Nora Roberts - Sinfonía Inacabada

Здесь есть возможность читать онлайн «Nora Roberts - Sinfonía Inacabada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sinfonía Inacabada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sinfonía Inacabada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La joven pianista Vanessa Sexton había vuelto a su ciudad natal tratando de obtener algunas respuestas de su madre, de la que se había separado hacía doce años. Pero en aquel viaje de reencuentro con su pasado también tenía que enfrentarse a Brady Tucker, el único hombre al que había amado y que ya le había roto el corazón en una ocasión. Vanessa creía que aquel enamoramiento era algo que ya no le podría afectar, pero cada vez que veía a Brady sentía unas emociones que no sabía si estaba dispuesta a aceptar…

Sinfonía Inacabada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sinfonía Inacabada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Encontró lo que estaba buscando en el último cajón. Allí estaban todos sus libros desde el primer hasta el sexto nivel. La nostalgia se apoderó de ella y tuvo que sentarse en el suelo para hojearlos.

Recordaba muy bien los primeros días de clase, los ejercicios, las primeras sencillas melodías. Sentía la misma emoción que había experimentado cuando supo que era capaz de convertir las notas escritas en música.

Habían pasado más de veinte años desde aquel día. Entonces, su padre era su profesor y, aunque había sido muy duro con ella. Vanessa se había mostrado dispuesta a aprender. ¡Se había sentido tan orgullosa la primera vez que él le dijo que lo había hecho bien! Aquellas sencillas y escasas palabras de alabanza la habían empujado a esforzarse más aún.

Cuando rebuscó una vez más en el cajón para tratar de encontrar más libros para Annie, halló un grueso álbum. Sabía que su madre lo había empezado hacía anos. Con una sonrisa, abrió la primera página.

Había fotografías de ella al piano. Verse con trenzas y calcetines blancos hasta la rodilla la hizo sonreír. Examinó las fotos de su primer recital. Allí estaban también sus primeros certificados y diplomas, recortes de periódico de cuando ganó la primera competición regional y la primera nacional.

Entonces, le sorprendió que los recortes de periódico no terminaran ahí. Había un artículo de The Times, publicado un año después de que ella se hubiera marchado de Hyattown. Una fotografía suya en Fort Worth, después de haber ganado el Van Cliburn.

En realidad, había docenas, cientos de recortes, fotografías, artículos de revistas, incluso muchos que ni siquiera había visto. Parecía que todo lo que había salido publicado sobre ella estaba contenido en aquel álbum.

Recordó las cartas que su madre le había enviado, el álbum que tenía sobre las piernas… ¿Qué podía pensar? ¿Qué debía sentir? La madre que ella creía que la había olvidado por completo le había escrito religiosamente, a pesar de no recibir nunca respuesta, y había seguido todos los pasos de su carrera, aunque nunca había formado parte de ella. Además, le había abierto la puerta a su hija sin hacer ninguna pregunta.

Sin embargo, nada de aquello explicaba por qué Loretta la había dejado marchar sin oponer resistencia. No lograba explicar los años que habían pasado…

«No tuve elección».

Recordó las palabras de su madre. ¿Qué habría querido decir con ellas? No había duda de que su infidelidad había destruido su matrimonio. El padre de Vanessa jamás la había perdonado. ¿Por qué había cortado también la relación de madre e hija?

Tenía que saberlo. Se levantó sin preocuparse de recoger los libros que tenía extendidos por la alfombra. Lo averiguaría aquel mismo día.

La lluvia había cesado y unos débiles rayos de sol luchaban por abrirse camino entre las nubes. A pesar de que estaba tan sólo a unas pocas manzanas de distancia, tomó el coche para ir a la tienda de antigüedades de su madre. En otras circunstancias, habría preferido realizar el paseo, pero no quería interrupción alguna de amigos o conocidos.

Aparcó enfrente de la tienda. Cuando abrió la puerta, tintineó una campanilla.

– Es más o menos de 1860 -oyó que decía su madre-. Es uno de los mejores conjuntos de muebles que tengo. Hice que lo restaurara un hombre que trabaja mucho para mí. Ya ve el magnífico trabajo que ha hecho con estos tiradores. El acabado es como si fuera cristal.

Vanessa escuchó el intercambio que se estaba produciendo desde el otro lado de la tienda. Aunque la molestó el hecho de encontrar a su madre con un cuente, la tienda resultó ser una revelación para ella.

No era una tienda de antigüedades repleta de objetos y llena de polvo. Unos exquisitos aparadores mostraban porcelana, estatuillas, elaborados frascos de perfume y esbeltas copas. El cristal brillaba. A pesar de que no había ni un sólo centímetro sin utilizar, resultaba muy acogedor.

– Va a quedar usted muy satisfecho con esos muebles -decía su madre mientras regresaba con el cliente a la parte frontal de la tienda-. Si cuando llegue a casa descubre que no le va bien, estaré más que dispuesta a recomprárselo. ¡Oh, Vanessa! -exclamó al ver a su hija. Entonces, tras un segundo de azoramiento, se volvió al joven ejecutivo que la acompañaba-. Ésta es mi hija Vanessa. Te presento al señor Peterson. Es del condado de Montgomery.

– De Damascus -explicó él, muy satisfecho-. Mi esposa y yo acabamos de comprar una antigua granja. Vimos ese conjunto de muebles de comedor hace unas pocas semanas. Mi esposa no ha parado de hablar de él. Quiero sorprenderla.

– Estoy segura de que estará encantada.

Vanessa observó cómo su madre aceptaba la tarjeta de crédito del cliente y completaba rápidamente la transacción.

– Tiene usted una tienda magnífica, señora Sexton -comentó el hombre-. Si estuviera en un lugar algo más grande, tendría que deshacerse de los clientes.

– Me gusta estar aquí -replicó ella mientras le entregaba el recibo-. He vivido aquí toda mi vida.

– Es un pueblo muy bonito. Le aseguro que, después de que tengamos la primera cena con nuestros amigos, tendrá más clientes.

– Y yo le garantizo que no me desharé de ellos -dijo Loretta con una sonrisa-. ¿Necesitará ayuda el sábado cuando venga a recoger los muebles?

– No. Vendré acompañado de algunos amigos. Muchas gracias, señora Sexton.

– Espero que disfrute de los muebles.

– Lo haremos -prometió Peterson. Entonces, se volvió para sonreír a Vanessa-. Me alegro de haberla conocido. Tiene usted una madre fantástica.

– Gracias.

– Bueno, me marcho -dijo el hombre, a modo de despedida. Entonces, se detuvo bruscamente en la puerta. Vanessa Sexton -susurró. A continuación, se dio la vuelta-. La pianista. Que me aspen. Vi su concierto en Washington la semana pasada. Estuvo usted magnífica.

– Me alegro de que le gustara.

– En realidad, no esperaba hacerlo -admitió Peterson-. Es a mi mujer a la que la vuelve loca la música clásica. Yo me imaginé que me quedaría dormido un rato, pero usted me mantuvo despierto.

– Me lo tomaré como un cumplido -comentó Vanessa, riéndose.

– Se lo digo en serio. Yo no distingo a un compositor de otro, pero me quedé… Supongo que me quedé embelesado. Mi esposa se morirá de envidia cuando le diga que la he conocido personalmente a usted -añadió. Entonces, sacó una agenda de piel-. ¿Me daría un autógrafo para ella? Se llama Melissa.

– Encantada.

– ¿Quién habría esperado encontrar a alguien como usted en un lugar como éste? -comentó Peterson mientras Vanessa le devolvía su agenda.

– Crecí aquí.

– En ese caso, le garantizo, señora Sexton, que mi esposa regresará. Gracias de nuevo.

– De nada. Conduzca con cuidado -dijo Loretta. Cuando las campanillas anunciaron la salida de Peterson, sonrió-. Es algo sorprendente observar a tu propia hija firmando un autógrafo.

– Es el primero que he firmado en el lugar en el que nací. Es una tienda preciosa. Debes de haber trabajado mucho.

– Me gusta. Siento no haber estado en casa esta mañana. Me traían un pedido muy temprano.

– No importa.

– ¿Te gustaría ver el resto de la tienda?

– Sí, me encantaría.

Loretta la acompañó hasta la parte trasera de la tienda.

– Estos son los muebles que acaba de comprar tu admirador. La mesa es de tres piezas y pueden sentarse doce comensales con comodidad. Las sillas tienen un trabajo precioso en la madera. El mueble de bufé y el aparador también van incluidos.

– Son preciosos.

– Los compré en una subasta hace unos meses. Llevaban en una misma familia cientos de años. Es muy triste… Por eso me alegra tanto poder venderle algo como esto a personas que van a cuidar de ello.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sinfonía Inacabada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sinfonía Inacabada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sinfonía Inacabada»

Обсуждение, отзывы о книге «Sinfonía Inacabada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x