Esperamos que con estas reflexiones puedas advertir que los trabajos escritos no se encargan arbitrariamente o por mera rutina, sino porque son una manera privilegiada de enseñanza y aprendizaje en los estudios universitarios. Es cierto que requieren mayor esfuerzo que otras actividades curriculares, pero, si les dedicas el tiempo necesario y sigues algunos consejos como los que te entregaremos, te darás cuenta de que el empeño habrá valido la pena. Y no solo por una mejor calificación, sino por las habilidades y conocimientos que habrás adquirido y que serán decisivos en tu vida profesional.
Diversos géneros de trabajos escritos
Pluralidad de géneros
Los trabajos que encargan los profesores pueden responder a diversos géneros de escritura. Cuando hablamos de géneros nos referimos a las “distintas categorías o clases en que se pueden ordenar las obras según rasgos comunes de forma y de contenido” (Diccionario de la lengua de la Real Academia Española, voz “género”, acepción 6).
Estos géneros pueden variar según la disciplina científica: por ejemplo, es diversa la forma, el lenguaje, el estilo de un trabajo que debe escribirse para un curso de microbiología que otro que se ha encomendado a un alumno de periodismo. Pero incluso en una misma disciplina científica es posible distinguir también géneros diferentes: así en Ingeniería Civil puede tratarse de poner por escrito los resultados de un experimento (trabajo de investigación empírica) o de hacer un comentario de un capítulo de un libro de Física.
Sin ánimo de agotar el elenco de los géneros posibles, podemos decir que la mayor parte de los trabajos que encargamos los profesores a los alumnos universitarios pertenecen a alguna de las siguientes categorías: el trabajo literario, el trabajo informativo, el trabajo de investigación empírica, el trabajo de investigación interpretativo, el ensayo y el comentario. Veamos brevemente en qué consiste cada uno de estos géneros.
Los trabajos literarios
Llamamos trabajos literarios a aquellos que ocupan el estilo y las formas de lenguaje del arte de la literatura, que a su vez pueden dividirse en múltiples subgéneros: poesía, cuento, novela, guion de teatro o cine.
Estos trabajos exigen no solo que las ideas sean bien expresadas, sino que el lenguaje y el estilo brinden un goce estético al lector. La literatura expresa lo humano en el contexto de lo bello, de lo artístico (aunque haya muchas formas de hacer arte).
Los trabajos literarios no suelen ser encomendados a los alumnos universitarios, salvo en carreras en las que se estudia o se intentan dominar habilidades artísticas y sobre todo literarias.
Pero no hay que olvidar que un alumno universitario tratará no solo de ser competente en la profesión que ha elegido, sino una persona con una formación integral, entre la cual también debiera estar el aprecio por y el cultivo de ciertas destrezas o gustos artísticos (literarios, musicales, pictóricos). No es extraño que alumnos de diversas carreras incrementen su formación participando en concursos de cuentos, redactando poemas o canciones, o incluso obras literarias de mayor aliento. Recordemos que Nicanor Parra, uno de nuestros mejores poetas, estudió matemática y física y fue profesor de la Escuela de Ingeniería en la Universidad de Chile.
Los trabajos de información
Damos el título genérico de trabajos de información a aquellos escritos cuya finalidad única o principal no es crear o desarrollar nuevo conocimiento, sino informar sobre el conocimiento que ya existe en una determinada materia. Se suele dar el nombre de artículos o libros de divulgación científica a aquellas obras que tienen este fin más informativo que innovador.
Dentro de esta categoría pueden colocarse trabajos que, aunque no tienen por objeto aportar un conocimiento nuevo, son muy útiles para realizar sobre ellos trabajos de investigación o creación científica. Nos referimos a las labores de organización, fichaje o compilación.
Estos trabajos tienen por objeto una serie de documentos que pueden encontrarse dispersos o son de difícil acceso. Pueden consistir en un fichero, esto es, una organización sobre la base de diversos criterios: cronología, autor, materia, etc., o una compilación, es decir, una transcripción de los documentos ordenados también según algún criterio, y acompañada de índices. Por ejemplo, puede hacerse un trabajo de fichaje y organización de las autorizaciones del Instituto de Salud Pública respecto de ciertas substancias o medicamentos, o una compilación de las cartas de José Miguel Carrera durante su estadía en Estados Unidos.
Los trabajos de investigación empírica
Estos trabajos suponen que previamente se ha realizado un experimento o actividad de investigación de campo relacionada con hechos mensurables o cuantificables (encuestas, estudios estadísticos, índices económicos). Estos trabajos son más requeridos en las carreras que utilizan este tipo de metodologías, es decir, las que estudian ciencias exactas o empíricas, como Salud, Ingeniería, Economía o Administración. Pero también pueden darse en disciplinas que pertenecen a las ciencias humanas o humanidades: por ejemplo, en Derecho se puede investigar cuál es el monto que se otorga como indemnización por muerte de la víctima, dependiendo de ciertos factores, como la edad, la condición socio-económica, la ubicación geográfica del tribunal, etc. En Psicología, se puede encomendar un trabajo para esclarecer si el uso de ciertas técnicas de prevención del estrés disminuyen o no los accidentes en la empresa. Los trabajos empíricos de las ciencias sociales suelen utilizar las técnicas de investigación llamada “cualitativas”, por oposición a las “cuantitativas” que son preferidas por las ciencias experimentales. Son técnicas cualitativas aquellas que más que en la traducción numérica de los valores medidos y de su proyección hacia un universo más amplio, se focalizan en los discursos de las personas y en la interpretación de sus significados y repercusiones en un determinado ámbito cultural o social. El experimento, con sus grupos de ensayo y de control, o encuestas con rigor estadístico, son técnicas cuantitativas. En cambio, análisis de textos de prensa, entrevistas a personajes, observación de conductas sociales, pertenecen al área de la investigación cualitativa.
En todo caso, el trabajo debe surgir como resultado de la actividad previa que debe ser rigurosamente desarrollada. Si la investigación empírica no usa la metodología científica apropiada (elegir bien lo que se va a medir, las variables dependientes e independientes, el grupo de control, la selección de entrevistados o de las conductas a observar) o los datos no se recogen de manera exacta, el trabajo será de mala calidad, por mucho que el escrito que lo exponga esté bien redactado.
Este tipo de trabajos suele ser de extensión corta. Su redacción va acompañada de cuadros, gráficos o figuras que muestran los resultados de los experimentos, encuestas u otras investigaciones de campo.
Los trabajos de investigación interpretativa
La investigación interpretativa, a diferencia de la empírica, no se basa en fenómenos fácticos o hechos mensurables y medibles, sino en el mundo de las ideas, los conceptos, los argumentos, las teorías y la confrontación de opiniones. Es el tipo de investigación que se desarrolla en el ámbito de las ciencias humanas o sociales, como la Filosofía, las Comunicaciones, el Derecho, la Historia y las Artes.
Estos trabajos, en vez de actividades de carácter experimental, encuestas o entrevistas, se centran en problemas cuya solución se busca con argumentos que proceden de una previa exploración de las cuestiones que ya han sido tratadas por otros textos en el ámbito de esa disciplina. Después de establecer el estado de la cuestión, es decir, lo que actualmente se tiene por válido o más fundado en una determinada materia, el autor debe construir su propuesta y argumentar por qué ella le parece mejor que lo que se ha sostenido hasta entonces.
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