Louis de Bernières - La mandolina del capitán Corelli

Здесь есть возможность читать онлайн «Louis de Bernières - La mandolina del capitán Corelli» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La mandolina del capitán Corelli: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La mandolina del capitán Corelli»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En plena Segunda Guerra Mundial, la llegada de los italianos trastoca la apacible vida de un remoto pueblo de la es la griega de Cefalonia. Pero aún más la de Pelagia -hija del médico- a causa del oficial italiano, el capitán Corelli, que va a alojarse en su casa. Surgirá el amor. Y también una tragedia que muy pronto interrumpirá la guerra de mentirijillas y la velada confraternización entre italianos y griegos.
Louis de Bernières ha conseguido un bello canto al amor y una afirmación de la vida y todo lo verdaderamente humano que tenemos los hombres y las mujeres. La ternura lírica y la sutil ironía con que está narrado nos envuelve desde la primera página.
Desde el momento de su primera publicación en 1994, La mandolina del capitán Corelli ha sido un éxito continuo con casi dos millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Ahora se ha convertido en una inolvidable película protagonizada por Penélope Cruz y Nicholas Cage.

La mandolina del capitán Corelli — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La mandolina del capitán Corelli», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Y hablando de negros, ¿has visto mi ejemplar de ese panfleto titulado «Partito e Impero»? Me gusta ese pasaje que dice «En resumen, debemos procurar dar a los italianos una mentalidad racista e imperialista.» Ah, sí, los judíos. Creo que ha quedado perfectamente claro que los judíos italianos han de decidir qué son primero, judíos o italianos. Así de sencillo. No se me escapa que la judería internacional es antifascista. No soy tonto. Sé perfectamente que los sionistas son la herramienta de la política exterior británica. Por lo que a mí respecta, debemos hacer cumplir los cupos de contratación de judíos para cargos públicos; no toleraré ninguna desproporción y me da igual si eso significa que algún pueblo se quede sin alcalde. Debemos estar a la altura de nuestros camaradas alemanes. Sí, sé que al Papa no le gusta, pero tiene demasiado que perder como para jugarse el cuello. Sabe que puedo revocar los pactos lateranenses. Le tengo metido un tridente por el trasero y sabe que se lo puedo dejar hecho una pena. Renuncié al materialismo ateo por el bien de la paz, pero de ahí no paso.

Apunta: quiero la congelación de los salarios para controlar la inflación. Incrementaremos los subsidios familiares en un cincuenta por ciento. No, no creo que lo último elimine los efectos de lo primero. ¿Crees que no entiendo de economía? ¿Cuántas veces he de explicarte, so bobo, que la economía fascista es inmune a las perturbaciones cíclicas del capitalismo? ¿Cómo te atreves a contradecirme y a afirmar que la verdad es lo contrario? ¿Por qué crees que hemos optado por la autarquía durante estos años? Hemos tenido unos problemillas de ajuste, nada más, zuccone, sciocco, so balordo. Envía un telegrama a Farinacci diciendo que lamento que se haya quedado manco, pero qué esperaba si fue a pescar con granadas de mano. Di a la prensa que ha sido resultado de un acto heroico. Que salga un artículo el lunes en Il Regime Fas cista , algo como «Dirigente fascista herido en valiente acción contra los etíopes». Eso me recuerda una cosa. ¿Cómo van los experimentos con el gas venenoso que empleamos contra los guerrilleros negros? Espero que los rifiuto se vayan muriendo poco a poco. Agonía máxima. Pour encourager les autres. ¿Y si invadimos Francia? ¿Qué te parece «El fascismo supera los antagonismos de clase»? ¿Ha llegado ya Ciano? He recibido informes de todas las regiones del país diciendo que predomina un abrumador sentimiento antibélico. No lo entiendo. Los industriales, la burguesía, la clase obrera, hasta el ejército, santo Dios. Sí, ya sé que hay una delegación de artistas e intelectuales esperando. ¿Cómo? ¿Que van a darme una condecoración? Hazlos pasar enseguida.

Buenas tardes, caballeros. Debo decir que es para mí un honor recibir esta distinción de algunas de nuestras mentes… más preclaras. Lo llevaré con orgullo. ¿Cómo marcha su nueva novela? Oh, perdone, me he confundido. Pues claro que es usted escultor. Ha sido un lapsus. ¿Una nueva estatua de mí? Espléndido. Milán necesita monumentos, ¿no cree? Déjenme que le recuerde, aunque estoy seguro de que no es necesario, que el fascismo es fundamentalmente y en el fondo una concepción estética, y que su función como creadores de objetos bellos es describir con la mayor eficacia la sublime belleza y la inevitable realidad del ideal fascista. No lo olviden; si las fuerzas armadas son los cojones del fascismo y yo su cerebro, ustedes son su imaginación. Recae sobre ustedes una enorme responsabilidad. Y ahora, si me disculpan, caballeros, asuntos de Estado, ya saben cómo son estas cosas. Tengo una audiencia con su majestad el rey. Cómo no, le transmitiré sus más profundos sentimientos de lealtad. Él no espera menos de ustedes. Buenas tardes.

Bien, ya me he librado de ellos. Es bonita la medalla, ¿no? A lo mejor se la regalo a Clara. Seguro que lo encontrará muy divertido. Ah, ahí viene Ciano. Ya era hora. Habrá estado destrozando algún campo de golf, seguro. Lo considero un juego de lo más estúpido. Lo comprendería si se tratara de darle a un conejo o de interceptar a alguna que otra perdiz. Que yo sepa, los hoyos no se comen.

Ah, Galeazzo, me alegro de verte. Pasa, pasa. Bene, bene. ¿Cómo está mi querida hija? Es estupendo poder tener el gobierno en casa, por así decir, y contar con alguien en quien confiar. ¿Has ido a jugar a golf? Me lo imaginaba. Bonito juego, fascinante, un verdadero reto, tanto físico como intelectual. Ojalá tuviera tiempo para practicarlo. Yo es que me pierdo cuando se empieza a hablar de irons, cleeks y putters. Un verdadero misterio eleusino. «Eleusino», eso he dicho. Bueno, déjalo estar. Magnífico traje llevas. Qué buen corte. Y los zapatos, muy elegantes también. ¿Que se llaman «George boots»? Me extraña. No son ingleses, ¿verdad? Yo me conformo con unas genuinas botas militares; no puedo competir contigo en elegancia, Galeazzo, soy el primero en admitirlo. Soy mucho más terrenal, y no se puede ser nada mejor cuando la tierra resulta ser la italiana, ¿no estás de acuerdo?

Bueno, mira, hemos de solucionar esto de los griegos de una vez por todas. Convendrás conmigo en que después de todos nuestros logros necesitamos una nueva dirección. Piénsalo, Galeazzo; cuando yo era periodista Italia no tenía un imperio del que hablar. Ahora que soy el Duce sí lo tenemos. Es un gran legado, de eso no cabe duda. Siempre hay más ovaciones para una sinfonía que para un cuarteto. Pero ¿podemos detenernos en África y en un puñado de islas de las que nadie ha oído hablar? ¿Podemos dormirnos en nuestros laureles cuando no dejan de producirse disensiones en el partido y descubrimos que nuestra política no cuenta con un respaldo fuerte? Tenemos que dinamitar el trasero de la nación, ¿no es cierto? Necesitamos una gran empresa unificadora. Necesitamos un enemigo y mantener el ímpetu imperial. Por eso vuelvo al asunto de los griegos.

He estado examinando los archivos. En primer lugar tenemos una mancha histórica que borrar. Me estoy refiriendo al incidente Tellini de 1923. Por cierto, mi querido conde, estoy al corriente de que has estado haciendo política exterior a espaldas mías y que, en consecuencia, a menudo nos encontramos tirando en direcciones opuestas de la cuerda. No, no protestes, lo menciono como algo simplemente desagradable. Nuestro embajador en Atenas está muy confuso y puede que nos interese que continúe así. No quiero que Grazzi vaya dándole pistas a Metaxas, y nos conviene que sigan siendo buenos amigos. Aquí no ha pasado nada; hemos ocupado Albania y he escrito a Metaxas para tranquilizarle y alabar el tratamiento que ha dado al rey Zogu. Sí, sé que los ingleses se han puesto en contacto con Metaxas para decirle que los albaneses defenderán Grecia en caso de invasión. Sí, sé que Hitler quiere a Grecia en el Eje, pero, pregunto, ¿qué deuda tenemos con Hitler? Pone a toda Europa patas arriba, su codicia y su irresponsabilidad parecen ilimitadas, y para colmo se apropia de los yacimientos de petróleo rumanos sin dejarnos ni una tajada del pastel. Tendrá cara… ¿Quién se ha creído que es? Me temo, Galeazzo, que debemos basar nuestras acciones en un cálculo de probabilidades; ver de qué lado caen los dados. Y he de decir que resulta obvio que Hitler tiene todos los seis. O nos unimos a él y nos repartimos el botín, o nos arriesgamos a que nos invadan desde Austria tan pronto ese poca cosa lo tenga a bien. Es cuestión de aprovechar las oportunidades y eludir los peligros. Y también de ensanchar el imperio. Hay que seguir fomentando los movimientos de liberación en Kosovo y el irredentismo en Tsamouria. Tenemos Yugoslavia y tenemos Grecia: Imagínate, Galeazzo, todo el litoral mediterráneo convertido en un nuevo Imperio Romano. Tenemos Libia, sólo nos resta unir los puntitos. Hemos de hacerlo sin decírselo a Hitler; me he enterado de que los griegos le han pedido garantías. Figúrate la impresión que se llevará el Führer cuando nos vea arrasar Grecia en cuestión de días. Seguro que se lo pensará dos veces. Imagínate al frente de una legión fascista entrando en Atenas en la torreta de un tanque. Imagina nuestra bandera ondeando en el Partenón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La mandolina del capitán Corelli»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La mandolina del capitán Corelli» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


LaVyrle Spencer - Amargo Pero Dulce
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer
José Santos - La Amante Francesa
José Santos
José Santos
Marta Cruz - La vida después
Marta Cruz
Marta Cruz
Henning Mankell - Zapatos italianos
Henning Mankell
Henning Mankell
Отзывы о книге «La mandolina del capitán Corelli»

Обсуждение, отзывы о книге «La mandolina del capitán Corelli» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x