El buscador de ahora encuentra instrucción entre líderes de los negocios, que practican el arte de la meditación, de la oratoria, de la ciencia, como Jobs sin ir más lejos. Se siente impulsado por la necesidad de ser reconocido, próspero y afamado, sin embargo, la andadura hacia el Ser necesita de humildad, generosidad y desapego porque «si te tienes a ti mismo, lo tienes todo». Por eso, decidí en algún momento que si me pierdo alguna vez que sea en el camino de vuelta a mi casa, a mi Ser, que él ya me encontrará.
CAPÍTULO 1
«Cuando dejo de ser lo que soy, me convierto en lo que podría ser»
Lao Tsé, filósofo chino (570 a. C.)
«Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre, y eso es lo que realmente somos»
José Saramago, escritor portugués (1922-2010)
«El poseer no existe, solo existe el ser: ese ser que aspira hasta el último aliento hasta la asfixia»
Franz Kafka, escritor checoslovaco (1883-1924)
¿QUÉ SOMOS? ¿SOMOS SERES ESPIRITUALES Y ENERGÉTICOS O SOMOS SERES MATERIALES CON MENTE?
Lo que somos lo identificamos con nuestras acciones y pensamientos. Con las emociones e interacciones que establecemos con el entorno. De esta manera sencilla nos podemos definir. La ciencia nos describe como un montón de átomos del elemento carbono en el que se fundamenta la vida siendo capaz de abastecer a un organismo complejo de la diversidad química que necesita para existir. El carbono es el elemento más abundante en el universo y está presente en los planetas en mayor o menor medida, por lo que suponen que la vida inteligente tenderá a evolucionar a partir de él. La física moderna que se basa en la mecánica cuántica y en la teoría de la relatividad dice que nuestro universo material se comporta como onda y como partícula. Que según su comportamiento se presenta en formas materiales diferentes en función de la exposición a la energía, generalmente expresada en temperatura. Por ejemplo, en el cuarto estado de la materia, el plasmático, el nivel energético es altísimo, rápido y con poca atracción entre las moléculas. En general, se deduce que cuanta más temperatura tiene la materia con mayor fluidez se comporta. Nuestro Sol existe en estado plasmático, capaz de producir energía por sí mismo. Él está compuesto del mismo material que la Tierra, solo que en diferentes proporciones. La materia cambia de estado modificada por una fuente de energía como el calor. En la materia más ligera las moléculas se mueven más libremente unas de otras sin estar sujetas a una forma y pudiéndose expandir indefinidamente disminuyendo su densidad. Toda esta información de física y química la puedes encontrar en cualquier manual. Ahora vamos a ver un poco más lo que dice la física cuántica de la modificación del comportamiento de las partículas de las que está compuesta la materia.
Los físicos cuánticos dicen que nuestra concepción de la realidad es demasiado estrecha y siguen el principio de Heisenberg que, desde 1954, postula que la materia se encuentra inmersa en procesos de «potencialidades», es decir, que lo que puede ser potencialmente puede volverse real. También postula por la teoría del entrelazamiento cuántico que hay fenómenos físicos conectados sin importar la distancia que los separe, este fenómeno alteraría condicionando las posibilidades cuánticas hacia un sentido en concreto. Por esta razón, hay un misticismo alrededor de este modelo de física que divulgó el doctor en física de partículas de alta energía, Fritjof Capra, siendo el padre de la visión holística de las cosas en la que cada parte está relacionada con el todo. El postulado cuántico afirma que en el nivel de las partículas elementales de la materia todo es energía. La materia es luz condensada, fotones reordenados de una determinada manera sin haber podido demostrar todavía cuál es la razón que los mantiene unidos. Max Planck declaró que detrás de la realidad física debe existir una mente consciente que los mantiene unidos.
Tomas Young, 1801, en su famoso experimento de la doble rendija comprobó un patrón de interferencias de la luz al difractarse en el paso por dos rejillas. Se tardó un siglo en retomar el enigmático experimento que se volvió a revisar ante el comportamiento impredecible de la luz que parecía alterar su comportamiento cuando era sometida a la observación. O lo que es lo mismo, la medición del observador predecía el comportamiento de la luz, la dirigía. Estos son experimentos apasionantes que han conducido a la ciencia y a la mística a unirse en sus intentos de explicar y alcanzar lo desconocido.
Si exploramos un poco más por dónde van los físicos teóricos actuales con la teoría de la retrocausalidad, descubrimos que más allá del asumido patrón lineal de causa y efecto, de atrás hacia delante, bajo el fenómeno cuántico podría explicarse que fuera de delante hacia atrás, permitiendo que un efecto preceda a su causa. Las partículas entrelazadas se influyen recíprocamente en tiempos y espacios diferentes. ¿No os parecen apasionantes las investigaciones de todos estos fenómenos?, relativiza los conceptos de la materia, de la causa y el efecto del tiempo y el espacio.
Otro famoso y controvertido investigador japonés, Masaru Emoto (1943-2014) realizó experimentos mucho más sencillos, pero no menos sorprendentes. Él afirmaba que nuestros pensamientos y palabras influyen dando formas sobre las moléculas del agua. Analizó el agua proveniente de fuentes puras que formaban estructuras moleculares cristalinas y bellas, a diferencia de las moléculas de agua polucionadas, con formas claramente distorsionadas. Los experimentos de Masaru son fascinantes, documentados con 50 000 fotografías de las moléculas del agua expuestas a diferentes situaciones que influían en sus formas. Uno de ellos consistió en exponer el agua al sonido de la música heavy y a la de Mozart, creo que os podéis imaginar el resultado. El agua se impregna de la información que contienen la música, las palabras, las imágenes y los pensamientos. Su libro Los mensajes del agua fue traducido a veinte idiomas. Masaru, en sus entrevistas, afirmaba que el mundo subatómico, comparado con el visible, es como un mundo espiritual, por lo que se deduce que si cuidábamos el nivel vibracional del que formamos parte colaboramos activamente en la sanación de nuestros cuerpos que, como sabemos, contienen el setenta y cinco por ciento de agua al nacer y el sesenta en la edad adulta.
Las investigaciones de Masaru Emoto son fascinantes y entroncan con la ciencia cuántica. Él comprobó que nuestras palabras y pensamientos modifican la naturaleza del agua que actúa como un espejo asumiendo las formas y reflejando nuestras conciencias. Por eso, sus experimentos de las porciones de arroz son tan elocuentes porque los granos de arroz contienen gran cantidad de agua. El agua es capaz de impregnarse de gran cantidad de información transmitida por la vibración, incluso de la intención. Cuenta en su libro que los experimentos sobre muestras de arroz expuestos a la palabra guerra se descomponían mucho antes que las que estaban expuestas a la palabra amistad. O cómo con la fuerza de la oración de doscientas personas transformaron el agua contaminada de un vaso. Es el poder de la vibración y de la resonancia que mueve la materia. Emoto dijo en una entrevista: «Dios creó al hombre como ayudante, ayudémosle a manejar la resonancia. Uno de nuestros papeles es el de dar energía a toda la existencia y el agua es el medio para hacerlo».
La materia y el espíritu tienen una continuidad vibracional. No son realidades separadas como lo hemos asumido hasta ahora. Tienen una continuidad cuántica, vibracional y de conciencia. Y esta continuidad es tremendamente importante para nuestra evolución y mejora. Si nos desconectamos energéticamente de la materia vamos sin rumbo ni destino. Cualquier frecuencia aleatoria perturbará el estado de la realidad en la que nos encontremos personal o socialmente. El conocimiento de la existencia de estas conexiones nos debería empujar a dirigir la vida hacia la excelencia porque somos un campo de potencialidades pleno, aunque caótico.
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