Estas cifras hablan de la necesidad de incrementar el gasto público, pero que ello no dependa de la decisión de un gobierno o de un mayor crecimiento económico. El desafío consiste hoy en avanzar en la generación de debates sobre la concepción de solidaridad que articula la protección social, mas allá del diseño tecnocrático de nuevas políticas sociales. Esto implica generar cambios que permitan alcanzar acuerdos transversales para el desarrollo, como por ejemplo dejar de depender de un modelo de desarrollo extractivista, construir mejores empleos y alcanzar mayor productividad, mejorar la calidad de las instituciones públicas, establecer nuevos regímenes tributarios y avanzar en una agenda anticorrupción.
Finalmente, para pensar la contingencia regional en materia de políticas sociales y reflexionar sobre la construcción de un Estado Social, destacamos los aportes desde una mirada multidisciplinaria y comparada que realizan los autores entrevistados. Göran Therborn nos propone una perspectiva global de las políticas de lo social, buscando un aporte en la confrontación de diversas experimentaciones de acuerdos territoriales y regionales, planteando así nuevas ideas para un mundo de corte crítico al neoliberalismo. Philippe Van Parijs, a su vez, entrega una mirada desde la construcción histórica de los procesos políticos, donde la acumulación de experiencias permite no solamente entender, sino también imaginar nuevos escenarios democráticos progresistas. Y Nicolas Duvoux, a partir de una mirada pragmática, propone el análisis de distintas formas del Estado Social a través de un diálogo entre las demandas y las políticas sociales, y la relación híbrida entre lo público y lo privado.
Desde las lecturas que nos aportan estos tres autores se pueden extraer estrategias para pensar el Estado Social en la región latinoamericana. Frente a la existencia de importantes sectores de la sociedad que aún se encuentran desprotegidos, pensando en las ideas que cruzaron las entrevistas, desprendemos que resolver esas demandas es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto. Desde las ciencias sociales debemos asumir este desafío político y esperamos que las reflexiones de este libro constituyan una contribución a ese debate.
1Centro Nacional de Investigación Científica, institución de investigación pública que abarca todas las áreas del conocimiento. Es el organismo de investigación más importante de Francia y el más grande de Europa.
2Modelo bismarckiano, beveridgiano y conservador mixto.
Diálogos con Göran Therborn, Philippe Van Parijs y Nicolas Duvoux
Más allá del neoliberalismo
Diálogo con Göran Therborn
Potsdam, Alemania. 20 de mayo de 2016
Göran Therborn es profesor emérito de sociología de la Universidad de Cambridge. Su obra aborda temas como el presente de las clases sociales, donde discute la conformación de la estructura social durante los siglos XX y XXI, y el concepto de ideología desde una perspectiva postmarxista. Asimismo, sus trabajos se han abocado al estudio de las desigualdades sociales y las formas del Estado Social en Europa y distintas regiones del mundo, liderando algunos de los más importantes textos teóricos de actualidad sobre estas temáticas.
La vida intelectual de Göran Therborn se cruza con la de un activo militante que ha apoyado diversas causas antiimperialistas y movimientos sociales que promueven los derechos sociales. Centrado en estas temáticas, su trabajo se instala en un diálogo permanente entre la teoría y la experiencia política y social, lo que ha dado lugar a la publicación de libros y artículos en múltiples revistas que han sido traducidos en más de veinticuatro idiomas.
Nos reunimos con Göran Therborn para conversar sobre el presente y los desafíos del Estado Social en las dependencias de la organización sindical VER.DI en Potsdam, una de las federaciones sindicales más importantes de Alemania. Göran Therborn accedió a darnos esta entrevista en medio de una conferencia en la que participó junto a un grupo de intelectuales de distintos países, con los que se encuentra elaborando un diccionario de conceptos afines al marxismo.
Antes de hablar sobre el Estado Social pensamos que sería importante abordar las tendencias actuales de la desigualdad a nivel global. Sirve para situar la entrevista y su experiencia investigando ambos temas, y también porque parece imposible no preguntarse sobre el influjo de las desigualdades sociales en las configuraciones de un Estado Social.
Usted viene estudiando el comportamiento de las desigualdades sociales desde hace décadas, pero pareciera ser que, a nivel general, la desigualdad es un problema social más reciente. Incluso podemos decir que la desigualdad no estaba en el centro de la agenda pública. Sin embargo, de un tiempo a esta parte vemos que es un tema que está presente en múltiples foros y que cruza todo el debate en torno a la construcción de políticas públicas. ¿Por qué la desigualdad se tomó la agenda pública?
Yo creo que la desigualdad se convirtió en un debate central después de la crisis financiera del año 2008. Esa fue una de las grandes razones por la cual tanta gente, especialmente en los Estados Unidos, se dio cuenta que la desigualdad se había disparado de manera extraordinaria en las últimas tres décadas. Y esto generó que personas de distintas áreas de estudio, incluidos algunos individuos con cierta autoridad como Joseph Stiglitz, ganador de un Premio Nobel de Economía, hicieran un paralelo con la crisis económica de 1929. El impacto de dicha crisis irradió el mundo entero y estuvo precedida por un crecimiento de la desigualdad similar al que vemos ahora. Entonces este argumento se tomó el debate público y puso en la discusión que una de las causas de la crisis financiera había sido el incremento de la desigualdad. Quedó la idea que el aumento de la desigualdad es una causa de la inestabilidad económica y esto influyó en que la crisis se haya expandido.
Posteriormente vemos que, creo que en el año 2010 o 2011, el Foro Económico Mundial de Davos, donde se reúne la elite económica mundial, se focalizó en la desigualdad. Eso sucedió no porque la elite estuviera infeliz con los ingresos de la población mundial o con la pobreza que experimenta un grupo importante de personas, sino por la inestabilidad que la desigualdad estaba generando en todo el sistema económico alrededor del mundo. Entonces, la crisis de 2008 puso el tema de la desigualdad en la agenda y ahí se fue quedando, porque, además, la cobertura que se le dio a este asunto por los grandes medios de comunicación mostró que la desigualdad continuó creciendo. Hoy en día para nadie es un misterio que los ingresos que perciben los ejecutivos de las grandes corporaciones crecen de manera excesiva.
Ahora bien, esta mediatización del tema es paradójica, pues la tendencia que destaca un crecimiento de la desigualdad en el discurso público, donde podemos situar los aportes del libro de Thomas Piketty, va acompañada al mismo tiempo de una inmovilidad. A pesar de que estamos más conscientes de las desigualdades sociales, en ningún lugar del mundo se han tomado medidas serias contra ellas. Por ejemplo, los programas políticos que tuvieron un impacto sobre la desigualdad en Latinoamérica fueron establecidos con anterioridad a la crisis financiera, de modo que ningún país, ningún gobierno, ha propuesto alguna medida para reducir la desigualdad económica después de 2008. En ninguna parte, inclusive en Europa del oeste o el área norte-atlántica.
El discurso igualitario que se levantó en las elecciones españolas y portuguesas algo ayudó a cambiar el panorama, como la campaña de Bernie Sanders, pero el balance es negativo. Incluso en los países donde los sindicatos son bastante fuertes aún, como Bélgica, Finlandia, Suecia, los países escandinavos en general, no se ven cambios sustantivos y parece que en alguna medida también han claudicado. No veo planes para combatir la desigualdad, y por eso la desigualdad continúa aumentando, porque la estructura de condiciones que subyace a ella no ha cambiado.
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