John Katzenbach - Juegos De Ingenio

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - Juegos De Ingenio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Juegos De Ingenio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Juegos De Ingenio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un futuro no muy lejano, las armas y los chalecos antibalas son algo habitual. Tal vez la excepción sea una comunidad de EE. UU que dice garantizar la protección de sus habitantes gracias al control que ejercen los agentes del Servicio de Seguridad del Estado, el futuro estado 51.
En este contexto del tiempo, Susan Clayton, que trabaja elaborando pasatiempos para una revista, recibe un mensaje cifrado que parece significar «Te he encontrado». La críptica nota es especialmente siniestra en un momento en que un asesino en serie acecha Florida, un asesino que puede ser el desaparecido padre de Susan y al que piden, a su hermano, ayude a encontrar. Su madre Diana, muer fuerte y, al tiempo con miedo esta con un cáncer terminal pero sabe que juntos deberán enfrentarse a la amenaza.
Su hermano Jeffrey, reputado criminalista y experto en asesinos en serie es reclutado por la policía del nuevo estado para encontrar a un asesino en serie del que piensan es su padre sin embargo, el va mas como cebo que como experto.

Juegos De Ingenio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Juegos De Ingenio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Hola, hola! ¡Aquí estás! ¡Saludos! -gritó, como una representación extrañamente jovial de Jesús disfrutando con su crucifixión.

Ella se detuvo, sin responder. Notaba el peso de la pistola dentro de su bolso.

– ¡Algún día todos subiremos la escalera al cielo! -le gritó él.

– Stairway to Heaven. Led Zeppelin. El álbum sin título. Mil novecientos setenta y uno -murmuró Susan para sí. Bajó los escalones de la clínica despacio y avanzando hacia el hombre de la acera.

»¿No crees -le contestó en voz un poco más alta- que deberías tratar de tener fantasías un poco más originales al menos? Las tuyas son demasiado manidas.

El sin techo tenía la cabeza echada hacia atrás. Su abrigo marrón llegaba casi hasta el suelo. Ella advirtió que sus pantalones raídos estaban sujetos a la cintura con un trozo de tela mugriento, hecho jirones y multicolor.

– Jesús nos salvará a todos…

– Si tiene tiempo. Y ganas. Cosa que a veces dudo…

– Nos tenderá la mano a todos y cada uno…

– Si no le importa ensuciársela.

– … Y hará llegar su palabra a nuestros oídos ansiosos.

– Suponiendo que estemos dispuestos a escuchar. Yo tampoco contaría con ello.

De pronto, el hombre dejó caer los brazos a sus costados. Inclinó la cabeza hacia delante, y Susan percibió un brillo en sus ojos que interpretó como señal de una locura corriente e inocua.

– Su palabra es la verdad. Él me lo ha dicho.

– Me alegro por ti -comentó Susan, e hizo ademán de apartar al hombre de su camino para echar a andar por la calle.

– ¡Pero si él está aquí! -exclamó el marginado.

– Claro -dijo Susan, escupiendo la palabra por encima del hombro-. Claro que lo está. Jesús ha decidido que el lugar ideal para iniciar el segundo advenimiento es Miami. Yo lo elegiría también.

– ¡Pero está aquí de verdad, y me ha insistido en que te transmita un mensaje sólo a ti!

Susan, que se había alejado unos pasos del hombre, se paró en seco y se volvió.

– ¿A mí?

– ¡Sí, sí, sí! ¡Es lo que intentaba decirte! -El hombre sonreía, dejando al descubierto sus dientes ennegrecidos y cariados-. ¡Jesús me ha pedido que te diga que nunca estarás sola y que él siempre estará aquí para salvarte! ¡Dice que has vagado durante años en unas tinieblas terribles porque no lo conocías, pero que eso cambiará pronto! ¡Aleluya!

Susan notó una oscuridad súbita y gélida en su interior.

«¿Fuiste tú quien me salvó?»

«¿Si ven tufo sume tequila?»

«¿Qué es lo que quieres?»

«¿Quisque queso leeré?»

Dos preguntas en clave, respondidas por un indigente que parecía estar siguiéndola. Sacudió la cabeza.

– ¿Jesús te ha dicho eso? ¿Cuándo?

– Hace sólo unos minutos. Apareció en un fuerte destello de luz blanca. Me deslumbró, Señor, me deslumbró el esplendor de su presencia, y me sobrecogió también, y yo aparté la vista, pero él me tendió la mano y supe lo que era la paz; justo en ese momento, me invadió una paz inmensa y absoluta, y él me encomendó una tarea que me aseguró que era crucial, que facilitaría su segundo advenimiento a este mundo. Dijo que ayudaría a allanar el terreno. A despejar el camino, dijo. Me trajo a este sitio, y luego me pidió que fuera su voz. Y además me dio dinero. ¡Veinte pavos!

– ¿Qué te ha dicho?

– Me ha dicho que buscara a su hija especial y respondiera a sus dos preguntas.

Susan notó un temblor en la voz. Tenía ganas de gritar, pero las palabras le salieron más bien en algo parecido a un susurro, sin aliento, evaporándose, secándose por el calor del día.

– ¿Ha añadido algo? ¿Ha dicho algo más?

– ¡Sí, lo ha hecho! -El marginado se rodeó el torso con los brazos, presa de la dicha y el éxtasis-. ¡Me ha convertido nada menos que en su mensajero en esta tierra! ¡Oh, qué gran alegría! -El indigente arrastró los pies adelante y atrás, casi como si bailara.

Susan pugnó por mantener la calma.

– ¿Y cuál es el mensaje, el que tienes que transmitirme?

– Ah, Susan -dijo el hombre, pronunciando esta vez su nombre de manera inequívoca-. ¡A veces sus mensajes son misteriosos y extraños!

– Pero ¿qué ha dicho?

El indigente se tranquilizó y agachó la cabeza, como si se concentrase.

– No lo he entendido, pero él me ha hecho repetirlo una y otra vez hasta que me lo he aprendido bien.

– ¿Qué? -Le costaba evitar que el pánico se reflejara en su voz.

– Me ha pedido que te dijera: «Quiero lo que se me robó.» -El sin techo hizo una pausa, moviendo los labios como si hablara para sí-. Sí -dijo, sonriendo de nuevo-. Lo he dicho bien. Estoy seguro. No quisiera equivocarme, porque entonces tal vez no volvería a elegirme.

– ¿Eso es todo? -preguntó ella, con voz temblorosa.

– ¿Qué otra cosa necesitamos? -repuso el indigente con una estridente risotada de satisfacción y alegría. Se volvió de espaldas a ella y se alejó por la calle, entre saltitos y traspiés, como un niño, hacia las aguas azul satinado de la bahía. Alzó la voz en un himno de su propia invención, alabando el segundo advenimiento de un hombre que él creía bajado del cielo, pero que Susan sospechaba procedente de algún lugar mucho más inhóspito.

Tenía ganas de sentarse y reflexionar con detenimiento, analizar lo que había oído, pero en cambio huyó rápidamente de allí. Mientras caminaba a toda prisa se volvió hacia atrás para intentar atisbar al hombre que la había rondado, pero no vio más que la calle repentinamente desierta. A lo lejos había coches, policías, personas. Aspiró hondo una bocanada de aire sobrecalentado y arrancó a correr para refugiarse en el falso consuelo y la seguridad de la masa anónima.

16 El hombre que encubrió la mentira

Cuando oyó la voz de su hijo por teléfono, a Diana Clayton la invadieron oleadas paralelas de alegría y miedo. La primera era fruto del afecto normal de una madre por su hijo que está demasiado lejos. El segundo era un sentimiento más complicado, con tintes de una angustia que ella creía enterrada hacía mucho tiempo y que ahora eclosionaba en su interior como brotes. La raíz de este miedo era la conciencia de que nada de lo que ellos habían llegado a considerar parte de su vida estaba del todo bien y había muchas cosas que cambiar.

– ¿Mamá? -dijo Jeffrey.

– Jeffrey -respondió ella-, gracias a Dios. He estado intentando localizarte desesperadamente.

– ¿De verdad?

– Sí. Te he dejado un montón de mensajes en la oficina, y en el contestador de tu casa. ¿No los has recibido?

– No, ni uno solo.

Jeffrey tomó nota mentalmente de este hecho, que le pareció curioso, y luego cayó en la cuenta de que sólo era una muestra de lo eficientes que eran las fuerzas de seguridad del estado número cincuenta y uno. Enchufó rápidamente el teléfono al conector del ordenador, y unos segundos después, el rostro de su madre apareció en la pantalla ante él. Le dio la impresión de que estaba demacrada, inquieta. Ella debió de notar su reacción, porque dijo:

– He perdido peso. Es inevitable. Estoy bien.

Él sacudió la cabeza.

– Lo siento. Tienes buen aspecto.

Los dos dejaron pasar esa mentira piadosa.

– ¿Te duele mucho? ¿Qué dicen los médicos?

– Oh, que les den por saco a los médicos. No tienen idea de nada -contestó Diana-. ¿Y qué mas da un poco de dolor? No es peor que cuando me rompí la pierna ese verano cuando tenías catorce años. Me caí del maldito tejado, ¿te acuerdas?

Se acordaba. Había aparecido una gotera, y ella había trepado con un cubo de brea para intentar taparla, había resbalado y se había caído. Él la había llevado en coche a la sala de urgencias del hospital pese a que faltaban dos años para que pudiera sacarse el carnet de conducir.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Juegos De Ingenio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Juegos De Ingenio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Katzenbach - Profesor
John Katzenbach
John Katzenbach - La Guerra De Hart
John Katzenbach
libcat.ru: книга без обложки
John Katzenbach
John Katzenbach - Juicio Final
John Katzenbach
John Katzenbach - Just Cause
John Katzenbach
John Katzenbach - The Wrong Man
John Katzenbach
John Katzenbach - La Sombra
John Katzenbach
John Katzenbach - W słusznej sprawie
John Katzenbach
John Katzenbach - La Historia del Loco
John Katzenbach
John Katzenbach - El psicoanalista
John Katzenbach
John Katzenbach - Opowieść Szaleńca
John Katzenbach
John Katzenbach - The Madman
John Katzenbach
Отзывы о книге «Juegos De Ingenio»

Обсуждение, отзывы о книге «Juegos De Ingenio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x