C. Sansom - Invierno en Madrid

Здесь есть возможность читать онлайн «C. Sansom - Invierno en Madrid» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Invierno en Madrid: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Invierno en Madrid»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Año 1940. Imparables, los alemanes invanden Europa. Madrid pasa hambre y se ha convertido en un hervidero de espías de todas las potencias mundiales. Harry Brett es un antiguo soldado que conoció la Guerra Civil y quedó traumatizado tras la evacuación de Dunkerque. Ahora trabaja para el servicio secreto británico: debe ganarse la confianza de su antiguo condiscípulo Sandy Forsyth, quién se dedica a negocios turbios en la España del Caudillo. Por el camino, Harry se verá envuelto en un juego muy peligroso y asaltado por amargos recuerdos.

Invierno en Madrid — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Invierno en Madrid», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ya sé que nos conocemos desde hace sólo unas pocas semanas, pero en los tiempos que corren hay que aprovechar las cosas buenas mientras se pueda.

– Han sido las mejores pocas semanas de mi vida. -Sofía se arrodilló a su lado en el suelo y él se inclinó para abrazarla-. Tenía que pensar en Paco -dijo Sofía-, no podía abandonarlo, ¿comprendes? -Su voz se convirtió en un susurro-. Es lo único que he podido salvar de todas las esperanzas que antaño teníamos.

– Lo comprendo, Sofía. Quizás en Inglaterra puedas volver a estudiar para médico.

– Antes tengo que aprender el inglés. Y eso será muy duro. Pero estoy dispuesta a todo, siempre y cuando sea contigo. Y pensar que no nos habríamos conocido de no ser por Enrique. -Sofía meneó la cabeza-. Qué casualidad tan frágil y extraña.

La prostituta que, al principio, Harry había tomado por espía se encontraba en el Café Rocinante cuando él se presentó en el local a la tarde siguiente. Sandy aún no había llegado. La mujer estaba sentada a su mesa del fondo del local en compañía de un hombre de negocios gordinflón que hablaba español con fuerte acento alemán. El hombre presumía del dinero que había ganado desde su llegada a España y de la cantidad de tratos que había cerrado. La mujer sonreía y asentía con la cabeza, pero la expresión de su rostro era distante. Permanecía sentada en ángulo recto con respecto a la mesa y exhibía unas piernas bien torneadas a pesar de su edad. Harry vio que se había pintado una raya en la parte posterior para simular que llevaba medias de nailon; pero, por la manera en que la luz se reflejaba en sus piernas, se veía que no llevaba ningún tipo de media. Debía de morirse de frío, caminando por la calle entre la nieve.

El alemán vio que Harry lo estaba mirando y arqueó las pobladas cejas. Harry tomó asiento lo más lejos posible de ellos. Una ráfaga de aire frío le azotó el rostro cuando se abrió la puerta y entró Sandy. Llevaba un grueso abrigo negro y un sombrero de ala flexible y tenía los hombros cubiertos por una fina capa de nieve, pues acababa de ponerse otra vez a nevar. Mientras esperaba allí, sabiendo lo que Sandy había hecho, Harry se preguntó si sentiría miedo cuando lo volviera a ver; pero la verdad es que sólo sintió rabia y repugnancia.

Sandy se acercó a la mesa y se detuvo un momento para intercambiar unos comentarios acerca del tiempo con un conocido. Harry levantó un brazo para llamar al viejo camarero que se encontraba de pie en un rincón, charlando con el limpiabotas. El chico era nuevo; puede que el anterior se hubiera ido o se hubiera muerto de frío en la puerta de algún otro local.

– Hola, Harry -dijo Sandy, tendiéndole la mano. Tenía los dedos helados.

– Hola. ¿Café?

– Creo que mejor chocolate en un día como éste. -Sandy miró al camarero que se acercaba a toda prisa-. Un café con leche y un chocolate, Alfredo.

Harry estudió el rostro de Sandy. Sonreía cordialmente como siempre, pero su aspecto era tenso y cansado. Encendió un cigarrillo.

– ¿Qué tal van las cosas? -le preguntó.

– No tan bien como antes. ¿Qué es este asunto tan urgente? Estoy intrigado.

Harry respiró hondo.

– Pues resulta, Sandy, que comenté en la embajada que un amigo mío inglés tenía ciertos problemas con sus negocios. Hay un par de personas que tendrían mucho gusto en hablar contigo. Quizá les podrías hacer un trabajo.

Sandy lo miró con dureza. Casi se podía escuchar el ruido de las ruedas de los engranajes al girar. Sacó un cigarrillo de la pitillera y lo encendió.

– Eso me suena a servicio secreto -dijo en tono cortante. Santo Dios, qué rápido era. Harry no contestó, y Sandy entornó los ojos-.

¿Son espías? -Sandy se detuvo y emitió un pequeño jadeo de asombro-. ¿Eres un espía, Harry? -preguntó en voz baja. Dudó un instante y añadió-: ¡Santo cielo! Lo eres, ¿verdad? Supongo que lo de la traducción es una buena tapadera. ¿Has estado revolviendo las papeleras de Franco? -Rió con incredulidad, miró a Harry y se volvió a reír.

– Ahora mismo no te puedo decir nada más, Sandy, lo lamento. Es que… he visto que las cosas no te estaban yendo demasiado bien y me gustaría echarte una mano. -Con qué facilidad le estaban saliendo las mentiras-. Sólo una reunión de tanteo con un par de personas de la embajada, sin compromiso.

– Supongo que me quieren contratar, ¿verdad? -Sandy siguió hablando con el tono reposado que había estado utilizando hasta aquel momento. Apareció el camarero y Sandy tomó la bandeja que éste sostenía en sus manos-. Ah, muy bien, Alfredo. ¿Azúcar, Harry? -Se entretuvo un buen rato en organizar las consumiciones, buscando tiempo para pensar. Se reclinó en su asiento, exhalando una nube de humo, y después le dio a Harry un juguetón puntapié en la espinilla-. ¿Seguro que no me puedes decir nada más, muchacho?

– Lo siento.

De repente, un espasmo, una expresión de angustia se dibujó en el rostro de Sandy y éste miró a Harry con los ojos muy abiertos.

– ¡Dios!, supongo que eso no tendrá nada que ver con el oro, ¿verdad?

Por primera vez, Harry experimentó una sacudida de temor.

– No te puedo decir más.

Sandy volvió a reclinarse en su asiento. Procuró que su semblante no dejara traslucir la menor emoción, pero no pudo borrar la angustiada expresión de sus ojos.

– Se rumorea que la embajada británica está llena de espías -espetó-. Hay más espías allí que en ninguna otra embajada, exceptuando la alemana. Y no es que yo haya estado en la embajada alemana, pero conozco a gente que sí. Tengo entendido que Hoare está furioso porque Franco le sigue diciendo que está demasiado ocupado para recibirlo, mientras que Von Stohrer entra y sale de El Pardo y se pasea por allí como Pedro por su casa. -Harry no contestó. Sandy respiró hondo-. En fin, parece que estamos en tiempo de cambios. Mi hermano ha muerto, ¿sabes?

Harry levantó la vista.

– ¿De veras? Lo siento.

– Recibí una carta hace una semana. Estaba en Egipto, una granada italiana alcanzó su tienda. -Sandy esbozó una sonrisa irónica-. Probablemente apuntaba contra Archibald Wavell… muy propio de los italianos, haberle dado al capellán por equivocación.

– Lo siento, Sandy. Es una mala noticia.

Sandy volvió a encogerse de hombros.

– Llevaba años sin verlo. Nunca me llevé bien con Peter, tú lo sabes.

– ¿Te escribió tu padre?

– No, un viejo amigo mío lo leyó en el periódico y me envió una carta. Mi viejo y querido padre no me escribiría aunque supiera dónde estoy. Me ha borrado, estoy destinado a acabar en el fuego del infierno. En cambio, Peter estará en el Cielo, a salvo en los brazos de Dios. -Sandy soltó una amarga carcajada-. Te veo un poco incómodo, Harry. Tú no te creerás todas estas idioteces religiosas, ¿verdad?

– No. Y menos después de todo lo que he visto aquí.

Sandy se reclinó contra el respaldo del asiento, dando caladas al cigarrillo con semblante pensativo; después soltó una áspera y amarga carcajada.

– A veces, todo parece muy divertido.

– ¿A qué te refieres?

– A la vida. La muerte. Todas estas imbecilidades. Fíjate en aquella puta de allí, con sus medias de nailon pintadas. Miles de años de evolución nos han llevado hasta aquí. Muchas veces pienso que los dinosaurios eran más emocionantes. Duraron ciento sesenta millones de años. -Sandy apuró su taza de chocolate-. Tú me has estado espiando durante todo este tiempo, ¿verdad, Harry?

– Ya te lo he dicho, de momento no te puedo contar nada más.

Sandy meneó la cabeza.

– Yo buscaba tu aprobación, ¿sabes? Lo mismo hacía en Rookwood. No sé por qué. Me pareció muy raro que regresaras aquí. Muy raro… -La mirada de Sandy se perdió un momento a media distancia y, después, éste volvió a mirar a Harry con dureza-. Quería ayudarte a ganar un poco de dinero, tú lo sabes. Mi viejo amigo Harry. Peor para mí, ¿eh? -Harry no contestó; no tenía nada que decir. Sandy hizo un gesto afirmativo con la cabeza-. Iré a ver a tus amigos del servicio secreto. ¿Tienes el número? -Empujó su cajetilla de cigarrillos hacia Harry. Éste anotó el número que lo conduciría hasta Tolhurst. Sandy se lo guardó en el bolsillo y después esbozó una extraña media sonrisa, torciendo la boca-. A lo mejor, tengo una noticia que los deja de piedra.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Invierno en Madrid»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Invierno en Madrid» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Invierno en Madrid»

Обсуждение, отзывы о книге «Invierno en Madrid» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x