terrible masacre ocurrió ante los ojos de millones de personas.
Los dramáticos acontecimientos del 4 de junio de 1989 pusieron fin a los sueños de una vida mejor, de democracia, libertad… y de amor de muchos jóvenes, chinos. Entre ellos, Diane y Dong Yi, que deben huir de Pekin y no vuelven a verse.
Siete años más tarde, Diane regresa a su país natal para tratar de encontrarlo. Entonces recuerda su infancia y juventud, sus años universitarios y aquellos trágicos sucesos.
El lago sin nombre es el relato de Diane que fue testigo de aquel traumático periodo. Nos presenta un viaje personal a su propio pasado, una historia de amor, así como un testimonio político que nos lleva desde la Revolución Cultural hasta un momento determinante en la historia reciente de China.

El Lago Sin Nombre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Lago Sin Nombre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Eimin apoyó la mano derecha en mi hombro. No me moví, seguí mirando fijamente por la ventana. Se acercó más y me puso la mano izquierda en la cintura. La derecha había avanzado por debajo de mi cabello y empezó a acariciarme el cuello lentamente. La mano izquierda trazaba círculos sobre mi estómago, giraba, daba vueltas, despertando mis sentidos. Luego me atrajo hacia sí y empezó a besarme el cuello y el diminuto pero sensible punto detrás de la oreja.

Seguí sin moverme. Cerré los ojos y dejé que sus manos y sus labios actuaran sobre mí. Mi respiración se hizo tan agitada como la suya, me di la vuelta y empecé a devolverle los besos. Eimin apagó la luz y me guió hasta su cama.

Los grandes ojos castaños de Lan habían desaparecido.

No veía nada más que oscuridad.

Capítulo 10: Paz Eterna

«Las flores caen en el agua, la primavera desaparece, los espíritus se elevan hacia el cielo.»

Li Yin, siglo ix

Pasé el día siguiente debatiéndome entre la determinación de olvidar todo lo que tuviera que ver con Dong Yi y una ardiente necesidad de verlo y saber qué estaba pasando entre él y Lan. Mientras tanto, la vida pasaba por mi lado en el Triángulo y en la plaza de Tiananmen. Estaban sucediendo grandes cosas en China. Los estudiantes permanecían unidos como nunca lo habían hecho, para que las cosas fueran distintas y para cambiar el curso de la historia. ¿Por qué seguía viviendo en el pasado, esperando pasivamente a que alguien me dijera cómo podría resultar mi vida?

«¡Haz algo! Construye tu propia vida, Wei», dije para mis adentros.

Esos pensamientos me levantaron el ánimo y estuve realmente contenta durante un rato. Pero mi fortaleza se agotó en seguida y, a la hora de comer, mis deseos de ver a Dong Yi habían alcanzado un nivel insoportable. Por lo común, Eimin y yo comíamos en el comedor número tres, a la vuelta de la esquina. En los últimos días dicho comedor se había hecho muy popular entre los estudiantes debido a su proximidad con el Triángulo. Como consecuencia de ello, las colas que se formaban dentro eran enormes y prácticamente continuas. Aun así, seguíamos yendo porque seguro que allí te encontrabas con tus amigos y podías hablar con ellos de los últimos acontecimientos.

Dong Yi había estado en el comedor número tres sólo de vez en cuando, y en la mayoría de ocasiones conmigo. Pensé que en otro comedor más cercano a su residencia tendría más posibilidades de toparme con él. De modo que convencí a Eimin para ir allí, y así lo hicimos en cuanto abrieron para comer. A sabiendas de que tardarían un poco, le pedí a Eimin que me trajera un par de platos del wok pequeño, donde servían viandas recién salteadas. Durante la hora y media que estuvimos allí, no aparté los ojos de la puerta, con la esperanza de que aparecieran Dong Yi y Lan. Pero no lo hicieron. Aunque no habría sabido cómo reaccionar si en realidad los hubiera visto juntos, tenía muchas ganas de ver a Dong Yi.

Desde el momento en que vi a Lan, me había hecho centenares de preguntas y no sabía ninguna de las respuestas. Sin embargo, entre todas las conjeturas, recelos y sentimientos de amor y odio, quedaba un misterio: el propósito de la visita de Lan. ¿Por qué había aparecido precisamente en aquellos momentos? ¿Acaso traía noticias que pudieran cambiarlo todo?

Aquella tarde, Dong Yi tampoco estaba en el Triángulo. Una y otra vez paseé por allí, entre el gentío, y no lo vi ni a él, ni a Lan, ni a su compañero de habitación. Daba la impresión de que había desaparecido en su otra vida. Nuestros caminos ya no se cruzaban.

Estaba muy contrariada con Dong Yi; no porque entonces estuviera con Lan, al fin y al cabo su esposa. Era porque me había dejado con un somero «ha surgido algo urgente» transmitido por su compañero de habitación. Me disgustó que no hubiera considerado que podía explicarme lo que había ocurrido en realidad. ¿Acaso no me merecía eso al menos?

Miré a Eimin, que había estado leyendo los carteles muy concentrado. De pronto deseé que Dong Yi nunca hubiese mencionado el divorcio. Mi vida habría sido mucho menos complicada y tal vez más dichosa.

Regresé al apartamento de mis padres, resuelta a seguir adelante con mi vida. Entonces pasaba la mitad del tiempo con Eimin y la otra mitad con mis padres. Aquella noche, antes de irme a la cama, dispuse sobre la mesa todos los papeles necesarios para la solicitud del pasaporte y luego los metí cuidadosamente en un sobre grande de color marrón.

Tendida en la cama del apartamento en el que había pasado mi adolescencia y mis primeros años de adultez, me imaginé que veía los cuerpos de porcelana de Dong Yi y Lan entrelazados uno con otro como un par de manos. Entonces me dije que me había vuelto loca, imaginando escenas y pensando en el cuerpo de otra mujer, en particular de alguien a quien sólo había visto desde lejos.

Pero no podía evitar preguntarme si Dong Yi la quería. Él me había dicho que sí, y parecía evidente… desde el momento que sus ojos se encontraron con los de ella con alegría y afecto. Aquella mirada me había atravesado el corazón y me causó un dolor insoportable. Pero ¿cuánto la amaba? ¿Me amaba más a mí? ¿Y se alejaría algún día de ella? Entonces me acordé del fuego que había tras aquellos ojos castaños, grandes y sensuales. Lan nunca lo dejaría escapar. Mi corazón se hundía cada vez más en una oscuridad infinita. El amor sin esperanza es el más desdichado de los amores.

«Eimin es el que me ama a mí y a nadie más», me dije. Era el que estaba allí para mí cuando necesitaba a alguien, y siempre lo había estado. No me hacía preguntas cuando aparecía en el momento menos pensado. No preguntaba dónde había estado ni por qué había ido, simplemente me aceptaba, estaba allí para mí. ¿Por qué no tendría que casarme con él? Podríamos irnos a Estados Unidos y empezar una nueva vida, allí donde no hubiera más dolor ni vanas esperas. Con estos pensamientos, poco a poco me inundó una extraña sensación de paz y me quedé dormida sabiendo que dentro de unas horas amanecería un nuevo día.

Cuando tenía catorce años creía que el trabajo más fácil del mundo era ser meteorólogo en Pekín. Al parecer, lo único que tenías que hacer era pronosticar que haría sol y, como mínimo, nueve de cada diez veces acertarías. Amaneció, y el día, indefectiblemente, volvía a ser soleado, radiante y cálido hasta el cansancio. En el distrito Amarillo, los grandes castaños que flanqueaban el camino estaban cubiertos de hojas de un color verde intenso que proyectaban bajo ellas sombras en forma de encaje. Me dirigía en bicicleta hacia la puerta de la Universidad Popular donde tres semanas atrás me había visto frente a frente con la policía durante la primera marcha, cuando de repente oí que unas voces que me eran familiares me llamaban.

Me volví y vi a Hanna y a Jerry que se acercaban pedaleando por detrás.

– ¿Adónde vas con tanta prisa? -me preguntó Hanna en voz alta al tiempo que recuperaba el aliento-. Hace veinte minutos que te estamos llamando para que te detengas, ¡pero ibas demasiado rápida para oírnos!

– Voy al centro -respondí, y saludé a Jerry con una sonrisa.

– Nosotros también -dijo Hanna-. ¿Por qué no vamos juntos?

Seguimos pedaleando los tres en fila, Hanna en medio, y nos cruzamos con muy poco tráfico, aparte de los camiones llenos de estudiantes que iban agitando las banderas. Hanna llevaba una camiseta y unos pantalones cortos que dejaban ver sus piernas largas y bronceadas. Jerry, con su camisa blanca de manga corta y unos pantalones largos, parecía pálido junto al radiante tono broncíneo de ella.

– ¿Vas a la plaza de Tiananmen? -preguntó Hanna, y aminoramos la marcha para poder hablar los tres-. Jerry y yo hemos ido casi cada día. Es un acontecimiento muy emocionante, sobre todo para un historiador de Asia como Jerry. -Entonces se inclinó hacia mí y me dijo, no sin orgullo-: Jerry está pensando en escribir un libro sobre ello.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Lago Sin Nombre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Lago Sin Nombre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Lago Sin Nombre»

Обсуждение, отзывы о книге «El Lago Sin Nombre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x