Félix Palma - La hormiga que quiso ser astronauta

Здесь есть возможность читать онлайн «Félix Palma - La hormiga que quiso ser astronauta» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La hormiga que quiso ser astronauta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La hormiga que quiso ser astronauta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando las preocupaciones podían extirparse con anguilas modificadas con Quimicefa, y tus amantes incluían a una pintora que era, literalmente, tu alma gemela, y a un ángel (bueno, un serafín) exiliado del Cielo. Cuando los repartidores de pizzas conspiraban para escribir tu biografía no autorizada, y una vieja grabadora trucada podía servir para recuperar y extraer sentido de las palabras dichas en una ruptura. Cuando La Muerte recorría la ciudad con una lista de víctimas que, si eras lo suficientemente rápido, podías alterar. Cuando las hormigas aspiraban a alcanzar las estrellas. ¿Lo recuerdas? ¿Sí? Ahora, ¡despierta!

La hormiga que quiso ser astronauta — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La hormiga que quiso ser astronauta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Háblenos sobre la muerte.

Disimulé una sonrisa y lancé el último estornudo de mi fingido catarro. Volví a pedir disculpas a los magistrados con voz azorada y rebusqué en mi calcetín derecho. Extraje el kleenex que allí había y lo desplegué cuidadosamente a la altura de mi nariz, de manera que pudiese leer la apretada caligrafía que lo surcaba.

– Muerte; del latín mors, mortis -recite-. Se considera muerte toda cesación o término de la vida. En los organismos unicelulares la muerte no es un fenómeno regular, se dividen normalmente por partición. La muerte se produce cuando quedan sometidos a condiciones ambientales desfavorables que alteran la composición de sus proteínas plasmáticas. En los organismos multicelulares la muerte es sin embargo inevitable. La causa inmediata es un desequilibrio biofísico-químico, que resulta irreversible porque el organismo no reacciona contra él con suficiente intensidad para hacerlo reversible. Los signos visibles son la suspensión de la actividad del corazón y de la respiración, así como la pérdida del tono muscular, lo que origina el conocido efecto de la abertura del párpado y la excesiva dilatación de la pupila. Este desequilibrio puede presentarse de un modo espontáneo (muerte natural, por senectud) o bien por la acción de factores externos (muerte accidental). Suele considerarse que la vida del organismo como unidad biológica ha terminado cuando la actividad cerebral ha cesado por completo, aun así, múltiples casos de recuperación de sujetos presuntamente muertos durante un breve espacio de tiempo nos llevan a afirmar que los únicos signos fiables son los de la putrefacción.

»En la actualidad, las causas más frecuentes de fallecimiento son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el Sida, seguidos por los accidentes en los países de alto nivel de vida, relegando las causas antiguas, como las infecciones o el hambre, a los países subdesarrollados.

»Sin embargo, el hombre, como demuestra la historia, ha sido incapaz de reducir la muerte a un fenómeno natural, se ha visto obligado a endosarle un sentido (para contrarrestar la falta de sentido de la vida, imagino). La muerte, por tanto, ha ido evolucionando de forma pareja a los pensamientos y fobias de la humanidad, se ha convertido en piedra de toque de numerosos sistemas filosóficos y las religiones se han encargado de dignificar lo que en realidad no es más que un cese de la maquinaria encomendándole la función de puerta de sus muchos paraísos o complicando la sencillez de su significado con connotaciones de castigo, liberación, tránsito a otro cuerpo, etcétera.

»Desde la más remota antigüedad. el hombre se apresuró a representar con su acostumbrada capacidad fabuladora aquello que no veía como si así pudiera verla venir, dotándola de variadas apariencias, a cada cual mas estrafalaria, inventándole incluso un lugar en el que habitar, un reino desde el cual observarnos, un sinfín de pajes y servidores, y todo un atrezzo más o menos justificado. De todas estas figuraciones, la más extendida y popular es sin duda la imagen de raigambre romántica que representa a la muerte como un esqueleto que viste una túnica oscura y porta una guadaña con la que siega nuestras almas. La muerte, desgraciadamente, existe. La Muerte, como tal, es sólo ficción -concluí.

La Muerte, que esperaba pacientemente junto al juez situado en el lado izquierdo de la mesa, que no había cesado de puntear mi respuesta con su tos granulosa, tendió hacia mí su mano huesuda, con el puño cerrado y el dedo corazón levantado. Bueno, era su opinión…

Hice una bola con el kleenex y la arrojé a la papelera, donde reposaban el resto de las chuletas que, al son de las preguntas del tribunal, yo había ido extrayendo de los numerosos bolsillos de mi indumentaria. El magistrado que ocupaba el lugar central miró con recelo la papelera y luego clavó sus ojos en mí un largo rato.

– Puede retirarse -gruñó por fin.

Antes de ganar el pasillo tuve tiempo de oír cómo la tos del magistrado de la izquierda se prolongaba en un angustioso bufido interminable que me recordó a un cuerno de caza, hasta terminar con el brusco sonido de un cuerpo desplomándose sobre la mesa.

Yo, por mi parte, abandoné la sala con una sonrisa radiante. Mi examen había sido un completo éxito. Tenía un aprobado seguro. Crucé lentamente, en una especie de pavoneo inevitable, por entre los muchos opositores que esperaban su turno arracimados junto a las puertas de la sala, aquel pequeño reducto tan amablemente cedido por el rectorado universitario para albergar algunas oposiciones tangenciales.

No podía creer la suerte que había tenido. Dadas las atroces dimensiones del temario, el escaso tiempo de que disponía para memorizar sus contenidos -al que tuve que descontar las cuatro o cinco horas que empleé en liberarme de los alambres-, y todo lo que había en juego, me había visto forzado a acogerme al maquiavélico el fin justifica los medios, y armarme hasta los dientes de chuletas, cosa de la que no me siento orgulloso, que quede claro. Para rematar la faena, el tribunal me había preguntado todas, ni una más ni una menos, de las definiciones que yo había tenido a bien anotar a lo largo y ancho de un paquete de kleenex. Había tenido que hablar durante diez minutos sobre las sirenas, esos seres mitológicos mitad mujer mitad pez que embrujaron con sus cantos a Ulises y sus muchachos y que han ido malviviendo en la literatura infantil; había tenido que hablar sobre los ángeles, pirotecnia cristiana, e incluso sobre las anguilas, peces teleósteos de la familia de los anguílidos de casi un metro de largo que viven en los ríos hasta que la plenitud sexual les lleva a la fosa de las Bermudas, donde realizan la puesta de los huevos. Había tenido que aclararles que cuando dos personas se enamoran únicamente forman un solo ser en sentido metafórico y que los amigos invisibles son defensas infantiles contra la soledad y la incomprensión… Y lo había recitado todo al pie de la letra, sin titubeos de ningún tipo, con una seguridad impecable. Aún tenía que esperar la confirmación, pero podía decirse que había pasado la prueba con toda probabilidad. Sí, ya era maduro, y pronto tendría un diploma para demostrarlo. Y nadie podría rebatírmelo. Nadie, absolutamente nadie.

Sin embargo, no hay felicidad completa, como alguien me dijo una vez: en el bolsillo de mi chaqueta seguía llevando la remera de un ángel, entidades bíblicas que carecen de existencia real. Me encogí de hombros: lo que contaba era el diploma.

Decidí salir de allí por el pasillo, donde se encontraban los resultados de los años anteriores, saboreando ya mi victoria. Aquél se encontraba menos transitado. Los tablones de las paredes estaban divididos por años, cada uno de ellos con sus kilométricas listas de opositores. Me entretuve un rato buscando nombres conocidos. En la relación de 1993 recibí mi primera sorpresa: allí estaba Coral, es decir, Carolina Fernández Segura, como una más entre tantos. Coral había madurado un año después de la Expo, quizá llorando de amor ante un pabellón abandonado. Es curioso, pensé, lo poco que dice un nombre. Carolina Fernández Segura, susurre en la soledad de aquel pasillo poblado de ecos. Era difícil encontrar a Coral en aquel puñado de letras impresas. Y más difícil aún creer que tras todos aquellos nombres extraños había personas, que si señalaba uno al azar: Luís Ignacio Gil Martín, estaba señalando un rostro, una vida, unas ilusiones y unos errores, alguien que sufría o era feliz en alguna parte, alguien que tal vez, sin yo saberlo, me era imprescindible conocer. ¿Y cómo evitar fantasear con el nombre de todas aquellas chicas? ¿Cómo no imaginarlas dulces y desamparadas esperando un amor que bien podría ser yo de tener la oportunidad que la vida probablemente me negaría?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La hormiga que quiso ser astronauta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La hormiga que quiso ser astronauta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La hormiga que quiso ser astronauta»

Обсуждение, отзывы о книге «La hormiga que quiso ser astronauta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x