Hoy, la biónica está más presente en la medicina a través de la biomecánica. Robocop (Paul Verhoeven, 1987) explora en el cine estos conceptos y propone la idea del robot-humano. El ser que conjunta lo orgánico con lo maquinal. El policía del futuro se convierte en una parábola de cómo el poder creador de la tecnología pueden transformarnos en monstruos fuera de control que revierten su fuerza destructiva hacia quien tuvo la soberbia de imaginarse dueño del orbe.
Los robots siguieron apareciendo en películas de ciencia ficción. Entre los más famosos mencionaré a Robby el robot, estrella de la cinta norteamericana El planeta prohibido (1956) que es una versión futurista de La tempestad de William Shakespeare, dirigida por Fred M. Wilcox. El robot se hizo tan popular que volvió a aparecer en otras películas y programas de televisión, además de que se reprodujo como juguete de cuerda. Robby es el antecedente del robot B9 de la serie de TV Perdidos en el espacio (1965-1968), ya que ambos personajes fueron creados por el diseñador de producción estadunidense Robert Kinoshita (1914-2014). Otro programa de televisión fue Mi muñequita viviente con una sola temporada (1964-1965), donde Rhoda es una robot interpretada por Julie Newmar, muy en el estilo de la chica guapa y extraordinaria que irrumpe en la vida cotidiana de un “mortal”, mismo asunto que luego se trataría desde el punto de vista de la magia y no de la tecnología en series como Hechizada (1964-1972) y Mi bella genio (1965-1970).
Un robot espía fue personaje recurrente en la serie El súper agente 86 (1965-1970). El doctor Ratton, un científico villano del bando de Kaos, crea a Hymie (Jaime, en la versión doblada al español), un poderoso pero torpe robot, para exterminar a Maxwell Smart (Don Adams). Jaime (Dick Gautier) se integra al equipo del bien “Control” y lucha contra otro robot Groppo, quien termina destruyendo al doctor Ratton, su creador.
Sin duda, los robots más paradigmáticos del cine son C-3PO y R2D2 de la saga La guerra de las galaxias (1977-) creada por George Lucas, a quien a partir de la película de 2015, Star Wars: Episodio VII. El despertar de la fuerza , dirigida por J. J. Abrams, se ha sumado un robot más pequeño BB-8.
Blade Runner de Ridley Scott.
Los replicantes ya antes mencionados son robots del tipo Nexus-6, piezas de bioingeniería tan perfectas que logran mimetizarse con los seres humanos. Un grupo de replicantes tiene planes de luchar por su libertad, pero antes quieren enfrentar a su creador, el cerebro detrás de la Corporación, quien vive en la inexpugnable edificación-templo. El conflicto moral de la novela que se traspasa al cine es el límite entre el hombre y su creación. Ése es el argumento de la película de Ridley Scott Blade Runner (1982) y de su secuela Blade Runner 2049 (2017) dirigida por Denis Villeneuve, ambas interpretadas por Harrison Ford como el cazador de androides Rick Deckard, y que fueron inspiradas por la novela ¿Sueñ an los androides con ovejas el éc tricas? (1968) de Philip K. Dick. En la trama del libro, los replicantes son entes malignos pero en las películas, el policía encargado de detectar a los androides rebeldes se muestra menos humano que ellos, hasta que acaba involucrándose sentimentalmente con la bella Rachel, interpretada por Sean Young, en el rol de la atractiva seductora del cine negro que acabará por desequilibrar al antihéroe. Ella tiene implantados recuerdos de una persona real, por lo que no logra dilucidar si ella misma es una máquina o una mujer. La secuencia en la que el replicante rebelde Roy Batty (Rutger Hauer) visita a su creador y dueño de la Corporación que fabrica a los replicantes, el doctor Eldon Tyrell (Joe Turkel), es el encuentro del padre y el hijo. Tyrell lo recibe en su habitación, iluminada con candelabros de velas eternas, y hace referencia a la parábola del hijo pródigo. Batty trata de negociar con Tyrell para que le conceda más vida, pero el viejo científico le trata de hacer ver que su perfección implica su pronta extinción. Batty parece conformarse y le da un beso en la boca que se transforma en una terrible agresión: sus dedos pulgares se hunden en las órbitas de los ojos de Tyrell. La criatura perfecta llora mientras le saca los ojos a su padre, quien fallece en brazos de su obra maestra. Un búho artificial se delata por un extraño brillo en sus ojos, lo mismo que nos muestran los ojos de Batty. Los ojos son la ventana a través de la cual los policías buscadores de replicantes consiguen detectarlos, por lo que el destruir los del creador no resulta gratuito. Tyrell, como Edipo, ha estado cegado por su propia soberbia. Tal parece que la única salida que le queda al soberbio es la destrucción. Luego de la integración de secuencias eliminadas en su exhibición comercial y reintegradas a la película para su reestreno en 1991, se hizo evidente el hecho de que el propio Deckard era también un replicante, al que le había sido implantado el sueño del unicornio y de ahí la importancia de que aparezca el origami de unicornio como mensaje: nosotros sabemos lo que piensas porque eres un replicante. Tyrell se vuelve aun más terrible y omnipotente. Sabiendo su condición mortal, el replicante Roy Batty dice al final:
He visto cosas que los humanos ni se imaginan: naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. He visto rayos C centelleando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas… en la lluvia. Es hora… de morir.20
En 1984, James Cameron dirige la película de ciencia ficción Terminator , en la que un robot del futuro irrumpe en el presente para intentar cambiar la historia. El actor Arnold Schwarzenegger se haría popular luego de interpretar al mismo personaje en toda una saga de esta historia, al grado que cuando decidió incursionar en la política y fue electo gobernador de California, su mote fue Gobernator .
Ex machina (2014) de Alex Garland, hermana de ficción de Blade Runner , trata también de otra androide que es sometida a pruebas para detectar su “humanidad”. De nuevo, la bella mujer artificial pone a prueba a su creador.
En México, un incipiente pero presente cine de género mostró al robot Tor, creación del doctor Krupp (Luis Aceves Castañeda), en la cinta La momia azteca contra el robot humano (1958) de Rafael Portillo. Tor hizo varias apariciones en películas de la década de los sesenta como La nave de los monstruos (1960) de Rogelio A. González.
El gigante de hierro (1999), de Brad Bird, es una película de animación en donde un enorme robot extraterrestre hace amistad con un niño terrícola, en un largometraje que recuerda a un Frankenstein colosal. De manera similar, Grandes héroes (2014) de Don Hall y Chris Williams está inspirado en un cómic de Marvel y narra la historia de un jovencito que se relaciona con un gran robot llamado Baymax, creación de su hermano y programado para hacer el bien.
De nuevo en la TV, la serie de animación Futurama , creada por Matt Groening en 1999, nos presenta a un robot peculiar Bender Doblador Rodríguez, hecho en México, que es el compañero inseparable y mejor amigo del protagonista. La serie Los Supersónicos (1962-1963) de Joseph Barbera y William Hanna jugaba con un futuro de ciencia ficción, en donde la familia de los Supersónicos tenía una mucama llamada Rosie, the Robot (Robotina en la versión en español), que mostraba sentimientos y también resentimientos hacia sus amos.
Читать дальше