La tinta en su piel
D.R. © Libros del Marqués, 2020.
D.R. © Ana Goffin, 2020.
D.R. © Imagen de forros: Yuri Zatarain, 2020.
D.R. © Diseño interiores y forros: Textofilia S.C., 2020.
Libros del Marqués
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Col. Tlacoquemecatl del Valle,
Del. Benito Juárez, Ciudad de México.
C.P. 03200
Tel. (52 55) 55 75 89 64
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Primera edición.
ISBN Edición Impresa: 978-607-8713-04-2
ISBN Edición Digital: 978-607-8713-20-2
Diagramación digital: ebooks Patagonia
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ÍNDICE
Prólogo PRÓLOGO Caí por casualidad en su vida. Estábamos terminando de comer en un restaurante con un buen número de personas y en la gran mesa no quedamos ni un poco cerca. Al terminar, caminamos a la salida del lugar y en unos pasos empezamos a platicar antes de subir a la camioneta, nos sentamos juntos. Me preguntó algo sobre las manchas de mis manos. De repente no imaginas cómo un tema tabú para ti mismo se convierta en la primera charla de alguien a quien apenas conoces. Le dije cómo estas manchas llevan años conmigo, y es una enfermedad llamada vitíligo. Curiosamente mis manos son mi herramienta de trabajo. Yo soy pintor y las veo todo el tiempo. Como el resultado erróneo de una perfección siempre buscada en todo, incluso en mi vida, son una lucha constante por estar enfadado contigo mismo. Sin embargo, un día comencé a imaginar mi camisa abierta todo el tiempo, para mostrar mi pecho, dejé de ver las manchas y noté la belleza de mi cuerpo. Así desaparecieron. ¿Estará relacionado quizá con un tema de vergüenza, más que con lo que imaginamos y la manera en que nos ve la gente? No lo sé aún. Hoy siento que el verdadero amor en tu vida debes ser tú mismo. Algunas veces puede llevarte poco tiempo, quizá toda la vida. Mejor empecemos y valorémonos desde hoy. ¿Y por qué no? Enamorarnos de nosotros mismos. Justo así, le mostré mis manos a Ana, y ella me aseguró cómo escribió una parte de su libro inspirado por una amiga con el mismo padecimiento. Quedé sorprendido, pues antes de esta plática pensaba que nadie notaba las manchas en mis manos. Ya eran tan evidentes y cualquiera podría verlas, aunque a veces nosotros mismos no lo veamos. Este es el gran secreto del escritor: encuentra en un segundo la inspiración y la historia a contar, misma que cambiará su vida y probablemente la nuestra. Ella es Ana Goffin y este es su libro, pero también es tuyo. Disfrútalo y disfruta también encontrarte contigo mismo. Enamórate de ti y de la tinta en tu piel. Yuri Zatarain
La tinta en su piel
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Tan sólo un relfejo
Videmus nunc per speculum in aenigmate
Puella notatis
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Epílogo: La boda
Para todos aquellos que intuyen
que nacimos para imaginar.
Con toda mi gratitud
a los que amo y a los que
han coincidido conmigo
de “casualidad”.
Mi amor por siempre:
Ana, María, Camila, Emiliano, Jorge y Leandro.
A mis ancestros.
PRÓLOGO
Caí por casualidad en su vida. Estábamos terminando de comer en un restaurante con un buen número de personas y en la gran mesa no quedamos ni un poco cerca. Al terminar, caminamos a la salida del lugar y en unos pasos empezamos a platicar antes de subir a la camioneta, nos sentamos juntos. Me preguntó algo sobre las manchas de mis manos. De repente no imaginas cómo un tema tabú para ti mismo se convierta en la primera charla de alguien a quien apenas conoces. Le dije cómo estas manchas llevan años conmigo, y es una enfermedad llamada vitíligo.
Curiosamente mis manos son mi herramienta de trabajo. Yo soy pintor y las veo todo el tiempo. Como el resultado erróneo de una perfección siempre buscada en todo, incluso en mi vida, son una lucha constante por estar enfadado contigo mismo. Sin embargo, un día comencé a imaginar mi camisa abierta todo el tiempo, para mostrar mi pecho, dejé de ver las manchas y noté la belleza de mi cuerpo. Así desaparecieron. ¿Estará relacionado quizá con un tema de vergüenza, más que con lo que imaginamos y la manera en que nos ve la gente? No lo sé aún. Hoy siento que el verdadero amor en tu vida debes ser tú mismo. Algunas veces puede llevarte poco tiempo, quizá toda la vida. Mejor empecemos y valorémonos desde hoy. ¿Y por qué no? Enamorarnos de nosotros mismos.
Justo así, le mostré mis manos a Ana, y ella me aseguró cómo escribió una parte de su libro inspirado por una amiga con el mismo padecimiento. Quedé sorprendido, pues antes de esta plática pensaba que nadie notaba las manchas en mis manos. Ya eran tan evidentes y cualquiera podría verlas, aunque a veces nosotros mismos no lo veamos. Este es el gran secreto del escritor: encuentra en un segundo la inspiración y la historia a contar, misma que cambiará su vida y probablemente la nuestra. Ella es Ana Goffin y este es su libro, pero también es tuyo. Disfrútalo y disfruta también encontrarte contigo mismo. Enamórate de ti y de la tinta en tu piel.
Yuri Zatarain
LA TINTA EN SU PIEL
Lo más profundo del hombre es su piel.
Paul Valéry
El primer antepasado recordado en mi familia es Hans Luff. Nació y vivió en Wittenberg, una próspera ciudad comercial desde el siglo xvi. Aunque no tenemos ningún retrato suyo, me gusta imaginarlo pálido y delgado, con un discreto bigote rubio, caminando con pasos lentos sobre uno de los puentes que cruzan el río Elba. Quizá más de una vez lo atravesó con un ramo de flores en la mano, ansioso y emocionado antes de encontrarse con su amada.
En 1502, apenas ocho años después del nacimiento de mi tátara tatarabuelo Hans, se fundó la Universidad de Wittenberg, dando un gran impulso a la educación y florecimiento artístico de la ciudad, que hasta entonces sólo contaba con un modesto centro comercial en el corazón de Alemania. Cuando el abuelo Hans comenzó a ganarse la vida, eligió el oficio de impresor, elección que lo llevó a ocupar un modesto lugar en la historia y atrajo el mal para su familia. Nunca imaginó las situaciones inexplicables sufridas por sus herederos.
Con el tiempo, puesto que era inteligente y responsable, adquirió una gran destreza en su trabajo y llamó la atención de Martín Lutero, quien impartía clases de Teología en la universidad. Lutero le confió la primera impresión completa de la Biblia. Desde entonces, a Hans Lufft se le conoció como “el impresor de la Biblia” y en los siguientes cuarenta años imprimió más de cien mil ejemplares del libro sagrado. Es irónico saber que el invento que llevó a la ruina a Gutenberg fue la base de la riqueza de mi familia.
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