Implica gran pericia y formación por parte del entrevistador, en lo técnico–teórico y en las actitudes de interacción para que pueda desarrollar el reconocimiento y la escucha hacia el otro. También le exige autoconocimiento para poder trascender hacia una comunicación más efectiva intra e interpersonal.
Por otra parte, también es crucial no perder nunca de vista la importancia de la capacidad de autoobservación del profesional de la entrevista, la apertura que debe tener a la retroalimentación y el dominio de los componentes éticos de la entrevista, como por ejemplo la confidencialidad.
El profesional, también, debe buscar en sí mismo la definición de su propia filosofía en cuanto a su concepto de ser humano, el cual, sin duda, determinará la acentuación hacia la que se inclinará en su papel como entrevistador; por ejemplo, en la dimensión médica o clínica se centrará más en las técnicas. En un enfoque más humanista–existencial se resaltará el papel de la interacción interpersonal en la búsqueda de los resultados por medio del encuentro.
De manera independiente, hoy por hoy, la entrevista sigue siendo una excelente herramienta en todos los ámbitos por la gran utilidad que tiene en cuanto a que, en poco tiempo, se obtiene la información necesaria de acuerdo con el objetivo, pero de igual manera puede convertirse en un encuentro interpersonal muy provechoso en donde dos personas reales pueden relacionarse de forma potencialmente creativa logrando, con ello, una experiencia trasformadora.
REFERENCIAS
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La entrevista como experiencia relacional
MARTHA BEATRIZ TAMEZ CARDONA
GABRIELA SERAFÍN VÁZQUEZ
El proceso de entrevista en las diversas profesiones de ayuda facilita la obtención y comprobación de datos y posibilita un espacio de interacción y apertura a la escucha (Keats, 2009). Supone, además, la obtención de información y la interacción comunicativa al momento del encuentro con el entrevistado, en donde ambos ponen en acción actitudes, sensaciones, silencios, emociones, gestos, palabras y simbolismos.
La experiencia de entrevistar es, en sí, un acto relacional concerniente al diálogo entre dos que se vinculan y crean una nueva conexión que permite lograr los objetivos propuestos. Por lo que, en el presente capítulo, buscamos alertar al lector acerca de los diversos elementos explícitos e implícitos que suceden en el continuo de la interacción entre entrevistado y entrevistador.
De igual forma, abordamos la entrevista como relación de ayuda, pues el éxito de este encuentro radica en el tipo de relación que el entrevistador propicia y, por último, ofrecemos una revisión de la entrevista desde el paradigma de la complejidad para enriquecer la visión y tratamiento del conocimiento del entrevistado; comprendiendo que el entrevistador no solo atiende lo que literalmente se le dice sino advirtiendo que es indispensable conocer la forma en que el entrevistado se comunica verbal y corporalmente, sus contradicciones, subjetividades e interpretaciones.
INTERACCIÓN COMUNICATIVA
La interacción comunicativa es el proceso por el cual el entrevistador y el entrevistado mantienen un diálogo o transferencia de información (Herrero, 2012). Es importante comenzar diciendo que consideramos que la entrevista es un acto comunicativo con una validez lingüística sujeta a tres ciclos:
1. La manifestación de la vivencia a través de la experiencia.
2. La relación manifiesta entre emisor y receptor.
3. El reconocimiento de las acciones inmersas en la relación comunicativa (Habermas, 1987).
Cada uno de ellos dentro de una interacción dinámica, en la que, menciona Kagan (1973), el entrevistador incita al entrevistado “a hablar sobre las actitudes no expresadas, las intenciones, los sentimientos, los pensamientos” (p.49). Es decir, al hablar de una interacción activa queda de manifiesto que el entrevistador busca más allá de las palabras dichas literalmente por el entrevistado, descubrir lo que comunica también de forma velada sobre sus ideas, estado anímico, actitud, entre otros.
Lo experimentado durante la entrevista da preámbulo para iniciar la relación; el entrevistador busca comprender lo que expresa el entrevistado a través de la atención, cortesía, conducción, apertura y escucha, así como reconocer las acciones entre ambos, las cuales dan lugar a la interacción.
En este acto comunicativo, el lenguaje es un medio de entendimiento en donde hablantes y oyentes negocian la definición de cada situación bajo tres criterios:
1. El mundo objetivo, es decir, lo que se dice puntualmente.
2. El mundo social o la interpretación sociocultural que se hace de lo que se dice.
3. El mundo subjetivo, que se refiere a la forma particular de expresión y comprensión de cada sujeto, según sus propias vivencias (Habermas, en Garrido, 2011).
Cabe agregar que, en esta interacción comunicativa, no solo tenemos el lenguaje como medio de entendimiento, también hemos de reconocer lo que comunican los gestos, silencios, las pausas, posturas y los tonos de los entrevistados. En la interacción, ambas dimensiones se retroalimentan, verbal y corporalmente.
Para generar mayores pautas de comprensión en la interacción comunicativa es importante detenernos un poco más en el proceso de comunicación. Como lo menciona Bateson (1980), son las dinámicas relacionales las que, en gran medida, determinan el juego de roles, las creencias y esperanzas presentes en cada una de las personas. A partir de ello, las investigaciones sobre la teoría de la comunicación adoptaron un enfoque sistémico donde toda conducta era concebida de manera relacional y representaba una forma de comunicación.
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