Nancy Huston - Marcas De Nacimiento

Здесь есть возможность читать онлайн «Nancy Huston - Marcas De Nacimiento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Marcas De Nacimiento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Marcas De Nacimiento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este archivo es una copia de seguridad, para compartirlo con un grupo reducido de amigos, por medios privados. Si llega a tus manos debes saber que no deberás colgarlo en webs o redes públicas, ni hacer uso comercial del mismo. Que una vez leído se considera caducado el préstamo y deberá ser destruido.
En caso de incumplimiento de dicha advertencia, derivamos cualquier responsabilidad o acción legal a quienes la incumplieran.
Queremos dejar bien claro que nuestra intención es favorecer a aquellas personas, de entre nuestros compañeros, que por diversos motivos: económicos, de situación geográfica o discapacidades físicas, no tienen acceso a la literatura, o a bibliotecas públicas. Pagamos religiosamente todos los cánones impuestos por derechos de autor de diferentes soportes. Por ello, no consideramos que nuestro acto sea de piratería, ni la apoyamos en ningún caso. Además, realizamos la siguiente…

Marcas De Nacimiento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Marcas De Nacimiento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Vete a buscar al médico, Kristina -dice sin mirarme-. ¡Corre, bonita! ¡Corre todo lo que puedas!

Cuando te haces quemaduras así la piel se te hincha formando ampollas que se llenan de pus, y si las revientas el pus brota y duele terriblemente pero transcurrido un tiempo sale una nueva capa de piel para sustituir el viejo tejido dañado y lo increíble es que, según me dijo el abuelo, las líneas y los lunares vuelven a aparecer en los mismos lugares, de manera que los criminales no pueden librarse nunca de sus huellas dactilares, ni siquiera quemándose la yema de los dedos a posta.

El médico sigue vendando las manos de la abuela cuando empieza a oírse otro chillido, esta vez arriba.

Greta. Ay, no.

He dejado a Annabella donde estaba jugando con ella, encima de mi cama, y Greta la ha encontrado allí. Ni siquiera se molesta en mirarme cuando irrumpe en la cocina, va directa a mamá y se chiva de mí. Y mamá, que ahora está rallando patatas para la comida pensando todavía en las manos quemadas de la abuela, dice:

– Pero Greta, puedes compartir la muñeca con Kristina, ¿no?

Y Greta contesta:

– No, no puedo, no quiero que ponga sus deditos mugrientos sobre esa muñeca. ¡Es mi propiedad privada!

Así que mamá dice:

– Si eso es lo que quieres… Kristina, cariño, tú ya tienes tus propios juguetes y no debes tocar las cosas de Greta sin preguntarle antes.

Estoy desesperada. He traicionado a Annabella al dejarla en mi cama; debe de haber intentado con todas sus fuerzas trepar por encima de mi cabecera y deslizarse hasta la de Greta, pero sencillamente no lo ha conseguido. Y ahora el secreto ha salido a la luz. Ahora Greta sabe que quiero a su muñeca y eso le da poder sobre mí y estoy desesperada.

Tras las oraciones a la hora de acostarnos, me quedo tumbada boca abajo y rompo a llorar sobre la almohada, muy suavemente para que Greta no me oiga. De pronto Greta se pone de rodillas, se asoma por encima de la cabecera y me sisea algo. Dejo de sollozar y aguzo el oído, lo que no es más que una manera de hablar, ya que sólo los perros y los zorros pueden aguzar los oídos de verdad; vuelve a sisear. Es un siseo de hermana, un siseo sobre hermanas, el sonido que profiere es como el de la plancha cuando mamá la apoya sobre una prenda húmeda. Y las sofocantes palabras que calan lentamente en mi cerebro y dejan una huella candente son:

– De todas maneras, no eres hermana mía.

Contengo la respiración y no digo nada.

– ¿Me has oído, Kristina? No eres hermana mía.

¿Qué quiere decir? ¿Que me repudia? ¿Que ya no quiere pensar en mí como en una hermana, que no quiere formar parte de la misma familia que yo?

El siseo continúa y cada palabra me provoca una quemadura más profunda que la anterior.

– Mamá y papá no son tus padres. La abuela y el abuelo no son tus abuelos. Ninguno somos pariente tuyo. Tú no saliste de la barriga de mamá tal como salimos Lothar y yo. Tienes otra madre en alguna parte pero no te quería. Eres adoptada. Recuerdo cuando te trajeron a casa. Yo tenía cuatro años y tú uno y medio. Es un secreto, no debía contártelo nunca, pero has sido tan odiosa conmigo que no me queda otra opción. No soy hermana tuya. No tengo nada que ver contigo. Ojalá te volvieras por donde viniste y no te viese nunca más.

Vuelve a tenderse en la cama de golpe, haciendo chirriar los muelles del colchón, y entonces se posa un silencio grande y nuevo sobre el cuarto. Ahora estoy tendida boca arriba, contemplando los altos rectángulos oscuros de las cortinas, mis pensamientos yendo de aquí para allá en todas direcciones para huir de lo que acaba de decirme Greta. Me remango el pijama y acaricio suavemente la marca de nacimiento en la oscuridad, una y otra vez, hasta que me duermo.

Por la mañana Greta me despierta con un beso en la frente.

– El desayuno está preparado, Kristina -me dice alegremente, y cuando bajo a gatas de la cama añade-: Olvida lo que te dije anoche. Me lo inventé todo porque estaba enfadada contigo por jugar con mi muñeca. Si te hice daño, lo lamento. Vamos a ser amigas otra vez, ¿vale? Escucha… -salta a la vista que el esfuerzo por mostrarse simpática casi la está matando- lo que pasa es que no quiero que juegues con… -y pronuncia ese nombre ridículo que le ha puesto a la muñeca- porque eres muy pequeña y puedes ensuciarle el cuello del vestido o romperle los ojos. Pero si me prometes no contarle a mamá lo que dije anoche, te enseñaré todo lo que aprenda en el cole. ¿Vale? ¿Estamos de acuerdo?

Mi cabeza es una pesada piedra, la dejo moverse arriba y abajo una vez y paro: su equilibrio es tan precario que me da miedo que se me desprenda de los hombros y caiga al suelo.

Paso el día sumida en el aturdimiento. Mamá me pide que la ayude a plegar las sábanas, una tarea que suele gustarme. Cada una coge dos esquinas, mis brazos extendidos hasta donde alcanzo, nos alejamos la una de la otra hasta que la sábana queda tensa, la agitamos una vez, luego juntamos las esquinas, cogemos la media sábana por el pliegue… Pero me siento como uno de los autómatas en la torre del reloj, como si estuviera hecha de madera y conectada a un mecanismo de cadenas y muelles chirriantes, mantengo la misma expresión en la cara y me limito a realizar los movimientos por inercia, no puedo hablar.

– Vaya, sí que está callada mi pequeña Kristina -comenta mamá cuando hemos terminado con las sábanas-. ¿Todavía estás triste por lo de la muñeca, cariño?

Asiento y ella se acomoda en una silla, me sube a su regazo y me acerca a su cuerpo, noto la piel tersa de sus brazos y la redondez de sus senos bajo el vestido, y mientras me abraza me meto un pulgar en la boca y me acaricio la marca de nacimiento con el otro, ahora debería sentirme feliz si no fuera porque Greta dice que esta persona no es mi madre y si no es mi madre quién es y qué hago aquí.

Salgo de casa y me subo a un montículo de nieve, rígida como un soldado, y me dejo caer hacia delante como si hubiera recibido un disparo en la espalda, luego me quedo allí tumbada sin moverme hasta que la nieve empieza a quemarme, lo muy frío se convierte en muy caliente, y cuando por error metes el pie en la bañera sólo con agua caliente es al contrario: la impresión resulta gélida en un primer momento. Me doy la vuelta y me siento en el montículo, cojo un puñado de nieve con las manos desnudas y me lo froto en los ojos hasta que me escuecen.

Greta cumple su promesa. En cuanto terminan los doce días de Navidad y empieza la escuela otra vez, comparte los deberes conmigo, me guía la mano para ayudarme a hacer las letras cursivas, me instruye en las heroicas gestas de nuestro pasado teutón, me enseña fracciones y porcentajes. Engullo sus conocimientos, los digiero, le devuelvo las respuestas cual disparos. Los conocimientos ocupan lugar en mi cerebro pero ni siquiera así consigo olvidar lo que dijo aquella noche. Y lo prometí. Aunque sólo asentí levísimamente, hice una promesa tan solemne como un tratado -no el tratado con Rusia, sino el tratado con Italia y Japón-, un asentimiento significa sí y sí es una palabra y mi palabra es mi promesa y no me está permitido decirle nada a mamá.

¿El abuelo? ¿La abuela? Los miro, vacilo, rechazo la idea. Los dos están todavía apesadumbrados por la pérdida de su nieto y no quiero provocarles más dolor.

Sin embargo, al mirarlos empiezo poco a poco a mirarlos de verdad. Y a mamá. Y a Greta. Escudriño sus rasgos uno por uno. Después de cenar me encierro en el cuarto de baño y me enfrento al espejo. Kristina… ¿cómo puedo saberlo? Tengo el pelo rubio, el de mamá es castaño claro y también el de Greta, pero eso no demuestra nada. Lothar lo tenía rubio. El de papá es rubio oscuro, sus ojos son verdes y los míos azules, como los de la abuela. Olvídate de los ojos y el pelo. ¿Por qué soy la única de la familia que tiene la nariz respingona? ¿Por qué tiene Greta la frente más alta que la mía?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Marcas De Nacimiento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Marcas De Nacimiento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Nancy Huston - Infrared
Nancy Huston
Nancy Huston - Black Dance
Nancy Huston
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
James BeauSeigneur - El nacimiento de una era
James BeauSeigneur
Charlie Huston - Already Dead - A Novel
Charlie Huston
Charlie Huston - A Dangerous Man
Charlie Huston
Nancy Huston - Arbre de l'oblit
Nancy Huston
Alastair Bruce - Marcas en la pared
Alastair Bruce
Omraam Mikhaël Aïvanhov - El segundo nacimiento
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Отзывы о книге «Marcas De Nacimiento»

Обсуждение, отзывы о книге «Marcas De Nacimiento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x