La conferencia se tornaba interesante y la gente del público se iba colocando en fila para realizar sus diferentes preguntas.
“ El tiempo es como un río. Tan pronto vemos una cosa, es arrastrada por el, otra ocupa su lugar, que a su vez no tarda en desaparecer.”
−Marco Aurelio

Capítulo 6
Tiempos peligrosos
El público se mostraba atento y en silencio escuchando la conferencia del señor Smith. De alguna manera sabían que los conocimientos de Smith en el tema les podrían ayudar a descifrar el enigma de una civilización antigua y llena de toda clase de misterios.
–Señor Smith, además de la mitología maya, ¿existe alguna evidencia científica que pueda arrojar luz sobre los sucesos del porvenir? ¿Se basan las ideas mayas en meras supersticiones o existe alguna clase de estudio que valide sus ideas? –preguntó un joven de entre el público.
–Muy buena su pregunta, si existiera una profecía sobre los tiempos finales que anunciara una catástrofe mundial o el fin de la humanidad, tenemos dos alternativas frente a nosotros. La primera sería descartarla por descabellada y por ser una idea producto de mentes que desvarían. La segunda, sería cuestionarnos el origen de esas profecías y tratar de entender el significado que tendrían esos argumentos y las razones que tuvieron esas personas para hacer tales afirmaciones. Pareciera que en tiempos modernos son muchos los que se han dado a la tarea de tratar de arrojar luz sobre estos temas. Sucede que el temor y la expectación los han hecho reaccionar y tratar de descifrar lo que nos puede traer el futuro. Ahora bien, ¿le corresponde al hombre conocer los tiempos? ¿Posee el hombre los medios para ir más allá del tiempo presente y de antemano presentar un cuadro del porvenir? ¿Cuáles son las interrogantes que se han estado ventilando en diferentes medios? –inquirió Smith.
–Señor Smith, en diferentes medios se cuestiona si realmente se avecinan cambios drásticos sobre la tierra los cuales pueden hacer desaparecer la humanidad. Hasta han comentado que el sol pudiera dejar de dar su resplandor y esto como consecuencia traería el fin de la raza humana. –comentó alguien del público.
–Existen estudiosos modernos como por ejemplo el neocientífico, Adam Maloof, de la universidad de Princeton, quien ha tratado de presentar alguna justificación científica que pueda proponer datos o evidencias sobre los posibles cambios drásticos y sus consecuencias en el planeta y los vínculos que puedan tener con creencias antiguas mayas. Algunos científicos como Maloof, hacen referencia a los posibles cambios de polaridad que han tenido lugar en el planeta en periodos pasados. Surgen las interrogantes, ¿la tierra ha sufrido en la antigüedad cambios significativos en su eje? Se define un cambio en la polaridad de la tierra como un evento donde los continentes y el manto terrestre que conforma la parte externa del planeta, tiende a deslizarse sobre su núcleo. Se trata de un evento repentino donde se cambia el clima en toda la tierra, donde las áreas que hoy son heladas se tornan tropicales y donde las tropicales se tornan heladas. La premisa de los científicos que observamos las profecías mayas tiene como meta conocer si los mayas pudieron poseer técnicas capaces de observar eventos pasados y futuros relacionados a esta clase de cambios sobre la tierra. –explicó Smith.
–¿Ha tenido la tierra cambios drásticos de polaridad? –indagó un periodista entre el público.
–Según referencias modernas, se ha propuesto que diversos científicos consideraron el asunto de la polaridad terrestre como un tema de estudio y preocupación, se ha hecho alusión a científicos del pasado como Albert Einstein, William Thomson Kelvin y Charles Hapgood, como quienes consideraron la teoría del cambio de polaridad. Ahora bien, cuando se habla de un “cambio de polaridad” de lo que se estaría hablando es de un desplazamiento repentino y sin aviso del eje de rotación de la tierra. Si ese desplazamiento fuera algo que sucede en horas, entonces implicaría una catástrofe mundial donde los lugares de la tierra que son calientes se volverían congelados de forma casi inmediata y los lugares helados se convertirían en tierras habitables. Ese cambio significaría la muerte de millones de personas o de la extinción de la raza humana. En el 2003 Adam Maloof, se dirigió junto con un equipo de trabajo de la universidad de Harvard, hacia el Ártico noruego, específicamente en Svalbard, con el propósito de estudiar las formaciones de rocas de ochocientos millones de años atrás. Ellos esperaban encontrar evidencias que apuntaran a un cambio climático. Según la información divulgada en los medios de comunicación, efectivamente, encontraron datos que pueden estar relacionados a desplazamientos enormes en el magnetismo, esto cuando se compara a los cambios graduales que normalmente pueden ocurrir. Lo que se alega es que los minerales en las rocas que ellos estudiaron mostraron evidencias de cambios enormes en el nivel del mar y en el clima ocurriendo de forma simultánea. Se cree que en la antigüedad, estos cambios repentinos trajeron un congelamiento sorpresivo sobre algunas regiones del planeta. El mundo vegetal quedó cubierto de hielo versus otras zonas que fueron derretidas. Los científicos afirman que estos cambios llevan diversos fenómenos relacionados como tsunamis, terremotos y volcanes, como parte de las calamidades. –explicó Smith.
–Entonces, ¿está la ciencia moderna investigando si en efecto los cambios de polaridad repentinos han sido reales y si existe la posibilidad de que ocurran en el futuro? –indagó un hombre del público.
–Eso es correcto. Lo que algunos científicos están tratando de validar es el hecho real de los cambios de polaridad en la tierra. Han pretendido mostrar evidencias reales que en efecto hubo una transición de forma abrupta en el pasado, millones de años atrás. La teoría del cambio de polaridad en toda la tierra implica una orientación magnética de las rocas estudiadas en laboratorios, cambios en el nivel del mar, y cambios en el clima. Implicó una época de movimiento de los continentes en el pasado. Por otro lado, esas investigaciones pueden arrojar luz y determinar si existen indicios de verdad en lo que pudieran ser profecías antiguas de una catástrofe. Se busca separar la ficción de la realidad. ¿Realmente los mayas profetizaron el fin del mundo para el 2012 o se trata meramente de una mala interpretación de su legado escrito? ¿Realmente podían las culturas antiguas conocer el futuro? ¿Pudieron los mayas plasmar de antemano el acontecer moderno por medio de la observación de las estrellas, el sol, la luna, Venus, y advertirnos de algo inevitable o simplemente se trata de una mala interpretación moderna de los escritos antiguos de los indígenas? Lo cierto es que la cultura maya está llena de secretos y enigmas. Tomemos por ejemplo la famosa pirámide de Kukulkán ubicada en Chichén Itzá. Se trata de un templo construido por los mayas cerca del siglo XII después de Cristo, muy cerca de la fecha cuando los mayas abandonaron repentinamente sus ciudades. Dicha pirámide fue edificada en honor a “Kukulkán” o la Serpiente Emplumada y se puede observar en su arquitectura grabados y esculturas de serpientes. Existe un fenómeno en estas construcciones y es que su edificación juega una interacción con los cuerpos celestes y el sol. Es por esto que cuando el sol se pone se puede ver en la sombra de la pirámide a un lado de la escalera como se forman siete triángulos. Según la luz del sol baja, y se aprecia la sombra en el lado de la escalera, va ajustando sobre la escultura de la serpiente al pie de la escalera formando el cuerpo de la serpiente que se une a la cabeza de la misma. Fenómenos de luz y sombra como este suceden en fechas específicas como el 21 de marzo y el 22 de septiembre, fechas de equinoccios y solsticios. Los mayas demostraron grandes conocimientos en matemática, astronomía, acústica y geometría. Así que si por alguna razón alguien pudiera pensar en tiempos modernos que se trataba de gente sin ciencia, deseche esas ideas. –afirmó Smith.
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