A.14 Eres paciente, amoroso y amable. Has entrado en el tiempo de la sensibilidad. Empiezas a escuchar lo que tus sentimientos te están diciendo sin las interferencias y las advertencias de tu mente pensante. Empiezas a confiar, y al empezar a confiar, empiezas a extender quien eres. Empieza a producirse el verdadero dar y recibir en un solo acto. Has entrado en la Relación Santa.
A.15 La labor de los facilitadores de esta clase de encuentros de corazones abiertos es la de redirigir al lector para que se aleje de la mente egoica, de modo que pueda volver a la plenitud de corazón o mente Crística. “¿Cómo te sientes?” es una pregunta más apropiada que: “¿Qué piensas?”. Es más apropiado compartir experiencias que compartir interpretaciones. Es más apropiado compartir procesos que compartir resultados. Los facilitadores evitarán que los lectores procuren encontrar una única interpretación correcta, ya que la única interpretación correcta es la que proviene del sistema de guía interno, propio de cada lector. Los asistentes a los grupos se irán sintiendo menos competitivos o interesados en afirmar sus creencias a medida que les vaya quedando claro que, a diferencia de otras situaciones de aprendizaje, aquí no existe una respuesta correcta ni un conjunto concreto de creencias a adoptar. El estudiante empieza a trascender la necesidad de creencias compartidas para llegar a la convicción y la autoridad personales.
A.16 ¿Es posible que los estudiantes se confundan? En otras palabras, aunque no haya ninguna respuesta “acertada” o interpretación correcta, ¿puede quizás haber respuestas “equivocadas” o interpretaciones inexactas? Ésta es una cuestión de unidad o separación, más que de correcto o incorrecto. En unidad y relación, cada persona no sólo es capaz de recibir la respuesta, sino que inevitablemente la recibirá y llegará al entendimiento o interpretación que es “correcto” para ella.
A.17 A aquellos que no entran en la unidad y en la relación, no se los puede ayudar, no se les puede arreglar la vida y tampoco se les puede mostrar los errores de sus percepciones. Sus percepciones seguirán siendo ciertas para ellos, porque su mente les ha dicho que lo son, y su creencia en la supremacía de la mente ha anulado de forma temporal la apertura de su corazón. La necesidad de algunos de permanecer en la situación didáctica de respuestas “correctas” e “incorrectas” será fuerte. Muchos no serán disuadidos de la lógica que les dice que tienen que trabajar duro para obtener algo de valor.
A.18 Que quede claro: es en la aparente ausencia de dificultad de este Curso donde reside su dificultad. Renunciar a la dificultad a favor de la facilidad es más de lo que algunos egos están dispuestos a aceptar. Renunciar al esfuerzo a favor de la receptividad es más de lo que algunos son capaces de aceptar. ¿Por qué? Porque es demasiado difícil. Va en contra de todo lo que han aprendido y de la naturaleza de la realidad en la que la mente ha funcionado. Al centrarnos en el corazón, pretendemos sortear esta dificultad en la medida de lo posible, pero cada uno la sentirá en algún grado, precisamente el grado hasta el cual es capaz de abandonar la dependencia de aquello que cree que le ha funcionado en el pasado.
A.19 El camino del corazón es el camino del tiempo de Cristo. El tiempo del Espíritu Santo ha pasado. El tiempo del intermediario ha terminado. El mayor intermediario de todos ha sido la mente. Se ha interpuesto entre tú y tu propio saber interior, atrapada en un sueño de percepción.
A.20 Colectiva e individualmente, habéis llegado a un nivel de frustración hacia lo que se puede enseñar que ha sobrepasado sus límites. Tu estado de preparación se experimenta como impaciencia. Muchos son capaces de cabalgar sobre la ola de esta impaciencia de un modo nuevo. Otros necesitan batallar contra ella un poco más.
A.21 Para aquellos que están preparados para un modo nuevo, el tiempo de las batallas ha terminado. Ya no les apetece entrar en más debates; no les apetece que se les demuestre que tienen razón o que están equivocados; no les apetece escuchar las pruebas a favor de éste o de aquel planteamiento. Se han cansado del modo de funcionamiento de la mente. Están preparados para volver a casa, al camino del corazón.
A.22 El modo de aprender en el tiempo de Cristo trae consigo una nueva clase de pruebas, que quedan demostradas de manera clara y evidente cada vez que se muestra la voluntad de poner fin a la dependencia respecto de la mente egoica y dejar atrás el infierno del ser separado. Lo que se demostrará y se compartirá es la lógica perfecta del corazón, y que el abandono del viejo método no traerá la ruina sino que traerá en su lugar la sabiduría que cada uno sabe que siempre ha poseído.
A.23 Los facilitadores pueden contar con que esta demostración se dará, incluso cuando haya muchos en un grupo que siguen apegados al modo de funcionar de la mente pensante. La demostración surtirá efecto para aquellos que observan desde un lugar de unidad, aun cuando no surta ninguno para el lector que no puede hallar en sí mismo la manera de aceptar la unión. No hay motivo para demorar el movimiento del grupo ni para sentir nada que no sea dulzura hacia aquellos que en este momento no son capaces de aceptar el nuevo método. No se causará ningún perjuicio a nadie por la demostración que se dará del poco provecho que obtienen aquellos que no son capaces de recibir.
A.24 A través de la receptividad es como se revela la sabiduría inherente a ser quien eres en verdad. Ser quien eres en verdad, aceptar tu identidad verdadera, es la meta de este Curso y de este nivel inicial de lo que, en un sentido poco estricto, doy en llamar “programa de estudios”. Es oportuno recordar y ser recordado, en este nivel, que ser fiel a tu Ser no es cuestión de alcanzar un estado ideal, o un estado de identidad exactamente igual al de otro. Tampoco es cuestión de ser abnegado. Estas ideas también forman parte del desaprendizaje de este Curso, y es preciso rechazarlas.
A.25 Es natural entonces que los lectores se pregunten qué motivo habría para seguir esforzándose, y al preguntárselo lleguen de nuevo a la muy difícil transición que los aleja del esfuerzo. En la unidad, la perfección es la realidad. Tu realidad es la unión. Por ello, no hace falta esforzarse ni por la unidad ni por la perfección. La “respuesta” para los que necesiten retos, es el reto planteado en el llamamiento a residir en unidad y a expresar la divinidad de su naturaleza por medio de compartir en unión y relación. Este llamamiento se trata con mayor detalle en el desarrollo de los Tratados.
Introducción
I.1 Este curso fue escrito para la mente, pero sólo para dirigir la mente a apelar al corazón. Para dirigirla a escuchar. Para dirigirla a aceptar confusión. Para dirigirla a cesar su resistencia al misterio, su búsqueda de respuestas, y para girar su foco hacia la verdad y alejarlo de lo que sólo la mente puede aprender.
I.2 Lo que la mente aprende sólo reordena la realidad. La mente, entonces, se atiene a la nueva realidad como a un nuevo conjunto de reglas, sin ningún cambio. Ve la realidad a través de estos nuevos constructos mentales y llama “nuevo” a este modo de ver. Para apoyar su nueva realidad, debe insistir en que otros sigan estas nuevas reglas. La verdad, dice, ha sido hallada, y está “aquí”, en estas nuevas reglas, y no en aquellas antiguas. La mente te dirá, entonces, cómo sentirte, de acuerdo con sus reglas, y se resistirá a todos los modos de sentir, a todos los modos de ser que parezcan ir en contra de estas reglas, como si supiera, a causa de estas reglas, cómo son las cosas.
I.3 La mente hablará de amor, y sin embargo mantendrá el corazón prisionero de sus nuevas reglas, de sus nuevas leyes, y seguirá diciendo: “Esto es correcto” y “Esto es erróneo”. Hablará de amor y no verá su intolerancia ni sus juicios. Hablará de amor para ser servicial y con toda sinceridad, y sin embargo la misma lógica que usa, a pesar de ser nueva, hiere el corazón del más sensible, de aquellos más llamados al amor y a su dulzura. “Hago mal en sentirme así”, se dice a sí misma la persona de corazón sensible y, convencida de que otro sabe lo que ella no sabe, recubre su sensibilidad con protección.
Читать дальше