Fernando Pessoa - Libro del desasosiego de Bernardo Soares
Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Pessoa - Libro del desasosiego de Bernardo Soares» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Классическая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Libro del desasosiego de Bernardo Soares
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Libro del desasosiego de Bernardo Soares: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Libro del desasosiego de Bernardo Soares — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Libro del desasosiego de Bernardo Soares», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– ¿No está siendo cruel para consigo misma? ¿Sentimos realmente lo que pensamos que estamos sintiendo? Esta conversación nuestra, por ejemplo, ¿tiene visos de realidad? No los tiene. En una novela no sería admitida.
– Con mucha razón… Yo no tengo la absoluta seguridad de estar hablando con usted, fíjese… A pesar de ser mujer, me he impuesto el deber de ser estampa de un libro de impresiones de un dibujante loco… Tengo en mí detalles exageradamente claros… Da un poco, lo sé bien, la impresión de una realidad excesiva y un poco forzada… Me parece que la única cosa digna de una mujer contemporánea es este ideal de ser una estampa. Cuando yo era niña creía ser la reina de un naipe cualquiera de una baraja antigua que había en mi casa… Encontraba ese oficio de una heráldica realmente compasiva… Pero cuando se es niño, se tienen aspiraciones morales de éstas… Sólo después, en la edad en que todas nuestras aspiraciones son inmorales, es cuando pensamos en eso en serio…
– Yo, como nunca les hablo a los niños, creo en su instinto artístico… Sabe, mientras estoy hablando, ahora mismo, estoy queriendo penetrar el íntimo sentido de esas cosas que me estaba diciendo… ¿Me perdona?
– No del todo… Nunca se debe invadir los sentimientos que los demás fingen que tienen.
Son siempre demasiado íntimos…Crea que me duele realmente estar haciéndole estas confidencias íntimas que, si bien todas ellas son falsas, representan verdaderos jirones de mi pobre alma… En el fondo, créame, lo que somos de más doloroso es lo que no somos realmente, y nuestras mayores tragedias suceden en la idea que nos hacemos de nosotros [265].
– Eso es tan verdadero… ¿Para qué decirlo? Me ha ofendido. ¿Por qué privar a nuestra conversación de su irrealidad constante? Así es casi una conversación posible, mantenida junto a una mesa de té, entre una mujer linda y un imaginador de sensaciones.
– Sí, sí… Ahora me toca a mí pedir perdón… Pero mire que yo estaba distraída y no me di cuenta en realidad de que había dicho una cosa justa… Cambiemos de asunto… ¡Qué tarde que es siempre! No vuelva a enfadarse… Mire que esta frase mía no tiene absolutamente ningún sentido…
– No me pida disculpas, no se fije en que estamos hablando… Toda buena conversación debe ser un monólogo de dos… Debemos, al final, no poder tener la seguridad de si hemos conversado realmente con alguien o si hemos imaginado totalmente la conversación… Las mejores y más íntimas conversaciones, y sobre todo las menos moralmente instintivas, son aquellas que los novelistas mantienen entre dos personajes de sus novelas… Por ejemplo…
– ¡Por el amor de Dios! Seguro que no iba a citarme un ejemplo… Eso sólo se hace en las gramáticas; no sé si recuerda que hasta nunca los leemos.
– ¿Ha leído alguna vez una gramática?
– Yo, nunca. Siempre he tenido una aversión profunda a saber cómo se dicen las cosas… Mi única simpatía, en las gramáticas, era para las excepciones y para los pleonasmos… Escapar a las reglas y decir cosas inútiles resume bien la actitud esencialmente moderna. ¿No es así como se dice?
– Absolutamente… Lo más antipático que hay en las gramáticas (¿ya se ha fijado en la deliciosa imposibilidad [266]de que estemos hablando de este asunto?), lo más antipático que hay en las gramáticas es el verbo, los verbos… Son las palabras que dan sentido a las frases… Una frase decente debe poder tener siempre varios sentidos… ¡Los verbos! Un amigo mío que se suicidó -cada vez que mantengo una conversación un poco larga suicido a un amigo- había tratado de dedicar toda su. vida a destruir los verbos…
– (¿Por qué se suicidó?)
– Espere, todavía no lo sé… Pretendía descubrir y fijar la manera de no completar las frases sin parecer hacerlo. Solía decirme que buscaba el microbio de la significación… Se suicidó, claro está, porque un día se dio cuenta de la responsabilidad enorme que iba a echarse encima. La importancia del problema acabó con su cerebro… Un revólver…
– Ah, no… Eso de ninguna manera… ¿No ve que no podía ser un revólver?…
Un hombre de esos nunca se pega un tiro en la cabeza… Usted se entiende poco con los amigos que nunca ha tenido… Es un defecto grande, ¿sabe?… Mi mejor amiga: una chica deliciosa que yo he inventado.
– ¿Se llevan bien?
– Hasta donde es posible… Pero esa chica, no se imagina, (…)
Las dos criaturas que estaban a la mesa de té no mantuvieron con seguridad esta conversación. Pero estaban tan arregladas y bien vestidas que era una pena que no hablasen así… Por eso he escrito esta conversación para que la hayan tenido… Sus actitudes, sus pequeños gestos, sus niñerías de miradas y sonrisas en los momentos de la conversación que ambos mantuvimos [267]en el sentimiento de existir dijeron claramente lo que falsamente finjo que respondo [268]… Cuando un día vayan ambos, y sin duda casados, cada uno para su lado […] si por acaso mirasen estas páginas, crea que reconocerán lo que nunca dijeron y que no dejarán de estarme agradecidos por haber interpretado tan bien, no sólo lo que realmente son, sino lo que nunca desearon ser ni sabían que eran…
Si me leen, crean que fue esto lo que realmente dijeron. En la conversación aparente que escucharon el uno al otro faltaban tantas cosas que (…) -faltó el perfume del momento, el aroma del té, la significación para el asunto del ramo de (…) que ella llevaba al pecho… Todo eso, que así formó parte de su conversación, se olvidan de decirlo… Pero todo esto estaba allí y lo que yo hago es, más que un trabajo literario, un trabajo de historiador. Reconstruyo completando… y eso me servirá de disculpa, con ellos, de haber estado escuchándoles tan atentamente lo que no decían y no querían decir.
263
[Las] sens[aciones] nacen analizadas.
Afinamiento entre la sensación y la conciencia] de ella, no entre la sens[ación] y el «hecho».
Regla de vida: someterse a todo servil[mente]. El matrimonio [269], bueno por artificial. -El artificio y lo absurdo es el signo de lo /humano/.
264
Cuando vivimos constantemente en lo abstracto -ya sea lo abstracto del pensamiento, ya sea lo de la sensación pensada-, no tardan, contra nuestro mismo pensamiento o deseo, en volvérsenos fantasmas las cosas de la vida real que, de acuerdo con nosotros mismos, más deberíamos sentir.
Por más amigo, y verdaderamente amigo, que yo sea de alguien, el saber que está enfermo, o que ha muerto, no me produce más que una impresión vaga, incierta, apagada, que me avergüenzo de sentir. Sólo la visión directa del caso, su paisaje, me produciría emoción. A fuerza de vivir de imaginar, se gasta el poder de imaginar, sobre todo el de imaginar lo real. Viviendo mentalmente de lo que no existe ni puede existir, acabamos por no poder pensar en lo que puede existir.
Me han dicho hoy que había ingresado en el hospital, para ser operado, un viejo amigo mío al que no veo hace mucho tiempo, pero al que sinceramente recuerdo siempre con lo que supongo que es nostalgia. La única sensación positiva y clara que he tenido ha sido la del fastidio que forzosamente me produciría tener que ir a visitarlo, con la alternativa irónica de, no teniendo paciencia para hacer la visita, arrepentirme de no haberla hecho.
Nada más… De tanto andar con sombras, yo mismo me he convertido en una sombra -en lo que pienso, en lo que siento, en lo que soy. La añoranza de lo normal que nunca he sido entra pues en la substancia de mi ser. Pero es sin embargo esto, y sólo esto, lo que siento. No me da propiamente pena del amigo que va a ser operado. No me da propiamente pena de todas las personas que van a ser operadas, de todos cuantos sufren y padecen en este mundo. Siento pena, tan sólo, de no saber ser quien sintiese pena.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Libro del desasosiego de Bernardo Soares» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Libro del desasosiego de Bernardo Soares» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.