Mercedes Guerrero - La Última Carta

Здесь есть возможность читать онлайн «Mercedes Guerrero - La Última Carta» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Última Carta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Última Carta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sola y sin dinero tras el doloroso fracaso de su matrimonio, Ann Marie decide aceptar una propuesta de matrimonio por conveniencia. Jake, propietario de una plantación de tabaco en la pequeña isla de Mehae, no consigue superar la muerte de su mujer y ha decidido buscar una nueva mujer por un método algo anticuado.
Quizás por eso, el día en que ha de recoger a Anne Marie en el puerto de Mehae, cambia de opinión y envía un emisario con dinero por las molestias y para el pasaje de vuelta.
Ann Marie no sólo sigue sola, sino que se encuentra en un lugar extraño pero, como suele decirse, la vida siempre sale al encuentro y muy pronto va a encontrar no sólo esa vida propia que tanto anhela, sino un amor verdadero que irá creciendo entre playas de arena blanca, atormentadas palmeras y una horrible serie de asesinatos en cuya resolución se verá inmersa.

La Última Carta — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Última Carta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Corrió hacia el dormitorio y, una vez allí, se percató de que estaba empapada. Había subido descalza, con el bañador y el cabello mojados, dejando su huella húmeda por toda la casa. Se encerró en el cuarto de baño y abrió el paquete junto a la bañera; era otro pañuelo de forma triangular. Pero ¿qué contenía esta vez?

Había dos objetos: uno era un pequeño cristal roto de bordes ovalados. Medía unos tres centímetros de ancho por unos cuatro de largo, y no estaba completo: faltaba un trozo en una de las esquinas. Cogió el vidrio entre el pulgar y el índice, sujetándolo por los cantos, y se lo acercó a los ojos. Observó que, al mirar a través de él, el estampado de flores del pañuelo aumentaba de tamaño, como si se tratara de una lente. ¡Eso es! Aquel cristal pertenecía a unas gafas de lectura. Tenía la forma y el tamaño de una montura corriente. Lo dejó de nuevo sobre la tela floreada y contempló lo que lo acompañaba: era un trozo de tela en el que predominaba el color amarillo, otro pañuelo triangular exactamente igual al que envolvía el envío, y Ann supo en seguida que era el que llevaba la joven que había visto muerta en la playa el día que fue asaltada y arrojada al agua. Recordó que, cuando contempló su cadáver, dos días después, advirtió que no lo llevaba anudado al cuello, como las otras chicas asesinadas. Ann lo cogió y se lo acercó a la nariz, pues desprendía un olor a cítrico que le resultó familiar. Después lo guardó todo y se dispuso a esperar a Jake para mostrárselo y dar parte a la policía.

Al bajar al salón, Nako le informó de que el señor había regresado y estaba en su despacho. Ann se dirigió corriendo hacia allí, presa de una gran excitación.

– Jake, tengo algo que… -De repente se quedó paralizada y su voz enmudeció.

– ¿Qué tienes, cariño? -preguntó él, levantando una mano e invitándola a entrar. Estaba leyendo unos papeles… con unas gafas puestas.

– ¿Para qué necesitas esas gafas? -quiso saber Ann, sentándose en sus rodillas y quitándoselas. Las acercó al documento y comprobó que el texto aumentaba de tamaño-. Nunca te había visto con ellas.

– A veces las letras pequeñas se me resisten. ¿Tenías algo que contarme?

– No, nada importante. Sigue con lo tuyo. -Lo besó en la mejilla y salió del despacho.

«Estás loca, ¡vuelve ahora mismo y cuéntaselo todo!», se decía, sentada en el primer peldaño de la escalera. Se sentía turbada, ahogada en un océano de dudas que le impedían alcanzar la superficie y tomar la decisión correcta. «Debo decirle la verdad, tengo que hablarle del extraño cristal y del pañuelo», se repetía una y otra vez. Pero tras unos vacilantes minutos, decidió guardar el secreto un poco más. No sabía exactamente qué significaban aquellos objetos, pero ahora tenía la seguridad de que la informante era una mujer, pues las huellas en la arena eran pequeñas y el envoltorio del paquete era otro pañuelo. No era el asesino quien se comunicaba con ella. Pero ¿cómo sabía ese misterioso personaje dónde localizarla? Era la primera vez que bajaba a la playa en varios días… ¿Estaría vigilándola, o se trataba de alguna de las criadas de la casa?

– El doctor White ha organizado una partida de cartas esta noche. -Estaban cenando en la terraza. Hacía calor y se agradecía la brisa del mar, que les llegaba de poniente-. ¿Por qué no vienes?

– ¿Debo hacerlo?

– No, pero me gustaría que vinieras. Deseo que te integres en la comunidad. Tal vez puedas conocer nuevas amigas con las que relacionarte.

– Hoy estoy muy cansada y me duele la cabeza, preferiría acostarme temprano. Ve tú y disfruta de tu noche de soltero. -Sonrió.

– Volveré temprano.

Lo despidió en la escalinata y se quedó allí hasta asegurarse de que había traspasado la verja. Tras unos minutos, se dirigió al dormitorio, cogió el paquete recibido y bajó con él al despacho. Registró los cajones de la mesa hasta encontrar lo que buscaba: las gafas de lectura de Jake. Las sostuvo en una mano, observando los cristales, mientras con la otra sujetaba el cristal aparecido en la playa; lo colocó encima de las gafas y respiró tranquila: éstas tenían forma cuadrada y cristales más pequeños. Volvió a dejar las gafas en su sitio y cerró el cajón.

Aquel cristal era una pista desconcertante, pues en el supuesto de que el dueño de las gafas apareciera, ¿eso qué podía significar? Se sentía culpable de sus turbios pensamientos, pero la sombra de la desaparecida esposa de Jake, los silencios de éste y los rumores que circulaban por la isla le habían inoculado una inusual intranquilidad.

Iba a subir el primer peldaño para dirigirse al dormitorio cuando decidió volver sobre sus pasos y regresar al despacho. Pensó que si el cristal estaba roto, podía pertenecer a otras gafas que su marido ya no utilizaba, de modo que inspeccionó todos los cajones del escritorio buscando otras monturas, pero no halló nada. Después abrió de nuevo el primer cajón, cogió las gafas que había dejado en la parte delantera del mismo y las dejó en el fondo, colocando delante de ellas una grapadora guardada allí mismo. Estaba segura de que Jake no las encontraría al primer intento. Entonces notó algo que estaba fuera de lugar, bueno, más bien algo que no estaba en su lugar: la llave de metal de la casa de la playa que ella había dejado allí unos días antes. Registró todos los cajones, y confirmó que había desaparecido.

Después subió a la planta de arriba y revolvió los cajones de la habitación contigua a su dormitorio, la que antes ocupaba Jake, pero tampoco había allí nada parecido a unas gafas de lectura, o la llave que andaba buscando. Lo que sí halló fueron varios pares de guantes similares al que había recibido en el anterior paquete. Los sacó del cajón y los colocó sobre la cama para comprobar si faltaba alguno. Pero todos estaban correctamente emparejados. Al devolverlos a su sitio, descubrió que también había pañuelos de color blanco. Extendió el primero sobre la cama y advirtió que no estaba grabado; el segundo tampoco. Sin embargo, el tercero y el cuarto exhibían una J mayúscula en una esquina.

– ¿Qué estoy pensando? -se dijo, sacudiendo la cabeza para ahuyentar aquellas disparatadas ideas-. Estos pañuelos son muy corrientes… Los venden en el almacén.

Tras ordenar el cajón, regresó al dormitorio, pero no podía leer, ni concentrarse en nada que no fuese el maldito cristal y el pañuelo que había recibido de su anónimo informante. Tenía la sensación de que se olvidaba de algo; era como si hubiera salido de casa con la duda de si se había dejado una luz encendida.

A medianoche cayó rendida, pero tuvo sueños inquietos, que la trasladaron a un gran salón donde se celebraba una fiesta y la gente bebía y bailaba. En una mesa rectangular habían levantado una montaña de copas de champán y alguien empezó a llenar la primera, situada en la cima; el vino espumoso manaba, rebosando de las copas como una catarata; de repente, la mesa empezó a vibrar, y el monumento de cristal se derrumbó con gran estrépito. Todo el mundo reía, divertido por el desastroso espectáculo. Ann estaba en un rincón, sola, observando la fiesta y con la sensación de tener unos ojos fijos en su espalda. Al volverse, vio a una joven de color, con el cabello cubierto por un pañuelo. Tenía el puño cerrado y sangraba. De repente, abrió la mano y le mostró un pequeño trozo de cristal. Ann gritó y salió corriendo horrorizada.

– ¡Ann, despierta! -Alguien la estaba sacudiendo por los hombros. Abrió por fin los ojos. Jake estaba inclinado sobre ella-. Ya ha pasado. ¿Estás bien?

– Sí… era… era una pesadilla horrible. -Estaba bañada en sudor y temblaba como una hoja.

– Tranquila, ven aquí, intenta dormir -dijo él abrazándola-. ¿Quieres contármela?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Última Carta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Última Carta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Última Carta»

Обсуждение, отзывы о книге «La Última Carta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x