Fernando Pessoa - Libro del desasosiego de Bernardo Soares

Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Pessoa - Libro del desasosiego de Bernardo Soares» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Классическая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Libro del desasosiego de Bernardo Soares: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El libro del desasosiego, que presentamos traducido íntegramente por vez primera en lengua castellana, nació en 1913 y Pessoa trabajó en él durante toda su vida. Esta es una obra inacabada e inacabable: un universo entero en expansión cuya pluralidad -literaria y vital-es infinita.

Libro del desasosiego de Bernardo Soares — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Libro del desasosiego de Bernardo Soares», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿1930?

96

Vivir es ser otro. Ni sentir es posible si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir: es recordar hoy lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que ayer fue la vida perdida.

Apagarlo todo en el cuadro de un día para otro, ser nuevo con cada nueva madrugada, en una revirginidad perpetua de la emoción: esto, y sólo esto, vale la pena ser o tener, para ser o tener lo que imperfectamente somos.

Esta madrugada es la primera del mundo. Nunca este color rosa amarilleciendo para blanco caliente se ha posado así en la faz con que el caserío del oeste encara lleno de ojos vidriados el silencio que viene en la luz creciente. Nunca hubo esta hora, ni esta luz, ni este ser mío. Mañana, lo que sea será otra cosa, y lo que yo vea será visto por unos ojos recompuestos, llenos de una nueva visión.

¡Altos montes de la ciudad! Grandes arquitecturas que las cuestas escarpadas sostienen y engrandecen, resbalamientos de edificios diferentemente amontonados, que la luz teje de sombras y quemazones, sois hoy, sois yo, porque os veo sois lo que […] y os amo desde la amurada como un navío que pasa junto a otro navío y tiene añoranzas desconocidas [139]en el paisaje.

18-5-1930.

97

Desde la terraza del café miro trémulamente hacia la vida. Poco veo de ella -el bullicio- en esta concentración suya en esta plazuela nítida y mía. Un marasmo como un comienzo de borrachera me elucida el alma de cosas. Transcurre fuera de mí en los pasos de los que pasan […] la vida evidente y unánime.

En este momento, los sentidos se me han paralizado y todo me parece otra cosa: mis sensaciones un error confuso y lúcido, abro las alas pero no me muevo, como un /cóndor/ ficticio.

Hombre de ideales que soy, ¿quién sabe si mi mayor aspiración no es realmente no pasar de ocupar este lugar a esta mesa de este café?

Todo es vano, como remover cenizas, vago como el momento en que todavía no es alborada.

¡Y la luz brota tan serenamente y perfectamente en las cosas, las dora tan de realidad sonriente y triste! Todo el misterio del mundo baja hasta delante de mis ojos a esculpirse en trivialidad y calle!

¡Ah, de qué manera las cosas cotidianas rozan misterios para nosotros! ¡De qué manera en la superficie, que la luz toca, de esta vida compleja de tan humana [140], la Hora, sonrisa incierta, sube a los labios del Misterio! ¡Qué moderno suena todo esto! ¡Y, en el fondo, es tan antiguo, tan oculto, tan teniendo otro sentido que el que luce en todo esto!

98

Sabiendo cómo las cosas más pequeñas tienen con facilidad el arte de torturarme, a propósito me esquivo al roce de las cosas más pequeñas. Quien como yo, sufre porque una nube pasa por delante del sol, ¿cómo no ha de sufrir en lo oscuro del día siempre cubierto de su vida?

Mi aislamiento no es una busca de felicidad, que no tengo alma para conseguir; ni de tranquilidad, que nadie obtiene sino cuando nunca la pierde, sino de sueño, de apagamiento, de renuncia pequeña.

Las cuatro paredes de mi cuarto son para mí, al mismo tiempo, celda y distancia, cama y ataúd. Mis horas más felices son aquellas en que no pienso nada, no quiero nada, no sueño querer, perdido en un torpor de vegetal /equivocado/, de mero /musgo/ que creciese en la superficie de la vida. Disfruto sin amargor de la conciencia absurda de no ser nada, el antesabor de la muerte y del apagamiento.

Nunca he tenido a nadie a quien pudiese llamar «Maestro». No ha muerto por mí ningún Cristo. Ningún Buda me ha indicado el camino. En lo alto de mis sueños, ningún Apolo o Atenea se me han aparecido, para que me iluminasen el alma.

¿1920?

99

Todo se me ha vuelto insoportable, excepto la vida: la oficina, la casa, las calles; hasta lo contrario, /si lo tuviese/, me sobresalta y me oprime; sólo lo contiguo me alivia. Sí, algo de todo esto es suficiente para consolarme. Un rayo de sol que entra eternamente en la oficina muerta; un pregón disparado que sube rápido hasta la ventana de mi cuarto; la existencia de gente; el existir del clima y el cambio de tiempo, la asombrosa objetividad del mundo…

El rayo de sol ha entrado de repente para mí, que lo he visto de repente… Era, sin embargo, un trazo de luz agudo, casi sin color cortando a cuchillo desnudo el suelo negro y maderoso, avivando, alrededor de donde pasaba, los clavos viejos y los surcos de entre las tablas, negras pautas de lo no-blanco.

Durante minutos seguidos he seguido el efecto insensible de la penetración del sol en la oficina tranquila… ¡Ocupaciones de cárcel! Sólo los enclaustrados ven así moverse al sol, como quien mira a las hormigas.

100

Espaciada, una luciérnaga va sucediéndose a sí misma. En torno, oscuro, el campo es una gran falta de ruido que huele casi bien. La paz de todo duele y pesa. Un tedio informe me ahoga.

Pocas veces voy al campo, casi ningunas paso allí un día, o de un día para otro. Pero hoy, que este amigo, en cuya casa estoy, no me ha dejado no aceptar su invitación, he venido aquí lleno de embarazo -como un tímido a una fiesta grande-, he llegado aquí con alegría, me ha gustado el aire y el paisaje amplio, he comido y cenado bien, y ahora, noche honda, en mi cuarto sin luz, el lugar vago me llena de angustia.

La ventana del cuarto donde voy a dormir da al campo abierto, a un campo indefinido, que es todos los campos, a la gran noche vagamente constelada donde una brisa que no se oye se siente. Sentado junto a la ventana, contemplo con los sentidos toda esta cosa ninguna de la vida universal que está ahí fuera. La hora se armoniza en una sensación inquieta, desde la invisibilidad visible de todo hasta la madera vagamente rugosa por haber estallado la pintura vieja del antepecho blanqueante, donde está extendidamente apoyada de lado mi mano izquierda.

¡Cuántas veces, a pesar de todo, no ansío visualmente esta paz de la que casi huiría ahora, si fuese fácil o decente! ¡Cuántas veces juzgo creer -allá abajo, entre las calles estrechas de casas altas- que la paz, la prosa, lo definitivo estarían antes aquí, entre las cosas naturales, que allí donde el tapete de la civilización hace olvidar el pino ya pintado en que se asienta! Y ahora, aquí, sintiéndome saludable, cansado y bien, estoy intranquilo, estoy preso, estoy añorante.

No sé si es a mí a quien le sucede, si a todos los que la civilización hizo nacer por segunda vez. Pero me parece que para mí, o para los que sienten como yo, lo artificial ha pasado a ser lo natural, y es lo natural lo que es extraño. No digo bien: lo artificial no ha pasado a ser lo natural; lo natural ha pasado a ser lo diferente. Prescindo de ellos y detesto los vehículos, prescindo de ellos y detesto los productos de la ciencia -teléfonos, telégrafos- que hacen la vida fácil, o los subproductos de la fantasía -gramófonos, receptores hertzianos- que, a los que divierten, se la hacen divertida

Nada de esto me interesa, nada de esto deseo. Pero amo al Tajo porque hay una ciudad grande a su orilla. Disfruto del cielo porque lo veo desde un cuarto piso de una calle de la Baja. Nada el campo o la naturaleza me puede dar que valga la majestad irregular de la ciudad tranquila, bajo la luna, vista desde la Gracia o desde San Pedro de Alcántara. No hay para mí flores como, bajo el sol, el colorido variadísimo de Lisboa.

La belleza de un cuerpo desnudo sólo la sienten las razas vestidas. El pudor vale sobre todo para la sensualidad como el obstáculo para la energía.

La artificialidad es la manera de disfrutar la naturalidad. Lo que he disfrutado de estos campos vastos, lo he disfrutado porque no vivo aquí. No siente la libertad quien nunca se ha visto oprimido.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Libro del desasosiego de Bernardo Soares» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Libro del desasosiego de Bernardo Soares»

Обсуждение, отзывы о книге «Libro del desasosiego de Bernardo Soares» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x