Elena López - Dulce tortura

Здесь есть возможность читать онлайн «Elena López - Dulce tortura» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dulce tortura: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dulce tortura»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La vida de Kairi Baker se basaba en la misma monotonía de cualquier adolescente de diecisiete años. Jamás imaginó que el partir de la ciudad donde creció iba a ser el primer cambio de muchos en su vida. Cuando puso un pie en aquel pueblo escondido entre bosques oscuros y cielos grises, dio inicio a una venganza que arrasaría con todo lo que creyó conocer. Secretos saldrían a la luz; enemigos emergerían del pasado; el mundo que conoció no existiría más. Lazos invisibles, una fuerza sobrenatural y mágica, así como —¿también?– un poder inimaginable vendrían con él: Donovan Black. Él la obligó a entender que se pertenecían. Él los condenó a una dulce tortura.

Dulce tortura — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dulce tortura», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Quizá tuvo una razón para hacerlo —dijo sorprendentemente—. Tal vez te quiso proteger… A ambas.

Me había planteado una y mil razones por las que ella pudo haberse ido; pero, aun así, nada la justificaba. Yo nunca hubiera dejado a mis hijos. Fuera cual fuera la razón, jamás lo hubiera hecho. Pero obviamente no todas las madres piensan así, y mucho menos la mía.

—Quizá —mentí.

—¿Nunca has tratado de buscarla?

—No, ¿qué caso tiene buscar a alguien que no me quiso? —susurré con tristeza. Porque, a pesar de que había aprendido a vivir sin ella, aún dolía. Todas mis amigas tenían madre, una amiga incondicional con quien hablar, alguien que les diera consejos, y yo no había tenido nada. Mi padre nunca había sido bueno hablando y Maddy parecía estar igual que yo. Había tenido que aprender a estar sola, sin ese cariño maternal.

—No te pongas así —dijo abrazándome—. Mejor te acompaño a tu habitación a descansar.

Reí.

—Ni loca. Podemos estar aquí —propuse mirando el reloj, y me di cuenta de que las horas se habían pasado volando mientras estaba con él.

—Si lo que piensas es que quiero tener sexo, bien puedo tomarte aquí. No me hace ninguna diferencia. Solo quiero que descanses —me aclaró tocándome la frente con la mano, como si yo fuese una niña pequeña.

—De acuerdo —acepté. Fuera uno a saber a qué hora iría a llegar Maddy.

Nos levantamos del sofá y lo guie hasta mi habitación. Aunque él sabía el camino, se mantuvo detrás de mí.

Al llegar, abrí la puerta, entré y luego lo hizo él. Cerró la puerta; yo me recosté sobre la cama y lo invité a que hiciera lo mismo. No lo dudó. Deslizó su brazo por debajo de mi cabeza y presioné mi mejilla contra su pecho. Se sentía bien estar así, en silencio, atrapada por sus brazos fuertes y cálidos. No me gustó en lo absoluto aquella sensación, que fuera tan perfecto estar con él así. No deseaba extrañarlo cuando no estuviera.

—No sabes el lío en que ambos nos estamos metiendo —habló de pronto.

—¿A qué te refieres? —pregunté sin mirarlo.

—A esto… Tú y yo. Los sentimientos que, aunque no lo deseemos, crecen entre nosotros.

Él tenía razón. Estaba aterrada: Donovan no era el tipo de chico por el cual debía comenzar a tener sentimientos. Y, sin embargo, ahí estaba, permitiendo que poco a poco se adentrara en mi corazón.

—Entonces, simplemente prometamos no mezclar sentimientos y ya. Podemos solamente ser amigos con beneficios. Eso me vendría bien, tener sexo contigo sin ataduras —le sugerí.

Lo escuché soltar un bufido.

—No quiero ser tu amigo con beneficios, quiero ser tu novio. —Su mano fue a mi mentón y lo tomó, haciendo que lo mirara—. Deseo que te enamores de mí, que me ames como no has amado a nadie. Quiero ser una necesidad para ti, quiero ser tuyo, Kiari.

Me recorrió un cosquilleo por cada centímetro de mi cuerpo. No supe qué decir y él pareció darse cuenta de ello, dado que sonrió y luego me besó.

Suspiré y le respondí lentamente, saboreando sus labios. Él subió sobre mi cuerpo; con lentitud, su respiración y la mía comenzaban a acelerarse. Dejó caer un poco su peso sobre mí, aprisionándome sin dejarme escapar, y no sé por qué tuve la certeza de que nunca podría hacerlo.

Poco a poco sus manos comenzaron un recorrido por mi cuerpo, acariciando con cautela mis piernas desnudas. Me estremecía al sentirlo; mi piel se erizaba ante su toque, incluso cuando este era cálido. Fui consiente de a dónde nos llevaría eso y, a pesar de no ser virgen, no podía acostarme con él: era demasiado pronto.

—Donovan… —susurré alejándome de sus labios; pero él ágilmente volvió a besarme, sin mostrar el menor indicio de querer detenerse.

Rendida, seguí respondiendo, perdiéndome entre sus caricias, olvidándome completamente de todo. Me dejé llevar mientras su mano se colaba por debajo de mi blusa, tocando con sus dedos la piel de mi abdomen. Su toque me quemaba; él estaba ardiendo; yo estaba igual. Lo atraje más a mi boca, mordí delicadamente su labio inferior y mi lengua se deslizó suave por este. Donovan gimió en respuesta, apretándose más contra mi cuerpo, que se curvaba contra el suyo en busca de más. Se metió entre mis piernas y su erección se clavó contra mi pelvis. Los nervios hicieron su flamante aparición.

—Kairi —alguien me llamó.

Me separé de Donovan de golpe.

—Dios… Mi hermana —musité tratando de ponerme de pie.

Donovan no se movía, más bien sonreía al ver mi apuro.

—Quítate de encima, Donovan —le pedí nerviosa.

—¿Por qué? —preguntó burlón.

—Por favor. Si me encuentra contigo aquí, va a sermonearme —susurré escuchando a mi hermana subir los escalones.

Besó mis labios una vez más y se incorporó. Hice lo mismo y rápidamente reacomodé mi blusa y mi cabello justo cuando ella apareció. Miró a Donovan y luego me miró a mí.

Lucía verdaderamente sorprendida, por más que intentara disimularlo.

—Hola. Veo que te sientes mejor —concluyó.

—Sí… Yo ya estoy bien —balbuceé.

Luego vi a alguien que apareció detrás de ella. Era un chico —bueno, quizá pasaba los veinticinco— muy apuesto; de cabello castaño, corto y ondulado; un poco más alto que Donovan, igual de musculoso que él. No tenían mucho parecido, solo por sus ojos: los de él también aparentaban ocultar algo.

—Buenas noches —saludó el muchacho al ver que lo observaba detenidamente—. Kairi, ¿cierto?

—Sí, y tú eres Christian, supongo —murmuré reticente.

—Supones bien —contestó sonriente—. Donovan, creo que es hora de irnos —añadió mirando a su hermano, quien permanecía impasible.

—Debo irme. Te llamaré más tarde. Quizá podamos ir a comer… o al cine —susurró.

Le sonreí de vuelta.

—Claro. Vamos, te acompaño a la puerta.

Al llegar a la entrada, Christian extendió su mano hacia mí. La tomé de no muy buena gana.

—Un gusto, Kairi.

—Lo mismo digo —respondí seria.

No me agradaba. El mismo sentimiento que me había invadido con Donovan se repetía con él. Quizá, conociéndolo más, cambiaría de opinión.

Bajé las escaleras con Donovan y lo acompañé hasta su auto para permitir que Maddy se despidiera de Christian en la puerta. Donovan me abrazó. No quería irse y yo no hice más que responderle, envolviendo su cintura con mis brazos. Su mano se deslizó por mi espalda y un escalofrío me recorrió al escuchar de nuevo esos aullidos a la lejanía. Me separé de Donovan mirando el bosque.

—Esos lobos me provocan un miedo horrible —confesé.

Miré a Donovan y tenía su vista fija en el bosque, al igual que yo. Su ceño estaba fruncido y se mantenía atento, escuchando los aullidos, como si de alguna manera pudiera entenderlos.

—Sí, deberías temerles —me aconsejó sin observarme.

—Donovan, debemos irnos. —Su hermano estaba igual que él. Parecían ansiosos.

—Nos vemos mañana —dijo y besó mi mejilla rápidamente.

Se dirigió a su auto. Entonces, vi que otro se aproximaba a nuestra casa y se estacionaba frente a esta. Me resultó extraño, ya que era tarde y nadie nos visitaba. Donovan no subió a su auto, mantuvo la puerta abierta y la cerró con fuerza al ver a la persona que bajaba del otro vehículo.

Derek caminó como si nada hacia mi dirección, obviando a los demás, como si solo existiera mi presencia para él.

Me paralicé. No entendía qué estaba haciendo allí.

—Ni siquiera lo pienses —lo detuvo Donovan tras llegar a él rápidamente.

Lo empujó con fuerza. Derek reaccionó y lo golpeó en el rostro.

—¿¡Qué demonios te sucede!? —grité yendo hacia Donovan, pero Christian sujetó mi brazo. Donovan estaba fuera de sí. Fue hacia Derek y le devolvió el golpe con mucha más fuerza. —¡Detenlos! —le grité a Christian, pero él negó.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dulce tortura»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dulce tortura» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dulce tortura»

Обсуждение, отзывы о книге «Dulce tortura» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x