El volumen de discusión dedicada a la correcta comprensión de la eucaristía en la primera edición de la Institutio Christianae Religionis de 1536 muestra que este fue, en ese momento, el punto más importante de controversia con la iglesia católica. En la última edición de la Institutio en 1559, la cual creció bastante, la crítica se amplía a la disputa sobre la comprensión de la Iglesia, y de ella se ocupa en una tercera parte de toda la obra. Uno podría decir que este es el tema de la segunda generación de reformadores. Incluso si Wilhelm Neuser está en lo cierto cuando afirma que la composición y estructura de las cuatro partes en la edición de 1559 es confusa en el detalle, 16es muy claro, en mi opinión, que Calvino en las tres primeras partes desea hablar de Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y que en la extensa cuarta parte se ocupa de la Iglesia, la cual es parte de los medios externos mediante los cuales Dios nos introduce a la fraternidad con él y con los demás. En esta parte de su libro Calvino discute ampliamente la doctrina católico-romana de la Iglesia. Resulta excitante que él trabaje el mismo material usado por su contraparte, aunque interpreta el material de manera distinta en los aspectos formales y sustantivos. Aborda aquí la sustancia de la doctrina católica sobre la Iglesia, para demostrar que esta doctrina ya no puede justificar el sistema papal de organización. 17No me parece que podamos encontrar una contribución sustantiva a este problema en el luteranismo de esa época. Para Calvino, éste era un asunto fundamental.
Según el punto de vista común católico y calvinista, Cristo es el mediador entre Dios y la humanidad mediante un triple oficio, esto es, sacerdote, rey y profeta. Pero, a diferencia del punto de vista católico, Calvino subraya que Cristo está vivo y, por ende, él no ha cedido ninguno de sus oficios a las instituciones eclesiales ni intenta hacerlo. Su relación con la Iglesia es como la de la cabeza con el cuerpo y no existen cabezas sustitutas. Sólo él gobierna la Iglesia y ésta es una comunidad de hermanos y hermanas, conectados todos con él y entre sí con un mutuo intercambio, tal como lo expresa el Catecismo de Ginebra de 1545. 18Cada miembro participa de la cabeza, pero como un miembro más de su cuerpo. Todos los cristianos participan sin la mediacón de sacerdotes humanos, directamente por la fe en Cristo, como declara la Segunda Confesión Helvética (1566). 19De esta manera, todos los creyentes participan en los tres oficios de Cristo por la fe, 20y muestran esto en su actividad confesante, como dice Zwinglio en su Declaración de Fe de 1530. 21Los líderes humanos de la comunidad eclesiástica son solamente miembros del cuerpo de Cristo, también, y no cabezas de la Iglesia. Muestran esto, además, en que los tres oficios bajo su liderazgo son distribuidos en diferentes personas que dirigen colectivamente a la Iglesia. Así, esos oficios, que son ejercidos por el gobierno de la Iglesia, reciben un nuevo sentido en contraste con la iglesia católico-romana. Los pastores corresponden a la enseñanza profética de Cristo y ellos no son todos sacerdotes, en lo que quizá es la divergencia más profunda con la perspectiva católica. Los ancianos corresponden al oficio real de Cristo, pues tienen la tarea de dirigir la comunión y llevar a cabo la cura de almas, pero no son los soberanos de la Iglesia. Y el servicio de los diáconos hacia los pobres corresponde al oficio sacerdotal, el cual Cristo cumplió de una vez por todas en la cruz.
Pero la investigación actual sobre Calvino escasamente trabaja la cuestión en la que el reformador encontró la principal diferencia con el catolicismo de su época, aunque pienso que su punto de vista es todavía muy importante hoy, cuando los pastores reformados parecen desempeñar el papel de sacerdotes, mientras que los luteranos están un poco en aprietos debido a que su concepto de justificación ya no se encuentra separado del católico. No estoy diciendo con ello que la doctrina sobre la Iglesia fue el centro de la teología de Calvino. Preferiría describir el centro de su teología con la tesis que expone en su comentario a Jeremías: Ubi cognoscitur Deus, etiam colitur humanitas, es decir, “Adonde Dios es tomado en serio, allí hay una preocupación por la humanidad”. 22Esta afirmación muestra puntualmente la preocupación de Calvino contra la tendencia de la teología luterana de olvidar la diferenciación entre la deidad de Dios y nuestra humanidad, a causa de la deidad y humanidad de Cristo, en vez de colocar esta diferencia en preeminencia.
III. Ediciones
Pese a todas las apariencias, la investigación actual sobre Calvino no está trabajando tales cuestiones fundamentales. Para decirlo positivamente: la investigación está comprometida fuertemente con la intención de descubrir un Calvino nuevo, y uno podría decir que lo está haciendo en múltiples pasos pequeños. Lo primero y fundamental, e incluso estrechamente relacionado con esto, es publicar todos los textos de Calvino, incluso los inéditos, y hacerlos accesibles a todos. Es verdad que textos no muy importantes no han sido impresos desde el siglo XVI, o que los divulgados desde Leiden en el siglo XVII no han sido reeditados, o nunca se imprimieron del todo. Aparte de la Institutio , disponible en diversas ediciones, existen muchos textos que fueron publicados en los siglos XIX y XX en el idioma original o en tradu-cciones: comentarios bíblicos, cartas y también docmentos polémicos. La publicación más importante y voluminosa es la Calvini Opera , iniciada en 1887, en 59 volúmenes, en su idioma original. Después apareció la edicion pequeña, Calvini Opera Selecta , editada por Peter Barth y Wilhelm Niesel, entre 1929 y 1936. Pero en las ediciones más viejas había a veces lagunas, mientras que algunas ediciones tenían deficiencias científicas, como la de comentarios bíblicos en latín de August Tholuck, de mediados del siglo XIX. Están apareciendo nuevas ediciones que intentan, por un lado, ofrecer textos científicamente bien hechos y, por otro lado, llenar lagunas. Para el seguimiento de las nuevas ediciones es indispensable el libro de Michael Bihary, Bibliographia Calviniana. Calvins Werke und ihre Übersetzungen. Praga, 2000.
Una ausencia notable ha sido cubierta desde 1961 por la colección titulada Supplementa Calviniana. Sermons inédits . Dicha colección planea presentar 600 sermones inéditos, pues, de hecho, Calvino predicó alrededor de 2400 sermones. 23Esta edición comprenderá aproximadamente 15 volúmenes. Cada sermón ocupa 10 páginas escritas en francés antiguo, y demuestra cómo trabajó Calvino la interpretación de las Escrituras en la Cristiandad antigua, en la iglesia medieval y en la exégesis judía. 24En cuanto a sus comentarios bíblicos en el idioma original, aún dependemos de la Calvini Opera , con más de un siglo de antigüedad, la cual está siendo reeditada: los textos básicos son la última edición de cada obra impresa en vida de Calvino o la última vesión examinada por él. La Ioannis Calvini Opera Omnia , publicada en la Librarie Droz de Ginebra, editada por ocho prestigiados calvinólogos, fue enriquecida con referencias literarias y notas. Hasta ahora han aparecido ocho volúmenes. Contiene también la edición del Comentario a los Romanos del investigador inglés Thomas C.H. Parker. Se trata del comentario que elaboró Calvino con sumo cuidado en Estrasburgo en 1539, que revisó en 1551 en Ginebra: es decir, su primer comentario bíblico.
En vista de la dificultad que tiene mucha gente para comprender los idiomas clásicos, no sólo el francés antiguo, pero más aún el latín en que Calvino escribió tan brillantemente, la accesibilidad de sus textos en sus idiomas originales es muy reducida, incluso para estudiosos bien entrenados. El resultado es que esos textos son accesibles sólo para un limitado círculo de expertos. Sería necesario estar muy familiarizados con los idiomas que Calvino dominó para entender su “rico estilo y su refinada argumentación teológica”. Pero esto significa que “quienquiera que desee dejar hablar a Calvino tiene que traducirlo”, como afirma Christian Link en el prefacio a Calvin-Studienausgabe, el cual ha editado junto con otros desde 1994. En esta edición, algunas piezas diferentes y representativas de la teología de Calvino, que no habían sido traducidas antes, aparecen en dos idiomas, el original y en alemán. Han aparecido cuatro volúmenes y se espera pronto el Comentario a los Romanos . Parece que en el futuro tales traducciones serán más y más necesarias debido al escaso conocmiento de las lenguas clásicas. Las traducciones al inglés están surgiendo también.
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