–¿Y cuáles han sido las especies de humanos más próximas a nosotros? –preguntó Julio impaciente.
–Todas las opiniones cuentan, Julio. Hoy tu opinión no es importante pero tal vez mañana sí. En fin, como quiera que haya sido, estamos aquí sobre la rugosa superficie terrestre.
»Las dos especies humanas más recientes en nuestro árbol genealógico son el hombre de Neanderthal y el Homo sapiens.
»Los hombres de Neanderthal tenían un cerebro más grande que el nuestro...
–¿Más grande? Entonces… ¿eran más inteligentes? –se extrañó Julio incrédulo.
–No debía ser así porque se extinguieron. Parece que el tamaño no es lo más importante, sino su rendimiento, la transmisión de la cultura y los conocimientos adquiridos por algunos individuos al resto de la especie. Recientes investigaciones postulan que este hombre era una especie diferente a la nuestra, pero se han encontrado restos de ADN neandertal en europeos modernos.
»El Homo sapiens, a cuya especie pertenecemos, tuvo tal vez una mejor adaptabilidad al ambiente y parece que acabó con los neandertales. Éramos más ágiles, hábiles e inteligentes, y tal vez más agresivos y resistentes a las enfermedades. Los neandertales estaban mejor adaptados al frío, eran más macizos, más fuertes, con la nariz más ancha, pero no pudieron competir con nuestros antepasados –Manuel se levantó del sillón dando pequeños pasos mientras hablaba–. Antes de seguir, hagamos un parón momentáneo para ver la división en «eras geológicas» que hace la ciencia del tiempo transcurrido en nuestro planeta, desde su formación hasta hoy.
–Eso es un rollo tremendo –protestó Julio–; son un montón de cifras y nombres imposibles de recordar.
–Ya lo sé; parecen muy aburridas y difíciles de memorizar, pero lo más importante es que te quedes con lo esencial. Y para lograrlo lo mejor es asociar cada era con lo más relevante ocurrido en ella, las especies animales aparecidas o las extinciones. No es tan difícil si pones un poco de interés y tomas apuntes.
–Está bien tío, adelante –se resignó Julio empuñando un bolígrafo y abriendo un bloc que había llevado «por si acaso».
–Primero voy a hablarte de las eras geológicas.
»Se llaman así porque son las divisiones que se han hecho en el desarrollo del planeta. En estas eras, la geología y la zoología van unidas de la mano en la paleontología, pues dependiendo de los ambientes y ecosistemas que iban apareciendo, así también se modificaban las especies animales. ¿Te das cuenta Julio? Toda la vida del planeta depende de los cambios geológicos y climáticos, incluso nosotros.
–Entonces, ¿si cambia la Tierra, si cambia el clima, nosotros cambiaremos?
–No lo dudes. A pesar de que el ser humano puede vivir en cierta manera independientemente del clima gracias a su inteligencia y, ahora, gracias a la tecnología, si desaparecen los animales y las plantas ¿de qué íbamos a vivir hasta que aparecieran nuevos animales y nuevas plantas? No quiero pensar que la solución sea la de la película Soylent Green, traducida en España con el título Cuando el destino nos alcance.
–No la conozco.
–Claro Julio, ya tiene casi medio siglo, pero te recomiendo que si puedes localizarla en Internet la veas, es escalofriante.
–¿Es de miedo? No me gustan mucho, luego sueño cosas raras.
–No es de esas, pero debería darnos miedo. Trata de un futuro donde el cambio climático ha agotado las plantas y los animales.
–¿Y de qué viven las personas?
–Pues esto es lo más horrendo, del «Soylent Green» un compuesto en pastillas que se vende diciendo que proviene del plancton marino.
–¿Y no es verdad?
–No Julio. El protagonista, Charlton Heston, muy famoso en aquella época, descubre que este producto se fabrica principalmente con cadáveres humanos.
–¡Qué horror! ¡Qué asco! –Julio se agitó en su sillón.
–Era una especie de canibalismo simulado. En fin, esperemos no llegar a eso.
»Como te iba diciendo, si aparecieran nuevas plantas adaptadas a las cambiantes condiciones, ¿serán comestibles o venenosas para nuestro organismo? Tal vez nos extinguiríamos.
–Confiemos en que eso no ocurra, aunque al paso que vamos contaminándolo todo…
–Bien Julio, espero que vuestra generación, cuando gobierne, sea más inteligente que la nuestra. Prosigamos, las eras se dividen en:
»Era Arcaica o Precámbrica: Desde unos 4500, hasta 570 millones de años atrás, esta era que duró casi 4000 millones de años desde la formación rocosa de la Tierra hasta el que podríamos llamar el «estallido» de la vida en los mares. A finales de este período, hace unos 700 millones de años, aparecieron los primeros seres pluricelulares (las plantas), luego los primeros animales, gusanos, medusas, almejas, en el seno de las aguas. A lo largo de esos miles de millones de años la ciencia asegura que se dieron las facilidades necesarias para la formación de la primera célula viva. Recuerda que «arcaica» significa muy antigua, y «precámbrica» que está antes que la cámbrica.
–Sí, eso es fácil de recordar. Resumiendo, la era Arcaica o Precámbrica abarca desde la formación del planeta hasta los primeros animales marinos.
–Exacto, eso es lo más importante. Ahora vamos a por la segunda era:
»Era Paleozóica: Ten en cuenta que «paleo» viene del griego y significa «antiguo», y «zoica» significa «de animales», por lo tanto la era Paleozoica es la «era de los animales antiguos». Se subdivide en seis períodos, dependiendo de los fósiles encontrados en sus diferentes estratos:
»Cámbrico: Desde 570 a 505 millones de años. En ella aparecieron multitud de nuevas especies marinas, peces sin mandíbulas, crustáceos, etc.
»Ordovícico: Desde hace 504 hasta 437 millones de años.
–¿Y qué significa este nombre tan raro?
–Es un capricho de quien podríamos llamar el «descubridor» de este período geológico. Se trata del inglés Charles Lapworth, que a finales del siglo XIX estudió estos estratos al Norte de Gales en Gran Bretaña, donde en la antigüedad vivía una tribu celta llamada «ordovices» y tuvo la ocurrencia de ponerle este nombre en recuerdo de aquellos pobladores de la región.
–Entonces ¿no tiene nada que ver con lo que pasaba en ese período?
–En absoluto. Solo es una especie de homenaje a una tribu británica desaparecida.
»Continuemos, ahora le toca al… Silúrico; de hace entre 436 y 408 millones de años. En ese período aparecieron las plantas terrestres, los insectos y los anfibios.
»Devónico: De hace entre 409 y 362 millones de años. Aquí aparecieron los peces con mandíbulas, los celacantos y el tiburón, especies que aún viven.
–Pues sí que son viejos –dijo Julio con una sonrisa.
–Prosigamos Julio.
»Carbonífero: De hace entre 361 y 290 millones de años; en este período se formaron los grandes bosques que luego dieron lugar a los depósitos de carbón.
»Pérmico: de hace entre 289 y 246 millones de años. Aquí aparecieron los reptiles.
–¿Ves tío? Ya empezamos a liarnos con las cifras.
–Sí, lo sé, pero no es importante que te las aprendas de memoria. Luego, al final, haremos un resumen más sencillo de recordar. Sigamos:
»Era Mesozoica: Significa más o menos «animales de antigüedad mediana», que a su vez se subdivide en tres períodos:
»Triásico: De hace entre 247 y 213 millones de años; aquí empezaron a aparecer los precursores de los dinosaurios.
»Jurásico: De hace entre 212 y 144 millones de años. Esta era famosa por las películas que pusieron a los dinosaurios de moda. Efectivamente, es en este período cuando estos seres alcanzaron su mayor desarrollo, ocupando todos los nichos ecológicos de la tierra, el mar y el aire. Eran los auténticos dueños del planeta. Aquí aparecieron también las primeras aves primitivas.
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