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Agradecimientos Agradecimientos El espacio de agradecimientos es siempre una buena ocasión para visibilizar el enorme trabajo colectivo que implica publicar un libro y también para reconocer las colaboraciones anónimas y generosas que acompañan el trabajo cotidiano del bello oficio de investigación. Un primer agradecimiento se dirige a los tres entrevistados, Göran Therborn, Philippe Van Parijs y Nicolas Duvoux, quienes con una enorme generosidad intelectual (y humana) nos acogieron en Alemania, Bélgica y Francia para discutir sobre el pasado y el futuro del Estado Social. No sólo nos transmitieron sus conocimientos y reflexiones, sino también una pasión militante por lo social y sus ansias de justicia social. También queremos agradecer al sociólogo Danilo Martuccelli, quien nos apoyó en la concepción de este proyecto. Un enorme gracias por las ideas, por las discusiones, por las sugerencias, pero sobre todo por estar siempre en este proceso bello y no siempre evidente de devenir investigadores. Especiales agradecimientos para Pablo Faúndez y Marcelo Miño, quienes nos apoyaron con su lectura crítica del texto colectivo, haciendo de la a veces interminable fase de edición, un esfuerzo colectivo y de camaradería. Gracias finalmente a la vida que nos permitió encontrarnos, a los tres investigadores de este proyecto, y hacer camino juntos.
Introducción
Diálogos con Göran Therborn, Philippe Van Parijs y Nicolas Duvoux
Más allá del neoliberalismo De lo imaginable y lo posible Repensando lo universal Bibliografía general
© LOM edicionesPrimera edición, julio 2019 Impreso en 1.000 ejemplares ISBN: 978-956-00-1191-6 Todas las publicaciones del área de Ciencias Sociales y Humanas de LOM ediciones han sido sometidas a referato externo. Edición, diseño y diagramación LOM ediciones. Concha y Toro 23, Santiago Teléfono: (56-2) 2860 68 00 lom@lom.cl | www.lom.cl Diseño de Colección: Estudio Navaja Tipografía: Karmina Registro N°: 105.019 Impreso en gráfica LOM Miguel de Atero 2888, Quinta Normal Impreso en Santiago de Chile
El espacio de agradecimientos es siempre una buena ocasión para visibilizar el enorme trabajo colectivo que implica publicar un libro y también para reconocer las colaboraciones anónimas y generosas que acompañan el trabajo cotidiano del bello oficio de investigación.
Un primer agradecimiento se dirige a los tres entrevistados, Göran Therborn, Philippe Van Parijs y Nicolas Duvoux, quienes con una enorme generosidad intelectual (y humana) nos acogieron en Alemania, Bélgica y Francia para discutir sobre el pasado y el futuro del Estado Social. No sólo nos transmitieron sus conocimientos y reflexiones, sino también una pasión militante por lo social y sus ansias de justicia social.
También queremos agradecer al sociólogo Danilo Martuccelli, quien nos apoyó en la concepción de este proyecto. Un enorme gracias por las ideas, por las discusiones, por las sugerencias, pero sobre todo por estar siempre en este proceso bello y no siempre evidente de devenir investigadores.
Especiales agradecimientos para Pablo Faúndez y Marcelo Miño, quienes nos apoyaron con su lectura crítica del texto colectivo, haciendo de la a veces interminable fase de edición, un esfuerzo colectivo y de camaradería.
Gracias finalmente a la vida que nos permitió encontrarnos, a los tres investigadores de este proyecto, y hacer camino juntos.
La crisis del capital ha generado históricamente crisis sistémicas que engloban las dimensiones políticas y sociales de las sociedades contemporáneas. En el escenario reciente, la crisis económica de 2008 marcó un punto de inflexión tanto en la agenda política y económica global, como en la representación que tiene la ciudadanía respecto al funcionamiento del mercado financiero mundial. Este hito, que comenzó en los Estados Unidos, se extendió rápidamente al resto del mundo, afectando particularmente a las economías de los países centrales. Esta coyuntura posibilitó un cuestionamiento a las instituciones y prácticas del sistema financiero construido desde fines de la década de 1970, principalmente porque las causas y las respuestas de corto plazo a la crisis dejaron en evidencia la extrema fragilidad de las instituciones frente a la radicalidad de una lógica financiarista que promueve la desregulación y la especulación económica.
De este modo se abrió una brecha en el imaginario social respecto a aquella abstracción instalada de manera relativamente exitosa durante las décadas de reforma neoliberal: la figura de un mercado capaz de auto-regularse en virtud de la globalización de los flujos de capitales. En otras palabras, la crisis planteó interrogaciones no sólo a la coyuntura en sí misma, sino que a las condiciones propias de funcionamiento del capitalismo en su fase actual.
Asociado a este diagnóstico, a inicios de la década de 2010 emergieron una serie de manifestaciones sociales en el mundo, donde los «indignados» en España y el movimiento Occupy wall Street en Nueva York son sólo algunos ejemplos. Asimismo, hemos asistido al fortalecimiento de distintos movimientos de tipo nacionalista y conservador, tanto en Europa como en los Estados Unidos. La respuesta progresista a la crisis encontró una cierta representación política a través de Podemos en España, Syriza en Grecia, France Insoumise en Francia o incluso la candidatura de Bernie Sanders a las primarias demócratas en Estados Unidos. Mientras que la respuesta conservadora permitió la elección de Donal Trump, el BREXIT y resultados parlamentarios inesperados en países como Austria o Italia. En este mismo proceso, el aumento de la desconfianza en los partidos políticos tradicionales se hizo evidente y en particular hacia aquellos que abandonaron la socialdemocracia para convertirse en agentes activos del orden neoliberal contemporáneo –los casos de los partidos socialistas en España, Francia y Grecia resultan ilustrativos en Europa–.
Es en este ambiente de incertidumbre que encuentran justificación aquellos proyectos que pretenden gobernar y restablecer el orden desvinculados de los partidos políticos, los movimientos sociales y los extremos . El caso de Emmanuel Macron en Francia aparece como el paradigma de esta nueva tercera vía .
En el caso de América Latina, si bien la región fue relativamente menos afectada por la crisis, ésta coincide con el agotamiento y el cierre de la etapa de los gobiernos progresistas . Y más allá de una necesaria evaluación crítica de tales experiencias (en particular, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Venezuela y Uruguay), se puede reconocer en ellas un esfuerzo por la construcción de políticas públicas alternativas al neoliberalismo radical de las décadas pasadas. Aquello marcó un cierto momento democrático que, desde la calle y las urnas, también contribuyó a un cuestionamiento a la forma de organizar la vida política y económica de la sociedad latinoamericana actual. No obstante, hoy podemos reconocer que tal momento de apertura era una oportunidad que –como es característico de todo proceso histórico– no tenía una resolución «necesaria». Los nuevos gobiernos (neo)liberales en Argentina y Chile, el giro del gobierno en Ecuador, la perenne situación de crisis en Venezuela y, de un modo dramático, la coyuntura actual en Brasil tras la destitución de Dilma Roussef, nos demuestra que estos momentos de cambio son siempre momentos de tensión, de conflicto, cuyas consecuencias son difíciles de vislumbrar.
El caso chileno, por su parte, resulta interesante en tanto las movilizaciones del año 2011 pusieron en entredicho una de las experiencias neoliberales de mayor estabilidad y profundidad que existen a nivel regional y global. Como numerosos estudios lo han expuesto, las reformas chilenas se caracterizaron por su radicalidad y apego estricto a las ideas emanadas desde Chicago (liberalización y desregulación económica, privatización de bienes y servicios públicos, reforma del Estado desde la perspectiva del management , apertura del mercado a la inversión extranjera directa, entre otras). Además, por su carácter precursor y también porque las transformaciones descritas fueron implementadas en dictadura y luego encontraron continuidad –e incluso legitimación social y política– durante los gobiernos democráticos (Cubillos, 2017; Garretón, 2012; Harvey, 2007; Slachevsky, 2017). Esto es lo que hoy justamente observamos en tensión si consideramos la ola de movimientos sociales en los que se ha visto envuelto el país en los últimos años.
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