Santa Montefiore - El último viaje de Valentina

Здесь есть возможность читать онлайн «Santa Montefiore - El último viaje de Valentina» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El último viaje de Valentina: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El último viaje de Valentina»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En la barcaza sobre el Támesis que llama hogar, Alba vive una juventud alocada pero vacía. Durante toda su vida, la figura de la madre que no conoció la ha atormentado. Ahora ha llegado el momento de enfrentarse al pasado: a la verdad sobre lo que sucedió en un pequeño pueblo italiano, casi treinta años antes, una historia de amor apasionado en tiempos de guerra, de tragedia, crimen y mentiras que ha quedado enterrada en el silencio. Para ello, ha de viajar hasta el lugar donde todo comenzó, dejando atrás Inglaterra, una familia de la que nunca se ha sentido parte y un hombre a cuyo amor no puede corresponder. En la costa italiana, donde el destino jugó una de sus crueles partidas tanto tiempo atrás, le espera el fantasma de una mujer envuelta en el misterio.

El último viaje de Valentina — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El último viaje de Valentina», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Y se puso furiosa?

– Sólo durante un momento. Ella también te echa de menos.

– ¡Tengo muchas cosas que contarte!

– Y yo a ti.

– Tienes que instalarte en casa de mi abuela. Hay una habitación Ubre arriba. Yo estoy en la que fue de mi madre. -Entrelazó su brazo al de él. Fitz volvió a ponerse el sombrero y cogió la maleta-. Ven a tomar algo. Le diré a Toto que me sustituya. Ahora tengo un empleo. Trabajo en el negocio familiar con mi tío y con mi primo. Ahí es -dijo, señalando orgullosa la trattoria.

Encontró una mesa para Fitz y le llevó una copa de vino y una botella de agua.

– Tienes que probar los deliciosos platos de Immacolata -empezó de nuevo, cogiendo una silla y sentándose junto a él-. Aunque, claro, ella ya no cocina. Es demasiado mayor. Pero todos los platos son recetas suyas. Toma, escoge uno. Invita la casa. -Le dio una carta.

– Escoge tú lo que te parezca que pueda gustarme. No quiero perder el tiempo eligiendo mientras puedo estar hablando contigo.

Alba se inclinó hacia delante y a su rostro moreno asomó una sonrisa resplandeciente y feliz.

– Has venido… -dijo en voz baja.

– Me preocupaba que decidieras no volver.

– No me veía capaz de enfrentarme a ti.

– ¿A mí? -Fitz frunció el ceño-. ¿Por qué diantre dices eso?

– Porque me di cuenta de lo egoísta que fui.

– ¡Oh, Alba!

– No, en serio. He tenido mucho tiempo para pensar y han pasado muchas cosas. Me he dado cuenta de que no me he portado nada bien.

– No debería haberte dejado ir. Fue culpa mía.

– Te agradezco tus palabras, pero la verdad es que no merecías a alguien como yo. Sólo pensaba en mí. Ahora, cuando lo pienso, se me encoge el corazón. Hay momentos de mi vida que, si pudiera, borraría encantada. -El Gordo apareció de pronto en su recuerdo, aunque no se le encogió el estómago como solía ocurrirle en esos casos-. Me alegra tenerte aquí.

– Y a mí haber venido. -Le tomó la mano y le acarició la piel con el pulgar-. Me gusta tu pelo corto. Te queda bien.

– Le queda bien a mi nuevo yo -respondió, orgullosa-. No quería seguir pareciéndome a mi madre.

– ¿Has descubierto todo lo que querías saber?

– Me he criado con un sueño, Fitz. No era real. Ahora conozco a la auténtica mujer. Valentina era complicada. De hecho, no creo que fuera demasiado agradable. En cualquier caso, me parece que ahora la quiero más, a pesar de los pesares.

– Me alegro. ¿Me lo contarás después? Quizá podríamos dar un paseo. La costa de Amalfi es famosa por su belleza.

– Incantellaria es más hermoso que todo lo demás. Después de comer te enseñaré el pueblo. Y luego tienes que conocer a Immacolata, mi abuela, y a Cosima, la hija de mi primo. Acaba de cumplir siete años. Es adorable.

– Creía que no te gustaban los niños.

– Cosima es especial. No es como los demás niños. Es sangre de mi sangre.

– ¡Dios, hablas como los italianos!

– Es que lo soy. Aquí me siento bien. Éste es mi lugar.

– Pero, Alba, he venido para llevarte conmigo a casa.

Alba meneó la cabeza.

– No creo que en este momento sea capaz de enfrentarme a mi regreso. No después de lo que ahora sé.

Fitz le apretó la mano.

– Sea lo que sea a lo que debas enfrentarte, cariño, no estarás sola. No volveré a cometer ese error.

Los ojos de Alba, tan solemnes apenas unos segundos antes, se iluminaron al ver el plato que acababan de colocar delante de Fitz.

¡Ah, frittelle!

Después de comer, Alba llevó a Fitz por el sendero que ascendía entre las rocas a ver la tumba de su madre bajo el olivo.

– Hace un mes celebramos un oficio para recordarla. Hasta entonces no tenía una lápida. Bonita, ¿no te parece? La elegimos entre todos.

Fitz se agachó para leer la inscripción.

– ¿Qué dice?

– «Valentina Fiorelli, la luz de Incantellaria, el amor de su familia. Por fin descansa en paz.»

– ¿Por qué no había tenido una lápida hasta entonces?

Alba se sentó a su lado, encogiendo las piernas bajo el cuerpo.

– Porque la asesinaron, Fitz. La noche antes de su boda. Nunca se casó con mi padre.

– ¡Santo Dios!

– Su historia serviría para una buena novela, así que ¡ni se te ocurra decírselo a Viv!

– No lo haré. Pero cuéntame. Desde el principio. ¿Cómo era?

Alba estuvo más que encantada de poder explicárselo todo.

Cuando terminó de relatar su historia, el sol había empezado a ponerse, tornando el mar en un manto de cobre fundido. El aire del atardecer era fresco y olía a hojas y a follaje muerto. El otoño abrazaba la tierra. Si Fitz estaba conmovido por la vida de Valentina, más lo estaba por la grave situación de Thomas Arbuckle. No era de extrañar que no hubiera querido hablar de ella, y menos aún compartir con su hija lo que había vivido.

– Así que ya lo ves -concluyó Alba muy seria-. No puedo volver.

– ¿Por qué no?

– Porque no puedo enfrentarme a mi padre ni a Margo. Estoy demasiado avergonzada.

– Pamplinas. ¿No acabas de decirme que ahora quieres más a Valentina que antes porque conoces y comprendes sus defectos?

– Sí, pero eso es distinto.

– No veo por qué. Yo no te quiero a pesar de tus defectos. Yo te quiero precisamente por ellos. Te hacen distinta del resto del mundo, Alba. Querer ño consiste simplemente en seleccionar las partes buenas, sino en asumir el todo y quererlo como es.

– Me gusta esto porque aquí nadie sabe cómo era antes. Aquí me juzgan por lo que ven.

– Eso significa que tu padre, Margo y yo te queremos aún más, porque te hemos querido siempre.

– ¡No seas tonto! -dijo Alba con una risilla.

– No lo soy si te digo que quiero casarme contigo. -No era la intención de Fitz soltar su proposición así. En realidad, había imaginado un marco mucho más romántico para su proposición.

– ¿Qué has dicho? -Las comisuras de los labios de Alba se curvaron tímidamente hacia arriba.

Fitz se metió la mano en el bolsillo y sacó un pedazo arrugado de papel tisú. Lo desenvolvió con manos temblorosas para revelar un sencillo solitario. Tomó en la suya la mano de Alba y le deslizó el anillo en el dedo medio. Sin soltársela, la miró a los ojos.

– He dicho: Alba Arbuckle, ¿quieres casarte con un pobre agente literario que puede ofrecerte poco más que amor y un viejo perro maloliente?

La Alba de antaño se habría reído de él, llamándole absurdo y haciéndole sentir como un idiota por la pregunta. O quizás hubiera aceptado simplemente por el placer que proporcionaba llevar un anillo tan exquisito en la mano. Pero la nueva Alba bajó los ojos y clavó la mirada en el diamante que brillaba a la luz de la tarde.

– Era de mi abuela -dijo Fitz-. Quiero que ahora sea tuyo.

– Si me aceptas por esposa -fue la respuesta de Alba-, me consideraré afortunada de casarme con un hombre tan bueno como tú, Fitzroy Davenport.

27

Decidieron pasar un par de semanas en Incantellaria para que Alba tuviera tiempo de despedirse de su familia. Luego regresarían a Inglaterra: a Viv, a la casa flotante, a Beechfield Park, a su padre y a su madrastra, y a una nueva vida juntos.

– Volveremos, ¿verdad? -preguntó Alba, pensando en Cosima-. Les echaré mucho de menos.

– Si quieres, podemos venir todos los veranos.

– ¿Qué voy a decirle a la pequeña?

– Que no es un adiós, sino un hasta luego.

– Ya ha sufrido el abandono de su madre. Ahora volverá a sufrir por mi culpa. No soporto la idea de hacerle daño.

– Pero es que no eres su madre, cariño.

Alba negó con la cabeza.

– Soy lo más parecido a una madre que ha tenido. Será insoportable.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El último viaje de Valentina»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El último viaje de Valentina» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El último viaje de Valentina»

Обсуждение, отзывы о книге «El último viaje de Valentina» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x