Peter Ackroyd - Los Lamb de Londres

Здесь есть возможность читать онлайн «Peter Ackroyd - Los Lamb de Londres» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Lamb de Londres: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Lamb de Londres»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Esta es la historia de una familia londinense, los Lamb, poco conocida en España pero cuya importancia en la recuperación y valorización de Shakespeare es indiscutible.
Charles Lamb intenta hacerse un sitio en la sociedad literaria del siglo XIX (al tiempo que frecuenta en exceso los pubs), y Mary busca el modo de huir de una casa en la que convive con unos progenitores al borde de la locura. La pasión que comparten por la obra de Shakespeare es para ambos un perfecto modo de evasión. Sin embargo, cuando un joven y ambicioso librero les asegura haber encontrado diversos manuscritos de Shakespeare e incluso una obra teatral inédita, se sumergen en una estremecedora investigación que les puede llevar a la inmortalidad o al más estrepitoso de los ridículos.
Peter Ackroyd nos recrea con todo lujo de detalles, el ambiente literario y la sociedad del Londres del siglo XIX en esta intersante novela.

Los Lamb de Londres — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Lamb de Londres», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El joven Ireland se detuvo y le preguntó:

– Discúlpeme, señor, ¿quién es usted?

– Un admirador de Shakespeare, señor.

– ¿La obra no le gusta?

– Claro que no. Se trata de un fraude, una pura engañifa.

– ¿Cómo lo sabe?

– Porque me lo explicó un amigo que tengo en el teatro. -William sospechó que el hombre era un actor sin trabajo-. Jamás me pareció auténtica.

– No estoy de acuerdo. Acabo de verla y le garantizo que es real.

– Ay, señor, puede ser real e irreal a la vez. ¿Comprende lo que quiero decir?

El hombre abordó otro grupo sin dar tiempo a que William le preguntase a qué se refería. El joven caminó hacia Covent Garden con la octavilla en la mano y, algunas yardas más adelante, avistó a los Lamb. Mary iba del bracete de su padre y charlaba de forma animada con él. Como no quería que lo viesen, William aminoró el paso hasta que los Lamb se adentraron en el espacio adoquinado del mercado. Luego observó que Mary se alejaba deprisa hacia el sector de las arcadas donde los alfareros montaban sus puestos y que Charles la seguía. ¿Los hermanos habían tenido una discusión?

William se dio la vuelta y enfiló sus pasos a Holborn. Esa noche durmió a pierna suelta y por la mañana despertó mucho más tarde que de costumbre.

CAPÍTULO XII

Thomas de Quincey también disponía de un ejemplar de las octavillas repartidas a las puertas del Drury Lane. Charles Lamb se la había entregado como recuerdo de la velada. De Quincey y Lamb se habían hecho amigos y compañeros de taberna, y Charles lo había ayudado a conseguir trabajo como aprendiz de escribiente en la South Sea House de Threadneedle Street. De Quincey tenía buena caligrafía, ya que había cursado el bachillerato en Manchester, y además poseía sólidos conocimientos matemáticos. Cuando salían de trabajar, muchas tardes se reunían en la Billiter Inn. Fue en la taberna donde Charles le mostró la octavilla cinco noches después del estreno de Vortigern .

– Han acusado a nuestro amigo de «flagrante falsificación» -comentó Lamb con marcado retintín.

– ¿Lo han hecho?

– Sin embargo, yo dudo de que Ireland sea tan prolífico. Es imposible que escriba con tanta soltura. Algunos fragmentos poéticos son sublimes. Estabas presente y los oíste. -Presionó el brazo de De Quincey-. Tengo una teoría: pienso que esa obra la escribió un contemporáneo de Shakespeare, tal vez un poeta menor. Ireland está tan seducido por Shakespeare que incluye su apellido en todos los papeles que encuentra.

– Mi opinión acerca de él es más benigna que la tuya.

– ¿La obra es de Shakespeare?

– Ni soñarlo, es de Ireland.

– ¡Imposible! ¿Cómo podría haber engañado al mundo entero?

– Como mínimo, ha timado a Londres. Charles, es mucho más inteligente de lo que te figuras. Cada vez que lo oigo hablar compruebo su mordacidad. Es muy agudo.

– Sí, claro, pero escribir una obra del siglo xvi… y poesía… No lo creo capaz.

– Chatterton hizo lo mismo y era incluso más joven. No lo consideres algo imposible.

– Pero es improbable, altamente improbable.

– Sabe escribir, ya has visto sus artículos. Diría que el señor Ireland es más profundo de lo que estás dispuesto a reconocer.

– Le explicaré a Mary cuál es tu opinión.

– Ni se te ocurra. -De Quincey fue muy insistente-. Por nada del mundo se lo digas a tu hermana.

– Ya sé lo que vas a decir.

– De todos modos, escúchame. Está demasiado…, de momento está demasiado frágil. -De Quincey buscó la expresión más adecuada-: Podría quebrarse.

– Querrás decir que se le podría quebrar el corazón. Déjate de tonterías.

– Con sinceridad, Charles, en ocasiones ni siquiera ves lo que tienes delante de las narices.

– No puedo ver lo que no existe.

– Mary existe. ¿No te das cuenta de que bebe los vientos por él? ¿Qué me dices de su enfermedad y su nerviosismo? William Ireland la ha afectado profundamente y él no parece tener la menor intención de hacer nada al respecto.

Si la descripción de De Quincey lo sorprendió, Charles no lo demostró. A lo largo de las últimas semanas, los ataques de malhumor y el desasosiego de Mary se habían acentuado. Charles lo había atribuido a la tensión debida a la creciente senilidad de su padre. Sabía que Mary protegía a Ireland e incluso que le tenía afecto, pero ¿estaba secretamente enamorada del joven?

– De modo que mi hermana es Ofelia -comentó Charles-. ¡Penoso!

– Charles, ¿por qué interpretas todo como si fuera un drama? Mary no es el personaje de una obra, sufre de verdad. -De Quincey permaneció en silencio unos instantes-. Ireland forja sentimientos de la misma manera que trabaja las palabras.

– Y por eso no puedo explicarle tu hipótesis, ¿no es así?

– Será mejor que no lo hagas.

***

De Quincey caminó desde la Billiter Inn hasta su alojamiento en Berners Street. Había alquilado una habitación cerca de la casa abandonada en la que había vivido recién llegado a Londres porque no había renunciado a la esperanza de toparse con Anne en las atestadas calles del barrio. En cierta ocasión, incluso creyó divisarla en la esquina de Newman Street, pero cuando corrió hasta allí comprobó que no había nadie. La imaginó consumida de pena y agobiada por la soledad…, la imaginó zambulléndose en el Támesis…, la imaginó ultrajada y golpeada. ¡Vaya con la musa de fuego…, la que ilumina las tinieblas londinenses! Pensaba en esas palabras cuando, de repente, vio que William Ireland entraba en la papelería del final de Berners Street. Aunque era tarde, Ireland había abierto la puerta sin llamar. De Quincey pasó por delante velozmente y, a través de la ventana salediza, echó un vistazo a la planta baja. El anciano que se encontraba detrás del mostrador entregó un paquete a William. Fue lo único que tuvo tiempo a ver.

Siguió andando y entró en la casa en la que se alojaba. Pese a las advertencias que había hecho a Charles, De Quincey seguía considerándose amigo de Ireland. En algunos sentidos incluso lo admiraba. Lo consideraba un excelente actor cuyo escenario era el mundo, aunque también era el primero en reconocer que, en el fondo, no lo entendía.

De Quincey estaba a punto de entrar en su habitación cuando llamaron a la puerta de la casa. Ireland estaba en el umbral y aferraba el paquete envuelto en basto papel de estraza.

– Lo vi pasar -le explicó William-. Usted no reparó en mi presencia.

– ¿Dónde estaba?

– En Askew. El dueño es un viejecito encantador que me guarda el catálogo de Zurich.

– Adelante, señor dramaturgo, tengo una botella que reclama su presencia.

La habitación de De Quincey estaba en la planta baja y daba a Berners Street.

– Tom, no soy el dramaturgo, sino el médium.

– Lo sé. Tú eres aquello que los matemáticos denominan el término medio, sin el cual no hay término mayor ni menor.

– ¿Y la obra es el término mayor?

– Siempre y cuando Shakespeare no sea el menor. Cuidado con el siete que hay en la alfombra.

La habitación de De Quincey carecía de ornamentos: la cama, un montón de libros apilados en la alfombra y poco más. El tráfico de Londres discurría junto a la ventana y el zumbido constante de la ciudad se percibía con claridad.

– Muchas veces me he preguntado dónde se alojaba -comentó Ireland.

– Este sitio me gusta -De Quincey era muy desenvuelto-. Aquí me considero un londinense más. Abriré la botella de la que te he hablado.

– He vivido toda la vida en la ciudad y existen varios lugares que amo, pero no siento verdadera pasión por ella.

– ¿Por qué? Esta ciudad es quien te ha moldeado.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Lamb de Londres»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Lamb de Londres» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Lamb de Londres»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Lamb de Londres» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x