IV. Nuevas interpretaciones
Aparte de la gran tarea de publicación de los textos de la que se ocupará la nueva investigación, por otro lado está la producción de una amplia gama de estudios individuales. Peter de Klerk ha hecho una lista de lo publicado desde 1971 en la bibliografía calviniana del Calvin Theological Journal . Es sorprendente que mucho de la investigación reciente la mitad de los textos sean notas a pie de página, las cuales con frecuencia se refieren a un gran número de trabajos que no están al alcance del lector. Además, no faltan estudios con tesis específicas que no pueden sostenerse más que como hipótesis. Tres eruditos han presentado un trabajo en el que reclaman que, debido a la falta de documentos su esfuerzo no es más que “un experimento que no responde muchas preguntas”. 25Existen también muchos textos que prueban con dificultad lo ya conocido. Como sucede en otras ciencias, parece que también aquí, más allá del mencionado problema lingüístico, están aumentando los tópicos especializados reservados sólo a grupos muy reducidos de expertos, mientras que el número de quienes ignoran estas materias aumenta incluso en círculos teológicos medios. No tengo solución para estos problemas, sólo una pregunta que los expertos deben responderse a sí mismos: ¿a quién sirven con su duro esfuerzo? En mi opinión, esto puede ser respondido de manera relevante cuando en su celo por entender a Calvino, ellos se dejan “contaminar” por él, al grado de que piensan, con Calvino, esto es, que comprenden a este falible mensajero que Dios ha colocado ante él y nosotros. Calvinus Praeceptor Ecclesiae (Calvino, preceptor de la Iglesia) es el título de la reunión de ponencias de uno de los últimos simposios de calvinólogos. Pero, ¿Calvino fue realmente reconocido y tomado en serio como maestro de la Iglesia?
Pero no resulta agradable interrogar críticamente a la nueva generación de investigadores. Por otro lado, uno tiene que reconocer, respetuosamente, que de este modo, en muchas direcciones y formas, incluso escondidas, Calvino y su mundo son iluminados con una especie de luz distintiva y brillante. Y así es como ese mundo llega hasta nosotros. Vemos a Calvino en sus relaciones con Martín Bucero, 26Bernardo de Clairvaux, 27Melanchthon, 28Lasco 29y sus colegas de Ginebra, 30Agustín, 31Pighius, 32o el rey Segismundo Augusto von Polen, 33y muchos más. Lo vemos también como un joven, 34en sus relaciones con las mujeres, 35los niños y los jóvenes, 36los bautistas 37o con la filosofía griega. 38Obviamente, nos es presentado especialmente como un teólogo y como alguien ocupado con asuntos teológicos tales como la hermenéutica, 39la antropología, 40la doctrina de la predestinación, 41la mediación de la salvación, 42la escatología, 43la doctrina 44y la oración. 45
No tenemos que completar la enorme lista de contribuciones. De hecho, todos estos estudios no están completamente de acuerdo con los demás y tampoco se refieren el uno al otro. Sin embargo, podríamos ponerlos juntos como un rompecabezas y así no tendríamos un poco del reformador ginebrino y su trabajo ante nosotros.
Más iluminador que resaltar la literatura sobre Calvino es ahora el hecho de que su imagen y su teología han comenzado a cambiar con la reciente disponibilidad de sus sermones y comentarios bíblicos. Para decirlo de otra manera: mientras que en otras épocas Calvino era visto a la luz de la Institutio y en el contexto de estos escritos polémicos, hoy los investigadores comienzan a leerlo principalmente en sus sermones e interpretaciones bíblicas. No tanto el maestro de dogmática, sino el exegeta es quien se está acercando a nosotros. Con todo, no es la Institutio sino las interpretaciones bíblicas las que fueron el sujeto de sus conferencias teológicas, rescatadas por amanuenses oficiales, que se publicaron después. La instrucción teológica significaba, para él, exposición de la Sagrada Escritura. Pero lo mismo sucedía con los sermones. Él la presenta como doctrina, la cual, según Victor d’Assonville, significa comunicación encargada por Dios, para distinguirla del dogma como enseñanza humana. 46El sermón y la conferencia no son lo mismo, aunque para Calvino no eran diferentes en principio. Las conferencias eran breves preparaciones para los sermones, en los cuales se expresaba lo mismo pero con más detalle, más ilustraciones, mayormente dirigido todo a los oyentes. Ambos, el sermón y la conferencia se correspondían, según la doctrina de Calvino acerca del oficio profético en la iglesia. Y son justamente estos textos los que recientemente apelan más fuertemente que antes para la comprensión de la teología calviniana. Debido a ello, su enseñanza se presenta a sí misma quizá no de una manera diferente sino de una nueva luz, en una hábil interacción, por un lado, de observaciones que se enfocan precisamente sobre el texto en cuestión y, por otra, en afirmaciones que hablan concretamente a sus oyentes o lectores concretos.
Max Engammare, por ejemplo, se ocupa de trabajar la interpretación que Calvino hizo del Génesis. 47Según él, la figura de Abraham es ejemplar y reconfortante para el reformador de Ginebra. Muestra que Calvino se veía a sí mismo y en su vida entera como un refugiado y de esa manera se dirigió al resto de la gente: a los oprimidos en Francia que esperaban el establecimiento del señorío de Cristo en su país; a quienes tenían que dejar sus países de origen a causa de la persecución y a algunos de los que llegaron a Ginebra; y a aquellos que debían aprender los desafíos de la fe a través de estos hermanos y hermanas en la fe. Wilhelmus H. Th. Moehn, en el contexto de su edición de los sermones calvinianos sobre Hechos 1-7, se refirió especialmente a Abraham como “el padre de la iglesia de Dios”. 48Moehn, mientras trabajaba este asunto, tuvo en mente la figura de Abraham tal como la entendió Calvino en el Génesis. Según Calvino, Abraham es el modelo para el camino en el cual la fe verdadera y el discipulado obediente se corresponden de manera inseparable. Y junto con Abraham, Calvino también tuvo en mente el problema del nicodemismo , es decir, la actitud de quienes teniendo una fe evangélica niegan su fe para adaptarse externamente a la mayoría con otra orientación. Basado en el hecho de que Abraham vivió entre paganos en Canaán, advierte la tarea de los ginebrinos nativos para “salir”, no de la ciudad o sus vecinos, sino de ellos mismos. Al mismo tiempo, al referirse al cuidado de Abraham sobre su descendencia, Calvino enfatiza que el amor cercano debe expandirse hasta abarcar las generaciones subsecuentes. Veo esta clase de obras como una indicación prometedora de todo lo que vendrá a la luz cuando los sermones y las exégesis de Calvino sean más accesibles.
Versión de Leopoldo Cervantes-Ortiz
1. A. Ritschl, Geschichte des Pietismus. Vol. I, Bonn, 1880, pp. 61-80.
2. D. Bonhoeffer, Ethik . Munich,1958, p. 43.
3. Cit. por Kaegi, Jacob Burckhardt. Bd. 5, 1973, p. 90.
4. S. Zweig, Castellio gegen Calvin oder ein Gewissen gegen die Gewalt , 1936.
5. K. Barth, Die Theologie Calvins, 1922. Zúrich, 1993, p. 163.
6. E. Troeltsch, Gesammelte Schriften. Tübingen, 1912, vol. I, p. 713. Sobre Biéler, véase la nota 63.
7. Ibíd ., p. 721.
8. C. Hodge, Discussions in Church Policy. Nueva York, 1878, pp. 104-106.
9. A. Kuyper, Calvinism. Six Stone Lectures (1898). Grand Rapids, 1931.
10. W. Stanford Reid, “Early critic of capitalism” (II), en R. Gamble, ed., Articles on Calvin and Calvinism. Vol. 11. Nueva York-Londres, 1992, p. 169.
11. Calvinus Praeceptor Ecclesiae . Papers of the International Congress on Calvin Research , Princeton, 20-24 de agosto de 2002, ed. Por H. Selderhuis, Ginebra, 2004, pp. 233-264.
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