Antonio Gala - Los papeles de agua
Здесь есть возможность читать онлайн «Antonio Gala - Los papeles de agua» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Los papeles de agua
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Los papeles de agua: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los papeles de agua»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Los papeles de agua — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los papeles de agua», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– Qué burra eres, Bianca. -Nadia me miró con una compasión casi imperceptible.
– No, si tiene toda la razón… No te parezca mal. Aunque ya sé que nada de lo que Bianca diga te lo parece. -La sonrisa de Nadia se acentuó:
– Te inspirará Venecia, ya verás.
– Ha inspirado ya a demasiada gente, y debe de estar harta -rió Bianca-. Lo terrible es que, en eso, se parece a mí. -Nadia se mordió el labio, el grueso labio inferior-. O yo a ella, mejor.
– ¿Hablas de Deyanira o de Venecia? Porque aquí hay algo nuevo siempre, distinto, que merece la pena. -Nadia se puso en pie y dejó una mano sobre mi hombro-. No sé, unas gallinas que cacarean en el patio de una casa arruinada, un rayo de sol que rompe las nubes y dora un palacio, el ruido en el agua de una góndola que se acerca pero que no se ve…
– Ahora eres tú quien parece la escritora -dijo Bianca.
– Todo da la impresión -concluyó Nadia- de una belleza irremediable, de un rostro que necesita maquillarse continuamente, y ya no sabemos si el maquillaje lo remedia o lo afea…
– Tú sí que sabes decir bonitas cosas. -Acaricié su mano. Bianca nos observaba-. Pero en Venecia se hacen los días muy largos. Y la vida… Yo no la quiero ya…
Bianca se incorporó, se acercó a nosotras, inclinó su cabeza hasta rozar la mía:
– Ya verás cómo lo pasamos las tres divinamente. Cuenta desde ahora con nosotras: de una en una o con las dos.
Las tres nos echamos a reír. Se hizo casi un minuto de silencio. Mirando a Bianca, tan próxima, le dije:
– «Jamás mis ojos contemplaron hombre o mujer que se te pareciese… Sólo una vez, en Delfos, hace ya mucho tiempo, junto al altar de Apolo, vi algo tan bello como tú: la esbeltez de una palmera que subía hacia el cielo…» -Las dos chicas me miraban asombradas, mejor será decir sorprendidas: no es lo mismo-. Es un pasaje de la Odisea. -Apagué la voz, y agregué-: Lo dice Ulises, cuando encuentra a Nausica, mientras se cubre el sexo con una rama de acebuche. También ella estaba desnuda…
– Pero no se tapó con nada, ¿ves? Las mujeres somos más naturales. A lo mejor es que Ulises tenía el pito pequeño.
Volvimos a reírnos. De un modo muy sutil, las palabras de Bianca habían aclarado mucho la situación. Entre las dos muchachas había algo: lo que yo presentí. Sin saber bien por qué, o sin preguntármelo, me fui encontrando cómoda entre ellas. Y necesité estarlo más aún. Les rogué que volvieran a sentarse y dije:
– Yo estoy casada con un homosexual. -Entre ellas se cruzó una mirada rápida-. No me casé con él porque lo fuera. -Dejé pasar unos segundos para suscitar más su curiosidad-. Es, o era, ya no lo sé, mi mejor amigo… Yo, en cuestiones de sexo, soy muy ignorante, de verdad, pero muy comprensiva… Hay quien hace el sexo sólo consigo mismo. -Las dos me miraban con expectación-. De quienes lo hacen con otros, yo veo dos clases sólo: los heterosexuales y los homosexuales. Los dos tienen su sexo bien claro y definido: unos son hombres y otras son mujeres. Un sexo masculino y otro femenino. Hagan el amor uno con otro, o con alguien del mismo que el suyo: eso no importa…
– ¿Y los transexuales? -Era Bianca, por supuesto, quien preguntaba.
– Eso es una excepción. Dolorosa, tiene que ser muy dolorosa, pero una excepción… Y además quieren, con toda razón, que se les respete, pero también que se les desee. Es decir, un error y un horror. Yo conocí a un respetable profesor de griego en Cádiz que, cuando se extirpó lo que le sobraba, se implantó en el pecho algo mucho más de lo que le hacía falta, se tiñó de rubio platino y se echó a la palestra con la razón perdida y la boca lo mismo que una sandía abierta… Tailandia, sin ir más lejos, aunque un poquito sí, está abarrotada de gente transexual. Quizá porque la suave mezcla entre lo femenino y lo masculino es una manifestación de su cultura… -No sé si dije todo lo que ahora escribo, pero lo pienso así. Incluso, caigo en este momento, me olvidé de un ejemplo más cercano en esta ciudad: un señor llamado James Morris publicó su libro Venena poco más o menos cuando nací yo: a los catorce años lo reeditó llamándose ya Jan Morris y es una gran señora… Nunca ha dejado de vivir con su mujer. Quizá ahora sean cuñadas.
– Pero ahora se habla mucho del tercer sexo -apuntó en voz baja Nadia.
– Sí, pero no es, en mi opinión, lo que se dice. No es la homosexualidad. Para mí el tercer sexo es otra cosa. El que ahora está de moda… Hablo de esos hombres-muchachos, lampiños, alargados, afeminados por mucha tabla de lavar o de chocolate que tengan en el torso, mucho estómago hundido, muchos pectorales o bíceps… Sin un defecto. Yo los encuentro tan poco atractivos: una belleza inútil. Y un poquito ridícula. Forman un rancho aparte, que ignoran a los que los ignoran… Hay hasta futbolistas o toreros: lo mismo sirven para lucir ropa de Armani o Dolce y Gabbana que para torear un poco o darle a la pelota. Yo no los veo hombres. Son otra cosa. Como Adonis, que iba de mano en mano. Como las chicas modelos o las actrices más de moda. O cantantes mediocres, que adoptan hijos negros o chinos para no deformarse pariendo. Ellos y ellas son el verdadero tercer sexo: no sirven para follar ni para que los follen. Son objetos de consumo: no para el sexo, sino para los anuncios. Nadie puede gozar de su belleza sino con la mirada. Ahora hay más seres así que nunca. Como si los dioses, al desaparecer, nos los hubiesen dejado en testimonio. Pero son incompletos: bellos y vacíos, bellos y ambiciosos, bellos autónomos, sin un destinatario… ¿Es que son incompatibles la belleza y la inteligencia con el amor? ¿No puede existir un ser completo? ¿No existe, o no lo dejamos existir? El tercer sexo es el de Narciso: se ve a sí mismo, se desea a sí mismo, hace morir de amor a la ninfa que lo ama: Eco, naturalmente… Para mí son hermosos, esbeltos, estatuarios y fríos; todo, menos cachondos: prohibido tocar. A mí no me erotizan. Quieren ser deseados, porque para eso les pagan y se moldean y trabajan; pero no necesitan desear. Unos y otras están por encima de eso… Por encima del agua en que se miran, se reflejan y acaso se masturban. Para mí no hay nada más decepcionante que una mujer o un hombre seductores que se propongan a toda costa parecer seductores y eso es todo… Anda, que no hay que ser de veras un macho o una hembra para aparecer como maricón de verdad y tortillera de verdad, no de gestos ni de contoneos ni de voces mutantes: de verdad, quiero decir de dentro a fuera… Y que conste que no sé por qué os hablo así, porque yo estoy en parecidas circunstancias. En fea, en vieja, en horrorosa, pero en las mismas circunstancias. Claro que por razones muy distintas… No soy del tercer sexo. Yo soy autosexual. -Las dos chicas se echaron a reír después de dudar unos segundos.
– ¿Has dejado en España algún amor? -Bianca lo preguntó rozándose con el índice los labios.
– No lo puedo decir -balbucí-. Pero no porque no lo desee, sino porque resulta imposible de explicar. -Ahora Nadia y Bianca estaban frente a mí. Fue Nadia quien habló; más sensata, más comprensiva que Bianca, pero tan a oscuras como ella. Habló al tuntún:
– Las heridas del amor no desaparecen nunca del todo. Nos lo parece quizá, pero siempre quedan sus cicatrices. Aunque ya no nos duelan… Basta con que cambie un poco el tiempo, con que vaya a cambiar, para que las cicatrices se rebelen… Hay quien muere de amor…
Entrelacé las manos y apreté una con otra. Percibí la buena voluntad de aquellas muchachas guapas y jóvenes y amantes. Y vivas sobre todo. Pero ya habíamos hablado suficiente quizá. Sobre todo yo.
– Eso son paparruchas -me embalé de nuevo-. La gente muere de cáncer o de infarto o de tifoideas. Lo del amor es como lo de la bendición de Su Santidad que se pone en las esquelas: un invento para que haga bonito. Ni siquiera Romeo y Julieta murieron de amor. Él murió envenenado, y ella, de un machetazo. Y de mí, ya ni hablamos. -Había subido sin darme cuenta el tono de la voz. Lo bajé de repente y las miré como a dos niñas buenas-. Es la profunda y absoluta ignorancia de todo, la manera preferida, para hacerse visible, del amor. El olvido de lo que creíamos saber. La inauguración de un mundo frágil que desearíamos eterno… Eso es lo que a la gente le acobarda y le hace huir: el desvalimiento, la dependencia, la sorpresa infinita, el asombro infinito que provoca el amor… Y es eso justamente lo más hermoso de él: la huella que deja cuando nos abandona… Por eso a mí el amor me resulta difícil. Y yo a él, imposible… Mi corazón se ha derrumbado: sólo quedan escombros… Sé que tenéis razón… -Cambié, acharada, de tema-. Soy libresca, ¿verdad? Sigo siendo escritora, ¿no creéis? -pregunté. Para mí la conversación había concluido. Por el contrario, Nadia insistió:
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Los papeles de agua»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los papeles de agua» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Los papeles de agua» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.