Julian Barnes - Arthur & George

Здесь есть возможность читать онлайн «Julian Barnes - Arthur & George» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Arthur & George: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Arthur & George»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En Great Wyrley, un pequeño pueblo de Inglaterra, alguien mata caballos y ganado, y escribe anónimos en los que anuncia el sacrificio de veinte doncellas. Hay que encontrar un culpable, y George, abogado, hijo del párroco del pueblo, es el principal sospechoso. ¿Quizá porque él y su familia son los negros del pueblo? El padre de George es parsi, una minoría hindú, convertido al anglicanismo.
George es condenado, pero la campaña que proclama su inocencia llega a oídos de Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, quien emprende su propia investigación sobre el caso. Arthur es, además, el reverso del opaco George Edalji, quien sólo quiere ser muy inglés y cree en las leyes. Arthur ya es un escritor famoso, deportista y tiene una mente abierta, incluso al espiritismo. Es un feliz moderno de su época.
El caso de Edalji y la intervención de Arthur Conan Doyle, ambos verdaderos, han inspirado esta novela, sostenida por una exhaustiva investigación y por una imaginación vívida.

Arthur & George — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Arthur & George», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Repasó sistemáticamente los dos últimos días y se aprestó a demostrar, más allá de toda duda razonable, el suceso más simple y menos controvertido. Enumeró los testigos que quizá necesitase: su secretaria, el botero Hands, el jefe de estación Merriman. Cualquiera que le hubiese visto hacer algo. Como Markew. Ya sabía a quién apelar si Merriman no corroboraba el hecho de que había tomado el tren de las 7.39 a Birmingham. George estaba de pie en el andén cuando Joseph Markew le abordó y le sugirió que tomase otro tren posterior, porque el inspector Campbell deseaba hablarle. Markew era un ex policía que en la actualidad poseía una posada; era muy posible que le hubieran contratado como agente especial, pero él no lo dijo. George había preguntado qué quería Campbell, pero Markew dijo que no lo sabía. George, al cavilar sobre la decisión que tomaría, se preguntó también qué estarían pensando de aquella conversación los demás pasajeros, y entonces Markew había adoptado una actitud intimidatoria y había dicho algo como… no, no era eso, porque de golpe recordó las palabras textuales. Markew había dicho: «Oh, vamos, señor Edalji, ¿no puede tomarse un día libre?». Y George había pensado, la verdad, amigo mío, es que ya me lo tomé hace dos semanas exactas, y fui a Aberystwyth con mi hermana, pero en materia de vacaciones seguiré mi propio consejo, o el de mi padre, y no el de la policía de Staffordshire, cuya conducta en las últimas semanas no puede decirse que se haya distinguido por su extrema urbanidad. Así que le había explicado que un asunto urgente le aguardaba en Newhall Street, y cuando llegó el tren de las 7.39 dejó plantado a Markew en el andén.

George rememoró otras conversaciones, hasta las más triviales, con la misma minuciosidad. Al final se durmió; o más bien fue menos consciente del chirrido de la mirilla y las intrusiones del carcelero. Por la mañana le llevaron un cubo de agua, un pedazo de jabón moteado y un trapo a modo de toalla. Le permitieron ver a su padre, que le llevaba el desayuno de la vicaría. También le consintieron escribir dos breves cartas explicando a los clientes por qué habría algún retraso en sus casos inmediatos.

Como una hora más tarde llegaron dos agentes para conducirle a la sala de la audiencia. Mientras esperaban para ponerse en marcha, los guardianes no le prestaron atención y hablaron a grito pelado de un caso que claramente les interesaba mucho más que el de George. Se trataba de la misteriosa desaparición de una médico en Londres.

– Uno setenta y cinco, nada menos.

– Difícil no verla, entonces.

– Eso parece, ¿no?

Le escoltaron a lo largo de los ciento cincuenta metros de distancia desde la comisaría, y a través de un gentío en cuya actitud prevalecía, al parecer, la curiosidad. En un momento dado, una anciana gritó insultos incoherentes, pero se la llevaron. En la sala le aguardaba el señor Litchfield Meek: un letrado de la vieja escuela, flaco y de pelo blanco, tan conocido por su cortesía como por su obstinación. A diferencia de George, no esperaba un sobreseimiento inmediato del caso.

Aparecieron los instructores: J. Williamson, J. T. Hatton y el coronel R. S. Williamson. George Ernest Thompson Edalji fue acusado del acto ilegal y deliberado de herir el 17 de agosto a un caballo propiedad de la empresa minera de Great Wyrley. El acusado se declaró inocente y el inspector Campbell fue convocado para presentar las pruebas de la policía. Testificó que hacia las siete de la mañana le habían llamado a un campo cercano a la mina, y que había encontrado a un pony malherido al que en última instancia hubo que sacrificar. Se dirigió desde el campo a la casa del preso, donde encontró un abrigo con manchas de sangre en los puños, manchas blanquecinas de saliva en las mangas y pelos en las mangas y el pecho. Había un chaleco con un reguero de saliva. El bolsillo del abrigo contenía un pañuelo con las iniciales SE y una mancha pardusca en una esquina que podría haber sido sangre. Después, acompañado por el sargento Parsons, fue al lugar de trabajo del preso en Birmingham, donde le detuvo y le condujo a Cannock para interrogarlo. El acusado negó que la ropa que le habían descrito fuera la que llevaba la noche anterior; pero al decirle que su madre había confirmado este punto, confesó el hecho. Luego le interrogaron sobre los pelos en la ropa. Al principio negó que los hubiese, pero después sugirió que quizá se le hubiesen adherido al recostarse en una cancilla.

George miró a su defensor: aquello no era en absoluto el contenido de su conversación con el inspector la tarde de la víspera. Pero a Meek no le interesaba intercambiar miradas con su cliente. En lugar de eso, se levantó y le hizo a Campbell unas preguntas que a George le parecieron inocuas, cuando no directamente amistosas.

Después Meek llamó al reverendo Shapurji Edalji, al que describió como un «clérigo que ha recibido las órdenes sagradas». George observó cómo su padre esbozaba, de una forma precisa pero con pausas bastante largas, las disposiciones a la hora de acostarse en la vicaría; que siempre cerraba con llave la puerta del dormitorio; que costaba trabajo girar la llave, y que chirriaba; que tenía el sueño muy ligero y que en los últimos meses le mortificaban los dolores de lumbago, y que sin duda se habría despertado si alguien hubiese girado la llave; y que en ningún caso había dormido hasta más tarde de las cinco de la mañana.

El comisario Barrett, un hombre rechoncho, con una corta barba blanca, la gorra sujeta contra la prominencia de su panza, dijo al tribunal que el jefe de la policía le había encomendado que se opusiera a la fianza. Tras una breve consulta, los instructores dictaminaron que el preso comparecería de nuevo ante ellos el lunes siguiente, fecha en que oirían los argumentos para la fianza. Entretanto sería trasladado a la cárcel de Stafford. Y eso fue todo. Meek prometió visitar a George al día siguiente, probablemente por la tarde. George le pidió que le llevara un periódico de Birmingham. Necesitaba saber lo que les estaban contando a sus colegas. Prefería la Gazette, pero el Post sería suficiente.

En la cárcel de Stafford le preguntaron a qué religión pertenecía y también si sabía leer y escribir. A continuación le dijeron que se desvistiera y le ordenaron que se colocase en una postura humillante. Fue conducido a presencia del director, el capitán Synge, que le dijo que se alojaría en el ala del hospital hasta que hubiera una celda disponible. Después le explicaron sus privilegios como preso preventivo: estaba autorizado a vestir su propia ropa, a hacer ejercicio, escribir cartas, recibir periódicos y revistas. Le permitirían mantener con su abogado conversaciones privadas que observaría un celador desde el otro lado de una puerta de cristal. Todas las demás entrevistas serían vigiladas.

A George le habían detenido con su ligero traje de verano y sólo un sombrero de paja para la cabeza. Pidió permiso para mandar que le enviaran una muda. Le dijeron que lo prohibía el reglamento. Era un privilegio de un recluso preventivo vestir su propia ropa, pero no había que entender que esto implicaba el derecho de reunir un vestuario privado en su celda.

LA SENSACIÓN DE GREAT WYRLEY, leyó George la tarde siguiente. PROCESADO EL HIJO DEL VICARIO. «La sensación que causó la noticia en todo el distrito de Cannock Chase fue puesta de manifiesto por la multitud que ayer pobló las carreteras que llevan a la vicaría de Great Wyrley, donde residía el acusado, y al juzgado de la policía y la comisaría de Cannock.»

A George le consternó la idea de que asediaran la vicaría. «La policía fue autorizada a registrar sin una orden. Que se sepa con certeza hasta ahora, el resultado del registro han sido cierto número de prendas manchadas de sangre, una serie de navajas y un par de botas encontradas en un campo cercano al escenario de la última mutilación.»

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Arthur & George»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Arthur & George» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Julian Barnes - The Noise of Time
Julian Barnes
Julian Barnes - Flaubert's Parrot
Julian Barnes
libcat.ru: книга без обложки
Julian Barnes
Julian Barnes - Pulse
Julian Barnes
Julian Barnes - Metrolandia
Julian Barnes
Julian Barnes - Pod słońce
Julian Barnes
Belinda Barnes - The Littlest Wrangler
Belinda Barnes
Julian Barnes - Innocence
Julian Barnes
Simon Barnes - Rogue Lion Safaris
Simon Barnes
Отзывы о книге «Arthur & George»

Обсуждение, отзывы о книге «Arthur & George» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x