Colleen McCullough - La nueva vida de Miss Bennet

Здесь есть возможность читать онлайн «Colleen McCullough - La nueva vida de Miss Bennet» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La nueva vida de Miss Bennet: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La nueva vida de Miss Bennet»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Las protagonistas de Orgullo y prejuicio, veinte años después. Mary, la pequeña de las hermanas Bennet, no quiere llevar una vida sujeta a las convenciones sociales: no contempla casarse, como han hecho sus hermanas, ni desea caer en la rutina de una existencia oscura e infeliz. Sin responsabilidades familiares, aprovechará su libertad para viajar y escribir un libro que denuncie la situación de los más desfavorecidos. Su peregrinaje será mucho más complicado de lo que ella nunca imaginó…
Para Gloria Bruni, compositora y diva. Una persona tan hermosa por dentro como por fuera.

La nueva vida de Miss Bennet — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La nueva vida de Miss Bennet», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se había arrodillado ante Mary, y entrelazó sus manos para implorar compasión.

– ¡Oh, vamos, levántate de ahí! -dijo bruscamente Mary-. No hagas el ridículo. Si no lo supiera, pensaría que me estás pidiendo matrimonio.

– ¡ Te estoy pidiendo matrimonio! -exclamó con un grito-. Te amo más que a la vida, a ti, ¡alocada, testaruda, tirana, terca, ciega, sorda… adorable mujer!

– ¡Levántate, levántate…! -fue todo lo que dijo Mary.

Derrotado, se arrastró hacia atrás y se apoyó en una piedra, al tiempo que la miraba, absolutamente confuso. Ella no había perdido ni un ápice de su compostura y, al parecer, tampoco le había importado que le hubiera dedicado todos aquellos epítetos. ¡Qué preciosa estaba, con su pelo tan maravillosamente peinado, y con aquel vestido que le sentaba tan bien…! Sus labios se separaron para hablar.

– Así que dices que eres Argus… eso es tremendo. Y que me amas… eso es aún más tremendo. Y que quieres casarte conmigo… eso es una verdadera conmoción. Debo decir, Angus, que cuando empiezas con asuntos delicados, no sabes cuándo parar.

En su interior ardían ascuas de sofocante calor, pero Mary no tenía ninguna intención de comunicarle su existencia hasta que hubiera sufrido bastante más de lo que había sufrido hasta entonces. «¡Oh, mi querido amigo…! Si nos casamos, siempre estarás aquí conmigo. No sé si esto es amor, pero ciertamente se le parece mucho…».

Su rostro debió de traicionar de algún modo la presencia de aquellas ascuas, porque Angus se relajó de repente, consiguió que dos hoyuelos se le marcaran en las mejillas, a punto de convertirse en arrugas.

– El momento de parar -dijo- es cuando lo hayamos arreglado todo perfecta y satisfactoriamente. He estado enamorado de ti desde que nos vimos por primera vez en Hertford… ¡oh, qué tortura saber quién era Argus, mientras tú alababas y ensalzabas sus virtudes malditas y fingidas! Mi autoestima se hundía porque yo, el rico y poderoso Angus Sinclair, no era para ti más que un contacto con tu héroe, Argus.

– Bueno, eso no duró mucho… En nuestro primer paseo comencé a comprender que ya tenía un amigo que no me iba a obligar a despacharlo por insistir con declaraciones de amor y propuestas de matrimonio. Y cuando dimos nuestro noveno paseo, y después de todas aquellas cenas y fiestas, no sabía cómo iba a poder continuar sin ti. Incluso hoy, después de tu declaración de amor y tu propuesta de matrimonio, no encuentro el modo de decirte que me dejes y te vayas.

– Si me perdonas, es porque correspondes a mi amor… -dijo, adelantándose emocionado-. ¿Me perdonas?

– Ya te he perdonado. ¿Esto es de verdad amor? Supongo que debo creerte. Lo que sé es que necesito tener tu amistad constantemente si quiero ser feliz. Me casaré contigo para conservar a mi mejor amigo. Y cuando te vuelva loco, debes decírmelo. Me temo que soy la clase de persona que consigue que los demás se vuelvan locos. La pobre señorita Scrimpton iba balbuceando y hablando sola cuando le dije que ya podía regresar a York. Y Matthew Spottiswoode ha sido visto escondiéndose cada vez que piensa que yo voy a verle. Charlie dice que soy una excéntrica. No veo que haya ninguna necesidad de disimularlo, Angus: soy una persona agotadora y muy difícil -dijo Mary sin mostrar ni rastro de autocompasión o pena por ser de aquel modo. La verdad era la verdad, ¿por qué lamentarlo?

– Por eso te quiero -dijo Angus, casi estallando de felicidad-. En algún sentido, nos parecemos… disfrutamos peleando y discutiendo, por un lado, y, por otra parte, cuando nos empeñamos en algo, nunca abandonamos. Y también yo estoy un poco loco. Si no lo estuviera, no bajaría navegando desde los mares del norte a Londres en invierno. Pero mi mayor alegría, mi querida Mary, es que la vida contigo nunca será aburrida.

– Tengo exactamente la misma impresión -dijo, poniéndose en pie-. Vamos, es hora de regresar. Quiero saberlo todo sobre ese Argus.

Sí, él estaba exultante de felicidad, pero… ¿y ella? «Puede que nunca lo sepa con certeza», pensó Angus. «Su compostura es como un muro de piedra. ¿Cómo conseguiré derribarlo?».

Iban a cenar à deux aquella noche, lo cual conmocionó definitivamente a Parmenter, siempre desconsolado cuando la familia estaba fuera. Darcy House, en Londres, tenía su propia servidumbre. La sincera camaradería entre la señorita Mary y el señor Sinclair no se ajustaba mucho a sus ideas de decoro, pero él sabía que el señor Fitz y la señora Darcy no encontrarían nada impropio en que dos cuarentones pasaran la velada juntos. Así que cuando los señores se dirigieron al lujosísimo saloncito púrpura en el que colgaban un Fra Angelico, un Giotto, un Botticelli y tres Canalettos (de ahí su nombre, Salón Italiano), Parmenter finalmente tuvo que rendirse y ceder. Tras sacar el oporto, el coñac y los puros, los dejó solos para que se sirvieran ellos mismos.

– Me pregunto qué Darcy sería el que coleccionara todas estas gloriosas obras de arte -dijo Mary, aceptando un oporto para conservar el valor.

– No tengo ni la menor idea, pero estoy convencido de que algún italiano con deudas las vendió por la centésima parte de su valor.

A Angus no le interesaban ahora las pinturas; estaba demasiado absorto observando a Mary, que llevaba un vestido escotado de tafetán de color mermelada y bermellón. «Ese cuello largo y encantador no necesita gemas para embellecerse», estaba pensando, «pero unos diamantes llamarían mucho la atención… ¡Qué líneas tan perfectas!».

– Yo creía que Elizabeth era la mujer más hermosa que había conocido -dijo-, pero la verdad es que le recomendaré que no se ponga a tu lado.

– ¡Tonterías! Estás un poco achispado, Angus, y eso distorsiona tanto tu gusto como tu intelecto. Soy demasiado delgada.

– Para la moda de hoy… tal vez. Pero la delgadez te sienta bien, cuando a la mayoría de las mujeres acaba por convertirlas en viejas gallinas esqueléticas. Se me viene a la mente… Caroline Bingley.

– Puedes fumar si quieres. Se supone que no debo beber oporto, pero me gusta más que el vino normal. Me sabe menos a vinagre.

Angus se trasladó de su butaca al sofá y la miró con gesto pícaro.

– No me apetece fumar. Ven, y siéntate aquí conmigo. No te he besado todavía.

Mary fue a sentarse con él, pero lo hizo de lado y un poco demasiado apartada como para recibir besos y caricias.

– Tenemos que hablar de eso…

Angus suspiró.

– ¡Mary! ¡Cuando estés ante Dios, ya te pedirá que hables sobre esto ! Ya sabía yo que tendrías algo que decir, porque siempre tienes algo que decir… Tarde o temprano, mi amor exasperante, los besos serán inevitables. Y también otros gestos íntimos mayores y más atrevidos. ¿Tengo que suponer que eres tan ingenua como otras señoritas solteras?

– Creo que no… -dijo, considerando la pregunta-. En Shelby Manor había todo tipo de libros, y yo los leí todos. Así que sé muchísimo sobre anatomía y copulación… «deberes conyugales» es la expresión correcta, ¿no?

– ¿Y qué piensas de esa parte del matrimonio?

– No te contentarías con una buena amistad, ¿verdad? -preguntó con un gesto de esperanza.

Él soltó una carcajada.

– Pues no. Insisto en que cumplas con tus deberes conyugales. -Se inclinó para cogerle la mano-. Lo que espero es que llegue la noche en que esos deberes conyugales se conviertan en placer. ¿Puedo besarte? Eso sí está permitido en las parejas comprometidas.

– Sí, lo mejor será empezar como se supone que debemos empezar -dijo, con una compostura sin mácula-. Puedes besarme.

– Antes… -dijo Angus, atrayéndola mucho hacia sí-, antes… es necesario estar en… bueno… un poco más cerca. ¿Te importa?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La nueva vida de Miss Bennet»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La nueva vida de Miss Bennet» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Colleen McCullough - La huida de Morgan
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Primer Hombre De Roma
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Desafío
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El caballo de César
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Czas Miłości
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Antonio y Cleopatra
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Morgan’s Run
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Las Señoritas De Missalonghi
Colleen McCullough
Colleen McCullough - 3. Fortune's Favorites
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Sins of the Flesh
Colleen McCullough
Отзывы о книге «La nueva vida de Miss Bennet»

Обсуждение, отзывы о книге «La nueva vida de Miss Bennet» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x