Reconozco que esta manera de definir la sabiduría puede no satisfacer plenamente a creyentes, filósofos y a quienes generalmente sospechan de la gente de ciencia, pero quedémonos aquí por un momento antes de pasar a una comprensión cristiana más matizada de la sabiduría.
Puesto que la ciencia implica criterios medibles, no basta simplemente con definir la sabiduría como el conocimiento experto en la práctica fundamental de la vida. Necesitamos algo más específico y que se pueda medir. Los investigadores del Proyecto Sabiduría de Berlín definieron y probaron cinco criterios que encajaban en su definición: conocimiento objetivo, conocimiento procedimental, contextualización a lo largo de la vida, relativización de valores y cómo gestionar la incertidumbre” 5. Los dos primeros, el conocimiento objetivo y el procedimental, se consideran criterios básicos porque reflejan el conocimiento necesario para la sabiduría, pero que no bastan por sí mismos. Los tres criterios restantes se refieren a la aplicación práctica del conocimiento a una situación concreta.
Podemos ilustrar estos cinco criterios con una anécdota banal, aunque la banalidad de la anécdota no se verá hasta el final. Hace bastantes años, nuestra gata Frisky, se escapó cuando acordamos quedarnos unos días con un perro. La “dueña” de Frisky era mi hija Sarah, aunque es cuestionable pensar que un gato pueda realmente tener dueño. Pensamos que Frisky simplemente estaba en el bosque cercano a nuestra casa y que regresaría después de los tres días en los que teníamos que cuidar del perro, pero no lo hizo. Después de diez días, al volver del trabajo, Lisa me dijo que había visto a Frisky muerta en la cuneta cuando volvía a casa desde la escuela de posgrado.
El primer componente de la sabiduría es el conocimiento objetivo. Mientras desconocíamos el paradero de Frisky, no había muchas posibilidades de avanzar hacia la sabiduría. Pero ahora, con lo que Lisa había contado, conocíamos los hechos y necesitábamos saber cómo actuar con sabiduría. La querida gata de nuestra hija estaba muerta y ella no lo sabía.
El siguiente componente de la sabiduría es el conocimiento procedimental . Cuando ocurre X, lo mejor que se puede hacer es Y. El conocimiento procedimental se consigue con el tiempo y la experiencia. Como crecí en una granja donde nunca hubiéramos pensado tener una mascota doméstica, no tenía ni idea sobre cómo actuar cuando se te muere tu mascota. Lisa, que se crio con uno o más perros en su casa, sabía mucho más al respecto. Ella me ayudó a comprender que lo mejor que se puede hacer cuando se te muere tu mascota en la carretera es traerla a casa y enterrarla. Así que, en aquella lluviosa tarde de otoño, después de que nuestras tres hijas estuvieran ya acostadas, Lisa y yo fuimos a buscar a Frisky, pusimos su cuerpo en una caja de cartón, cavamos un agujero debajo de un gran abeto Douglas y la enterramos. Seguramente, alguien dirá que el mejor conocimiento procedimental habría sido enseñarle a Sarah el cadáver de Frisky y dejar que lo tuviera en sus manos una vez más antes de enterrarlo, aunque en este caso no habría sido posible, porque Frisky no estaba muy presentable, y ni siquiera era claramente reconocible debido a que había empezado a corromperse —lo que será relevante más adelante.
En aquel momento, Sarah estaba en preescolar y era (y siempre ha sido) muy sensible, al ver el dolor ajeno sufre profundamente. Sabíamos que contarle lo de Frisky la afectaría muchísimo. También sabíamos que esta no sería la última vez que ella tendría que sufrir la pérdida y el dolor. Otro componente de la sabiduría es la contextualización a lo largo de la vida , que es reconocer que cada uno de nosotros vive su historia con un pasado, un presente y un futuro. En aquel momento no teníamos ni idea de que Sarah un día tendría que enfrentarse al fracaso involuntario de nueve años de matrimonio con dos niños pequeños en casa. Lo único que sabíamos era que la muerte de Frisky sería una gran pérdida y que más pérdidas vendrían después. Teníamos que decírselo.
El cuarto criterio para la sabiduría es la relativización de valores. No es pluralismo indiscriminado, sino saber que las decisiones más difíciles implican valores que compiten entre sí. En nuestro caso, nos hubiera gustado que Sarah no sufriera, lo que para unos padres es un valor a tener en cuenta. Los padres a menudo soportan dificultades por el bien de sus hijos. Al mismo tiempo, nos importa ser honestos y creemos que es importante hablar abierta y sinceramente con nuestros hijos. Esos valores rivalizaban, pero Lisa y yo sabíamos que era mejor que Sarah supiera lo que le había pasado a Frisky y permitirle sufrir su pena. Nos sentamos a ambos lados de su cama mientras le contábamos lo que había pasado, y luego cada uno de nosotros la asió de una mano o le pusimos la nuestra sobre el hombro mientras ella sollozaba y se retorcía de pena.
Cuadro 1.1
Sabiduría científica en acción
Veamos un caso procedente de la psicología de la sabiduría: una niña de catorce años quiere casarse. ¿Cuál es tu opinión y qué le dices?
Seguramente tienes el impulso de soltar un fuerte “¡NO!”, pero espera un momento. Vamos a considerarlo basándonos en los cinco criterios de la sabiduría según del Proyecto sabiduría de Berlín.
Conocimiento objetivo
Queremos saber algo sobre la chica. ¿Vive ella en nuestro tiempo? ¿Cuál es su origen cultural? Si es una niña de Nazaret que vivió hace unos dos mil años, es posible que lo veamos de diferente manera que si se tratara de una niña de Boston en el siglo XXI.
Conocimiento procedimental
¿Qué motivaciones tiene esta chica para casarse? ¿De cuánto tiempo dispone para tomar la decisión? ¿Vive en un tiempo y lugar en los que el matrimonio tiene más que ver con una función que con el amor, y si se trata de amor, quiere a la persona con la que está pensando casarse? ¿Hay en su vida tutores sabios que la ayuden a tomar una decisión así, o puede ella decidir por sí misma?
Contextualización a lo largo de la vida
¿Hay alguna razón por la que esté tratando de escapar de su situación cotidiana, tal como un hogar en el que se abusa de ella, o porque vive en la pobreza? ¿Le ayudará el matrimonio a superar las difíciles circunstancias de su vida, o simplemente las agravará?
Relativización de valores
¿Qué prioridades tiene para casarse? ¿Cómo encajan sus prioridades personales con el bien social más amplio? ¿Qué clase de valores universales relacionados con el bien propio, el de los demás y el de la sociedad han de tenerse en cuenta?
Gestión de la incertidumbre
¿Está preparada la niña para hacer frente a la incertidumbre de su futuro? ¿Estás preparado, como consejero, para hacerlo tú? ¿Cómo puede ella prepararse para un futuro incierto sea cual sea la decisión que tome, se case o no?
El último criterio es cómo gestionar la incertidumbre . La sabiduría requiere que dejemos a veces de buscar respuestas para enfrentarnos a las contradicciones, los misterios y las dimensiones desconocidas de la vida. En los días siguientes, Sarah ciertamente se enfrentó a su parte de incertidumbre y, consecuentemente, Lisa y yo también lo hicimos.
Varios días después de enterrar a la gata, Lisa y yo estábamos jugando a las cartas con unos amigos en el salón cuando nuestra hija más pequeña, Megan Anna, entró en la habitación y pronunció: “¡Mamá, papá, Frisky ha vuelto!”. Le aseguramos que Frisky estaba muerta y que no podía regresar, pero ante su reiterada insistencia salimos al porche trasero y, efectivamente, allí estaba Frisky, más delgada que de costumbre, pero definitivamente era Frisky. Todo indica que enterramos al gato muerto de otra persona.
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