• Пожаловаться

Cormac McCarthy: En la frontera

Здесь есть возможность читать онлайн «Cormac McCarthy: En la frontera» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Cormac McCarthy En la frontera

En la frontera: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En la frontera»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Historia de dos adolescentes, Billy y Boyd, de origen campesino, que en medio de un paisaje hostil y huraño irán descubriendo las duras reglas del mundo de los adultos al tiempo que encuentran en la naturaleza el sentido heroico de sus vidas. Segundo volumen de la llamada «Trilogía de la frontera», En la frontera nos remite a un tiempo inmediatamente anterior al de Todos los hermosos caballos, para centrarse en la historia de dos adolescentes, Billy y Boyd, de origen campesino, que en medio de un paisaje hostil y huraño irán descubriendo las duras reglas del mundo de los adultos al tiempo que encuentran en la naturaleza el sentido heroico de sus vidas. Desde una extraña relación de afecto y complicidad con una loba acosada por los tramperos hasta el asesinato de sus padres a manos de unos cuatreros, el personaje de Billy, protagonista a su vez del último título de la trilogía, Ciudades de la llanura, se verá inmerso en un destino en el que la belleza y la rapiña moral se presentan como los límites inseparables de una misma aventura vital.

Cormac McCarthy: другие книги автора


Кто написал En la frontera? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

En la frontera — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En la frontera», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tal vez lo ha pensado usted de mí.

Puede.

¿Eso ocurrió realmente o solo lo ha dicho?

No. Ocurrió.

A mi hermano lo mataron aquí de un tiro. He venido para llevármelo a casa. Lo mataron de un tiro un poco más al sur. En un pueblo llamado San Lorenzo.

Aquí lo matan a uno más rápido que nada.

A mi padre lo mataron de un tiro en Nuevo México. Ese era su caballo.

Qué mundo cruel, dijo el hombre.

Partió de Texas en 1919. Tenía entonces más o menos la edad que yo tengo ahora. Era natural de Misuri.

Yo tuve un tío que era de Misuri. Su padre se cayó de un carro, totalmente borracho, una noche que pasaba por allí, y por eso fue que él nació en Misuri.

Mi madre era de un rancho del condado de De Baca. La madre de ella era mexicana de pura casta y no hablaba palabra de inglés. Vivió con nosotros hasta que murió. Yo tenía una hermana pequeña, y aunque murió cuando yo tenía siete años, la recuerdo muy bien. Fui a Fort Sumner tratando de encontrar su tumba, pero no pude dar con ella. Se llamaba Margaret. Siempre me ha gustado ese nombre. Si alguna vez tuviera una hija, ese es el nombre que me gustaría ponerle.

He de irme.

Bueno.

Recuerde lo que le he dicho del fuego.

Bien.

Por su modo de hablar se diría que ha tenido usted bastantes problemas.

A veces hablo demasiado. He tenido más suerte que la mayoría. Solo hay una vida que merezca la pena vivir y yo he nacido para vivirla. Eso compensa todo lo demás. Mi hermano lo hacía mejor que yo. Tenía un talento innato. Y, además, era más listo que yo. No solo con los caballos. Con todo. Papá también lo sabía. Él lo sabía y sabía que yo lo sabía, y no había más que hablar del asunto.

Será mejor que me vaya.

Tenga cuidado.

Lo tendré.

Se levantó, se ajustó el sombrero. La luna estaba alta y el cielo había despejado. Más allá de los árboles el río parecía un chorro de metal.

Este mundo nunca será el mismo, dijo el jinete. ¿Lo sabía?

Lo sé. Ya no lo es.

Cuatro días después partió rumbo al norte siguiendo el río con los despojos de su hermano en una narria que había construido con varas de árbol joven. Tardaron tres días en llegar a la frontera. Pasó junto al primero de los obeliscos blancos que señalaban la línea fronteriza internacional al oeste de Dog Springs y cruzó el antiguo embalse seco. La vieja obra accidental había reventado en algunos puntos y Billy pasó a caballo por el lecho de arcilla agrietada del embalse con los palos de la narria chirriando a sus espaldas. En la arcilla había huellas de reses, antílopes y coyotes que habían cruzado después de un chubasco reciente y llegó a un lugar que parecía cubierto de caracteres antiguos con el azaroso tridente de las huellas que las grullas habían dejado al patinar y caminar con su andar majestuoso sobre el estéril barro del embalse. Aquella noche durmió ya en su país y tuvo un sueño en el que veía unos peregrinos afanándose por un borde en penumbra con la última luz del crepúsculo. Parecían regresar de alguna insondable aventura que no era de guerra; tampoco huían, sino que más bien parecían venir de realizar alguna tarea a la que tal vez esas y todas las demás cosas estaban sometidas. Un oscuro arroyo lo separaba del lugar al que ellos se dirigían, y él intentaba ver si por la naturaleza de sus herramientas lograba adivinar qué habían estado haciendo, pero no llevaban herramienta alguna y seguían pasando penosamente recortados contra un cielo que se oscurecía por momentos y luego desaparecían. Cuando despertó en medio de la rotunda oscuridad pensó que, efectivamente, algo había pasado en la noche del desierto, y aunque estuvo largo rato despierto no tuvo la sensación de que aquello hubiera de volver a pasar.

Al día siguiente cruzó Hermanas y tomó la polvorienta carretera al oeste del pueblo, esa misma tarde se detuvo en la encrucijada delante del almacén en Hatchita y dirigió la mirada hacia el suroeste donde el último sol brillaba sobre la sierra de las Ánimas, y supo que nunca volvería a ir allí. Atravesó el valle de las Ánimas arrastrando lentamente la narria; hacerlo le llevó todo el día. Cuando a la mañana siguiente entró en el pueblo de Ánimas era miércoles de Ceniza según el calendario y las primeras personas que vio eran mexicanos con señales de tizne en la frente, cinco niños y una mujer andando en fila india por el polvoriento borde del camino a la salida del pueblo. Les dio los buenos días, pero ellos se limitaron a santiguarse al ver el cuerpo que llevaba en la narria y pasaron de largo. Compró una pala en la ferretería y salió del pueblo hacia el sur hasta que llegó al pequeño cementerio, donde maneó al caballo y lo dejó paciendo fuera del recinto mientras se ponía a cavar la tumba.

Estaba hasta la cintura de tierra seca y caliche cuando el sheriff aparcó, se bajó y entró andando por la verja.

Sospechaba que eras tú, dijo.

Billy dejó de cavar, se apoyó en la pala y lo miró pestañeando. Se había quitado aquel harapo de camisa y tendió el brazo para cogerla del suelo, se limpió el sudor de la frente con ella y esperó.

Imagino que el que está allí es tu hermano, dijo el sheriff.

Sí, señor.

El sheriff sacudió la cabeza. Desvió la mirada y contempló los campos. Como si en el paisaje hubiera algo imposible de alcanzar. Luego miró a Billy.

No hay mucho que decir, ¿verdad?

No, señor. No mucho.

Bueno. No se puede ir por ahí enterrando a la gente. Deja que vaya a ver al juez a ver si puedo hacer que expida un certificado de defunción. Ni siquiera estoy seguro de quién es el propietario de la tierra donde estás cavando.

Está bien.

Ven a verme mañana a Lordsburg.

De acuerdo.

El sheriff se caló el sombrero y luego de sacudir la cabeza, dio media vuelta y cruzó otra vez la verja para ir a su coche.

En días sucesivos cabalgó hasta Silver City en el norte y hasta Duncan, Arizona, en el oeste y luego de nuevo al norte cruzando las montañas hasta Glenwood y Reserve. Trabajó para el Carrizozo y para el GS y se fue sin saber por qué se iba y en julio de aquel año partió rumbo al sur hasta Silver City y tomó la vieja carretera que llevaba al este pasadas las minas de Santa Rita y siguió por San Lorenzo y el Black Range. De los montes que había más al norte soplaba un viento fuerte y ante él la pradera se había oscurecido al paso de unas nubes. El caballo andaba cansinamente con la cabeza gacha y el jinete iba muy erguido con el sombrero calado hasta los ojos. El paisaje era todo de gatuñas y guayacos sobre un guijarral y no había cercas y la hierba era escasa. Unos kilómetros más adelante llegó a la carretera asfaltada y se detuvo sin desmontar. Un camión pasó de largo gimiendo y se perdió en la lejanía. A ciento treinta kilómetros de allí las cumbres de roca pelada de los montes Organ brillaban bajo las nubes a la luz tamizada del último sol. Mientras miraba se fundieron en sombras. El viento procedente del desierto traía rocío de lluvia. Cruzó la zanja, subió a la calzada y allí aflojó el paso y miró hacia atrás. El panizo que libremente crecía al borde de la carretera se escoraba y retorcía a merced del viento. Volvió por la carretera hacia unos edificios que había visto. Las cubiertas de neumático desechadas de los camiones todo terreno aparecían arrugadas junto al arcén como pellejos mudados y blanquecinos de viejos saurios de tierra firme arrojados al asfalto. El viento del norte soplaba con fuerza y luego fue la lluvia la que sopló en cortinas racheadas que cruzaban la carretera delante de él.

A un paso de la carretera se alzaban tres edificios de adobe que en tiempos habían sido un apeadero del ferrocarril; no quedaba rastro de las techumbres y alguien se había llevado las vigas. Enfrente había un surtidor de gasolina oxidado de color naranja con la parte superior del cristal rota. Dejó el caballo en el mayor de los edificios, le quitó la silla y la dejó en el suelo. En un rincón vio un montón de heno al que le dio unos puntapiés para aflojarlo un poco o quizá para ver qué había dentro. El heno estaba reseco y polvoriento y tenía una depresión en el sitio donde alguna cosa había estado durmiendo. Se dirigió a la parte trasera del edificio, de donde volvió con un tapacubos viejo; lo llenó con agua de la cantimplora de lona y se lo ofreció al caballo para que bebiera. A través del maltrecho bastidor de madera de la ventana vio la carretera que brillaba negra bajo la lluvia.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En la frontera»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En la frontera» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «En la frontera»

Обсуждение, отзывы о книге «En la frontera» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.